Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝐜𝐢𝐧𝐜𝐨

Estoy aquí.

───

-Eren, ¡espera!-le pedí entre lágrimas en cuanto vi cómo sacó su espada, para retener el cuerpo de Berthold, pero aquel tejado retumbó en cuanto el peso de aquel titán cuádruple.-... -suspire, todo se tenso en aquel momento en que ese titán y yo, estábamos frente a frente, sus ojos me miraban, era ella.-Pieck... -la llame, dirigiendo mi mano a su rostro.

-¡Aléjate Amaya!-me pidió Eren, con un tono desesperado, pero mis lágrimas continuaban cayendo mientras me quede inmóvil, habían pasado tres años desde que no la veía, desde que no la sentía.-¡Amaya, te quiero atrás de mi! ¡Ahora!-volvió a pedirme, pero no podía moverme, y mucho menos en cuanto lo vi a él encima del titán que provenía de mi hermana.

-Amaya Finger, ha pasado mucho tiempo.-su mirada se quedó en mi, sus espejuelos estaban intactos, pero su cuerpo mutilado, si él estaba aquí, significa que atrás de esos muros, todo había caído en sangre y muerte.-Creí que no volvería a verte.-exclamó él, pero ahora entendía porque creía que el apellido de Eren se me había tan conocido, no lograba entenderlo hasta ahora que veía a Zeke Jeager dirigirse a mi, con vida, el titán bestia; nuestro líder.-¿Tú eres, Eren Jeager?-giré mi mirada, observando a Eren, sostenía a Berthold con su espada en el cuello, empezaba a rasgar su piel.-No te pareces en nada a nuestro padre.-baje la cabeza, con los ojos abiertos como platos ante lo que dijo, finalmente, después de tantos años; todo encajaba.

-¡Amaya, te he dado una maldita orden!-Eren ignoro lo que aquel hombre desconocido para él había dicho, pero yo ni siquiera lo miraba, porque no me percataba que estaba más cerca del titán cuádruple delante de mi.

-Créeme, te entiendo mejor que nadie. Y es que los dos somos víctimas del mismo hombre. Él te lavo el cerebro, igual que a mi.-le decía, a lo que Eren observaba detenidamente a este hombre, con su firme postura en sostener a Berthold.-Se que algún día podré volver para salvarte Eren, algún día.-le decía, tensando la situación.

-¿Mi padre?-Eren se dirigió a él, confundido en lo que estaba diciendo, no entendía la situación, pero honestamente, yo tampoco.

-¿Qué? Tiene que ser una broma, me ha seguido hasta aquí.-veía a Zeke impresionado mirando arriba del muro, por lo cual pude ver un leve vapor en donde se podría ver a Levi Ackerman a través de él, mi capitán estaba con vida.-De acuerdo Levi, lo dejaremos en empate, porque temo que este será el final de Berthold.-musitó aquel hombre, dirigiendo su mirada hacia mi, una mirada que transmitió miles de palabras.-Amaya, es hora de irnos.-indicó, como si supiera absolutamente todo lo que sucedería en breve.-Toma mi mano, ya no queda tiempo.-me decía, y todo pareció volverse lento, inclusive podía escuchar mi corazón palpitar con rapidez.

-¡Amaya, no te atrevas a irte!-le estaba dando la espalda a Eren, pero podía escuchar su voz quebrarse en mil pedazos.-¡No te atrevas a dejarme aquí, no ahora, por favor!-mi cuerpo se heló cuando me giré, y de reojo observe sus lágrimas, pero solo observe el cuerpo de Armin en el suelo, sin vida.-¡Si te vas, maldita sea, nunca te voy a perdonar!-exclamó en llanto, apretando la espada contra el cuello de Berthold y cortándolo.

-Yo nunca pedí que me perdonaras... -musité, dejando caer mis lágrimas, para ver cómo Eren dejaba caer las espadas y el cuerpo de Berthold en cuanto vio cómo mi mano apretó la de Zeke Jeager.-Adiós Armin... -susurré.

Apreté mis labios con fuerza cuando sentí las manos de Eren atrapar mis correas, sosteniéndome con fuerza. Cerré mis ojos porque no podía patearlo o alejarlo, solo podía dejar que se rindiera, pero esto, rompía mi corazón. No supe cuantas veces grito mi nombre, solo se que me sostenía con tanta fuerza, como nunca antes lo había hecho. Solloce fuertemente, queriendo que me soltara, queriendo que me dejara ir, pero antes de que me aferrara al cuerpo de Zeke, pude ver los azulados y verdosos ojos de Eren Jeager mirarme. Sus lágrimas salían de esos ojos tan brillantes, veía el desespero en su rostro para que me quedara, jamás lo había visto así, pero simplemente, cerré mis ojos. Quise tapar mis oídos para dejar de escucharlo gritar, pero no podía. Mis lágrimas cayeron en aquel tejado en cuanto la mano de Zeke me elevó encima de ese titán, haciéndome caer dentro de la carreta. Por un momento, todo se desvaneció en cuanto vi a Eren caer arrodillado, sin fuerzas en cuanto el capitán Levi llegó a él, quedándose inmóvil, viendo la carreta irse. Caí acostada, mirando el cielo atardecido, todo había acabado para mi. Si alguna vez me había roto, no se comparaba cómo esa tarde tan fría a plena luz del día. Había hecho un desajuste emocional, no solo por abandonar a Berthold, o por dejar a Eren con los demás, si no, por la muerte de Armin, una muerte tan cruel y dolorosa.

-Mierda... -mis labios temblaban en aquel susurro.-Esto debe ser una mala broma... -continué diciendo, observándolo parado delante de mi, con aquel fino traje color negro.-Así que, están aquí.-decía, aún aturdida con mis ojos abiertos grandemente, mientras que Eren tenía sus manos en el bolsillo.

-Sabíamos que estabas cerca, pero nunca pensamos que fuera tan cerca.-musitó, juraba que él debía estar igual de aturdido pero lo que veía en su expresión no era sinónimo del que conocí, si no, del que decepcione y rompí en mil pedazos, veía una expresión apagada.-Nunca pensé que te encontraría realmente.-añadió.

-¡Amaya, mándale saludos a tu papá!-me sobresalte en cuanto escuché la voz de una de las vecinas, quien sonreía pasando en la calle, con una carroza, sonreí, y alce mi mano, para saludarle, pero sabía que en si, no debíamos estar afuera.

-Entra, es peligroso que estemos expuestos.-le pedí, mientras que me dirigí a darle la espalda para poder abrirle la puerta.

Podía describir como mi corazón quería salirse de mi boca, era una sensación amarga e irreal en cómo Eren estaba caminando detrás de mi, en una zona que creí que no existía para ellos, pero ahora, esto lo cambiaba absolutamente todo. Abrí la puerta, dándole paso, observando cómo pasaba por mi lado y su aroma varonil llegaba a mi en una nube de nostalgia que me estremeció. Observe alrededor, inclusive por entre medio de los arbustos, en desconfianza de la gente que residía aún lado de mi, no deseaba levantar sospechas o intriga ante la entrada de un varón a mi hogar, que no fuera mi comprometido o algún familiar junto a conocidos. Cerré la puerta, para quedarme frente a ella un momento, llevando mi frente a descansar allí en la madera. Suspiraba, intentando de calmar la ansia que se encendía en cada músculo de mi cuerpo. Era irreal lo que estaba presenciando, pero a diferencia, parecía ser un sueño echo realidad volver a encontrarme con Eren cuando creí que jamás volvería a verle. Mi anhelo en que volviera a verlo, estaba frente a mis ojos, y temía aceptarlo, hasta que me giré para ver a Eren de espalda a mi, observando todo el lugar, lleno de curiosidad, pero yo solo quería sentarme, porque no podía dejar de sentirme mareada por la sensación de que él estuviera aquí.

-Es muy bonito.-comentó, me quede en la puerta observando cómo él se dirigió a la mesa de comedor, sentándose.-Todo esta acomodado con espacio, como siempre te gusto.-añadió, a lo que aún estaba detenida en la puerta sin moverme.

-No voy ofrecerte una taza de té, tampoco beberemos hasta la madrugada contándonos anécdotas. ¿Qué haces aquí?-le pregunté, yendo al grano con seriedad, para así ver como él se quitaba aquel sombrero, mostrar un cabello alargado, le había crecido y se veía bien.

-Ya lo sabes.-respondió, corto y sin más.-Sabemos que Zeke habló contigo, te aviso bajo tutela de su confianza lo que ha estado planeando. No debe sorprenderte que estemos aquí para investigar.-añadió, a lo que por la calor, amarre mi cabello, estaba sintiéndome de muchas maneras, y todas eran negativas.

-Es peligroso. Y lo sabes.-le indique, viendo como él observaba su sombrero, sin mirarme.

-Sabemos que los guerreros de Marley están a las afueras, incluyendo Reiner, y tú hermana Pieck, quienes serían los únicos dos que me reconocerían. La única amenaza para nosotros donde se basaría en algo hipotético de cómo nos delatan, eres tú.-afirmó, a lo que me fui acercando para sentarme y relajarme.

-No haré eso.-interferí, viendo como alzaba su mirada, para mirarme de manera fija.

-Podría pensar cualquier cosa luego de que nos hayas mentido, y abandonado de esa manera tan cruel como lo hiciste.-musitó, mirándome más penetrante, quería que sus palabras me afectaran.

-Yo no quería hacer eso Eren. Tenía mis razones.-susurré, viendo el sombrero igual que el, tratando de evadir cualquier tipo de contacto visual.

-¿Son las mismas razones por la cual huiste del festival cuando viste a Armin?-me preguntó, creando que mi boca quedara entre abierta por una falta de respuesta.-¿Huiste por mi? ¿Tenías miedo de que te encontrara?-preguntaba.-¿Al igual de que temías que supiera que había más vida fuera de los muros? ¿O que nos abandonaste para que no fueran a buscarte, y descubrieran quién soy yo?-preguntaba.-Zeke me dijo todo lo que tú no pudiste, es inevitable que me mientas.-decía, mientras que yo continuaba mirando a otro lado, evadiéndolo.

-Ya no tiene importancia, me hallaste. Es lo que querías, ¿no?-le preguntaba, siendo yo la altanera luego de sus explosivas preguntas.-¿Qué carajos quieres de mi, Eren?-le pregunté.-Ya sabes toda la verdad, ya tienes todo en tus manos. ¿Qué haces en mi casa luego de todo eso?-le pregunté, viendo como él me miraba detenidamente mientras que parecía apretar los dientes impotentes.

-Solo te quería a ti.-musitó, con una voz tan apagada que me erizo toda la piel por su respuesta.-Pero, nunca pedí que me eligieras a mi, como tú nunca me pediste que te perdonara aquel día que te fuiste.-lleve mis manos a mi rostro ante eso, había sido un golpe bajo, así que tan solo restregué mi rostro y suspire.

-No tengo nada de té. ¿Quieres agua?-le pregunté cabizbaja, levantando un poco la mirada para ver cómo él asentía ante eso.-¿Quieres frutas?-añadí a la pregunta, y él asintió calmado.

Me levante de la silla, viendo como Eren me seguía con la mirada, pero tan solo me distancié hacia la cocina, en busca de relajación, pero no podía relajar ninguna parte de mis músculos aunque quisiera. Abrí la nevera, buscando la vasija de cristal repleta de agua fría. No tarde en buscar dos vasos de cristal, para así servirle en cuanto terminara con las frutas. Mientras conseguía un envase de cristal, empecé a colocar las frutas frescas que mi padre me había traído en la mañana. Coloqué fresas, con algunos trozos de mango y uvas. Las limpiaba nuevamente, para acomodarlas en el envase. Suspire, colocándome cabizbaja mientras que mis manos estaban puestas en la encimera de la cocina, dejando todo mi peso en ellas. Su mirada no era la misma, podía notar algo en él, y era una tristeza invadiendo cada parte de sus extremidades. La manera en la que se expresa no era él, quizás, no fui la única que cambio o se acopló a los cambios, debía aceptar que Eren había crecido igual que yo, pero mi corazón estaba latiendo igual de rápido, él seguía haciéndome sentir de la misma manera desde que lo conocí, seguía robándome miles de suspiros con solo una expresión, una palabra o semblante. Algo no había cambiado, y era que mi corazón, le pertenecía, era por eso que no estaba molesta porque estuviera aquí, era más allá de eso.

-¿Por qué huiste cuando viste a Armin?-escuché su voz, mientras que secaba las frutas, la invasión de las imágenes de Armin en mi cabeza llegaron.

-Entonces, están todos aquí... -susurre para mi misma, imaginando sus rostros, a todos, era como si mi alma viviera a llenarse.-Si Armin está vivo, solo significa una cosa.-comentaba en voz alta, recordando aquella jeringuilla que Kenny Ackerman le proporcionó al capitán el día que derrotamos a Rod Reiss.-Que Berthold esta muerto.-añadí, sintiendo mis ojos humedecidos, y como mis manos temblaban sirviendo en aquellos vasos de cristal.-Cuando me fui, Berthold estaba inconsciente, sin extremidades. Debiste notar que Armin aún estaba vivo, así que decidieron cambiar una vida por otra. Armin se convirtió en un titán puro, devoró a Berthold, y ahora es el titán colosal.-mis labios temblaban, y mi garganta se calentaba ante la semejante tristeza que empezó invadirme.-¿No es así, Eren?-le pregunté, sabiendo que no podía mirarlo.

-Lo siento.-lamento, mientras que la primera lágrima cayó, y yo dejé de servir el agua.-No podía dejar que Armin muriera, no podría haber seguido sin él.-afirmó, mientras que yo lleve mi mano a la boca, tapándola para no sollozar.-No fue una decisión fácil de tomar, porque todos sentíamos que perdíamos algo, pero era lo único que egoístamente Mikasa y yo queríamos más que cualquiera, sin importar el costo... -continuaba diciendo, podía entenderlo.

-¿El comandante estuvo de acuerdo? ¿Todos lo estuvieron?-pregunte, intentando de relajarme para que no se escuchara mi voz quebrada, pero Eren no respondió.-Para tomar esa decisión, de seguro el comandante Erwin debió haber accedido a que Armin tuviera un gran poder en sus manos.-continuaba diciendo ante su silencio, mientras que recogí el envase de frustras y los vasos, colocándolos encima de una encimera de madera que podía acceder a coger para llevarla al comedor, viendo a Eren cabizbajo.-Ten.-coloqué todo delante suyo, viendo como él me miraba detenidamente, no escondía mis lágrimas, era inevitable.

-Amaya.-Eren me miró fiajemge, mientras que me senté delante suyo nuevamente, limpiando mis lágrimas, para mirarle.-El comandante Erwin, murió.-expresó él, a lo que me quede mirándolo sin algún tipo de expresión.-El titán bestia ataco a la línea central de los cadetes nuevos aquel día, su intención era retener los caballos, dejarnos sin opciones. El comandante Erwin junto a los cadetes de lanzaron al vacío en contra del titán bestia, para poder desorientarlo y que el capitán Levi pudiera atacar a los titanes que manipulaba, inclusive a él.-me contaba mientras que llevaba mis dedos a la boca, ante sentir como temblaban.-Todo sus órganos interiores parecieron explotarse cuando una de las rocas que lanzó Zeke cayó sobre él; junto a Floch fueron los únicos que sobrevivieron, pero solo había una jeringuilla... -musitó cabizbajo.

-Y Armin fue elegido... -dije entre medio de las lágrimas que cayeron, pero mi voz no estaba quebrada, ni sentía mi garganta caliente, era como si estuviera aturdida.-Berthold tuvo que morir, para sacrificarlo en una elección que conllevó la salvación de Armin, teniendo la perdición de la vida del comandante del cuerpo de exploración... -susurraba, más lágrimas empachaban mi rostro.-Se escucha doloroso... -añadí, cabizbajo.-No pude despedirme, comandante Erwin... -susurré por lo bajo, para ver mis lágrimas caer en mi falda.-Debió haber sido difícil... -comente, queriendo imaginarme esa situación pero la expresión de Eren se desintegró.

-No creó que pueda volver a revivir ese amargo momento.-decía Eren, frente a mi, mientras que restregué mi rostro, pero era inevitable detener las lágrimas.-Fue difícil para mi. Para todos, aún es difícil para Armin.-dijo, levantándose de la silla.-Pero fue más doloroso cuando te fuiste, ¡todo se volvió más difícil!-me sobresalte ante su tono alto de voz, estaba molesto, y me daba la espalda.

-¿Crees que para mí no lo fue?-le pregunté, restregando mi rostro, para observarle detenido en frente de mi.-¿Tú crees que yo quería irme?-le pregunté, viendo como él no tenía respuesta.-Yo no quería irme, Eren. Pero si me quedaba, ¿como iba a salvarte?-le pregunté, viendo como él se inclinó ante eso, molesto y en desacuerdo, quedando frente a mi.

-¿Qué más querías de mi? ¿Querías que te hubiera roto algún hueso impidiendo que te fueras?-me preguntaba, recordando como me rogó ese día que me quedara.-Yo no quería que me salvaras, yo quería que te quedarás, ¡porque a quién quería salvar era a ti!-expreso, mirándome fijamente a los ojos.-Si no me hubieras mentido, si no te hubieras tan solo ido... -musitó, con sus ojos humedecidos, a lo que llevó su frente a mi falda, recostándola abatido, mientras que mis lágrimas cayeron en su cabello.-Estoy cansado, pero todo se recuesta en mis hombros. Soy el único que parece poder resolver este conflicto... -me decía, abrazándome por las caderas.

-Lo lamentó... -me disculpe, acariciando su rostro.-Yo no quería hacerles daño, te lo juro Eren. Tú eres tan importante para mi como lo son ellos, pero tú, eres especial.-afirme.-No quiero una guerra, no quiero pelear más. No sé qué tú y Zeke tengan planeado Eren, pero por favor, no tienes que hacer esto. No tienes.-le decía, inclinándome para que pudiera escucharme mejor.-Querías encontrarme, aquí estoy. Estoy bien, estoy viviendo. Estoy aquí, contigo. Era todo lo que quería, ¿tú también?-le pregunté con mis labios temblorosos, viendo como él alzaba la cabeza, y se levantaba de vez.

-Por favor, dame un abrazo.-me pidió, a lo que accedí levantándome de la silla, para abrazarlo fuertemente, y acariciar su cabello, mientras que sentía mi cuello húmedo, lágrimas de sus ojos caían ahí, ambos estábamos mutilados por la depresión.-Ven conmigo por favor, volvamos a la Isla.-me pedía, apretándome fuertemente.-Aún me amas, lo sé porque sigues mirándome como el primer día, Amaya.-decía, acariciando mi espalda mientras que esbocé un sollozo.

-Te amo, Eren, te amo... -solloce, distanciándome de él, para dirigir mis labios a los suyos, con mucha necesidad.

-Entonces vuelve conmigo, lo resolveremos, te lo juro.-me decís entre medio del beso, pero todo era desesperante, muy desesperante.

Llevaba mi mano a sus mejillas, sintiendo como me besaba con el deseo de la necesidad, una que habíamos ausentado durante todo este tiempo. Sus lágrimas y las mías se secaban, era un alivio volver a sentir sus carnosos labios, volver a sentir la textura de ellos, y en cómo se removían, encajando con los míos como si se pertenecieran. Caí sentada en la mesa, sintiendo como Eren estaba entre medio de mis piernas abiertas, mientras que tan solo por el desespero y necesidad de la gran falta que nos hacíamos, queríamos obligarnos a sentirnos, como antes. La pasión desbordaba en mi mirada cuando le quite aquella chaqueta color negra, para quitarle de a leve la corbata, dejando su camiseta manga larga libre con sus botones abiertos. Me detuve un instante, observando su complexión abdominal, mis manos recorrieron su piel, suavemente, sintiéndolo tensarse. Su cuerpo crecía también físicamente, avanzábamos, y se sentía más placentero ver que nuestros cuerpos seguían sintiéndose al pasar del tiempo, porque se pertenecían uno al otro, como aquella noche donde solo fuimos él y yo, unidos bajo una luna. Me tensé cuando dirigió sus labios a mi cuello, creando un escalofrío que causaba la acción de suspirar entrecortadamente, por la falta de aire que me provocaba el tacto de sus labios en mi piel.

Sentí sus manos acariciar mis muslos debajo de mi falda, sentía como luego, se apegó más a mi, para yo empujar mis caderas contra él, sintiéndolo tensado por la sensación de aquel roce. Nuestros cuerpos se alinearon, provocando nuevamente una unión por la cual estábamos necesitados de volver a sentir. De eso se derivaba el amor, del placer, de la conexión contra otra alma, y eso éramos él y yo, una conexión que parecía inquebrantable. Besaba mis labios, pero aún así, me dejaba reflejar los leves gemidos por sus embestidas. Esta vez era más rápido, era más fuerte como aferraba su cuerpo contra el mío. Veía su rostro, su pupila dilatada mirándome con detenimiento, mientras que nuestras frentes estaban unidas, nuestros cuerpos sentían el calor del placer. Gemí, sintiendo como él no me soltaba, suspirando de una manera gruesa que hacía mi atracción hacia él, más fuerte. Me levanto con fuerza, llevando sus manos a mis glúteos, y con cuidado me lanzo en aquel sofá, para aferrarse más a mi, y hacerme más suya de lo que ya alguna vez había sido. Sus labios y los míos volvieron a unirse al igual que nuestros cuerpos como la primera vez, bajo el cielo estrellado, y una hermosa luna.

───

Próximo capítulo: Tu vida y la mía.
Luego de un reencuentro, Amaya y Eren, toman una decisión sobre sus vidas juntos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro