Beal: Halloween Bash
Unos días tarde, pero acá les traigo el especial de Halloween 🎃.
A decir verdad no mucho del contenido será tan alusivo a la fecha, pero quedaba un poco con el momento en que transcurre todo.
Además, esta idea rondaba por mi cabeza así que tenía que aprovecharla.
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Narrador Omnisciente:
La Princesa del Inframundo sonrió con entusiasmo al divisar los edificios y naturaleza que forman parte de Auradon City. Luego de más de un mes fuera era refrescante ver de nuevo su hogar.
Habían pasado muchas cosas en los últimos casi dos años. Comenzando por su compromiso con Ben, la apertura de la barrera y su naciente relación padre e hija con Hades.
Empezó la universidad para cursar su carrera de arte, a la vez que sus deberes como dama de la corte y futura reina aumentaban. Tuvo que aprender a manejar el tiempo para dividirse entre ambas cosas y a la vez tener espacios libres para convivir con su novio, su familia y amigos.
Por eso en el momento en que le ofrecieron cursar su penúltimo semestre en la Universidad de Arte de Corona dudó tanto en aceptar. Aunque terminó haciéndolo al ver el apoyo que todos le daban.
Ben y ella se habían adaptado a vivir juntos desde el día de su fiesta de compromiso, y a pasar más tiempo aún juntos debido a la pandemia que aterrorizó a la nación durante casi un año. Separarse de él, su padre, sus suegros y amigos fue algo realmente difícil para ella. Pero decidió tratar de intentarlo porque sabía que era una oportunidad única. Se la dieron por su talento, no por ser la novia del rey ni la hija de Maléfica y Hades, y eso era reconfortante.
Aunque había algo que la tranquilizaba un poco en medio de sus dudas y ansiedad, en solos dos meses volvería a casa y terminaría su carrera para graduarse en la ciudad. Además, estaba llegando en una de sus fechas favoritas del año: Halloween.
Esa era una de las pocas festividades que se celebraban en la Isla de los Perdidos, así fuera a su manera. Y en Auradon era aún mejor. Debía admitir que las calles de Corona lucían geniales con las decoraciones de calabazas, fantasmas y todo lo relacionado a la fecha, pero amaba el Halloween junto a los chicos. Tal vez solo eran cinco días, pero eso era suficiente para recompensar el último mes lejos.
Ben y ella habían sabido equilibrar su relación a distancia, y estaba segura de que sobrevivirían las próximas semanas. Trataban de verse al menos una vez al mes. Ella había viajado los fines de semana que podía, sobre todo si eran largos. El castaño había ido en dos ocasiones por trabajo, una fue una escala que prácticamente sacó de la nada con la excusa de al menos pasar un día con Mal.
Hablaban todos los días por mensaje, llamadas y videollamadas. La pelimorada participaba en muchas reuniones del Consejo de Segundones a través de una pantalla, lo que demostraba su compromiso con su pueblo.
Mal ajustó la capucha de su chaqueta de cuero negra y acomodó sus lentes de sol antes de bajar del pequeño avión privado. Eso era una ventaja a la hora de tener que hacer esos viajes, pero sabía que al pisar la pista de aterrizaje cabía la posibilidad de que los paparazzis estuvieran por ahí.
Para su suerte, no había muchos y pudo esquivarlos con facilidad. Estaba ahí de sorpresa, ya que se suponía que no podría ir hasta Acción de Gracias. Solo Ben, Evie, Bella, Adam y Hades sabían que llegaría ese día. No quería que los chismes corrieran.
Se subió al auto blindado y saludó con la mano al chófer que con frecuencia los llevaba a ella y a Ben a todos lados. Cuando su pequeña maleta estuvo en la cajuela, el otro guardaespaldas entró al vehículo y emprendieron el camino al Castillo Beast. Le parecía una exageración que hubiera tanta gente a su disposición teniendo en cuenta que su magia era de las más poderosas, pero eran costumbres que ni siquiera sus suegros habían logrado romper.
Aprovechó de dormir para reponer energías, el día apenas comenzaba.
(...)
Al llegar al castillo, alguien abrió la puerta de su costado y la ayudó a bajar.
-Es un gusto volver a verla, Lady Mal- la saludó el hombre con marcado acento francés.
-Lo mismo digo, Lumière.
Se quitó los lentes y los guardó en un bolsillo de su mochila, sonriendo al ver que todo el castillo estaba decorado como en las fotos que Bella le había enviado hace unas semanas.
-Subiremos sus cosas a su habitación - dijo, haciéndole señas a Ding-Ding para que se acercara.
Este dio una orden y tan pronto como la hizo, las cosas entraron al castillo y el auto se iba hacia el estacionamiento.
-Gracias.
-¿Estuvo bien el viaje? - le preguntó el ex reloj.
-Sí, aunque me tocó desayunar temprano. Muero por probar alguna comida hecha por la Señora Potts.
Los dos hombres rieron. Comenzaron a caminar por los pasillos.
-Para su suerte, justamente ella está preparando el almuerzo y lo dulces para la fiesta ahora- dijo Lumière.
-¿Saben dónde están mis suegros y mi papá?
-Sus majestades estarán de vuelta en un par de horas y Hades dijo que pasaría el día con Perséfone pero que llegarían para el almuerzo- contestó el más bajito.
Mal asintió. Hacía unos meses que su padre y la Diosa de la Primavera habían retomado su relación, y honestamente le parecía genial que él quisiera olvidarse de todo el drama con su madre.
Subió unos tres escalones antes de darse la vuelta.
-¿Ben está en su oficina? - los dos hombres asintieron con la cabeza- Gracias, los veré más tarde.
Los dos se despidieron y continuaron con sus deberes. Mal siguió su camino por las escaleras hasta llegar al piso dónde sabía que se encontraba su prometido. Abrió la puerta silenciosamente y sonrió al verlo tan concentrado.
Tenía una pila no muy alta de papeles en su escritorio en los que suponía que había estado trabajando. Estaba firmando y leyendo con atención lo que parecía ser unos de los últimos documentos.
-¿No vas a saludar? - preguntó con diversión.
Ben alzó su mirada y sonrió al ver a su prometida en el marco de la puerta con los brazos cruzados.
-Creí que no llegarías hasta dentro de unas horas- dijo, levantándose de su silla.
-Bueno, me aseguré de que solo tus padres y algunas personas del castillo lo supieran. Quería sorprenderte.
El rey la alcanzó y la rodeó con sus brazos, haciéndola reír cuando la levantó unos centímetros del suelo. Mal pasó sus brazos por su cuello.
-Pues que buena manera de hacerlo - rió.
Ben le dio un beso en los labios, uno que podría haber durado horas sino fuera por la necesidad de recuperar el oxígeno.
-Hola - dijo sin aliento.
-Hola- le devolvió ella sonriendo.
Se quedaron abrazados unos minutos más hasta que Ben volvió a sentarse, dejando que Mal se acomodara sobre su regazo. Ella tenía su cabeza apoyada en su hombro y él rodeaba su cintura con su brazo libre para evitar que se resbalara. Conversaron largos minutos mientras que el castaño continuaba trabajando.
Mal le estaba contando sobre el proyecto que había terminado la noche anterior. Un lienzo repleto de distintos materiales y texturas que representaban una corona, una de las que ella usaría en algunos meses.
-Me esforcé al máximo ya que vale gran parte de mi promedio en la materia.
-Estoy seguro de que tendrás la calificación más alta.
Ella se alzó y le dio un beso en la mejilla. El rey le sonrió y continuó terminando de leer la página frente a él. Observó a Ben por varios segundos, sonriendo maliciosamente cuando una idea cruzó su cabeza.
Fue dejando besos por toda su mejilla, provocando que él sonriera y la apretara más contra sí mismo. Comenzó a descender, besando su clavícula y por detrás de su oreja. Al momento de llegar a su cuello, Ben apenas contenía sus jadeos.
-Mal...
-¿Sí, mi amor? - preguntó con inocencia.
Él inmediatamente captó sus intenciones.
-Sabes que cualquiera podría entrar y encontrarnos- respondió casi en un susurro, cerrando los ojos al sentir las manos de ella sobre su cabello.
Mal negó.
-Por algo me aseguré de que poca gente supiera que llegaba temprano. Además, tus padres llegarán más tarde.
Al mirarla a los ojos casi se derritió ahí mismo por su expresión. Ben se levantó, cargándola como novia.
-Está bien, pero si nos descubren que conste que fue idea tuya.
Ella soltó una carcajada.
-No te veía quejándote hace unos minutos - le dijo, acariciando su nuca con sus dedos.
Ben comenzó a hacerle cosquillas, provocando que sus risas se oyeran camino a su cuarto.
(...)
Bella y Adam caminaban con los brazos entrelazados, recordando a los niños disfrazados que habían visto en la mañana. Al pisar la cocina ambos se dejaron deleitar por los olores de la comida.
-Huele muy bien, Señora Potts- la alagó el ex rey.
-Gracias. Estoy preparando uno de sus favoritos para el postre, pie de calabaza - dijo la madre de Chip.
Los dos hicieron ruidos de gusto. Bella se acercó a la nevera y se sirvió un vaso de agua y otro para su esposo.
-¿Mal ya llegó? - preguntó.
-Sí, hace como tres horas.
-Que raro que no nos hayan avisado antes- se extrañó Adam.
-No los he visto desde que subí a llevarles unas limonadas - se quedó pensando unos segundos y abrió los ojos de golpe - Y eso fue hace casi dos horas.
Adam puso los ojos en blanco, mientras que Bella casi se ahoga con el agua por la risa.
-Tardaron menos que la última vez - dijo con diversión, cuando ya logró recuperar el aire.
-A este paso veremos a un mini Ben o a una mini Mal corriendo por ahí antes de la boda - se rió el de lentes.
-Estoy segura de que Chip y Melody tardarán más en darme nietos que ellos dos a ustedes- les siguió la nana del castaño.
-Que Hades no los oiga, porque sino mi hijo no llega ni a la boda- pidió la castaña.
Los tres volvieron a reírse.
(...)
El almuerzo estuvo bastante tranquilo. Hades llegó con Perséfone justo a la hora, así que no perdió tiempo antes de abrazar fuertemente a su hija apenas la vio. Se habían acostumbrado a verse casi todos los días desde la apertura de la barrera, para ellos también era difícil esta situación de la distancia.
La diosa de la Primavera estaba encantada por el trato que recibía cada vez que iba al castillo. Mal realmente la aceptaba y quería, y eso era bastante teniendo en cuenta cuanta ilusión tuvo la pelimorada durante algunos meses en tratar de reunir a sus padres. Al darse cuenta de que eso jamás funcionaría, aceptó con gusto la relación entre ella y su padre.
De hecho, ya llevaban alrededor de año y medio como pareja. Mal estaba segura de que Hades le pediría de nuevo a Kore que se casaran y les habían dado una noticia que abría más las posibilidades a que eso sucediera.
Justamente hablaba de ese tema con Ben mientras se arreglaban para la fiesta en casa de Audrey. Los más jóvenes tendrían diversión allí y los mayores en el castillo, una fiesta organizada por Bella y Adam con algo de ayuda de su hijo y su nuera.
-No puedo creer que vayas a ser hermana mayor- le dijo el rey.
-Sinceramente yo tampoco, pero me pone tan feliz ver como mi papá siguió adelante. Sé que él y Kore serán grandes padres para mi futuro hermano o hermana- habló desde el closet.
Estaba colocándose el vestido que Evie había confeccionado para su disfraz. La peliazul había pasado el día anterior a dejar todos los atuendos de la familia real, con instrucciones sobre los maquillajes y peinados.
-En realidad, es extraño pensar en el hecho de que ese bebé será tío bastante joven - soltó.
La mirada de Ben se fue en dirección a donde estaba su prometida.
-Pensé que no querías hijos aún.
Mal entró a la habitación. Suspiró y miró al ojiverde.
-No es que no quiera. Simplemente me parece que debemos esperar. Todavía me quedan unos meses para regresar y la boda es en febrero - tomó sus manos- Sucederá en el momento adecuado, ¿sí?
Ben asintió y besó sus nudillos.
-Perdón si soné molesto o algo por el estilo, no lo estoy. Y estoy de acuerdo contigo, no debemos apresurarnos. Pasará cuando se quiera que pase. Mientras tanto, estoy feliz de ser solo nosotros dos.
Mal sonrió y lo besó castamente.
-Tendremos una familia, te lo prometo- acarició sus mejillas- Por ahora concéntrate y ponte el disfraz. Debemos salir en menos de una hora.
Él le hizo caso y fue a vestirse. No querían desaprovechar esas horas con sus amigos ya que los siguientes días de la estadía de Mal estarían ocupados con reuniones y entrevistas, las cuales se suponía que ella haría desde la distancia si no estaba. Al ya estar listo, dejó los accesorios de su disfraz en el suelo y se tiró en la cama.
Silbó sonoramente cuando su novia terminó de ponerse el último elemento de su disfraz. Mal se rió por su reacción.
Había decidido ir como algo que técnicamente es: La Princesa del Inframundo. Su cabello morado y brillante destacaba con la diadema girega dorada y el collar en su pecho resaltaba entre todo el negro.
Ben se lo había regalado antes de que se fuera. La amatista en el centro del corazón se ilumina con la energía de su magia. Era el balance perfecto entre su personalidad y sus poderes.
-Luces totalmente perfecta - la alagó, observándola de arriba abajo apoyado sobre su codo en el colchón- Muy sexy.
Mal arrugó la nariz con diversión. Él se levantó de la cama y se paró frente a ella.
-Pues no te quedas atrás Cap. O debería decir, el trasero de Auradon- se burló, dándole un golpe en el lugar mencionado.
Así es, el castaño iba nada más y nada que Steve Rogers, alias, el Capitán América. Ben se rió con ganas, sintiendo como sus mejillas se encendían ligeramente por la acción de su amada.
-Mejor vámonos antes de que terminemos en la misma situación de esta mañana- pidió.
Ella fue quien se rió. Mal metió su teléfono en el bolsillo escondido del vestido y Ben tomó el escudo de su disfraz. Iban con las manos entrelazadas, admirando los últimos detalles que se habían agregado a los pasillos como toque final.
Al llegar a la sala principal, se detuvieron para presenciar la divertida escena que transcurría. Hades - vestido a juego con Kore de la icónica pareja de Mr & Mrs Smith - estaba riéndose del disfraz de Adam - Mario acompañado por la princesa Peach (Bella)-.
-¿No pudiste encontrar algo mejor, Bestia? ¿Algo menos infantil? - se rió a carcajadas.
Bella y Perséfone se miraron, sabiendo que ellos dos ya se pondrían a pelear.
-Al menos se adecua más a mi edad, señor de los muertos. Tienes la edad del personaje multiplicada por mil- le devolvió él.
El ojiazul gruñó.
-Por más que me encantaría ver su pelea habitual, Ben y yo debemos irnos- dijo Mal, haciendo que los demás notaran su presencia.
A Hades casi se le salen los ojos de la cara al ver el escote en el vestido de su primogénita. Las dos mujeres ya habían visto el disfraz, y la habían alagado por ello.
-Ah, ah. Ni muerta vas a salir con eso, y menos con el mini Bestia llendo contigo - declaró.
Kore le dio un codazo.
-No seas tonto, tiene edad y madurez para ponerse lo que quiera.
Mal le agradeció por eso. Ben se relajó un poco al ver que su suegro lo dejaría pasar esta vez. La diosa tenía cierto poder de persuasión sobre Hades que era mejor aprovechar.
-¿A qué hora regresan? - preguntó Bella.
Ambos se encogieron de hombros.
-No estamos muy seguros, Audrey nos ofreció a nosotros y a los chicos quedarnos en las habitaciones de invitados en caso de que se haga muy tarde - respondió su hijo.
-Hagan lo que hagan nos avisan para no estar pendientes muy tarde- les pidió Adam.
-De acuerdo.
Se despidieron de ellos. Al subirse a la limosina, Ben ayudó a Mal a dejar las "alas" del traje a un lado para que fuera cómoda. Comentaban los ingeniosos disfraces de los niños que veían pidiendo dulces. Recogieron a Evie, Doug, Jane, Carlos, Lonnie y Jay en casa de la peliazul. Ella fue la que abrió la puerta.
-Mal - gritaron sus mejores amigos, abrazándola con fuerza cuando la vieron.
Los otros tres también la saludaron. Entraron al vehículo y siguieron su rumbo.
-Pensamos que no te veríamos este mes- le dijo Jane.
-No iba a perderme por nada del mundo este día con ustedes- sonrió.
Evie iba de Cleopatra y Doug de faraón egipcio. Carlos de Pietro Maximoff y Jane de hada azul. Lonnie de Wanda y Jay de Visión.
El camino fue bastante entretenido, entre ponerse al día y hablar sobre lo que creían que su amiga rubia había organizado para este año.
-Las fiestas de Audrey suelen ser épicas en Halloween- comentó Doug.
-Pues menos mal que todos estamos para comprobarlo- agregó el pecoso.
El auto se detuvo en la entrada principal de la familia Rose-Beauty. Si Mal estaba impresionada con la decoración de su castillo, esto lo superó. Desde la entrada ya se veían un montón de calabazas y adornos inmensos de fantasmas y brujas con su calderos.
Al caminar por los pasillos en dirección a donde estaba siendo llevada a cabo la fiesta, todo estaba ambientado para hacer de casa del terror. El jardín principal parecía uno salido de una película de horror. Las mesas de bocadillos representaban ojos, huesos, dedos, gatos y muchas cosas más. Incluso las bebidas de la barra tenían temática de Halloween.
Audrey corrió hacia ellos cuando los vio - luciendo un espectacular traje con alas doradas, representando a un ángel dorado- siendo seguida por Chad, disfrazado de Thor.
-Me alegra que todos vinieran - dijo, luego de saludar con un beso en la mejilla a cada uno.
-Espero que no nos hayan olvidado - se oyó una voz a sus espaldas.
Había sido Uma, caracterizada de Medusa. Harry y Gil venían junto a ella, siendo Michael Myers y Jason Voorhees respectivamente. Celia y Dizzy también estaban ahí, con las manos entrelazadas. La nieta de Lady Tremaine era una mezcla de flores coloridas y brillantes, mientras que la morena era una catrina.
Se tomaron un montón de fotos antes de dirigirse a la pista de baile. Los bocadillos y tragos iban y venían mientras que disfrutaban la celebración.
Jay grababa con su teléfono para sus redes. Captó un momento donde Uma y Harry se besaban apasionadamente, siendo animados por los otros ya que había sido un reto. Otro vídeo era de Ben y Mal conversando con su Lonnie.
-Miren a quienes tenemos aquí, a mi hermosa novia- la pelinegra ahora pelirroja saludó con la mano y una sonrisa- A la futura reina- Mal sacó la lengua y torció los ojos - Y al trasero de Auradon - enfocó la espalda baja de Ben.
De fondo se oyeron las carcajadas de todos.
(...)
Mal pidió en la barra su cuarta y última bebida de la noche, un martini de fresa que simulaba ser sangre. Le entregaron la de ella y luego la de Ben, un mojito verde que parecía musgo. Caminó hacia sus amigos y se la entregó.
-Gracias, amor - le agradeció, besando su coronilla y pasando un brazo por su cintura.
Doug e Evie les contaban sobre el siguiente proyecto para la marca de la peliazul, un edificio completamente de su propiedad para usarlo como sede principal y taller. Luego de eso vinieron los deportes, destacándose la carrera deportiva de Jay y Lonnie.
No quería ser grosera, pero necesitaba alejarse un poco de la multitud un momento y tomar aire.
-Vuelvo en unos minutos - se disculpó.
-¿Quieres que te acompañe? - preguntó Ben con preocupación, notando algo en la mirada de la pelimorada.
-No, tranquilo. Quédate aquí y diviértete con los chicos- besó su mejilla.
Ben la dejó ir, no muy convencido. Se alejó, sientiéndose más relajada ahora que la música no retumbaba en sus oídos y la gente no estaba tan cerca de ella. Se había estado divirtiendo, pero de la nada comenzó a sentirse con falta de aire y no quería tener un ataque de ansiedad ahí mismo.
Acomodó su vestido y se sentó al borde de una escalinata que daba a una parte más baja del jardín. Le dio un sorbo a su bebida, sintiendo como su garganta ardía ligeramente al sentir el alcohol. Puso la copa a un lado y apoyó sus manos detrás de ella, estirándose para admirar el cielo estrellado y la luna.
Habían pasado algunos minutos cuando el rey decidió buscarla. A decir verdad le preocupaba que Mal no estuviera cómoda o algo la hubiera hecho sentir mal. Desde que llegó notó que parecía querer hablar con él sobre algo, pero no quiso presionarla.
Después de unos minutos la encontró, sentada con los ojos cerrados. La brisa de la noche movía algunos mechones de su cabello. El armazón de las alas estaba junto a sus pies. Se sentó a su lado cuando supo que Mal estaba consciente de su presencia. Ella apoyó la cabeza en su hombro. Se mantuvieron un rato en silencio.
-¿Crees que tomé una buena decisión al irme? - cuestionó.
Ben bajó su mirada hacia ella.
-¿A qué te refieres?
Mal pareció pensarlo unos segundos y luego negó.
-A nada, olvídalo- dijo con tristeza, volviendo a cerrar los ojos.
Ben la tomó del mentón con delicadeza para que lo mirara.
-Desde hace horas que te noto inquieta, como si quisieras contarme algo. No te voy a presionar, pero estoy dispuesto a pasar el resto de la noche aquí si es necesario para que te sientas mejor.
-Es que...
Volvió a bajar la mirada, pero sin apartarse del suave agarre del chico. Ben apoyó su mano en su rodilla, acariciándola dulcemente, sabiendo que eso la relaja.
-No quiero ser desagradecida, me ofrecieron esta oportunidad con una beca. Un lugar donde quedarme este tiempo y han sido geniales conmigo. Es solo que por más que esté feliz por el lado de mi carrera, constantemente me veo custionándome si tomé la decisión correcta.
El unigénito de Adam y Bella se quedó en silencio, permitiendo que ella se desahogara.
-Te extraño muchísimo a diario - lo miró a los ojos - También a tus padres, a papá, a los chicos e incluso a Phone- se refirió a su madrastra- Me acostumbré tanto a pasar tiempo con ustedes que me cuesta adaptarme a estar sola. En la Isla a pesar de todo tenía a Jay, y luego a Carlos y a Evie. Supongo que tal vez solo es eso, el hecho de no estar con ustedes - sus ojos comenzaban a aguarse- Pero en el último mes me he puesto más ansiosa de lo normal, y eso me asusta.
Ben la apegó a su pecho, transmitiéndole todo su amor. Mal rodeó su torso con sus brazos. Poco a poco comenzó a relajarse.
-Nos vamos a casar en menos de medio año. Tú has tenido que encargarte en persona de muchas de las cosas que se suponía que haríamos ambos. Además, no he podido ocuparme por completo de mis responsabilidades. Siento que te estoy dejando el peso de todo a ti- sollozó.
-Hey, eso no es verdad- la tomó de los cachetes y se los fue secando con sus dedos - Has hecho y logrado muchas cosas aún estando prácticamente al otro lado de la nación. A diario te preocupas por ocuparte de absolutamente todo lo que está al alcance de tus manos.
Besó su frente.
-No has descuidado nuestra relación ni la que tienes con nuestra familia y amigos. Estás siendo muy dura contigo misma y poniéndote bajo presión. Te prometo que cuando vuelvas te sentirás mucho mejor, pero no abandones esta oportunidad. Probablemente te arrepientas de ello luego si lo haces.
Mal tomó aire y lo soltó lentamente, sintiendo como la presión en su pecho disminuía.
-Gracias por entenderme y ayudarme.
Ben le sonrió.
-Te amo, princesa. Haría lo que sea con tal de verda una hermosa sonrisa en tu rostro- ella rió ligeramente ante eso- Ahí está la sonrisa de la que hablaba.
Mal rió de nuevo.
-Yo también te amo.
Se acercaron lentamente y unieron sus labios, sin ninguna prisa para no arruinar el momento.
-Dejen algo para la luna de miel y vuelvan a la fiesta, tortólos- les gritó alguien.
Tardaron unos segundos en separarse, riendo al reconocer la voz de Chad. Junto a él estaban la mayoría de sus amigos.
-Ahora vamos- gritó Ben de vuelta.
Le robó un último beso a su prometida antes de ponerse de pie. Extendió sus manos hacia ella. Luego de acomodar su vestido él le ayudó a volverse a colocar las alas. Tomaron sus copas y les dieron un sorbo antes de alcanzar a los demás.
El resto de la noche lo pasaron entre risas y chistes. Poco antes del amanecer, luego de que el resto de los invitados se habían ido, todos se quedaron viendo El Extraño Mundo de Jack hasta quedarse dormidos mientras que comían chocolates y caramelos.
Al final de todo, el día había resultado mejor de lo que ella esperaba. Y definitivamente ahora se sentía mucho mejor. Aunque probablemente luego le dolería el estómago por comer tantos dulces.
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Es la primera vez que hago algo alusivo a estas fechas. De hecho, tenía una idea mucho más oscura para esto pero nunca la hice porque me faltaban detalles para que tuviera sentido.
En fin, lo próximo que leerán es el Ask de Mevie así que estén atentos.
¡Nos leemos pronto!
~Con amor, su escritora💕.
Publicado el 07/11/2021.
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