Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝐬𝐢𝐞𝐭𝐞

Después.

───

Podía escuchar los gritos, aquellos que exclamaban la felicidad de nuestra gran victoria contra el Medio Oriente. Los habíamos derrotados, o mejor dicho, aniquilados. Me sujetaba de aquella baranda, bajando con cuidado los escalones. Mi mano estaba entrelazada con la de aquel hombre, quien sonreía gratamente por el recibimiento de su gente. Luego de varios meses ausentes, merecíamos volver a casa con estos brazos abiertos, porque era por ellos que nos enviaban a luchar, como cerdos al matadero. Me mantuve con una seria expresión, no celebraba, estaba simplemente entrelazada con el hombre con quien me había casado, y que quería. Hace dos años, algo en mi había cambiado, algo en mi se enfrió para siempre. Todos empezaban a bajarse del barco, llegando al puerto. Nuestras miradas se cruzaban, muchos se cuestionaban mi actitud, pero continué aún lado de Colt, en silencio. Los aplausos, los confeti que lanzaban, todos caían en nuestros uniformes y en el ego, lo disfrutaban, pero más aquel grupo de niños con los que veníamos. Los ojos avellana de Colt me miraron, apretó mi mano, y a él, le sonreí de una manera cálida.

Atrás de mi, yacía Falco. Estaba más grande, pero aún le faltaba por crecer. Acaricié su cabello, lo mantuve a mi lado mientras que sus ojitos se dirigían a la joven niña de cabello castaño que estaba aún lado de Reiner. Este y yo no cruzamos palabras, nuestra amistad jamás volvió a renacer, y no creía que fuera necesario que lo hiciera. Deje de mirarle, y continuamos caminando en medio de la gente. Me quede cabizbaja, esos aplausos me hicieron sentir fría. Así se sentía en aquella vaga isla que vivía en mis recuerdos, pero aquí no sentía lo que allá si. No importaba cuanto recordara ese lugar, había quedado en un abismo de olvido como todos los que albergaron allí. Lo único que podía recordar, era la sensación de tristeza y dolor que sentí cuando supe que había perdido a dos personas sumamente importantes para mi. Alce la mirada, observando el cielo soleado, pero para mi, seguía siendo tan grisáceo como los otros. Me aferré a Colt, me removió para bailar junto a los demás con la música festiva que creaban los pueblerinos. Baile a su lado, me trato como toda una dama, como siempre me trataba. Veía en su rostro la felicidad a mi lado, pese a que meses atrás, creíamos que nuestro amor decaería, él aún seguía floreciendo, y yo, marchitando. Así se veía cuando mi vida se escapaba, y la de él aún disfrutaba su largo tiempo.

Saboree aquella deliciosa comida que habían hecho, estaba caliente ese pan, repleto de salsa de tomate con queso mozzarella, y leves peperroni alrededor. La pizza era una de mis comidas favoritas, y la disfrutaba con gusto junto a los niños. Ellos eran un grupo de cuatro, y todos diferentes, pero ambos unidos por una muy buena amistad. En otros ángulos podía verme a mi misma cuando más niña, siendo como ellos, disfrutando con mis amigos, pero ninguno estaba a mi lado, ni con los que aún permanecían con vida. La vida continuaba trascendiendo, al igual que el tiempo, pero solo estaba ahí, respirando y viendo el día a día. La noche caía, y entre medio de estrellas me mantenía distante, sentada en aquel banco frente a mi vieja casa, donde todos estábamos reunidos, pero yo estaba afuera, viendo las estrellas y cómo brillaban de una manera tan hermosa que relajaban todos mis músculos. El viento acariciaba mi cabello, estaba algo corto, pero ya crecía. Me encontraba algo cansada, habían sido días arduos, pero aún estaba aquí, intentando de detener el tiempo con las manos, pero era imposible. Algún día, me iría más allá de los caminos que veía en mis sueños, algún día dejaría todo lo qué hay aquí, para descansar en un profundo sueño.

-¿Amaya?-alce la mirada, observando a mi padre sobresalir de su hogar, mirándome confuso ante mi breve soledad.-¿Todo bien?-me preguntó, a lo que asentí.

-Quería tomar aire.-expresé, viéndolo caminar hacia mi.

-No pareciste disfrutar la fiesta.-musitó mi papá, sentándose aún lado de mi, mientras que continuaba cabizbaja.

-No creía que habría algo que celebrar. Tan solo llevamos a otra nación a la ruina.-respondí, aún mirando el suelo, escuchando el grueso suspiro de mi padre.

-Han pasado cuatro años desde que volviste, y no sé si fue buena idea, o mala, solo se que no siento a mi hija, respiras, pero no vives.-decía, con un tono triste.-Has intentado de hacerme sentir que eres feliz, pero cada vez más veo como te consumes en una tristeza que ni siquiera tú misma puedes manejar.-añadía, a lo que no lo miraba, solo escuchaba su triste voz.

-Colt me hace feliz.-admití.-Estoy agradecida de que me hayas hecho tomar esa decisión, papá.-comentaba, intentando de mejorar el triste ambiente que se creaba entre ambos.

-Pero, no eres feliz por completo.-afirmó.-Desde hace dos años, algo paso. Como si te hubieras traumado.-decía, mientras que yo recordaba mi imagen, tirada en el suelo, con mil lágrimas leyendo la carta de despedida que Eren Jeager me había dejado.

-Viví muchas cosas en esa Isla. Perdí a personas importantes, me quede herida.-contaba, recordando la imagen de Berthold y el comandante Erwin, a quienes no olvidaba.-Él haber crecido allá y fingir que era parte de ellos, me hizo sentir que pertenecía a Paradis, no a Marley. He crecido, quizás ahora soy una mujer y tengo más responsabilidades, pero papá, nadie se ha detenido a pensar en todo lo que pase. Quizás necesitaba más de un hombro para llorar, pero tuve que conformarme con tener dos manos para limpiar mis lágrimas, y seguir adelante cada día, pero no fue así. Estuve sola mucho tiempo hasta que en esa isla me di cuenta que había gente que me quería, que me protegía, que me cuidaba. Cuando llegue aquí, me sentí desprotegida, sentía que no estaba en donde debía estar, pero verme obligada a tener que quedarme, me hizo volver a quebrar mi espíritu, pero después de todo, logré acoplarme.-continuaba diciendo.-Ahora, después de ser una persona infeliz, intento de acoplarme un poco a la felicidad genuina que ha llegado a mi vida. Colt y Noah son lo único que me importan ahora papá, no hay nada más que me pueda importar.-afirme, levantando mi vista para observar la puerta abrirse, y ver a Colt salir.

-Tiene sueño.-indicó, con aquel bebé en sus manos, quien tenía recientemente dos años, era producto de nuestro amor.-Creo que es hora de irnos.-expreso Colt, a lo que asentí, levantándome al igual que mi papá del banco.-Señor Pieck, estoy agradecido con usted y mis padres por hacerse cargo de Noah mientras no estábamos.-decía, mientras que yo acariciaba la espalda del pequeño con cabello claro, igual que su padre, lo tenía lacio, y sus ojitos avellana provenían de los genes que mantenía su familia; no era nada parecido a mi, era más de su padre que mío, pero nadie lo amaba más que yo.

-Mis hijas y mi nieto, son lo más importante para mi. Siempre estaré dispuesto a cuidar a este pequeño travieso.-musitó mi papá, mientras que Colt me paso a Noah para que lo cargara en mis brazos, y este yacía dormido, con su sabana encima tapándolo del frío.

-Gracias papá.-aparecí, recibiendo un corto beso de su parte, a lo que sonreí con gratitud.-Tu has sido un buen padre, a pesar de todo, te agradezco.-le dije, dándole un beso en la mejilla, a lo que él sonreía de manera llorosa.

-Y tú eres una gran madre.-decía, mirando a su nieto con un gran amor en sus ojos.-Tu también, Colt.-emitió ese halago a mi esposo, quien yacía a mi lado sonriente, para así distanciarnos, y caminar en la acera, juntos.

-¿Todo esta bien?-me preguntó, mirándome, a lo que yo asentí, sonriéndole.-¿Segura?-volvió a preguntarme, y volví a sentir.

-Mientras tú y Noah estén bien, yo estaré bien, Colt.-decía, cargando a mi bebé en brazos, quien dormía, podía admitir y volver a decir que era idéntico a Colt, con una mezcla de Falco, era tan hermoso que no podía creer haberlo traído al mundo, quería vivir solo para él.-Es por eso que te pido Colt, que por favor, pienses sobre ser el sucesor del titán bestia. Anhelo que Noah crezca con un padre que lo ame, que lo cuide y lo guíe, no quiero que pase por nada de lo que pase. Quiero que sea feliz.-decía, apretando a mi pequeño, quería comérmelo a besos.

-Perdóname mi amor... siento que es algo que no podría ser posible, sabes que no tenemos opción, no hay nadie más que yo.-decía entristecido, mientras que yo, continué caminando en silencio a nuestro hogar.

Mis ojos se volvían llorosos al pensar que Colt podría morir en unos años, al igual que yo. Ver la imagen de mi hijo solo en una habitación, preguntándose dónde están sus padres, me remordía el pensamiento, me revolcaba toda mi alma hasta estremecer mi corazón y querer llorar en una esquina de mi habitación. Al llegar, Noah seguía dormido, por lo que con cuidado lo coloqué en su cuna. Su pechito subía y bajaba regularmente, mientras que tenía su boquita media abierta, soltando leves suspiros. Lo arrope con una manta, viendo su cabello lacio, el cual acaricie, hasta que me incliné en la cuna y le di un beso en la frente, al igual que Colt. Este se quedó mirándome en cuanto me distancié, dándole la espalda. Salí de la habitación de mi pequeño, dirigiéndome al mío con una presión en mi pecho, Colt no me siguió, de seguro quería velar el sueño de Noah, era un gran padre, no podía decir lo contrario. Se había ganado mi amor, se había ganado todo de mi, pero había algo en mi interior que me hacía sentir que a pesar de todo, abundaba otra alma enterada en la mía. Suspire, observando esa cajita pequeña en la encimera de mi gaveta, la cual abrí. En medio de la noche, y de la luna que alumbraba mi habitación observe esos dos papeles, algo arrugados y que perdían el color de su papel, se veían viejos, pero solo habían pasado dos años desde que los guarde. Los removí, y atrapé uno entre mis manos, para así, distanciarme, hasta llegar a mi cama, sentándome frente a la ventana la cual dejaba ver toda la iluminación de la noche. Acaricie la carta, abriéndola.

Querida Amaya:

No sé cuánto ha pasado. Quizás solo un año, a penas iríamos a la mitad, pero solo se que se siente como si hace mucho no te viera. Te he extrañado, te he echado de menos, más de lo que quizás los demás lo han hecho. Aún recuerdo la última vez que te vi, pero jamás creí que fuera la última. No hubo despedida, y si hubiera sabido que ya no estarías, hubiera hecho lo imposible para no despertar, para no ser correspondiente del poder que sobrellevó. Quisiera que estuvieras aquí, quizás un abrazo que no haría que mi herida sangrara como ahora. Escribo esto con mis ojos llorosos, con la esperanza de que en nuestro viaje a Marley, te pueda volver una vez más, y me des todas las respuestas que necesito para descansar en las agobiantes noches donde recuerdo que tú, te has ido. No quisiera vivir, sabiendo que quizás no podrías perdonarme cuando supieras que cobre la vida de Berthold, y la del comandante Erwin. Desearía un perdón, al menos sincero, sin importar que me odiaras con todas tus fuerzas. Han pasado tantas cosas, pero algo en mi cambio desde ese día en donde todo nos llevó a un extraño vacío por tu ausencia.

Porque todos te extrañan. Aunque no lo admitan, te volviste esa silla vacía que todos ven a la hora de comer, con el deseo de que no sea así.

No había visto a Mikasa tan sola desde que te fuiste, es como si no encajara con los demás. Quizás creías que no eras parte de nosotros, pero si lo eras, eras más que parte, eras como nosotros, éramos uno en cuatro personas. Ver a Eren, es ver un reflejo del amor que tuvieron tan genuino. Se que desde tu ida, él no ha sido el mismo. Ha vivido un infierno, y saber que sus vidas están definidas en la tierra, no me da consuelo. A veces imagino que estamos juntos aquí, frente a la orilla del mar que conocí, disfrutando sus últimos días. Porque aunque sean los últimos, estamos juntos. Oye, también quiero agradecerte el no haber contado que el mar existía, porque cuando lo conocí, fue un sueño irreal que me hubiera gustado compartir contigo, pero me protegiste esa ilusión, como siempre, me protegías, me querías y lo sé. Así que, escribo esta carta, porque quiero pensar que algún día la vida volverá a dejar que nos veamos, que nos abracemos, que nos guiemos. Amaya, no sé que creas que pensamos de ti, pero no fuiste mala, solo cometiste errores como cualquier otra persona, por favor el día que leas esto, te pido que vuelvas a casa, que vuelvas aquí, si nunca vuelves, entenderé que no fuimos tú hogar, solo fuimos un lapso de tiempo en tu vida, que disfrutaste al igual que nosotros. Te echo de menos, y anhelo verte volver con las olas del mar, mi querida Amaya.

-Con amor, Armin.

-Armin, cuanto lo siento... -musité, viendo mis lágrimas manchar el papel, mientras que me sobresalte cuando escuché un suspiro, viendo a Colt detrás de mi, parado, sostenida la otra carta escondida, la cual pertenecía a Eren.-Colt.-lo llame, viendo como se sentaba en el borde de la cama, cabizbajo.

-Todo este tiempo te retuve como un ave presa para mi felicidad... -me levante del otro extremo de la cama para acercarme a él, viendo como soltaba la carta, pero mi corazón se estremeció en cuanto me arrodillé y vi sus ojos humedecidos, los cuales restregaba avergonzado.-Lo lamento tanto, Amaya.-decía, mirándome entristecido.

-No es así, y lo sabes. Te escogí, porque quería que fueras tú.-le reproche, sintiéndome entristecida ante la situación, no quería hacerlo sentir que no merecía mi amor, porque era más que eso.-Eres el padre de mi hijo, eres la persona con la que estoy. No por querer olvidar a otra, si no, porque fuiste el nuevo comienzo de un capítulo que volvería a repetir con mucho gusto. Te escogí, porque eras tú, porque mi corazón te sentía a ti, no por capricho o avaricia, porque hubiera sido rebelde, hubiera vuelto, pero me quede, porque te quería.-continuaba diciendo.

-Leyendo sus palabras, me doy cuenta de lo mucho que te amo, al igual que yo. Pero pese a eso, él siempre te hizo sentir libre, siempre quiso que fueras libre, aunque no lo escogieras, acepto que fuera así por tu felicidad, y yo siempre he tenido miedo de perderte. No soy como él, te he retenido a ser feliz.-decía frustrado, pero mentía, no era así, yo era feliz.

-No, no eres así.-afirme, viéndole.-Porque tú eres Colt, no eres nadie más. Eres tú.-decía acariciando su rostro.-Nadie me retuvo, nadie me forzó Colt. Decidí empezar contigo, porque merecíamos empezar de cero una nueva vida. Lo qué pasó en la isla, lo que sentí por él, son hermoso recuerdos, los cuales agradezco que respetes, pero ahora estamos aquí, tú y yo junto a Noah. No importa si muero en algunos años, quiero que sepas que me enamore de ti, y que te amo, que agradezco haber vivido estos tres años a tu lado, donde te esforzaste en hacerme feliz, y en que merecía serlo, Colt, tú estás en mi corazón, y eres mi verdadero amor. Gracias por amarme, gracias por darme un hombro donde llorar, gracias por abrazarme esas noches donde no podía más. Se que mereces más de mi, y perdóname Colt por hacerte dudar de mi amor, pero eres muy especial, aunque no lo creas, me vas sentir viva.-continuaba diciendo con lágrimas cayendo por mis mejillas, viendo como él sonreía, besando mis manos.

-Amaya, el día en que creas que debas ser libre, y debas hacerlo sin mi, hazlo.-me decía apretando mis manos.-No importa si al final, soy yo o alguien más, solo quiero que sepas, no importa donde termine esto, te amo, como el primer día, siempre serás una parte de mi. Así que, si algún día debes irte para vivir libremente en paz como anhelaste siempre, seré el primer en empujarte hacerlo, porque te amo, porque es lo correcto.-sonreí entre lágrimas, no podía merecer más, Colt lo era todo.-No importa que, mi mayor sueño es que tú seas libre, aquí o en esta vida, no te esperare, pero te amare siempre. Gracias por escogerme, por amarme, he disfrutado como no tienes idea cada etapa, y siempre estarán en mi, plasmadas en mi corazón, en mi alma como una huella que ni la muerte podrán eliminar.-sostuvo en sus palabras, abrazándome, mientras que lloraba.

-Gracias, Colt.-decía, recostándome en su hombro, sintiendo la plenitud de la felicidad, de la libertad de un amor, todos merecíamos una persona que no nos retuviera, que nos respetara, que nos amará, que nos alentará, y Colt bastaba.

───

Próximo capítulo: Más allá del mar.
Volvemos al primer capítulo, el reencuentro de Eren y Amaya a través de Falco, luego de dos años.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro