𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐬𝐢𝐞𝐭𝐞
Capitán Levi.
───
Mi cuerpo se movía al ritmo de aquel caballo, quien cabalgaba en medio de la fresca tarde, sintiendo la brisa acariciaremos y alejarnos de sentir calor. Mi cabello iba amarrado en una coleta sigo despeinada, ay sin mi vendaje seguía intacto, inclusive mi ropa de hace dos días, pero en silencio continuaba siguiendo al capitán que lideraba mi escuadrón. No cuestionaba, ni desde un principio cuando me pidió acompañarle hacia el mismo lugar donde todo había empezado hace varias horas atrás. Me resultaba curioso en cómo él, pese a que habíamos derrotado al anormal titán que era portado por Rod Reiss, Levi mantenía esa fría expresión. Cansada, continúe cabalgando atrás suyo, íbamos en un profundo silencio que me agobiaba ante la curiosidad que sentía, pero sin querer ser atrevida, continué como iba desde que nos montamos en los caballos para dirigirnos hacia acá. Suspire, cabizbaja. Aún mi muslo no se recuperaba del todo, no podía forzar tanta energía para que no se viese obvia su recuperación, pero el dejar que se tardara el proceso, me afectaba más. Quería descansar, pero era difícil cuando llevaba esta vida, no podía pausarla, solo debía seguir adelante, y en el momento adecuado, todo se desmontaría, y el único beneficio es que mi conciencia podrá estar en paz.
-Se que quieres preguntar.-alce mi mirada, observando que el capitán había disminuido su andar en el caballo, sus grisáceos ojos me miraban, esperando una respuesta.-Los suspiros, las cambias de semblantes, la curiosidad no te deja ni siquiera pensar.-continuaba argumentó.
-Solo no quiero ser atrevida en preguntar, pero, ¿por qué exactamente vamos hacia la tierra de los Reiss?-pregunte, soltando mi curiosidad, a lo que él dejo de mirarme para continuar cabalgando.-Solo espero que no hayamos dejado nada pasar por alto.-musité.
-Ustedes no, pero yo si.-me respondió sereno.-Hay alguien que deje pasar por alto.-añadió, a lo que yo observe aquella tierra despache en ruptura, habíamos provocado un caos, pero aquí nos encontrábamos de nuevo.
-Kenny Ackerman... -pronuncie aquel nombre con frialdad y curiosidad, descifrando la razón por la cual estábamos aquí.
-Si.-asintió Levi, bajándose de su caballo.-Debe estar cerca, ese tipo es difícil de matar.-decía, acercándose a mi caballo para jalar la cuerda y amarrarla a un árbol.
-No creo qué quiera matar a alguien que quien convivió.-opinaba, ajena a la situación del capitán, pero él aún con serenidad, me ayudó a bajarme del caballo.
-Luego de que te abandonan, toda la perspectiva cambia.-me interfirió, sonando frío, y me sentí apenada por eso.-Era un niño cuando me encontró, luego que quedara solo en una fría habitación. No podía irme sin más, mi madre había muerto enferma, e irme, me hacía sentir que la abandonaba, pero él llegó y me salvó de esa oscuridad.-contaba, detenido en seco.-No eres la única que ha perdido todo, yo también era un niño cuando tuve que obligarme a crecer, o si no, moriría.-me quede cabizbaja ante lo que decía, sin saber de su pasado, ni siquiera un poco.-Pero hay algo más, ese tipo es una caja de sorpresas e información, hay que saber que esconde.-decía.
-¿Y por qué me trajo a mi?-le pregunté curiosa, yéndome detrás suyo.
-Ya con tantas preguntas me estoy arrepintiendo.-expresó sincero, a lo que pude ver a varios soldados del cuerpo de exploración en el área.-¿Qué pudiste encontrar?-le pregunto Levi al soldado que se acercó a nosotros, y saludó con un asentimiento.
-Capitán, toda su gente ha muerto.-indicó el soldado, dejándose llevar por la ronda que debió haber dado, pero continuamos caminando hasta que llegamos a un árbol, uno con florecientes hojas color verdes, adornado por su tronco, y aquel hombre tirado en el suelo, casi moribundo.
-Kenny.-Levi le llamó, mirándole, Kenny lucía pálido; la sangre salía por toda su boca, e incluso su costado, pero su rostro estaba quemado en la mitad, este hombre debía estar casi explotado por dentro, no entendía como seguía con vida.
-Vaya, vaya. Si eres tú.-hablo él, de manera forzada, Kenny Ackerman no tenía fuerzas, no era el hombre que vi horas atrás.-No me digas que tuviste una hija, canijo.-comentó tosiendo, mientras que me examino, pero Levi no expresó nada ante eso.
-Todos tus compañeros han acabado cayendo ante nosotros.-le indicó Levi, con una actitud fría e cortante.-Ahora ya solo quedas tú.-le comento, pero Kenny no parecía afligirse a lo que Levi decía, parecía no importarle.
-Eso parece.-le respondió, reaccionando de una forma neutral, mientras que yo me mantenía algo distante, observando las actitudes de ambos en este tenso ambiente.
-Ve a informar.-Levi miró al soldado atrás de nosotros, quien asintió, removiéndose del área.-Amaya se quedará conmigo por si sucede algún percance, infórmalo también.-añadió, mientras que vi como aquel soldado no tarde en acatarse a la orden del capitán, proseguir do en irse de una manera rápida a su caballo.-Quemaduras graves y hemorragias severas. Prepárate, vas a morir.-le expresaba Levi nuevamente a Kenny, esto ante haberlo examinado, lucía muy mal, realmente si iba a morir.
-No lo haré. A lo mejor no.-dijo él, a lo que observe cómo con dificultadas sacaba de su bolsillo un estuche, uno muy misterioso.-Robé uno de estos de la bolsa de Rod, ese cabrón.-pude ver como abrió el estuche, mostrando una jeringuilla con un tipo de líquido, y sin duda alguna, sabía lo que esa estupidez era.-Si me inyectó, me convertiré en un titán, uno estúpido, pero al menos seguiré vivo. Perdido en él sendero de esta miserable vida.-hablaba de manera incoherente, a lo que yo continué observando el estuche, no iba tener fuerza para inyectárselo, lo desperdiciaría.
-Ya no te quedan fuerzas para poder inyectártelo.-expresó el capitán frente a él, como si me hubiera leído la mente. -¿Por qué no lo has hecho antes?-preguntó curioso, pues hace unas horas, aquel destripador hombre estaba en un perfecto estado para acabar con todos nosotros.
-Si no me lo inyecto como es debido, creo que me transformaré en una criatura inútil.-pensativo, Kenny calculaba la situación en la que hubiese estado, mirando a la nada.-Uno inútil como ese cabrón.-expresó, refiriéndose a Rod Reiss, quien había dejado un desastre, y se había convertido en un titán anormal, uno muy asqueroso.
-Tú no eres el tipo de persona que se sienta a morir sin más.-le decía Levi, era él después de todo que conocía sus posturas.-¿No tenias una excusa mejor?-le preguntó de manera sarcástica, esperando una respuesta más valida por parte de la persona que lo vio crecer.
-Yo no quería morir, yo deseaba su poder, pero claro, me parece que ahora ya entiendo lo que hizo.-confundida me arrodillé, quedando aún lado de Levi para escuchar mejor lo que Kenny tenía que decir.
-¿De qué hablas?-Levi confuso observó como Kenny, aún con sus pocas fuerzas, reía altamente.
-Todos los que he conocido, han hecho lo mismo.-suspiraba gruesamente, intentaba de retener fuerza para poder hablar, pero no podía.-Alcohol, mujeres... Dios. Familia, maldiciones, monarquía... sueños. Hijos, fuerza y amor.-añadía a su comentario, débilmente.-Todos necesitamos engancharnos a algo para poder seguir aguantando. Absolutamente todos éramos esclavos de algo, incluso él.-nuevamente parecía recordar a alguien, alguien a quien desconocía, pero una de esas referencias me hizo recordarla a ella, a mi madre.-Inclusive alguno de ustedes debe estar enganchándose en algo. ¿El heroísmo? ¿El poder? ¿El amor? ¿La realeza?-preguntaba, murándonos a ambos.
-¡Kenny!-con brusquedad apretó sus hombros, me sobresalte ante su acción, pero me quede en silencio respetando su autoridad.-¡Dime ahora todo lo que sepas!-le ordeno, se veía agitado, y muy cansado, quería respuestas como cualquier otra persona.-¿Por qué el rey fundador no quiere que la humanidad sobreviva?-pregunto, intentando de relajarse, pero no podía.
-No tengo ni idea, pero yo soy un Ackerman, esa era mi razón para revelarme.-respondió, tosiendo, creando que el líquido de sangre que escupió repentinamente cayera en mi rostro, inclusive en el de Levi, estaba muriendo.
-Por si no lo sabías, yo también soy un Ackerman.-confeso con seguridad el capitán Levi, haciéndome entender que ellos debían estar entrelazados con Mikasa de alguna forma.-¿Pero qué eras tú de mi madre en realidad?-volvía a esclarecer con curiosidad una nueva pregunta, donde se veía su tensión, su miedo a la respuesta de aquel hombre, y yo no entendía como aún estaba aquí escuchando este drama.
-No seas bobo, yo era su hermano mayor.-respondió Kenny, pudiendo yo ver como los músculos de Levi se relajaban, pero su expresión era una ida.
-Dime la verdad. ¿Por qué aquel día tú me abandonaste allí?-veía al capitán inquieto, veía como preguntaba intentando de no dejar ver que esto le estaba afectando, podía verlo en sus ojos.
-Porque yo no puedo ser el padre de nadie.-Kenny respondió con suma sinceridad, envuelta en una textura de pena que cesó la respuesta hacia Levi.-Nunca me dijiste si eras el padre de este niña.-volvió a comentar Kenny, mirándome fijamente, aturdido.
-Es mi subordinada.-respondió Levi, aclarando la duda de aquel hombre, pero me tensé en cuanto elevo su mano para parecer tocar mi rostro.-No la toques.-le pedio Levi, distanciándome un poco por mi respeto, pero Kenny bajo su mano entristecido.
-Su color de cabello, su fría expresión, es como si viera a Kuchel, pero quizás es porque alucino... -susurraba, no sabía a quien se refería, pero me quede mirándole, como si quisiera detener su pena.-Jamás pude disculparme con mi hermana a tiempo, y verte así, verte en el camino que te estaba yendo me hizo tener miedo y retroceder, porque sabía que esa no era la vida que ella quería que llevaras.-le hablaba Kenny a Levi, haciéndome entender que de quien hablaban, era de la madre del capitán.-La vida trasciende en el tiempo, no podemos detenerlo, tampoco enmendarlo. Los errores siempre marcarán la vida de aquellos que dañamos, pero solo quiero que sepas que yo, siempre tuve en mi corazón a mi querido sobrino, a mi pequeño sobrino.-musitaba aquel hombre con dificultad.-A ti... -tosió, perdiendo fuerza para golpear el pecho de Levi con el estuché de la jeringuilla.
Me quede en silencio observando aquella acción, pero todo se sintió abrumador cuando aquel hombre se quedó sin respirar, soltando su último suspiro. No pude atreverme a mirarlo, pero el rostro de Levi se sintió pesado en cuanto de reojo le mire. Su cuerpo pareció debilitarse, y sus ojos se quedaron aturdidos ante la imagen que estaba viendo. No tardamos mucho, pero quizás el tiempo fue perfecto en cada segundo que Levi estuvo aquí, porque pareció ser una despedida. No me levante, me quede arrodillada observando aún los ojos de aquel hombre abierto, mientras que Levi se levantó con cautela y lentitud, como si le pesara. Le observe, me dio la espalda y se detuvo en seco, como si no quisiera observar esa estruendosa imagen que lo perturbaría, o debilitaría. Me acerqué a Kenny, y aunque me pesara ver a una persona muerta, lleve mis manos a sus ojos, para cerrarlos, y que así cayera en un profundo sueño del que nadie jamás lo despertaría. Era sensible, y muy sentimental, así que mis ojos se humedecieron en cuanto cerré los suyos. Vagamente me obligue a levantarme, dándome cuenta que había yo misma yendo saturando la herida de mi muslo, lo cual era un riesgo, pero sabiendo que no era de importancia, me giré para observar al capitán Levi quien yacía en silencio.
-Capitán.-lo llame en cuanto me dio la espalda, no sabía que hacer, pero no quería que fuera así.-Podemos enterrarlo, no hay porque dejarlo así tirado, después de todo, es una persona.-le decía a Levi, pero él tan solo observaba la caja de la jeringuilla que aquel hombre le había dado.
-No vale la pena... -musitó.-Vámonos, ya espabiló lo que quería saber, no hay nada más que hacer aquí.-indicó, pero me quede en seco, y no me moví.
-Está bien si se siente mal.-le dije, intentando de reconfortar la situación.-Después de todo, era su único pariente. Y, esta bien, puedes molestarte o simplemente quedarte en silencio, pero puedes hacerlo sintiéndote mal porque murió. No puede escapar de ese sentimiento, capitán.-intentaba de ser cuerda, e inclusive madura, observando cómo él colocaba una postura firme, aún dándome la espalda.
-Por eso te traje aquí, porque tienes sentimientos.-indicó, mirándome de reojo.-Eres humana.-musitó, a lo que yo entendí a qué se refería, no me veía como una bestia, ya no más.
Nos quedamos parados frente a ese árbol, observando el decaído cuerpo de una persona que perdió el sentido de su vida, que nunca pudo enmendar sus errores, pero que en el hilo de su adiós, pudo sentir lo que era tener una familia, porque después de todo, murió junto a alguien a quien quiso, pero no pudo cuidar. La brisa se convirtió fría, y el cielo se decaía como si quisiera sincronizar con lo que estaba sucediendo alrededor, una completa mierda. En un parpadeo fue como la noche llegó para arroparnos en una lluvia de estrellas, cansados, hambrientos y con deseos de que todo esto se acabara, estábamos Levi y yo, aún frente a ese árbol. Las emociones, y los sentimientos se reflejaron, la tristeza y la empatía era la mejor compañía que podían crear un consuelo para una persona que sobrepasaba una pérdida, fuera de unión o no, era una aura que algunos siempre necesitaríamos. Nos tardamos en buscar cómo remover la tierra, pero logramos con paciencia el poder enterrarle. Las gotas de sudor ya no bajaban, mis zapatos estaban sucios, y mis manos llenas de tierra seca, pero el alivio y calma que mi corazón sentían por haber hecho este gesto, era supremo a la suciedad que podría quitar cuando llegara al cuartel del cuerpo de exploración.
-Amaya, vámonos.-me pidió Levi, sacando la cuerda de su caballo amarrado en el árbol, pero yo aún seguía frente aquel árbol viendo la pequeña montaña de tierra, a la cual le tiré unas flores que encontré cerca, que aún mantenían su resplandor.-Deben estar preocupados, están conscientes que tenías una herida leve, intenta de fingir que aún te duele a pesar de que ya puedes estar de pie.-expresó, mientras que yo, baje la cabeza cuando sentí como acercaba mi caballo.
-Yo también perdí a mi madre.-confesé en tristeza, poniéndome en el ritmo de la triste noche ante los vagos recuerdos.-Era una niña como tú cuando murió.-detalle, alzando la mirada para verlo montado en su caballo, y yo no tarde en sostener el mío.-Creí que podría olvidarlo, pero hoy me di cuenta que sigue doliendo como si hubiera sido ayer... -musité.
-Siempre dolerá.-confirmó Levi, a lo que yo le miraba, montándome en mi caballo.-No importa que tanto pase el tiempo, siempre dolerá.-añadió, a lo que yo me quede observando la brillante luna.
-Vámonos.-le pedí, para poner en marcha al caballo junto a él, pero no podía dejar de observar la luna con el deseo de saber si existía ese cielo en donde esos seres queridos estarían.
-Amaya.-me llamo, a lo cual me giré para observarle.-Aún no sé cómo has llegado hasta aquí, o qué verdad tan oscura escondes, pero cuando todo salga a la luz, estaré ahí para entender y respetar tus decisiones.-indicó el capitán, a lo cual asentí agradecida, notando que en su rostro no estaba la frialdad, pero si la serenidad, pero así fue, después de todo, Levi Ackerman siempre estuvo a mi lado, inclusive fue lo último que vi, antes que los abandonará.
───
Próximo capítulo: La reina.
El escuadrón especial presencia como Historia Reiss se convierte en la nueva reina de la isla, mientras que Amaya presiente que la verdad pronto saldrá a la luz.
Nota: Se acercan los capítulos finales.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro