𝐎𝐍𝐄 ★ the preview
PACIFY HIM ( ブルーロック)
O1. LA PREVIA !
━━ CHAPTER INFO ━━
Seishiro reprime sus frustraciones, a la vez que se aproxima
la final de la copa de universitarios regionales.
Mei cae en cuenta de algo importante; le hace a Seishirō una invitación
que podría cambiar el curso de su amistad.
«Diablos, qué linda es».
Ese fue el primer pensamiento de Seishirō Nagi al enfocar su vista en la silueta de esa mujer. De estatura promedio, linda de frente —por detrás también—, su larga cabellera azabache y sus ocelos carmín como la sangre; todo sobre ella era prístino. No le incomodaba en lo absoluto que haya interrumpido su —sagrada —hora del desayuno, al menos, no si se trataba de Mei.
Su endulzante voz resonó en sus oídos, saludándolo como de costumbre.
—¡Buenos días, Seishirō! Me pregunto si hoy habrás dormido lo suficiente —besó fugazmente su mejilla, a modo de saludo.
Rayos. Que siempre lo llamase por su nombre de pila alimentaba su incesante deseo por ella. No obstante, él ya sabía cuál iba a ser la siguiente pregunta que escucharía salir de entre los labios de la joven.
—¿Has visto a Reo? No contesta mis mensajes —.
Reo Mikage. El hijo del CEO de la Corporación Mikage, el cual tiene a la universidad entera a su disposición. Es el mejor amigo de Seishirō desde que tienen 17 años, y el mismo que comenzó a salir con Mei un mes después de que Seishirō le había confesado que la amaba. Ella ya llevaba poco más de medio año con Reo. ¿Qué podía hacer en casos como ese? No correría tras ella esperando que por obra y gracia, Mei se enamore de él.
—Se fue a entrenar. Su celular está en la mesa de noche. Debe regresar como en media hora —.
—Ah, típico de Reo. ¿Me avisarías cuando regrese? Quiero hablar con él de nuestro disfraz para la fiesta —respondió. Pudo notar la desilusión en su rostro.
—¿Qué fiesta? —.
Seishirō preferiría quedarse todo el día jugando videojuegos antes que abandonar la comodidad infinita de su departamento. Desde niño, nunca estuvo particularmente interesado en socializar con nadie. No salía a fiestas constantemente, y sus amigos tenían que arrastrarlo a los planes que creaban. A menudo se preguntaba cómo es que tenía amigos para empezar.
—¿No has escuchado? ¡La fiesta de Halloween de la universidad! Deberías de ir, Sei. Nunca sales, te vendría bien una fiesta de vez en cuando.
—Si tu lo dices... podría pensar en ir. ¿Cuándo es? —.
—El fin de semana. Si vas, ¡te voy a regañar si no te disfrazas! —recalcó, pellizcando su mejilla sutilmente. —¡Bien, Sei, te veo más tarde! No te olvides de avisarme sobre Reo. ¡Tengo una clase ahora, adiós!
—Adiós, Mei —.
Y de nuevo, estaba solo. Terminó su desayuno, y se lanzó directo al sofá. Tenía el día libre, ¿y qué mejor que aprovecharlo durmiendo un par de horas más? Había estado entrenando porque esa misma semana tenía un partido importante con el equipo de fútbol, y justo acababa de presentar sus exámenes finales. Estaba agotado hasta la médula. Estando a punto de ser acogido por los brazos de Morfeo, un portazo y una conocida voz lo despertó de golpe.
—¡Oe, Nagi! Eh, perdón, no vi que te ibas a dormir—.
El joven de cabellera morada lo saludó, dejando su mochila de gimnasio en el suelo.
—Mei te estaba buscando. Le dije que no te demorarías en llegar. Ve con ella, quiere hablar de una fiesta o algo así —expresó entre bostezos.
—Ah, si, la fiesta de Halloween de la universidad. ¿Irás? —cuestionó el chico de ojos morados, intrigado —. Que, de hecho, me sorprendería si lo hicieras. Ni siquiera sales conmigo —sollozó, a modo de broma.
El albino carcajeó en voz baja ante la mímica de su compañero. —Eh, no estoy seguro. Sabes que lo más probable es que no lo haga. Qué pereza me da buscar un disfraz—.
Reo le lanzó una mirada de decepción; no esperaba nada de Seishirō para empezar. Su amigo no era alguien que él considerase "sociable". Era normal que tratase de sacarlo de su encerramiento autoimpuesto y no le hiciese caso en lo absoluto.
—Bien, me dijiste que Mei me buscaba? Entonces ya me voy. Adiós, bro —chocó los puños con el mencionado, tomando su celular entre manos y sus audífonos inalámbricos. Al salir, volvió a azotar la puerta del departamento; Reo Mikage definitivamente no sabía el significado de medir la fuerza.
Nagi aprovechó para enviarle un mensaje a Mei; recordó el favor que ella le había pedido antes.
mei <3 🍵
oe, tu novio está aquí. ya va por tí
2:35 PM
gracias, sei! que lindo, te
acordaste de tu promesa (≧▽≦)
2:37 PM
no era tan difícil ། – _ – །
2:38 PM
qué modesto JAJAJAJ
2:38 PM
muy típico de tí ◔_◔
2:38 PM
por cierto, espero verte en
esa fiesta, sei
2:39 PM
seen
Dejó su celular a un lado, admirando el cielo raso de su departamento. ¿Estaba sonriendo como idiota mientras escribía? Maldita sea. No se podía concentrar. ¿Qué clase de efecto afrodisíaco tenía la presencia de esa mujer?
Cómo le encantaría saber.
Volvió a levantar su celular, y lo desbloqueó.
mei <3 🍵
mei, está bien
2:41 PM
está bien qué?
2:43 PM
iré a la fiesta de halloween
definitivamente
2:43 PM
en serio? eso es genial
sei! te voy a jalar el cabello
si no vas disfrazado 👹
2:44 PM
seen
Seishirō carcajeó en voz baja. Imaginó la embarazosa escena en su mente, y ocultar su mueca de felicidad se volvió una tarea imposible. Mei parecía tenía ese efecto en la gente; provocaba risas y repartía alegría por donde quiera que pisase. Aunque, el "efecto Mei" lo afectaba en exceso desde hace más de dos años. No le bastaba con fijar la vista en su perlada sonrisa, o con las apariciones sorpresa en su departamento.
Quería que fuera suya. Cosa que, desde que su mejor amigo la invitó a salir y la hizo su novia, no podría ser.
Tenía que conformarse con las migajas que Reo dejaba. Arreglar los desastres que provocaba, ser su pañuelo de lágrimas. No había cosa que Seishirō aborreciera más que ver a esa dulzura de mujer llegar a su departamento, con los ojos enrojecidos e hinchados por el llanto, a abrazarlo y comentarle, entre sollozos y suspiros repletos de pesadumbre, todo lo que se guardaba frente al público. No le alcanzaban los dedos de las manos para contar cuantas veces había sucedido, y aseguraba que seguiría repitiéndose.
Cualquier ser humano con un mínimo de sentido común habría abandonado esa labor desde el primer intento. Y si bien, Seishirō Nagi era considerado un genio, pero en situaciones como esta, decidía dejar de escuchar a su cerebro.
Mei no era completamente suya. Y no lo sería, tal vez nunca.
Pero, ¿Qué más daba?
Con mucho desgano, avanzó hacia el baño. Se quitó, una a la vez, las prendas que lo cubrían, quedando completamente al desnudo. Puso un pie en la ducha, y cerró la puerta. Creyó que el agua helada reventando sobre su piel tersa, de alguna forma, se llevaría esa sensación de vacío que tenía en ese preciso instante. Recostó la cabeza sobre las baldosas de mármol que decoraban el interior de la ducha, y dejó que el tranquilizante sonido del correr del agua apaciguara sus pensamientos.
Su celular vibró, sobre la encimera del baño. Imaginó que podría ser Reo, intentando hacer que abandonara su vida de ermitaño por trigésima vez. O tal vez se trataba de Isagi, llamándolo para que se uniera a los chicos en un partido de cancha sintética.
Un rato después, se hallaba amarrando la toalla alrededor de su cintura, mientras se secaba el cabello con una toalla de microfibra más pequeña. Esta se la había regalado Mei; según ella, las toallas de microfibra eran perfectas para el cabello. Admiró su reflejo con dificultad, el calor del exterior chocando con la temperatura del agua había empañado el vidrio. Con las manos ya secas, revisó de reojo la bandeja de entrada de su celular.
Tenía más de treinta mensajes del grupo que tenía con los chicos, tres de Reo, y tres de Mei.
Casi que en un impulso, abrió primero el de la azabache.
mei <3 🍵
sei, le compré unos
nuggets del mcdonald's
a reo
3:37 PM
supuse que también
querías, así que te los
dejé en portería 🫶🏻
3:37 PM
y si, traen papas, salsa
BBQ, y un vaso agrandado
de coca cola porque sé que
no te gusta la fanta
3:39 PM
ERES GENIAL (─‿‿─)♡
3:42 PM
nos vemos, cuídate
mucho
3:42 PM
En ocasiones como esta, Seishirō Nagi se repetía a sí mismo que ser el paño de lágrimas no era tan horrible como aparentaba.
Arrastrando los pies, salió de su departamento en busca de su snack, luego de enfundarse en un par de bóxers, tomar la primera camiseta que encontró y una bermuda que pedía a gritos que la volvieran trapo de cocina. No se preocupó por buscar sus slides, lo más probable es que estuviesen refundidas en algún rincón de su desordenada habitación.
Seguía leyendo los mensajes que le habían enviado. Procedió a abrir el chat con sus compañeros de la universidad.
los diamantes en bruto 💎 👹
isagi ^3^
estoy libre, INDIQUEN
2:52 PM
abeja feliz
qro salir d esta CARCEEEL
2:52 PM
dulce princesa 🎀
esperarán a que me haga
la rutina de skincare, primero
muerto antes que feo 💅🏻
2:54 PM
rey tirano
limpien esta PORQUERÍA de cuarto
antes de estar inventando planes,
cochinos de mierda 👹👹👹
2:56 PM
rey tirano
y respecto al plan, sí, iré
2:57 PM
malévolo cucarachón 🪳
A DONDEEEEE??
vayamos a la cancha
cerca de la tiendita
2:58 PM
pestañotas
qué desgracia tener que decir
que le hagan caso al cucaracho
2:58 PM
malévolo cucarachón 🪳
supéralo, envidiosa
3:00 PM
pq mierda escriben tanto?
no dejan ni cagar en paz
3:44 PM
isagi ^3^
NAGIII
3:45 PM
isagi ^3^
si vas a venir?
3:45 PM
si me ruegas de rodillas,
me lo pienso 🥺
3:46 PM
isagi ^3^
tomaré eso como un sí
si no te veo aquí te arranco
la peluca ok???
3:47 PM
tiburoncín 🦈
que gays de mierda 👹
3:49 PM
Nagi había esperado pacientemente a que el ascensor llegase hasta el lobby. Vivía en un condominio donde los apartamentos acaparaban el piso completo, por lo que, solo tenía vecinos arriba y debajo, y el ascensor era especialmente veloz. Llegó hasta donde estaba el portero, quien le hizo entrega de la comida que le habían dejado.
En la bolsa, había una pequeña nota escrita con una caligrafía muy particular, y conocida para él.
"hoy si tienes permiso de comer basura, sei"
xoxo, mei 💗
Ablandó la mirada al leer la nota. La guardó en los bolsillos de su bermuda raída; acto seguido, le dió un prolongado sorbo al vaso de coca cola extra grande que la chica había tenido el detalle de llevarle, mientras se devolvía por el mismo camino a su departamento. Abrió la última tanda de mensajes, que provenían de Reo.
reo
bro
3:15 PM
me dejé mis guayos allá?
3:15 PM
no los encuentro por ninguna
parte estoy que me encajo un
TIRO en medio de la frente 💀
3:15 PM
Nagi trató de hacer un poco de memoria. Fue entonces que recordó haber visto un par de zapatos que no eran suyos en el cuarto de huéspedes. Seguro eran los guayos de Reo.
reo
bro, los dejaste en el cuarto
3:55 PM
dos opciones, los buscas
o te los mando en uber
3:55 PM
mandaré a mi chofer por
ellos, estoy ocupado 😭
3:57 PM
y ahora en q te metiste?
3:58 PM
salí con mei, y a la media
hora papá me hizo venir
a una charla de educación
financiera, estoy harto
4:00 PM
pero entiendo que de estas
cosas depende mi futuro como
empresario
y tú?
4:00 PM
iré a quemar tiempo
en la cancha
4:01 PM
creí que te ibas a dormir
4:02 PM
estoy ansioso por mañana
necesito ocupar la cabeza
4:02 PM
capisce
suerte bro
4:03 PM
nagi reacted "❤️" to this message
Finalmente había tocado tierra. Con los nuggets y la gaseosa aún en la garganta, tenía que buscar sus guayos en medio del desastre que era su habitación. Para su fortuna, los había dejado en el bolso que utilizó la última vez que salió a jugar. Desplegó su exquisita colección de camisetas de fútbol —algunas obsequiadas por Mei — y escogió la primera que vio: azul cielo y blanca, la camiseta oficial del Manchester City. Lo siguiente, y lo de menos, fueron sus pantalones. No puso mucha atención a cual escogía, solo se fijó en el color. Y por último, los guayos, que descansaban en su tula deportiva.
Consiguió sus slides, las cuales se colocó en un movimiento ágil de pies. Antes de que se olvidara, metió el calzado de Reo en una bolsa. Tomó su hoodie favorito y lo enganchó sobre su cabeza con la capucha de este. Apagó todas las luces, y cerró su departamento con llave.
Dejó la bolsa con los zapatos en portería, pidiéndole al guardia que la marcase con "Para: Reo Mikage" escrito en marcador permanente.
El trayecto hasta la cancha no era muy alejado de su hogar. Pasó la mayoría del camino explotando sus airpods con "CALL ME IF YOU GET LOST" de Tyler, The Creator.
Al llegar, se halló frente a frente con las vallas de metal, y a sus oídos llegó el bullicio característico de su grupo de amigos. Una vez que pagó la entrada y se cambió, aventó su mochila, corriendo directo hacia el balón esférico que parecía instalarse en el empeine de su pie derecho como uña y mugre.
TAKAHASHI MEI'S APARTMENT, TOKYO, JAPAN.
wednesday, october 29. 4:20 PM.
Mei estaba sentada en la barra de la cocina de su departamento. Anya, su amiga, se cocinaba un par de sándwiches, pues no había comido nada en toda la tarde.
—¿Estás segura de que no quieres comer? Siempre me robas bocados de cualquiera de mis creaciones culinarias.
—No, no tengo hambre —replicó, seca.
—Esto tiene que ver de nuevo con Reo, cierto? —apuntó Anya. —No entiendo por qué no has terminado con él. Hace tiempo vienen con problemas, Mei-chan.
La joven de cabello azabache desvió la mirada. En el fondo, sabía que Anya tenía razón. ¿Por qué se aferraba a la idea de seguir con Reo?
¿Por las apariencias?
Reo no le dedicaba tiempo. Ni sonrisas sinceras. Ni caricias propias de una pareja. Apenas se esforzaba en la parte material, cosa que Mei valoraba muy poco. El dinero no podía reemplazar el vacío emocional que el de las hebras violetas había dejado en su relación.
Ella lo sabía: Reo Mikage no la amaba.
Cosa que Seishirō Nagi si hacía.
No. ¿Qué diablos estaba pensando?
—¿Mei-chan? ¿Estás bien? —la rubia, preocupada por ella, cuestionó.
—Si, si. Estoy bien —dejó escapar una risa falsa.
—Hey. Puedes hablarlo conmigo, ¿sabes? Te escucharé. Juro que soy una tumba —aclaró, amistosamente.
Mei inhaló una bocanada de aire, antes de sacar todo lo que le estaba pudriendo las entrañas.
—Es que no tiene sentido. Reo tenía fama de ser un novio perfecto. No fue por eso que decidí ser su novia, solo me aseguró de que estaba dejando entrar a mi vida a un buen sujeto. . . pero de unos momentos acá, cambió por completo. Es muy diferente al hombre que conocí en un inicio. Es que, ¿acaso no soy suficiente para él?
Anya le dedicó una mirada repleta de pesar a Mei.
—Es tan simple y crudo como lo que te voy a decir, Mei-chan. Reo nunca te quiso, para empezar.
La de ojos carmín ahogó sus palabras.
—Quería lo que tú representabas en su vida.
Contempló en silencio. Lo explicaba todo. El coqueteo, los ramos, los paseos en limusina. Mei Takahashi no era más que otro trofeo para Reo Mikage. Otra cosa material que podía obtener con facilidad, y aburrirse de esta.
—Tienes razón, Anya. He estado desperdiciando energía en un hombre que en primer lugar, nunca me quiso. Es agotador y frustrante. Y me he puesto a pensar si realmente lo quiero, o solo estoy tratando de mantener la fachada de "pareja" que tenemos.
—Me alegra que te hayas dado cuenta. No te fuerces a descubrirlo. Date un poco de tiempo para pensarlo, y sabrás lo que tienes que hacer —Anya le ofreció un batido de café que había preparado —¿Quieres? Estos en Europa son geniales. No defraudo cuando se trata del café.
Enternecida, Mei aceptó su oferta.
—Oye, con todo esto, me imagino que no irás al partido de fútbol de mañana, cierto? Es la final de los regionales—.
—No planeaba estar allí de todas formas. Reo es suplente, así que igual no tenía nada que hacer allí —bebió un poco del café, haciendo una seña de aprobación que su compañera respondió con un guiño.
—Pero, si te digo que me acompañes a ver a alguien, ¿irías? —.
—Depende de quién sea —bromeó. —No secundaré que ignores tus propios consejos y vayas a tratar de ligarte al patán de Otoya.
Anya y Mei rieron al unísono. Sí que estaban muy bien informadas del extenso —y desastroso —historial amoroso de Eita Otoya.
—¡Claro que no! Pero, ¿los has visto? —pronto, cayó en cuenta de lo absurda que fue su pregunta. —Bueno, sí lo has hecho —rió. —Pero, ese Rin Itoshi es muy atractivo. Y ni hablar de Seishirō Nagi. Lo conoces, ¿verdad?
¿Sei? ¿Por qué Anya querría algo con Sei? Es más, ¿por qué estaba sintiendo ese océano de mariposas revoloteando en su estómago?
—¿Mei? Te ves como si hubieras visto un fantasma. ¿Dije algo que no te gustó? —.
—Perdón, me distraje. Si, es amigo de Reo. Podría decir que somos muy cercanos —respondió, ignorando su incómoda pausa.
¿Por qué estaba remarcando su cercanía con él? Seishirō era su amigo, y sin duda alguna se habían vuelto inseparables desde que empezó a salir con Reo. Acaso ella estaba. . . ¿celosa?
No, qué estupideces. No podría estar confundiendo más las cosas.
Anya alzó una ceja. Mei se estaba comportando extraña, desde que había mencionado al famoso astro del equipo de fútbol. Sin embargo, sabiendo que no estaba de buen humor, decidió dejarlo pasar.
—Deberías presentarme a todos en el equipo, seguro los conoces personalmente más que yo —Anya rodó los ojos, haciendo una mueca de decepción.
Mei no pudo evitar reírse ante el gesto de la rubia.
—Está bien, An. ¡Te acompañaré! Pero prométeme que será con Rin y no con Otoya, por favor —lloriqueó jocosamente, tomando otro sorbo de su café.
NAGI SEISHIRO'S APARTMENT, TOKYO, JAPAN.
thursday, october 30. 6:20 AM
La melodía de su alarma rompió con sus intentos de poder dormir hasta tarde. «Qué fastidio» se dijo para sus adentros, estampando su mano agresivamente sobre el dispositivo. El reloj marcaba las 6:20 AM; el partido comenzaba oficialmente dos horas mas tarde, sin embargo, tuvo que hacer el sacrificio de levantarse temprano debido a los entrenamientos previos al encuentro deportivo.
Aún con los ojos cerrados, encontró sus slides con el tacto de la planta de sus pies, y se dirigió al baño, sin percatarse que todavía estaba abrazando a su almohada. La lanzó hacia su cama, para tomar un pequeño parlante y su teléfono celular. La música sería la encargada de eliminar la pereza de su cuerpo, aunque dicha hazaña fuese una tarea imposible.
Encendió el calentador casi de inmediato. El agua fría le había tomado por sorpresa, congelando su piel. No pretendía hacer una rutina compleja de limpieza, de todas formas acabaría bañado en sudor luego del partido. Rápidamente salió de la ducha, repitiendo el mismo proceso: amarró su toalla, secó su cabello, se aplicó desodorante en aerosol en las axilas, lavó sus dientes y salió hacia su habitación, buscando el característico uniforme azul con franjas oscuras del equipo de fútbol.
Frente a su espejo, le dió un breve vistazo a su outfit: camiseta negra con un estampado futurista de undergold, cargos beige, un par de adidas forum x bad bunny en color negro y el mismo hoodie de undefined que había utilizado el día anterior.
Llegó la hora de preparar el desayuno, y el disgusto se hizo presente en su rostro. Odiaba cocinar. Podría tomarse una gelatina líquida y estar en perfecto estado por el resto del día. Pero, ya podía escuchar las voces de Reo y Mei regañándolo por sus dudosos hábitos alimenticios.
Resolvió que compraría una galleta grande, un nevado de café y un croissant en el café más cercano. Era eso, o incendiar la cocina de su espacioso departamento. Caminó hasta el balcón, la brisa gélida chocando contra su rostro. Se acercó hasta una pequeña maceta situada en una mesita esquinera, y le dió una pequeña caricia al cactus de curiosa figura plantado en esta.
—Buenos días, Choki —.
La tonada de "HEAVEN AND BACK" de Chase Atlantic resonó dentro de su bolsillo. Se trataba de Isagi. ¿Qué querría el señor 50 millones a las 7 de la mañana?
—Hola, pollito. ¿Sigues dormido o estás con otra?— interrogó, dramático.
—¿No es muy temprano para estar celándome? —contestó, refunfuñando jocosamente.
—Te llamaba para decirte que vas TARDE —hizo énfasis en la última palabra —y estoy inventándole mil excusas a Ego para que no te joda antes y después del partido.
¿Tarde? si la práctica comenzaba a las 7:30. . .
Mierda. Ya eran las 7:30.
—Te debo una —suspiró.
—Luego hablamos de eso, genio. Corre, y más te vale que lo hagas, antes de que Ego te mate y nos quedemos sin delantero —lloriqueó el azabache al otro lado de la línea.
—Adiós, señor 50 palos —.
—Nos vemos, pollito —.
Prácticamente salió volando de su departamento. Seguía sin procesar por qué el tiempo pasaba tan rápido. A este punto, tendría que no dormir para llegar a tiempo a cualquier parte.
El ruido de las calles se escuchaba difuso. La música resonando en sus oídos aislaba cualquier parloteo de los transeúntes. Seishirō manejaba una vida tranquila, precisamente porque detestaba estresarse. Y Jinpachi Ego se encargó de arruinar toda paz mental que tuviese.
Finalmente había llegado a la universidad. Con el vaso de café en mano y medio croissant en la boca, se aproximó hacia el estadio lo más rápido posible. Adentro, el ceño fruncido del técnico de su equipo lo esperaba.
—Nagi —sentenció —. Otra vez, llegas tarde. Primero, termina de comer, no necesito que te desmayes de hambruna. Vístete, haz 5 minutos de calentamiento y practica tus tiros con Gagamaru. Ahora—.
El joven de ojos grisáceos asintió, sin oponer mucha resistencia frente a la reprimenda de Ego. El sujeto no tenía que proponerse ser intimidante; directamente lo era, todo el tiempo.
Habiéndose vestido apropiadamente para la ocasión, y terminado el calentamiento, caminó hasta el arco, donde un impaciente Gin Gagamaru practicaba con una de las estrellas del equipo.
A su lado, estaba Rin Itoshi, quien había empezado sin él.
Nagi se limitó a saludar levantando su mano dominante, gesto que el de ojos turquesos respondió elevando sutilmente su mentón. Hizo repicar el balón sobre su pie, e inmediatamente las ideas de cómo confundir al instintivo Gagamaru surgieron.
Estaban frente a frente. No necesitaría controlar balones que vengan de direcciones ridículas. Solo manipular el tiro. Habiendo pensado esto, elevó la pelota al aire, amagó, y la golpeó con tanta precisión que ni los increíbles reflejos de Gagamaru pudieron detenerla.
—En ocasiones eres impredecible, Nagi —.
No contestó. Estaba demasiado concentrado en los tiros. No fue uno, ni dos goles los únicos que logró anotar. Gagamaru tuvo una cantidad prudente de fracasos antes de acostumbrarse a los tiros imposibles de Seishirō.
Estando a punto de volver a acertar un tiro, Ego cambió su tarea. Lo emparejó junto a Isagi y Rin, practicando pases. No podía ser excéntrico en cuanto a pases simples como eso, por lo que se sujetó al estándar.
Ya tendría 90 minutos llenos de oportunidades para explotar su potencial.
Había llegado la hora de la verdad. Estaban a punto de jugar la final de los inter universitarios. El equipo disfrutaba de hacer sus clásicas barras internas para subir la moral. Isagi y Reo aplastaban a Seishirō, quien estaba asfixiado y rezando que lo soltasen un segundo.
Entonces, Jinpachi Ego pidió un minuto de silencio.
—Jóvenes. Ya saben lo que tienen que hacer. Han entrenado mucho, y hemos llegado hasta aquí gracias al esfuerzo y talento de cada quien, pero este equipo no se conforma con la mediocridad. Ustedes tienen mucho potencial, y a este punto lo saben explotar. No pierdan el enfoque, y ganen este partido. Éxitos.
Todos los jóvenes se alinearon, uno tras otro. Nagi acabó situado detrás de Rin, quien llevaba la banda de capitán. Las puertas del estadio se abrieron lentamente, mientras marchaba junto a sus compañeros hacia el exterior.
Fueron recibidos por ovaciones del público, toneladas de carteles, fanáticos empecinados a que estos firmaran sus camisetas, y por la —irritante —prensa. Escaneó la tribuna con la mirada, buscando a cierta persona, mientras saludaban al equipo contrario.
« Dudo que ella esté aquí. Reo no va a jugar hoy. Y no le hablé sobre esto ».
Para su sorpresa, divisó a lo lejos la silueta de una conocida mujer de ojos carmínes y cabello azabache, saludándolo.
—¡Sei! ¡Eres el mejor del mundo! —gritó la joven, alargando la última vocal. Notó que Mei estaba sosteniendo un cartel que decía "SN7", mientras llevaba puesta su camiseta oficial.
Maldito cupido. Si de por sí, no paraba de pensar en ella, ahora sí estaba completamente jodido.
—Pollito, ¿acaso estás enfermo? Pareces un tomate de lo rojo que estás —señaló Isagi, de pie a su lado, tomándole la temperatura con su mano libre.
—Creo que me dió un golpe de calor —.
Ese "golpe de calor" tenía nombre. Y se llamaba Mei Takahashi.
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© muneyuki kaneshiro ( 𝗺𝗮𝗿𝗶𝗽𝗼𝘀𝗲𝗮𝗱𝗼𝘀 )
──⠀۪ ♡ ۫ CHAPTER INFORMATION ୨୧
# chapter count ★ 18 páginas; 4,286 palabras; 23,914 ( con espacios ); 19,915 ( sin espacios ). corregido.
# update ★ lunes 11 de noviembre, 2024 / 6:38 (GMT-5)
# next page summary ★ Llegó el momento decisivo: la final. Reo nota algo en Mei que le disgusta con intensidad. Mei se prepara para la noche más esperada del año: la fiesta de Halloween.
MICK'S NOTES !
buenas tardes ( ?¿ ) MASTUR - BANDAAA! enseguidita les serví la parte 1 de este one shot ( more like a three - shot pero ndqv con el name ) para que no se me aburran mientras lo termino por completo.
mei decidiendo con qn quedarse be like
( te amo nagi dame 1n besito )
DEDICATORIAS !
a ssatokashi porque yo creo q se va a desinflar de tanto esperar la pt.3
a itadorins pq MIRA COMO QUEDÓ D FACHERA LA PORTADAAA
a -daniix pq ta siendo la mayor fan en estos momentos AJSBDJSB
a draconianas pq es mi n° 1 supporter en ffs de bllk
recuerden apoyar el fic con su voto y comentario(s)!
━━ 𝘪𝘔𝘈𝘙𝘪𝘗𝘖𝘚𝘌𝘈𝘋𝘖𝘚 ★
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