Modern AU

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u voz le resultaba melodiosa, exquisita. Resonaba en su cabeza cuando ella no estaba presente, y al compartir momentos juntos, sus oídos  prestaban especial atención a cada palabra que le decía.

Pero en especial, él amaba hacerla reír, así que, cuando los chistes no funcionaban, podía recurrir a ese pequeño cosquilleo que en ella provocaba su cercanía para conseguir sacarle más que una sonrisa.

Aún cuando fingía ser todo un galán con la rubia, se ponía más que nervioso cuando acortaba cada vez más la distancia entre ellos. Jugaba con sus bucles dorados, acariciaba sus manos hasta ascender a sus brazos, tocaba la tersa piel de sus mejillas provocándole un sonrojo a la chica frente a él. Infinidad de maneras tenía para hacerle sentir su cariño, y Ricitos no dudaba en mostrar su auténtica felicidad.

Era en los días gélidos cuando más cercanía tenían sus cuerpos. Abrazados, a veces compartiendo una misma bufanda. Ella, en ocasiones portando el abrigo favorito de su novio, y él con el deseo constante de quitarse los guantes para poder sentir el tacto de su amada.

En casos así, optaba por otra opción: acercaba su rostro al de Ricitos, y le daba uno de esos besos esquimales que a ella le hacían soltar una carcajada.

— Tu nariz me hace cosquillas — Solía decir entre risas.

Sus narices frotándose juntas alvianaban en frío en el exterior, además de hacerlos sentir como la pareja de adolescentes enamorados que eran hace pocos años atrás, cuando recién comenzaban a salir.

Besos similares ocurrían entre ambos cuando uno de los dos estaba enfermo, más que nada para evitar un contagio. Les era suficiente aquel contacto, y vaya que ayudaba mucho en la recuperación de un resfriado.

Tan inocente y al mismo tiempo electrizante, un cosquilleo que disfrutaban bastante. Pues nada podía compararse a esos dulces besitos esquimales.