𝕊𝕠𝕦𝕣 ℂ𝕒𝕟𝕕𝕪

Jennie Kim, la típica chica boss bitch de la universidad.

Todas las mujeres de aquella institución la miraban con miedo, admiración, envidia y algunas que otras con deseo, especialmente Solar, pero ese no era el caso.

Sus castaños cabellos perfectamente peinados, su uniforme completamente arreglado y su mirada gatuna te atrapaba en instantes.

Sin duda Jennie Kim, era la chica más sexy de aquella institución.

—Esa falda esta mucho más corta que las anteriores, ¿Quieres que los chicos te violen o qué?—preguntó su mejor amiga mirando a Jennie con una sonrisa.

—No seas exagerada, Nayeon.

—¿Así que la señorita Jennie Kim es toda una puta? Déjame decirte que traes la falda cinco centímetros más corta de lo permitido—escupió Soojin con envidia.

Todos los estudiantes se encargaron de abuchear a Jennie.

Seo Soojin, la chica más inteligente de todo el alumnado y la mayor enemiga de Jennie.

—La envidia te hace ver más fea de lo que usualmente eres, Soojin—dijo Jennie de forma grotesca.

Nancy, la amiga de Soojin, no pudo evitar soltar una pequeña risa de burla por el comentario hecho por Jennie.

Los ojos de Soojin se oscurecieron a causa de la ira.

—¡Eres una puta!—gritó la rubia furiosa.

—Cálmate, que el maquillaje que traes para cubrir tu fealdad se te caerá—Jennie hizo una mueca burlesca—No quiero basuras como tu que se crucen en mi camino, y si tú también te quieres evitar un problema entonces te recomiendo que no me vuelvas a joder, ya bastante tengo con tener que soportar ver tu espantoso rostro todos los días—advirtió con un tono áspero y frío.

—¿Me estás amenazado, Kim?—retó Soojin.

—No querida, te estoy dando un pequeño consejo.

Y antes de qué Soojin pudiera responder algo, Jennie ya se había encaminado a su correspondiente clase, bajo la mirada de casi todo el alumnado.

—Realmente eres la boss bitch de la Universidad—admitió Nayeon.

Jennie sonrió.

—Jennie.. ¿Tienes un minuto?—preguntó una voz masculina a espaldas de las chicas.

Ambas femeninas volvieron a ver encontrándose con Park Jimin, el chico más popular de toda la Universidad y ex novio de Jennie.

Jennie suspiro pesadamente.

Odiaba volver a ver a Jimin, el la había lastimado demasiado en el pasado.

¡Se había acostado con Kan Seulgi!

No una, ni dos, ni tres; sino muchas veces.

—¿Que quieres, Park Jimin?—

—Necesito hablar contigo, Jennie, porfavor—el tono en su voz era suplicante.

Jennie sonrió con malicia.

—Y-yo me voy—anuncio Nayeon antes de irse corriendo.

—Te escucho—La azabache se cruzó de brazos y arqueo una ceja.

—Jennie, yo... Te necesito. No sé que tenía en la cabeza cuando se me pasó por la idea de engañarte con Kang, tú eres muchísimo mejor que ella—Jimin se acercó a Kim—Tu eres mi nae jag-eun (mi pequeña).

—Eres un maldito estúpido, Park. Realmente no puedo creer cómo tienes la cara de venir a decirme que vuelva contigo ¿Tas bien?—Esto último lo dijo con sarcasmo.

—Bebé, porfavor, volvamos a ser novios—rogó el mayor.

Jennie supo que esta era la señal para darle una buena lección a ese patán de su ex novio.

—Esta bien, oppa—recitó con un tono sexy, que la hacia extremadamente caliente.

Jimin sonrió con felicidad. El rubio no esperó mucho y se abalanzó sobre los labios de Jennie, pero esta última lo empujó.

—¿Ahora que te pasa Jen? ¡Volvimos! debemos celebrar—exclamó eufórico.

Jennie asintió.

Jimin nuevamente se acercó a ella y asaltó sus labios con ferocidad y deseo.

Park quedó fascinado con el exquisito sabor que desprendía los labios de Jennie.

Sabían a caramelo....

Las manos de Jimin bajaron hasta la cintura de Jennie apretandola más contra su cuerpo, necesitaba sentirla más cerca, necesitaba saber que él era el que poseía esa mujer tan maravillosa, que él era su dueño.

La lengua traviesa de Jimin comenzó hacer de las suyas, disfrutando cada pequeño espacio en la boca de Jennie.

Pronto ambos se separaron por falta de aire.

—¿A que sabían mis labios, oppa?—preguntó Jennie agitada pero con un tono tierno.

—A caramelo, un delicioso caramelo—respondió Jimin con el deseo en sus avellanos ojos.

Park volvió a acercarse a Jennie, con la intención de besarla de nuevo.

—Entonces..¿soy tu caramelo?— volvió a preguntarle.

—Si, mi caramelo—respondió resaltando el mí.

Jimin se acercó de nuevo, pero Jennie pateó su parte baja con fuerza.

Park gritó bajito del dolor mientras saltaba agarrando su pantalón.

—Soy tu maldito caramelo amargo, idiota—escupió Jennie con furia.

Luego desapareció caminado, dejando su un Jimin completamente desorbitado.

Realmente no tengo idea de lo que acabo de escribir.

No soy tan buena escribiendo este tipo de concepto, pero traté y eso es lo que cuenta ¿no?

Así que... Nada.

Muchas gracias por su apoyo, les mando muchos besitos.

¡Tata Amikes!

👋👋👋👋