Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝐝𝐢𝐞𝐜𝐢𝐨𝐜𝐡𝐨

Siempre fuimos.

───

Era extraño, era como si pudiera sentir todo lo que ella sentía. Estaba parada en la arena, la podía ver desde donde me encontraba. Mis dedos tocaban la arena, se metía entre ella, se sentía tibia y relajante. La puesta del sol estaba alumbrándonos, pero yo no era una niña, estaba en el cuerpo que me encontraba, siendo una joven adulta que se dirigía a donde su madre estaba. Sabía que era un sueño, pero aún así, siempre los disfrutaba por lo real que se sentían. Ella miraba el atardecer, pero sus ojos derramaban lágrimas, podía sentir como de mis propios ojos salían, como si sintiera lo que ella si. Me quede detenida, el agua se metía en la orilla de la arena, mojándome los tobillos mientras que la veía a ella removerse hacia mi. Su cabello se movía con la brisa del viento, tenía un hermoso sombrero que siempre amaba usar, ella me miraba con una grata sonrisa, pero las olas del mar no reflejaron el cielo, nos reflejaron a nosotras. Era ella y yo, como si yo fuera ella, y como si ella fuera yo. Estábamos paradas frente a la otra, ella sonreía entre lágrimas, se sentía culpable de algo, pero aún así se acercó para acariciar mi mejilla. Su tacto era tan real, se sentía tan bien. Pero por un momento, ella se desvanecía, dejándome nuevamente esa tristeza. En cuanto se fue, pude verla en mi reflejo. Para así, intentar de reabrir los ojos por voces hablar a lo lejos mientras que parecían removerme.

Mi cuerpo estaba enganchado en alguien, lo sabía porque sus manos sostenían mis piernas. Me sentía inmóvil, adolorida en mi cabeza y mi nariz. La sentía liquida, lo cual me incomodaba, pero no me movía. Estar en esta posición me recordaba lo mal que salió la última vez que estuve en ella, terminé en cuatro paredes amplias de cemento, con una gran tarima repleta de cadenas que aguantaba los brazos de mi madre. La última vez que estuve así de inmóvil, perdí a mi madre, por un momento entre en pánico al recordar esa vaga memoria, pero intente de quedarme en ese mismo lugar. Sentía como subían unos escalones, la sangre se me subía a la cabeza, podría marearme en cuanto me bajaran, así que debía estar más que preparada. Respiraba de manera gruesa, aún estaba agitada pero a la vez media inconsciente, aquel golpe me dejó sin movimientos, y en blanco, me había ido por un momento, pero estaba aquí, y pensaba solamente en la fría mirada de Eren. Esa manera en la que su pie me pisó, como si fuera una cucaracha fue algo muy frío de su parte, ese rostro tan apagado. La depresión lo consumía como una presa fácil. Escuchaba voces, incluso alteraciones, pero me mantuve aún en la misma posición, sabiendo que algo debía estar pasando. Solo quería bajarme, necesitaba llevarle ese agua a Falco, debía enjugarle la boca a mi pequeño, no podía perderlo, no a él.

-¡Amaya! Eren, ¿qué le has hecho?-escuchaba la voz de Hange a lo lejos, pero aquel cuerpo seguía caminando, no era Eren quien me seguía, lo sabía porque cuando abrí los ojos poco a poco, podía ver los zapatos, eran los mismos que me golpearon, no me levante mucho, a penas sentí el mareo.-¡Amaya!-volvía a gritar Hange, a lo que simplemente me intente de levantarme pero veía todo tan borroso, como ella siendo llevada por hombres, esposada.

-¡¿Qué le hiciste?!-la voz de Armin se reflejo en mis oídos, entrábamos a una habitación, pero el aire que sentí, fue horrible, porque me habían lanzado al suelo, dejándome más inmóvil.

-¡Flotch!-escuché a Mikasa, su garganta se desgarró en ese grito, era como un regaño.-Amaya, ¿estás bien?-escuchaba a Mikasa, y sus pasos, iba hacia mi.

-Dije que las manos sobre la mesa.-la voz de Eren, fría como hace unos minutos atrás se esclareció, poco a poco levante la mirada, podía observar todo con claridad, y más su vaga expresión mirándome sentado en aquella silla.-Levántala.-dirigí mi mirada a la persona que me golpeó la nariz, y le abalanzó al suelo de manera brusca, ese jodido imbécil.

-No quisiste hacer eso.-susurré en su oído cuando me levantó, él no dijo nada, aunque sonrió de manera burlona, sabía mi posición en este momento pero Eren no estaría amenazándonos con un corte en su mano para siempre.

-Puedes retirarte.-pidió Eren, y en cuanto me senté aún lado de Mikasa para observar a ese joven, pude ver a distancia de su suya la de Gaby, tambaleaba cabizbaja.-Amaya, pon las manos sobre la mesa, por favor.-me pidió, a lo que lleve mis manos sobre la mesa, como él pidió observando la sangre suya derramándose por todo el mantel.

-Eso es... -me quede temblorosa, observando la argolla que había en su mano, nuevamente la tenía, pero no tenía valentía de pedírsela en este momento.

-Quería hablar con los tres. No necesitamos pelear para resolver los problemas de Eldia.-expresó, mientras que miraba el mantel de la mesa con una mirada inexpresiva.-Hange y los demás estarán bien, simplemente van a trasladarnos, y admito que Flotch no debió excederse tanto contigo, lo lamento.-decía, mientras que lo miraba fijamente ante ese cruce de miradas dirigido a mi.

-Eren, nosotros también queríamos hablar contigo. Queremos saber que fue lo que te orillo atacar a Marley por tu cuenta, ¿en verdad Zeke y Yelena te persuadieron para que te unieras a ellos?-le preguntó Armin, de manera relajada, sin actitud en su voz o expresión.

-Ahora soy libre. Tanto las cosas que hago, como lo que elijo. Todas mis decisiones se basan en mi voluntad libre.-afirmó Eren, respondiéndole.

-¿Lo que hiciste después de verte con Yelena también fue tu voluntad?-volvió a preguntar Armin, queriendo llegar al fondo de esta situación.

-Así es.-volvió afirmar, con suma vagues, se veía en su expresión la falta de interés.

-No es cierto, fuiste manipulado por ellos. Aunque se trataba de un país enemigo, tú nunca hubieras involucrado a niños ni personas inocentes. Además, tú siempre nos has apreciado, más que nadie en el mundo. ¿No es así?-Mikasa se dirigió a él, levantándose de la mesa, para sostener y acariciar aquella vieja bufanda que perdía color con el paso de los años, pero jamás el significado.-Tú me rescataste cuando esos hombres me secuestraron, ¡y me diste esta bufanda! ¡Eso demuestra que eres bueno!-expresó ella, en un aliento por reconfortar a Eren, pero la expresión de él se detonó en molestia.

-¡Mikasa deja las manos sobre la mesa! ¿No se los dije?-hablo Eren, de una manera altanera, demostrando su incomodidad por Mikasa haberse levantado, pero ella no tardó en sentarse de esa manera tan sumisa.

-Escuchen, tuve una plática con Zeke en Liberio, hablamos de hermano a hermano. Zeke tiene grandes conocimientos sobre los titanes, más de los que Marley podría imaginar.-nos esclarecía.-Armin, incluso ahora sigues visitando a Annie. ¿No es cierto? ¿Acaso eso lo haces por tu voluntad?-alce la mirada ante eso, observando cómo Armin se tenso por su pregunta, que por un momento, pareció hacerme sentir extraña.

-¿Por qué?-preguntó Armin, sin responder en absoluto la pregunta de Eren, la había evadido por su mayor curiosidad.

-Si la memoria es un factor que define una persona, se podría decir que una parte de ti, se volvió Berthold. Eres un enemigo parcial de nosotros, enamorado de otra enemiga. Y no me refiero a Amaya, si no, a Annie.-le comentaba Eren, con ese tono de voz que podía amargar cualquier cosa a su paso, mientras que Armin cruzó miradas conmigo, yo me enfoqué en mirar a Eren y escucharle.-Armin, Berthold terminó adueñándose de tu cerebro. Tú eres el que está siendo manipulado por el enemigo, una parte de ti lo sabía, y yo también, por eso te intente hacer creer que estabas enamorado de Amaya, pero aún así, la mente es difícil de engañar.-me impresione ante eso, bajando la cabeza, fue como sentir un balde de agua fría.

-¡Eren que...

-¡Es igual para ti, Mikasa!-exclamó Eren, interrumpiendo a Mikasa antes de que ella saliera en defensa de Armin.-La familia de los Ackerman fue creada específicamente para proteger al rey de Eldia, quiero que recuerdes, en aquella situación extrema en donde casi enfrentamos a la muerte, escuchaste mi orden; "pelea". En ese instante, se despertaron tus instintos de Ackerman y solo por mera casualidad, decidiste que yo era el amo que debía proteger.-vi las manos de Mikasa temblar aún lado de mi, y de reojo observaba su boca entre abierta, estaba sin palabra, como todos aquí. Eren nos estaba comiendo vivos, y no creo que pudiera salvarme de esto.

-Te equivocas.-afirmó ella, mirando a Eren de una manera desconcertada, pero a la vez, atemorizada.

-¿Me equivocó? ¿En qué cosa?-le preguntó Eren, mientras que yo me mantuve cabizbaja por estar presente en esta tensa situación en la que se enfrentaba Mikasa.

-No fue casualidad.-le corrigió Mikasa.-¡Lo hice por ti! ¡Porque eras tú, Eren! Decidí volverme fuerte, ¡únicamente por ti!-decía, gritándole, ella le hablaba desde el corazón y lo sabía por el tono tan suave de su voz, cayendo poco a poco en un hilo que se rompería, y la quebraría.

-Cuando un Ackerman despierta su poder, es bastante común que sufra intensos dolores de cabeza. Quizás ese dolor se deba a que su personalidad original intenta rechazar el instinto que lo obliga a proteger a su amo, ¿eso te suena?-le preguntó él, a lo cual abrí mis ojos por un momento, sabiendo que era usual que Mikasa tuviera dolor de cabeza.

-Para nada...

-Solo digo que...

-No es cierto. Yo solo... -Mikasa intentaba de ser la voz, intentando de denegar que Eren la interrumpiera, o le siguiera diciendo lo que decía, se veía la negación en sus ojos.

-Tú familia es un clan creado de seguir órdenes, tras abandonar su propio ser. En resumen, esclavos.-esclareció Eren, retomando la conversación nuevamente, pero Mikasa temblaba y sus labios también, se empezaba a quebrar junto a mi, y no sabía que hacer.

-¡No, ya basta Eren!-le pidió Armin en un grito, en defensa de su amiga quien estaba aún lado suyo, donde podía presenciar como yo los pedazos de ella cayéndose delante de Eren.

-Mikasa sabes bien lo que más odio en este mundo, ¿cierto?-le preguntaba Eren, ignorando a Armin.-Aquellos que no son libres, los que son como ganado.-afirmó, y por un instante, Eren me miró, tensándome.-Siento una repugnancia enorme con tan solo mirarlos y al fin pude comprender la razón, jamás he soportado a quienes se compartan como simples esclavos, siguiendo órdenes sin vacilar. Por un tiempo, desde que era niño, Mikasa, siempre te he odiado con todo mi ser.-abrí mis ojos grandemente, para ver cómo a Mikasa se le humedecían sus ojos, de una manera tan rota y tan dolida, que me dejó sin palabras, no pude mirarlo a él de lo desconcertada que estaba, solo observe cómo Mikasa se quebraba en mil pedazos.

-¡Eren! ¿¡Como le dices eso a Mikasa!?-el grito de Armin me alertó, pero me sobresalte en cuanto esté brinco a la mesa con su nudillo cerrado hasta que Mikasa casi me empuja para poder agarrar a Armin y contraatacarlo por la espalda.

-Mikasa... -susurré su nombre, sentada y observando la situación en cómo ella demostraba que lo informado de Eren, era más que cierto, ella me miró llorosa y negando sin entender porque aguantó a Armin, quien también la miraba desconcertado.

-Escucha con atención Mikasa, toda tu vida has vivido siguiendo los impulsos de tu sangre Ackerman.-le decía Eren, tranquilamente sentado delante de ambos, observando la situación.

-¡No, no es así!-expresó Mikasa con las lágrimas desbordando, soltando a Armin, ella miró sus manos temblando, negaba con dolor lo que Eren decía.

-¡Basta! ¡Eren!-exclame con molestia, golpeando la mesa con ambas palmas de mis manos, captando su atención.-¡Basta!-volví a pedirle, viendo como me miraba detenidamente mientras que Armin quedaba arrodillado en la mesa.

-Creí que no llegaría a ti por un momento.-expresó Eren, refiriéndose al momento exacto en que Armin se abalanzó con intención de golpearlo, pero no pudo ser por la acción de Mikasa.-Pero ahora que todos parecen estar relajándose, continuaré contigo.-musitó, mientras que lo miré con temor, sabiendo que sería a mi, a quien él rompería más que cualquiera.-Tú titán es muy peculiar, es extraordinario en combate cuerpo a cuerpo. Tiene armas poderosas, pero como cualquier otro, tiene una desventaja.-decía, a lo que mi corazón empezaba a palpitar.-El titán de cristalización es frío, tanto por fuera como por dentro. Al punto de que te atrapa desde la primera vez que lo manipulas. No solo te vuelve fuerte, si no, obsoleta. Te conviertes una persona insensible, fría y temerosa, hasta que empiezas a sentir que no debes ser así. Falta de empatía, aislamiento. Te vuelves una persona oscura. Hasta que tu personalidad original empieza a ser manipulada por la anterior.-los ojos de mi madre se reflejaron en mi mente ante su comentario.-Los sentimientos de la persona pasada, te acorralan. No solo piensas por ti, piensa por aquella persona, te vuelves esclava de su alma. Al punto de quebrar tu espíritu, por no saber ni siquiera quién eres.-decía él, tan cortante, tan frío.

-No es cierto, siempre he sido yo.-le interrumpí con miedo a lo que daría, podía sentir mi corazón querer traspasar mi pecho.

-Ataques de pánico, ansiedad. Depresión, locura. ¿No has experimentado nada de eso?-me preguntaba, mientras que abría mis ojos grandemente.-Crees que es parte de una enfermedad, que es por todo lo qué has tenido que pasar, pero no es así. Es tu espíritu queriendo actuar, queriendo ser la persona que eras antes de activarse el titán en ti.-seguía diciendo, mientras que bajaba la cabeza.-La confusión, el deseo de quedarte y volver a tu hogar, ha sido parte de todo eso. Una parte de ti quería quedarse, pero era esa tu originalidad, la otra parte, no eras tú. Todo lo que has hecho, lo que no has podido hacer por ti misma, no has sido tú. Ha sido tu madre. Su alma se quebró en ese titán, al punto de querer consumirte para que pienses por ella. ¿No es así? ¿No has querido todo este tiempo hacer lo mismo que hacía tú madre? No es aferró emocional por su pérdida, es porque su espíritu ronda en el interior de tu titán, es como un cristal clavado en tu alma, la cual se enfrió y se desarrolló la suya. No tienes criterio propio, por eso no has intentado de quitarme el anillo, porque este anillo era de tu madre, no tuyo y aunque a ella le importe mucho, no fue algo sentimental para ella, por eso ni siquiera te has inmutado en pedírmelo aunque una parte de ti lo quiera de vuelta.-mi corazón palpitaba fuertemente, mientras que yo empezaba a respirar de una manera entrecortada, era el pánico.

-No es cierto, quería volver a mi hogar, porque quería estar con mi familia. Porque quería empezar de cero, quería olvidar todo lo qué pasó.-le decía.-Volví porque necesitaba enmendar lo qué pasó, volví porque tenía que ayudarte, Eren.-hablaba desesperado, mientras que en eso, me daba cuenta, lo cual me hizo sentir mis ojos humedecidos.

-Era tú madre quien quería volver a Marley, porque es algo que no pudo hacer, nunca pudo volver con su familia. Fue ella quien te impulsó a irte, fue ella quien te impulsó a seguir una vida ficticia en Marley. Todo este tiempo has vivido manipulada por la persona que te dio la vida. Era Mía Finger, no su hija Amaya.-afirmó, mientras que mis lágrimas se derramaban.-Fuiste siempre parte del ganado, fue por eso que me fui aquel día y te dejé en el suelo llorando.-esa humillación, eso fue lo más horrible que Eren pudo haberme dicho, mis lágrimas caían sobre la mesa.

-Basta, Eren.-le pedía Mikasa desconcertada por su actitud, ella aún también estaba dolida, pero intentaba de reconfortar la situación deteniéndolo.

-Estabas tan desesperada por salir de ese frío caparazón, que cuando viste que me fui, no sabías ni siquiera como seguir viviendo. Es por eso que ese día lo supe, más que cualquier otro día... -se detuvo, mirándome tan dijo que sabía que el próximo golpe, me haría añicos.-Yo nunca te amé, Amaya. Porque nunca podría amar a quien ni siquiera se reconoce a sí misma. Y eso es peor que el odio.-mis labios temblaron ante eso, era como si me hubieran estrujado el corazón aunque estuviera hecho añicos.

-¡Eren!-me sobresalte, levantándome de la mesa en cuanto vi cómo Armin se lanzó sobre él.

Abrí mis ojos grandemente, los nudillos de Armin se plasmaron con firmeza en la mejilla de Eren, al punto de que se cayó de la silla, y con él, Armin encima. Me quede ida, sin movilidad, era la primera vez que presenciaba esto, porque jamás creí que lo haría. Intente hablar, pero no pude, solo lleve mi mano a mi corazón, como si me doliera. Todo lo que Eren dijo, tenía lógica y joder, que mucho dolía la verdad en estás circunstancias. Todo este tiempo, estuve viviendo algo que ni siquiera yo quería vivir, y eso incluía toldo, así que me quebraba más. Mis lágrimas caían al suelo, era este momento donde volvía a sentir lo que ese día sentí cuando Eren se marchó. Era una abertura en el corazón, una que dolía realmente, pero a la vez se estaba rompiendo algo, como si una parte de mi despertara, pero volví a caer en ese hueco de infelicidad. Me quede observando cómo Eren golpeaba fuertemente a Armin, quería moverme, quería defenderlo, pero no podía moverme y no era porque no quería, no podía de la gran impresión que me lleve en ese momento. Incluso Mikasa no podía moverse, estaba igual de aturdida que yo en observar cómo Eren destrozaba a Armin, hinchando su mejilla y creando que sangre sobresaliera de su nariz, derramándose en el suelo, y deslizándose por toda su mandíbula. Y aunque siempre fuimos, ya no éramos esos amigos y quedó más que claro.

-¡Señor Jeager!-la puerta se abrió con brusquedad, mientras que platos de cristales caían en el suelo, totalmente rotos.

-No hay ningún problema.-afirmó Eren, de pie, mientras que se dirigía a Armin.-Escucha Armin, desde que nos conocemos, nunca he peleado contra ti.-me sobresalte observando cómo lo golpeó, pero más fuerte.-¿Sabes por qué no lo había hecho?-le preguntaba, golpeándolo.-¡Porque al hacer esto, no hay forma de que sería una pelea justa!

-¡Eren!-grite desgarradoramente, para así, empujarlo con fuerza, mientras que lagrimeaba por observar cómo hizo añicos a Armin, quien caía en el suelo.-¡Se acabó, déjalo en paz!-le pedí mirándolo detenidamente, pero él se erizó por un momento.

-Ahí está. Esa eres tú.-expresó mirando como me abalance al suelo, socorriendo a Armin, quien me miraba desorientado.-Bien. Si me dicen la localización del lugar donde tienen a Zeke, no tendremos la necesidad de pelear.-nos decía, mientras que yo intentaba de levantar a Armin con Mikasa.

-Ya basta, Eren.-volví a pedirle, sabiendo que la situación se había salido de sus manos pero su mirada tan fría se dirigió a mi.

-Se dónde está Noah.-mi sangre se heló, y lo miré de una manera tan lenta, procesando lo que se atrevió a decir.-¿O crees que lo traje para que estuviera cerca de ti? Todo ha sido una trampa desde entonces.-se atrevió a decir, sin saber de lo que era capaz.

-Eren Jeager.-lo llame, levantándome del suelo para pararme frente a él, pese a que aún tenía mis ojos humedecidos.-Te juro, por lo más santo, que es mi hijo, que si tú le tocas aunque sea un vello; yo te voy aniquilar.-dije entre dientes.-Óyelo bien, te voy aniquilar.-añadí, viendo sus verdosos azulados ojos estar detenido en mi.

-Pueden llevárselos, y también a la mocosa que mato a Sasha.-emitió, ignorando lo que dije, para ver cómo esos tipejos me aguantaban.

-Entonces, ¿solo viniste para decirnos eso?-le preguntó Armin desde el suelo.-Herir a las dos chicas que siempre te han amado, ¿era parte de la libertad que tanto buscabas?-preguntó adolorido desde el suelo, mientras que Mikasa lo levantaba.-Al final, ¿quién es el esclavo que se sucumbió ante un bastardo?-Eren gruño, deteniéndose para mirarlo de reojo.

-¿A quién le dices esclavo? En marcha.-pidió, mientras que me sacaban cabizbaja de la sala, viendo como ponían a Gaby aún lado de mi, quien me miraba, pero yo aún lagrimeaba.

-¿A donde?-escuché preguntar Mikasa, de una manera curiosa.

-A donde todo inició. El distrito ShingaShina.-afirmó Eren, mientras que me levantaron, haciéndome observarlos a ellos siendo retenidos por guardias.

-Señor Jeager, solo hay una carroza. Las demás no han llegado.-musitó hombre.

-Entonces dejaremos a estos dos, y volverán por ellos en cuanto lleguemos al distrito.-respondía Eren, pero ante tener mi cabeza baja no podía ver a quienes se refería.

Caminaba con pesar y lentitud, estando adelante, mientras que iba cabizbaja, sumamente cansada. Mis ojos ya no derramaban lágrimas, pero aún seguía sintiéndome con tristeza, aún los añicos de mi corazón estaban en las manos de Eren, convertidos en polvo. Él iba adelante de mi, no miraba hacia atrás, estaba firme en sus decisiones. Quizás, ya todo había cambiado. Y a pesar de ser importantes para él, era más importante la libertad que él deseaba encontrar. Continué mirándolo, y como nos daba la espalda. No procuraba por nosotros, ni siquiera le importábamos. Ya no éramos esos amigos, aquellos que siempre estaban juntos, que sonreíamos y buscábamos cualquier momento para hablar, practicar o comer, pero juntos. Entre tinieblas, observaba aquella fría montaña y como mi cuerpo se helaba, como perdía conciencia, pero aún así Eren me busco, aún así él se encargó de que llegara a tierra. Recordaba entre lágrimas como esa fría noche se volvió caliente, como ellos me abrazaron para darme calor. Esa noche era yo. No era mi madre, era yo aceptando la amistad, el amor y la comprensión. Pero todo eso se había desvanecido a este momento, en donde todo se quebrantaba, y mientras bajaba unos escalones, alce la mirada para abrir los ojos grandemente y ser lanzada a un cuarto oscuro. Caí reventada, y adolorida, pero encima del cuerpo de Armin, lo supe cuando escuché su quejido.

-¡Eren, espera!-grito Mikasa, pero en ese momento en que la vi aún lado de Gaby, cerraron la puerta.

───

Próximo capítulo: Un verdadero amor.
Se desata un caos en las afueras, mientras que Amaya y Armin se sientan para descubrir que es lo que realmente sienten.
Nota: Gracias a todas esas personas que les gusta la novela, y que me apoyan. A esas que no, les pido que en si, dejen de leer la novela porque criticar cada capítulo le hace ver a usted que esta también enganchado con la trama. Siempre he sido gentil y muy amable con mis escritores, pero abusan. Déjenme dar lo mejor de mi, en la manera que más amo, escribiendo. Por favor, espero que me entiendan y comprendan.💗

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro