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Sin Filtro #28 (Beal)

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// "24" horas siendo papá soltero mientras mi esposa está enferma|Beal //

La cámara muestra a la pareja real sobre su cama. Sus hijos se encontraban con ellos. Matt jugaba con su peluche favorito. Ben grababa. Mal estaba más dormida que despierta, abrazando a su hija. Juliette estaba en el suelo, recostada junto a la cama durmiendo con la panza hacia arriba y las patas estiradas.

De repente a la princesa le pareció un buen momento para sentarse sobre su mamá y jalar su cabello.

-¡Amélie!- se quejó la reina.

La bebé soltó una risita, sin entender muy bien que había hecho.

Aparece intro del canal.

-Buenos días- el rey alargó la segunda palabra.

-Bueños diash - lo imitó el niño.

Mal sonrió, todavía algo adolorida por el jalón que le había dado la bebé.

-Quisiera decir que son buenos, pero estoy enferma- se lamentó la pelimorada.

Ben besó su frente. Su hija miraba a la cámara, viendo su reflejo en la pantalla. El rey la apartó con cuidado y volvió a recostarla, temiendo que tomara la cámara.

-Los niños tuvieron gripe hace unas semanas, y lamentablemente contagiaron a Mal - explicó el castaño.

Mal se recostó en su pecho.

-Por suerte ya estoy mejor, pero ahora que la fiebre y la flema bajaron, sigo con algo de tos y dolor muscular.

Matt le dio un besito en el cachete a su mamá.

-¿Quieresh agua, mami? -le preguntó, mostrándole su vaso de animalitos.

La ojiverde le sonrió con cariño a su hijo mayor.

-Gracias amor, pero te puedo volver a contagiar.

El niño entendió a su manera y aceptó su respuesta. Ben sobó su espalda luego de que tuviera un ataque de tos. Matt y Juliette se extrañaron por el sonido.

Amélie, quien estaba sentada al lado de ella, se asustó un poco con el ruido. Hizo pucheros, queriendo llorar. No se acostumbraba a ese sonido con sus oidos tan sensibles.

-Ouh, lo siento pequeña.

Mal acarició su barriga para relajarla y volvió a abrazarla. La niña de ocho meses se calmó y se acurrucó en su pecho.

-Queremos llevar a los niños al parque. Solo que Mal no puede salir, así que yo los llevaré para que se distraigan y ella pueda descansar al menos unas horas - comentó el monarca.

-A pesar de todo han estado tranquilos estos días conmigo así, pero sé que necesitan salir y pasear un rato. Les hará bien.

-¿Qué vas a hacer mientras que no estamos? - cuestionó su esposo.

-Dormir, dormir mucho- afirmó- Y Juliette me va a hacer compañía, ¿cierto, Julie?

La perrita aulló con entusiasmo. Ben y Matthew se rieron. Amélie estaba entretenida tocando el collar que su mamá usaba, así que no les prestaba atención.

-Ya todos desayunamos. Decidimos venir acá para pasar un rato con Mal antes de irnos - la mencionada sonrió y tomó su mano- Será como una especie de 24 horas siendo papá soltero, ya que también haremos otras actividades hasta que regresemos hacia la noche.

-Papá soltero porque será él solo con los niños. Porque este hombre- alzó la mano de su esposo, enseñando su alianza de matrimonio-, ya está ocupado.

El rey soltó una carcajada ante la actitud de su esposa. Ella le terminó siguiendo la risa.

-Los niños ya están vestidos. Sus sillas en el auto. Además, arreglé el coche y la pañalera. Así que podemos salir pronto.

De un momento a otro oyeron un ruido extraño proveniente de la menor de la familia. La niña se quedó un segundo procesando lo sucedido, al igual que sus padres y su hermano. Incluso la pomsky se quedó sin entender.

-Iugh, Ami- se quejó el príncipe, tapándose la nariz.

La mascota de la familia hizo ruidos de disgusto al olfatear a la menor. La niña se puso inquieta. Aparentemente acababa de llenar su pañal.

-Bueno, estamos casi listos - habló Ben.

La reina simplemente se rió.

-Es hora de lucirte, papá luchón- palmeó su brazo.

El castaño hizo una mueca al pensar en lo grave que podría estar la situación luego de lo que escucharon.

-Ay, pequeña. Mejor vamos a cambiarte antes de que se haga peor- la cargó con cuidado y se la llevó.

Nueva toma.

Ben se encontraba en el asiento del piloto de su auto. En los asientos de atrás se podían apreciar las sillas de sus hijos.

-Después de ese incidente con Amélie. Por fin pudimos salir del castillo - a través de las ventanas se veía como el vehículo iba avanzando- Ella realmente estaba incómoda. Le tuve que cambiar la ropa.

-Ami cochina- dijo el niño de dos años y cuatro meses.

Ben se rió.

-Matt, no digas eso de tu hermana. Hasta hace unos meses tú también usabas pañal- entabló una conversación con él.

La princesa iba profundamente dormida. Matt acarició la manito que tenía entrelazada con la de su hermanita y miró a su papá a través del espejo frente a su silla.

-Eso es po'que ya shoy un ñiño grande- dijo el príncipe.

El rey volvió a reírse.

-Es verdad, pero Meli aún es muy pequeña, no controla sus ganas de ir al baño como tú has ido aprendiendo- le explicó.

-Oh.

El castaño lo volvió a ver de reojo.

-¿Porqué no aprovechas de comer las galletas que te hicieron Kore y la abuela? Van a necesitar energía para todas las actividades del día.

El niño asintió y destapó con cuidado el envase que estaba a su lado. De repente, la bebé de ojos verdes se despertó por el olor. Tomó leche de su biberón y luego le extendió la mano a su hermano.

Ben volvió a reírse.

-No sé que es lo que hacen ellas dos, pero cada vez que mamá y Perséfone hacen galletas, los niños se vuelven locos, y ahí incluyo a mis sobrinos.

Matt sabía que su hermana aún no debía comer muchas galletas, así que partió una con cuidado y le fue entregando pequeños trozos.

-Es un excelente hermano mayor - dijo Ben con orgullo- Mientras que ellos comen, les cuento lo que haremos hoy.

Viró hacia la izquierda y tomó otra calle

-Verán, con los niños enfermos Mal y yo no pudimos hacer mucho por San Valentín. Además, nuestro aniversario de novios se acerca, así que pensé que seria un lindo detalle regalarle cosas que sé que quiere o necesita.

Tomó algo de agua del termo que tenía a su lado.

-Quiero que pasemos por la tienda de arte, la librería, una tienda de maquillaje, el parque, el mercado y por una floristería.

Hizo una pausa.

-Sé que sonará raro lo del maquillaje, pero Mal es muy específica con lo que usa a diario y lo que deja solo para eventos, entonces por lo mismo casi nunca compra.

Frenó en un semáforo. Observó a sus hijos unos segundos para saber que todo estaba en orden y regresó su vista a la cámara.

-Aprovechando los momentos que descansaba he ido anotando productos de maquillaje o aseo personal que sé que necesita. Últimamente vamos tan corriendo a hacer las compras que compramos lo necesario para los niños y las cosas de diario.

Siguió manejando.

-Siempre tratamos de hacer todas las responsabilidades del día a día que podamos por nuestra cuenta, pero con un reino y dos niños que atender no es fácil encontrar momentos de paz para centrarnos en esas cosas.

Fue ingresando a un estacionamiento.

-También le quiero comprar materiales de arte y libros para que pueda entretenerse y relajarse.

Estacionó el auto en el puesto más cercano a la puerta.

Cambio de toma.

Amélie y Matthew se encontraban sentados en la parte de adelante del carrito de compras. Era una especie de auto, así que eso le facilitó a Ben el no tener que llevar el coche doble.

-Espero conseguir más cosas como esta en los próximos lugares - entraron por las puertas automáticas del lugar- Por suerte ya está abierta esta librería que también es papelería.

Les pasó a los niños sus biberones y arregló la pañalera a un costado del carrito.

-Sé que probablemente los niños quieren llevar cosas para pintar, así que primero pasaré por las secciones que son menos de su interés.

El rey fue caminando poco a poco, viendo los estantes con atención. En cámara rápida se vio como fue seleccionando progresivamente todo. Por último, tomó creyones, colores, marcadores, hojas y stickers para sus hijos.

-¿Cuál quieren? ¿Este? - les enseñó un gran libro lleno de pegatinas de animales y hojas para colorear- ¿O este?

Ambos se emocionaron al ver el libro de actividades de Bluey. Ben sonrió cuando los dos señalaron desperadamente el objeto en su mano.

-Este será- se rió.

Pasó hacia el área de librería. Tomó un libro para Bella, otro para Adam, dos para él y escogió una saga que su esposa le había comentado que vio en TikTok y que deseaba leer. Por último, seleccionó un par de libros de cuentos para sus hijos y se fue a la caja.

Tuvo que detenerse justo enfrente de la caja cuando Matthew lo llamó.

-¡Papi, mira! - exclamó con emoción.

Ben siguió la mirada de sus hijos. Amélie balbuceaba, emocionada. Tenían un peluche de Bingo y otro de Bluey. Decía que eran top de ventas y que eran una edición limitada.

-Paaaa - chilló ilusionada la bebé.

Al castaño no le pudo más la ternura y los tomó. Los hermanos celebraron riéndose y abrazándose.

Amélie todavía no sabía hablar, pero ya decía papá y mamá de vez en cuando, por lo que no le extrañó que con la emoción lo dijera.

-¿Quién podría resistirse a esas caras? - le dijo a la cajera, quien observaba a la familia con ternura.

La señora se rió.

Enseñó como iba metiendo todo en bolsas mientras los niños se dedicaban a abrazar sus nuevos peluches. Subió todo a la parte trasera del auto luego de asegurarse que los niños estuvieran bien acomodados en sus sillas.

-Aún es algo temprano para almorzar, así que primero iremos por el maquillaje y luego a comer - encendió el auto- A ambos les encanta un restaurante infantil donde hay un parque bastante seguro, así que iremos para allá.

Nueva toma.

La cámara estaba apoyada en la agarradera del coche. Ahí los tuvo que subir cada uno en un puesto y tomó una cesta para llevar las cosas que compraría.

-Sé que Matt ya debe estar fastidiado de estar ahí sentado y no caminando, pero es un sitio delicado y para evitar que se le rompa algo es mejor así.

Enfocó a los niños. Amélie jugaba con su chupón en su boca y estaba acurrucada con su mantita y su nuevo peluche de Bingo. Matthew estaba concentrado en sus juguetes. Abrazaba de un costado a su Bluey y con su otra mano jugaba con unos dinosaurios de madera.

-Bueno, creo que no le molesta después de todo- soltó una risita.

Sacó su teléfono y lo apoyó en el coche para ver su lista.

-Conozco esta tienda porque he venido con Mal antes, así que ya sé a qué pasillos debo ir.

Fue pasando pasillo por pasillo llenando la cesta hasta que tachó todo en su lista. Esta estaba llena de productos de cuidado de la piel y maquillaje. Había escogido los tonos y colores que ha visto que usa la pelimorada.

Las mujeres que pasaban a su lado se enternecían al ver el lindo gesto que estaba teniendo el rey para su esposa. Y más cuando veían al par de adorables herederos al trono.

Ben se acercó a pagar y luego de tener todo en dos bolsas salió del local.

-Me está dando hambre, y sé que los niños pronto se pondrán inquietos por lo mismo - subió a su hijo al auto y luego a su hija- Llamaremos a Mal cuando estemos allá para saber como está.

Siguiente toma.

Se oía bastante ruido alrededor del castaño. Mostró con la cámara a Matt. El niño se reía cruzando un puente colgante que lo llevaba hacia un tobogán. Amélie jugaba junto a su progenitor sobre un mini sube y baja.

La niña se cansó y gateó hacia su papá. Ben la cargó y la sentó en su regazo. La princesa se apoyó en su hombro y aceptó el biberón que él le ofreció luego de limpiarle las manos. El rey notó que la niña ya no estaba tan animada.

-Mami- comenzó a hacer pucheros.

-Aw, mi vida. ¿Extrañas a mami? - ella se recargó más en él- No está acostumbrada a pasar tanto rato lejos de Mal. Matt ya entiende un poco más todo esto, pero ella aún es muy pequeña- besó la frente de su hija y la abrazó- ¿Qué te parece si la llamamos? ¿Eso te animaría?

La niña se calmó un poco al oírlo. Ben le marcó a su esposa por vídeollamada. Ella contestó poco después.

-Hola, amor.

-Hola, cielo - lo saludó. Miró con cariño a la bebé- Y hola a ti también, dragoncita.

Los ojitos de Amélie se iluminaron al escuchar la voz de su mamá. Se rió suavemente.

-Alguien ha estado extrañándote- acarició el brazo de la niña para reconfortarla.

-Tranquila, princesa, más tarde estarán aquí conmigo - le sonrió a la niña- ¿Y Matt?

Ben sentó mejor a la bebé antes de voltear la cámara. Enfocó al niño, quien justamente venía corriendo hacia ellos. Estaba sudando y con las mejillas rojas por el calor.

-Pasó un buen rato en los juegos- se rió- Lo bueno es que la comida ya está por llegar.

Regresó la cámara hacia él y apoyó su celular en el servilletero. Ayudó al príncipe a sentarse junto a él y le limpió las manos. Matthew se emocionó al ver a su mamá.

-Hola, mami - la saludó entusiasmado.

Mal se rió.

-Hola, mi amor. ¿Te has estado divirtiendo con tu papá y tu hermana?

El niño asintió.

-Mida lo que ños regaló papi- levantó los peluches.

-Oh, que lindas están- sonrió- Veo que los ha estado consintiendo - le dijo en tono cómplice.

Los dos niños se rieron. Ben y Matt le dieron las gracias al mesero cuando les dejó su comida y sus bebidas en la mesa.

Pasaron el resto de la comida hablando, con Ben evitando que descubriera sus sorpresas.

Nueva toma.

Ben iba manejando de nuevo. El auto estaba silencioso. Al mostrar a los niños, ambos estaban profundamente dormidos.

-No pude grabarles cuando estuvimos en el mercado porque se descontrolaron un poco las cosas- explicó- Matt quería ir caminando mientras que Amélie se puso mal porque no había dormido casi nada durante el día. Así que solo me centré en que estuvieran tranquilos y que no se me quedara nada.

Se orilló a un lado de la carretera.

-Aparte de lo que había anotado compré postres para los niños, fresas y los helados y chocolates favoritos de Mal - enseñó las bolsas junto a él- Y ya que la floristería estaba abierta, compré el ramo de flores también- sonrió- Además, en la sección de electrónicos tenían muchos discos y vinilos, así que le conseguí unos que ella deseaba comprar desde que salieron.

Lo tenía todo perfectamente acomodado a su lado para que ningún pétalo se dañara y los discos no se rayaran.

-Amélie está acostumbrada a hacer por lo menos dos siestas en el día, por eso se irritó al estar tantas horas despierta. Y Matt también duerme al menos una hora, así que apenas arrancamos y les puse canciones de cuna cayeron rendidos.

Miró sonriendo a sus hijos. Arrancó el auto de nuevo.

-Le avisé a Mal que ya estamos por llegar. Espero que haya podido descansar y que le gusten mis sorpresas - se rascó la nuca- Me hubiera encantado que esta fuera una salida de los cuatro, pero lo más importante es que por fin se pudo tomar unas horas para sí misma.

Había colocado una cámara en la parte de atrás que mostró como iba viéndose el atardecer hasta que llegó a casa.

Cambio de toma.

Mal sostenía la cámara mientras jugaba con el pelaje de su mascota. Juliette se distrajo al oír que servían su cena y la de Cerbero. La pelimorada puso los ojos en blanco y se rió al verla bajarse rápidamente de su regazo y correr hacia la cocina.

Ambas se encontraban en la sala principal del castillo.

-Ben me pidió que grabara cuando llegue con los niños, y ya que sé que vienen llegando encendí esta cámara- se levantó del sillón y se dirigió hacia el estacionamiento- No sé que es lo que trama - soltó una risita- Ya lo descubriré.

Entró al garaje justo cuando el auto terminaba de estar en su lugar. Ben la saludó a través del vidrio, ella le devolvió el gesto.

Se bajó primero del auto y rodeó su cintura para darle un beso en los labios seguido de uno en la frente.

-Hola para ti también- se rió la reina.

Ben la estrechó entre sus brazos, riendo.

-Hoy te extrañamos mucho- habló como niño pequeño.

Mal apretó su mejilla y le sonrió.

-Yo también los extrañé.

-¿Ya te sientes mejor?

Ella asintió. Caminaron hacia la puerta trasera, donde se encontraba Matthew. Al abrirla, el niño se emocionó.

-Mamiiiii- gritó feliz.

La pelimorada se rió y lo ayudó a bajarse del auto. Lo cargó y lo apretó contra su pecho. Ben llegó junto a ella con Amélie en brazos.

-Maaaaa- exclamó la bebé al verla.

Mal la tomó con su brazo libre y besó su cabecita.

-¿Se divirtieron hoy con papá?

Los dos niños se rieron y asintieron.

-¿Qué te parece si vas entrando con ellos? Los alcanzo en unos minutos - sugirió el rey.

Ella alzó una ceja.

-¿Qué tramas?

Ben se rió y le apartó un mechón de cabello de la cara.

-Te tengo una sorpresa, pero deberá esperar hasta dentro de un rato- la ayudó a cargar mejor a los dos niños- Meli necesita cambiar su pañal y Matt tiene ganas de ir al baño.

Eso hizo que el niño se recordara de lo que lo hizo despertarse justo cuando iban llegando a casa

-Es verdad, mami. Ñechesito ir al baño.

-Está bien. Te esperamos en nuestra habitación.

Ben asintió y la ayudó a abrir la puerta para que ingresaran al castillo.

Tomó la cámara que Mal estaba utilizando.

-Quiero organizar un poco todo y dárselo con más calma. De paso, así saco también lo de los niños.

Nueva toma.

Se mostró en cámara rápida como él organizaba todo en su habitación aprovechando que Mal había decidido bañarlos al darse cuenta de la hora que era y que debían ir poniéndose sus pijamas.

Puso las bolsas, los vinilos y las flores ordenadas y apagó las luces. Llevó las cosas de Amélie a su cuarto y alcanzó a su esposa.

-¿Cómo van?

Mal se volteó a verlo. Se había recogido el cabello para poder estar más cómoda. La bañera de los niños estaba llena de espuma, al igual que ellos. Matthew jugaba con unos patos de goma mientras que Amélie se entretuvo con su sirena de juguete.

-Ya están casi listos, solo hay que quitarles la espuma y dejarlos jugar un rato.

Ben se sentó junto a ella para ayudarla.

-A veces se vuelve algo complicado sacarlos del baño. Porque a ella le encanta jugar dentro del agua y él le sigue las ganas de no salirse - se rió el castaño.

Mal se encargaba de la bebé, quien empezaba a verse cansada luego de un día fuera de su casa. Los dos les quitaron los restos de productos con calma, riéndose y jugando con sus hijos.

Al volver a mostrarlos, los dos ya estaban rodeados por sus batas de baño. La del niño era azul con un dragón en la cabeza y la de la niña era lila con mariposas.

Los dos se rieron con fuerza cuando sus padres los alzaron en el aire y comenzaron a hacerles cosquillas. Los llenaron de besos.

-Este es uno de los momentos más felices del día para los cuatro- dijo Mal sonriendo, viendo como su amado colocaba a sus hijos sobre la cama del mayor- Así hayamos estado todo el día afuera, siempre hacemos lo posible porque la noche sea exclusivamente para ellos.

-Nos gusta que se sientan tranquilos al pasar tiempo con nosotros. Nos hemos percatado de que las noches que duermen mejor y más horas corridas son los días que pasamos más horas con ellos - le siguió el monarca.

Los vistieron con calma. Se aseguraron de que el pañal de la más pequeña de la familia estuviera bien puesto antes de dedicarse a peinarlos.

-Meli aún no tiene mucho cabello, pero tratamos de cuidarle lo poco que tiene - explicó la reina.

Abrazó a su hija mientras que su esposo terminaba de arreglar el cabello del niño.

Los levantaron, enseñando sus pijamas combinadas. Tanto el niño como la bebé usaban pijamas de conejos y ositos.

-¿Quieres ver tus sorpresas antes de bajar a cenar? - preguntó el rey.

-Claro.

Dejaron que Matt se quedara jugando en el suelo con Amélie sobre su alfombra de letras. Sabían que estaría atento. Además, estarían justo en la habitación de enfrente con la puerta abierta.

Ben siguió grabando, con su otra mano entrelazada a la de Mal. Ella encendió la luz, sorprendiendose al ver todo lo que había en la cama.

Se llevó su mano libre a su boca por la impresión. Se soltó de su agarre y comenzó a dar saltitos y gritos de la emoción. Ben se rió, enternecido por la actitud de la ojiverde.

Ambos se rieron cuando ella se lanzó a abrazarlo y prácticamente lo tacleó hacia el piso. Mal le llenó de besos el rostro. Ben la miró con muchísimo amor al verla así de contenta.

-¿Cómo tuviste tiempo de buscar todo estando con los niños? - cuestionó.

Ben la volvió a guiar hacia la cama para que pudiera abrir las bolsas.

-Se portaron demasiado bien hoy, eso felicitó las cosas - se encogió de hombros.

Ella olió las flores. El ramo tenía tulipanes morados y girasoles. Lo colocó al lado del florero que tienen en la habitación.

Los dos se rieron cuando Mal encontró un peluche de dragón morado y dorado sobre los discos.

-Matt lo vio cuando pasamos corriendo al lado de la sección de juguetes y le gustó para ti. Así que digamos que ese regalo es de su parte.

La pelimorada soltó una carcajada.
Se emocionó al por fin ver bien las portadas de los vinilos y discos. Eran de Eternal Sunshine de Ariana Grande, GUTS de Olivia Rodrigo, una edición exclusiva de 1989 de Taylor Swift y otro disco exclusivo de Harry's House de Harry Styles.

-Al fin me pondré a usar de nuevo el reproductor que compraste para los dos - se rió ella.

Los colocó con cuidado junto al resto de la colección musical que comparten. Sacó la bolsa de la librería.

-¡Por fin los leeré! - sonrió victoriosa, sacando el boxset de ediciones tapadura de la saga ACOTAR.

-Tuviste suerte, solo quedaba este y otro que un chico agarró justo después de mí para su novia.

-Por eso chicas, busquen a chicos que resuelven - aconsejó hacia la cámara.

Ben soltó una carcajada por su ocurrencia.

Se sorprendió al ver todos los productos de maquillaje y cuidado personal que le compró. Además de todo el material para que pintara. Sus ojos se aguaron.

-Hey- se acercó a ella y le rodeó los hombros- ¿Qué sucede?

Se apoyó en su pecho y lo abrazó con mucha fuerza. El castaño le acarició la espalda, intentando tranquilizarla. Mal se separó de él y lo besó.

-Es que no puedo creer que pensaras tan a detalle todo - sorbió su nariz- Pensaste en mis gustos. Y más importante aún, prestaste atención a lo que hago y a lo que me gusta - hizo pucheros- Gracias, cielo - volvió a abrazarlo- Te amo, y mucho.

El rey le siguió el abrazo y besó su sien.

-Yo también te amo- sonrió- Me encanta oírte hablar de lo que te gusta, obvio que recordaría esas cosas - le secó sus mejillas- Quería hacer algo por ti. Sé que no han sido días muy buenos y hace mucho no tenemos citas, de modo que pensé que esto lo compensaría al menos un poco.

Mal sonrió y le acarició su mejilla.

-Creeme, valoro muchísimo esto que hiciste hoy. No solo los regalos, sino el hecho de haberme dado un tiempo para mí hoy y que a la vez los niños pudieran pasar un día contigo.

Al hablar de ellos, justamente los niños entraron al cuarto. Matt caminado y Meli justo detrás de él, gateando.

Los subieron a la cama con ellos. El mayor sonrió al ver el peluche que había escogido para su mamá.

-¿Te gutó mi regalo?

La pelimorada arrugó la nariz. Besó su mejilla y lo abrazó.

-Muchísimo mi vida, gracias.

El niño sonrió, orgulloso.

-Bueno chicos, eso ha sido todo por hoy. Tenemos que cenar y quiero pasar un tiempo a solas con mi familia- abrazó a su esposa e hijos.

Amélie sonrió y se sentó entre sus piernas, acurrucándose en su pecho.

-Disculpen que todos tenemos este canal abandonado. Pero como podrán ver por acá y en nuestras redes, nuestras vidas han cambiado mucho desde la pandemia - se disculpó la reina.

-Esperamos que pronto alguno grabe algo por acá. Mientras tanto, estén atentos a nuestras redes.

-Gracias por acompañarnos el día de hoy.

-Adiós - se despidieron.

-Adioshhh - los imitó Matt.

Ben tomó el bracito de Amélie y lo alzó.

-Despidete, princesa.

La niña se rió y agitó su manita. Sus padres se rieron antes de apagar la cámara.

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Gracias por acompañarnos un día más en nuestra vida como padres.

(Redes de todos aquí)

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Holiiii.

Paso por acá solo para decirles que espero que hayan aprovechado sus días de Semana Santa para descansar🥰

¡Nos leemos pronto!

~Con amor, su escritora💕

Publicado el 30/03/2024.

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