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Beal/Bal: The Greek Aphrodisiac

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𝐍𝐨𝐰 𝐩𝐥𝐚𝐲𝐢𝐧𝐠:
𝑱𝒖𝒏𝒐 - 𝑺𝒂𝒃𝒓𝒊𝒏𝒂 𝑪𝒂𝒓𝒑𝒆𝒏𝒕𝒆𝒓

𝐍𝐨𝐰 𝐩𝐥𝐚𝐲𝐢𝐧𝐠:
𝑩𝒆𝒅 𝑪𝒉𝒆𝒎 - 𝑺𝒂𝒃𝒓𝒊𝒏𝒂 𝑪𝒂𝒓𝒑𝒆𝒏𝒕𝒆𝒓

𝐍𝐨𝐰 𝐩𝐥𝐚𝐲𝐢𝐧𝐠:
𝑮𝒖𝒆𝒔𝒔 - 𝑪𝒉𝒂𝒓𝒍𝒊 𝑿𝑪𝑿

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❗️Contenido altamente explícito

Ben no podía parar de reírse al ver lo emocionada que estaba su esposa por llegar al último destino de su Luna de Miel. Desde su boda seis semanas atrás habían estado visitando distintos destinos. Primero estuvieron en Francia, luego en Motonüi, Arendelle, y Corona. Ahora, estaban llegando a Grecia, específicamente a la zona manejada por la familia Olímpica.

Desde que Mal y Hades habían retomado su relación padre e hija, para la ahora Reina de Auradon no había un destino más soñado que conocer el lugar de origen de uno de sus progenitores. Le fascinaba oír cada una de las historias que el Dios del Inframundo le contaba sobre el sitio.

Para el cumpleaños número 20 de la pelimorada habían pasado un par de días con su familia. Hades presentó a su hija y a su, en ese entonces, futuro yerno a los dioses y su descendencia. Todos quedaron tan encantados con la pareja que los más jóvenes decidieron hacerles una lista de lugares que debían visitar cuando regresarán durante su viaje de recién casados.

A decir verdad, ese mes y medio era todo lo que habían necesitado por un buen tiempo. Sus responsabilidades y organizar la ceremonia, la coronación de Mal y la recepción les consumió gran parte de su tiempo después de su compromiso y la apertura de la barrera. Tenían citas, pero no habían podido realizar ningún viaje espontáneo ellos solos desde un par de meses después de comprometerse.

Disfrutaron cada uno de los lugares que habían visitado hasta ese momento. Comieron un montón de comida desconocida; aprovecharon el sol del verano para estar en las piscinas de los hoteles donde se hospedaron y en las playas; conocieron un montón de lugares turísticos que no habían tenido la oportunidad de apreciar antes. Y lo más importante, al fin consiguieron pasar tiempo solos.

Hablaban casi a diario con sus familiares y amigos, enseñándoles todo lo que podían a través de fotos y vídeos. Debían admitir que si no fuera porque caminaban todo lo que podían para conocer las ciudades, llegarían con kilos extra de tantos postres y comidas que habían consumido esos días.

Su boda fue en las primeras semanas del verano, lo que les dio la excusa perfecta para tomarse tanto tiempo de vacaciones. Solo que su burbuja sin responsabilidades debía reventarse en seis días cuando regresaran a casa. Les alegraba volver, pero ya se habían acostumbrado a levantarse tarde, dormirse tarde, no tener un horario ni rutina y no tener que ser seguidos por guardias todos los días.

Era de esperarse que algunas personas y paparazzis captaran momentos de sus vacaciones, era inevitable. Pero a pesar de todo lograron ser lo más discretos posibles.

El rey apretó la mano que su reina le ofreció, observando con una sonrisa las calles de camino a la posada donde se hospedarían. Era del viñedo de Dionisio, por lo que desde un principio toda la familia olímpica se ofreció a proveerles todo lo que necesitaran durante esos días.

El auto que los llevaba iba por un camino lleno de árboles y arbustos de diversas frutas, y a lo lejos se podían apreciar los terrenos de la producción de vino.

-¡Este lugar es hermoso! - exclamó Mal, divisando a varios metros la enorme casa que conformaba la posada.

Ben besó sus nudillos.

-El mejor sitio para cerra con broche de oro nuestra luna de miel- le dijo.

La ojiverde besó sus labios castamente. Le dieron las gracias al chófer que los llevó hasta el lugar. Se bajaron del auto, con Ben saliendo primero y abriéndole la puerta a su esposa.

Mal se rió y aceptó la mano que su esposo le extendió. Tomaron sus maletas y subieron la rampa que los llevaba a la recepción.

Cualquiera que los viera podía quedar hipnotizado al observarlos. Los dos se habían bronceado luego de todas esas horas bajo el sol, lo que hacía relucir sus lunares y pecas. El cabello morado con reflejos azules de Mal resaltaba aún más los destellos en sus ojos verdes. Y el cabello castaño de Ben junto con su bronceado hacía ver sus ojos miel más claros, casi verdes.

Mal usaba un cómodo vestido de tirantes lila con un montón de flores, mariposas y dragones bordadas con hilos verdes, además de unas sandalias negras. Sus lentes de sol negros le tapaban los ojos del caluroso sol. Ben portaba una camisa blanca bastante simple junto a unos shorts azul marino y sandalias del mismo color. Él también usaba lentes de sol. Las costosas alianzas de matrimonio destacaban en las manos de ambos.

Cualquiera que los viera aseguraría que ambos eran dioses griegos. Aunque bueno, técnicamente la pelimorada es parte diosa.

La pareja se rió cuando Perséfone, la Diosa de la Primavera, los recibió con un fuerte abrazo. Kore los conoció meses atrás un día que fue a buscar a Hades para conversar con él. A Mal le agradaba tanto que comenzaba a considerar pedirle a su primo Eros que juntara a su padre y a la pelirroja de nuevo.

-¡Por todas las flores, se ven aún más espectaculares que el día de su boda!- los halagó.

La ojiverde se rió.

-Es un gusto verte, Kore - la saludó Ben amablemente.

-No mentían cuando dijeron que todos colaborarían durante nuestra visita- bromeó Mal.

Uno de los empleados subió sus maletas a un carrito para llevarlas. Iba detrás de ellos, quienes seguían a la alegre diosa.

-Dionisio les asignó la mejor suite del lugar - atravesaron unos pasillos- Incluso tienen una piscina en la terraza.

Le entregó a su prima la llave magnética que abría la puerta. Los reyes quedaron impresionados por lo iluminada y linda que era la habitación.

-Los dejo para que se instalen, seguro están cansados por todas esas horas de vuelo.

La pelirroja sostuvo la puerta para que pudieran meter las maletas. Los tres le dieron las gracias al chico y le dieron su propina.

-Les reservamos una mesa para el almuerzo a las dos de la tarde en el restaurante. Y...- tomó una caja grande marrón y dorada que estaba en el estante del televisor-, quisimos darles este regalo para darles la bienvenida.

-De verdad no sé cómo agradecerles todo lo que están haciendo por nosotros- dijo Mal.

-Eso no hace falta, querida. Consideren todo el viaje como nuestro regalo de bodas y de bienvenida a la familia- le sonrió a la pareja.

-Gracias, Kore- le agradeció Ben.

La diosa les lanzó un beso antes de cerrar la puerta e irse. El castaño se rió cuando su amada lo abrazó con fuerza. Besó su coronilla. Recorrieron la habitación, organizando sus pertenencias en el baño, el closet y las mesas de noche.

Salieron a la terraza, aspirando el aire fresco y admirando la vista. Tenían una mesa para comer allí si lo querían, la piscina era pequeña pero linda. Además, como el terreno estaba en una colina, el cuarto tenía vista al mar y a la costa.

Los dos estaban agotados, así que decidieron dormir un rato antes de almorzar. Se habían levantado muy temprano para tomar el vuelo hasta allá.

(...)

El almuerzo fue lo que terminó de mejorar su llegada. Comieron hasta hartarse y probaron la degustación de vinos que el mismo dios del vino preparó para ellos.

Pensaron que sería buena idea usar las horas que quedaban antes del atardecer para comenzar a recorrer las calles. Tomaron una de las motos de la posada y emprendieron su viaje al centro de la ciudad.

Recorrieron todas las tiendas que pudieron, comprando recuerdos para ellos y para sus seres queridos. Se tomaron un montón de fotos para enviárselas. Ben sostuvo el helado de Mal cuando esta contestó una llamada de Hades.

-Hola, papá.

-Hola Mally, y a ti mini bestia- los saludó.

El matrimonio rió.

-¿Les está gustando Grecia?

-Este lugar es genial. Llevamos toda la tarde comprando regalos para todos- le enseñó las bolsas que ambos llevaban.

Tomó su helado y retomaron su camino.

-¿Dionisio les hizo su famosa cata de vinos?- preguntó el dios.

-Sí, por eso y por la comida es que salimos a caminar - le contestó Ben a su suegro.

-Más les vale no embriagarse en su primer día allá. Porque créanme, nuestra familia ama beber todo el día, así que les van a estar ofreciendo alcohol a cada rato- les aconsejó el peliazul.

-Papá, no llevamos ni un día acá. Calma - soltó una risita, lamia su helado- Por cierto, Kore te manda saludos.

Oyeron como Cerbero ladraba cuando su dueño se atoró con lo que estaba bebiendo. Soltaron una carcajada.

-Mal, espero que no estés otra vez con tus planes de juntarnos. Porque si es así, te juro que...

-Lo siento papi, debo colgar, se nos derriten los helados- comenzó a hablar rápido.

-Mal Igna Underworld Moors...

-Adiós.

La nombrada colgó la llamada. Ben la miró con diversión.

-Se va a llevar una sorpresa cuando sepa que la invitaste a pasar unos días con nosotros cuando regresemos.

Lo calló con un dedo en sus labios.

-Él no tiene por qué saberlo.

El castaño simplemente se rió y tomó su mano. Querían llegar a un mirador para ver el atardecer y regresar al hotel.

(...)

Cuando regresaron se dieron un baño para refrescarse y pidieron la cena para comer en la terraza. Al ingresar al cuarto de nuevo se recostaron en la cama a ver televisión.

Por alguna razón, Ben tenía mucha curiosidad por ver que era lo que contenía la caja que les dio Perséfone de regalo. No la habían abierto aún ya que estuvieron ocupados todas las horas después de su llegada. Estaba en el mismo lugar de donde ella la había sacado para dárselas.

Mal captó como la mirada del ojimiel estudiaba el objeto. A ella también comenzaba a picarle la curiosidad por ver el contenido. Sospechaba que podría haber cualquier locura ya que provenía de la familia de su padre.

Decidió levantarse y buscarla. Se sentó a su lado otra vez y la abrieron. Se sorprendieron al ver todo lo que contenía.

(𝑶𝒐𝒉, 𝒂𝒉, 𝒐𝒐𝒉)
𝑫𝒐𝒏'𝒕 𝒉𝒂𝒗𝒆 𝒕𝒐 𝒕𝒆𝒍𝒍 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒉𝒐𝒕 𝒂𝒔𝒔 𝒂 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈
𝑶𝒉, 𝒚𝒆𝒂𝒉, 𝒚𝒐𝒖 𝒋𝒖𝒔𝒕 𝒈𝒆𝒕 𝒊𝒕 (𝒈𝒆𝒕 𝒊𝒕)
𝑾𝒉𝒐𝒍𝒆 𝒑𝒂𝒄𝒌𝒂𝒈𝒆, 𝒃𝒂𝒃𝒆, 𝑰 𝒍𝒊𝒌𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒘𝒂𝒚 𝒚𝒐𝒖 𝒇𝒊𝒕
𝑮𝒐𝒅 𝒃𝒍𝒆𝒔𝒔 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒅𝒂𝒅'𝒔 𝒈𝒆𝒏𝒆𝒕𝒊𝒄𝒔 (𝒈𝒆𝒏𝒆𝒕𝒊𝒄𝒔), 𝒎𝒎, 𝒖𝒉

Tenía varias botellas de champaña en miniatura, varios chocolates, entradas a lugares que podían visitar esos días, unas flores hermosas que estaban disecadas para conservarlas y una caja repleta de macarrons.

A Mal se le salió un ruido por la nariz al reírse cuando levantó una trampilla en el fondo de la caja. Tenía unas esposas de peluche negras, junto a un montón de artículos sexuales.

𝒀𝒐𝒖 𝒎𝒂𝒌𝒆 𝒎𝒆 𝒘𝒂𝒏𝒏𝒂 𝒎𝒂𝒌𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒇𝒂𝒍𝒍 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆
𝑶𝒉, 𝒍𝒂𝒕𝒆 𝒂𝒕 𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕, 𝑰'𝒎 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒌𝒊𝒏' '𝒃𝒐𝒖𝒕 𝒚𝒐𝒖 (𝒂𝒉, 𝒂𝒉, 𝒂𝒉)
𝑾𝒂𝒏𝒏𝒂 𝒕𝒓𝒚 𝒐𝒏 𝒎𝒚 𝒇𝒖𝒛𝒛𝒚 𝒑𝒊𝒏𝒌 𝒉𝒂𝒏𝒅𝒄𝒖𝒇𝒇𝒔?

-Bueno, al fin y al cabo aún estamos de luna de miel. Así que no veo por qué no podríamos usarlos- Ben le lanzó una sonrisa socarrona.

La pelimorada le aventó una almohada, riéndose. Comenzaron una guerra de almohadas. Se perseguían por la habitación. Cayeron exhaustos en la cama, sin fijarse bien en lo que decía una de las cajas de dulces que venía con el regalo.

(...)

Al pasar los días, fueron a varias playas y nuevos sitios. Era genial hacer algo más allá de reinar. Poder disfrutar de su juventud y sus recientes nupcias.

Poco a poco el contenido de la caja fue consumido. Ya solo les quedaba una entrada de las muchas que les entregaron, las pequeñas botellas y los chocolates ya habían sido consumidos. Incluso habían usado algunos de los artículos que les dieron.

La noche anterior se habían puesto totalmente ebrios en su habitación gracias a la champaña. Estaban en la piscina, riéndose sin sentido y besándose sin parar. Y claramente no perdieron el tiempo allí dentro.

𝑶𝒉, 𝑰 𝒉𝒆𝒂𝒓 𝒚𝒐𝒖 𝒌𝒏𝒐𝒄𝒌𝒊𝒏', 𝒃𝒂𝒃𝒚
𝑪𝒐𝒎𝒆 𝒐𝒏 𝒖𝒑

Se durmieron tan tarde que ese día se habían despertado al medio día. A Mal le dolía la cabeza cuando abrió los ojos. Se sonrojó al ver el desastre que habían dejado por toda la habitación. Las botellas en la mesa. La caja de chocolates totalmente vacía. El traje de baño de Ben estaba tirado en una esquina junto a la puerta que daba al exterior. Cuando logró enfocar bien su vista se dio cuenta que el sostén de su traje de baño quedó flotando en el agua y la parte de abajo estaba junto a la de él.

Se llevó una mano al puente de la nariz. Debían recoger todo antes de salir a comer. Se levantó con cuidado de no despertar a su marido, fallando en el intento. Con la cabeza doliendole no coordinó tan bien sus movimientos, ya que jaló la sábana con su pie y casi se cayó al suelo.

Frunció el ceño al oír la risa del monarca.

-¿No se suponía que estabas dormido? - se cruzó de brazos y alzó una ceja.

-Lo estaba, pero comencé a despertarme cuando te moviste hace un rato- le divertía el puchero que se posó en los labios de su esposa.

Se sentó en el borde de la cama, acercándola. Ella no pudo evitar reírse cuando la abrazó por la cintura y le plantó un beso en los labios.

-Entre lo que nos dieron hay un frasco con una poción para quitar el dolor de cabeza- le dijo él.

Mal iba a buscarla, pero Ben la detuvo.

-¿Qué pasa?

No respondió, solamente se dedicó a llenarle de besos el cuello y el abdomen con cariño. Mal lo frenó con cuidado, apartándolo.

-Amor, no podemos estar todo el día aquí metidos- le recordó.

Él se encogió de hombros.

-Si por mí fuera, estaría aquí contigo todo el día- volvió a besar su boca.

𝑰 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒚𝒐𝒖 𝒘𝒂𝒏𝒕 𝒎𝒚 𝒕𝒐𝒖𝒄𝒉 𝒇𝒐𝒓 𝒍𝒊𝒇𝒆
𝑰𝒇 𝒚𝒐𝒖 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒎𝒆 𝒓𝒊𝒈𝒉𝒕, 𝒕𝒉𝒆𝒏 𝒘𝒉𝒐 𝒌𝒏𝒐𝒘𝒔?
𝑰 𝒎𝒊𝒈𝒉𝒕 𝒍𝒆𝒕 𝒚𝒐𝒖 𝒎𝒂𝒌𝒆 𝒎𝒆 𝑱𝒖𝒏𝒐

-Hagamos algo- lo volvió a apartar- Sí nos bañamos, recogemos todo este desastre y bajamos a desayunar, tal vez te deje continuar con lo que planeas en la noche- sugirió.

Ben le dio un beso más en el abdomen antes de soltarla.

-A este paso tendremos a una mini tú o a un mini yo corriendo por ahí en menos de dos años- bromeó.

Mal le dio un golpe juguetón en el pecho. Se tomaron la poción para la resaca, limpiaron el desastre y se metieron a bañar.

𝒀𝒐𝒖 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝑰 𝒋𝒖𝒔𝒕 𝒎𝒊𝒈𝒉𝒕
𝑳𝒆𝒕 𝒚𝒐𝒖 𝒍𝒐𝒄𝒌 𝒎𝒆 𝒅𝒐𝒘𝒏 𝒕𝒐𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕
𝑶𝒏𝒆 𝒐𝒇 𝒎𝒆 𝒊𝒔 𝒄𝒖𝒕𝒆, 𝒃𝒖𝒕 𝒕𝒘𝒐 𝒕𝒉𝒐𝒖𝒈𝒉?
𝑮𝒊𝒗𝒆 𝒊𝒕 𝒕𝒐 𝒎𝒆, 𝒃𝒂𝒃𝒚
𝒀𝒐𝒖 𝒎𝒂𝒌𝒆 𝒎𝒆 𝒘𝒂𝒏𝒏𝒂 𝒎𝒂𝒌𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒇𝒂𝒍𝒍 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆 (𝑶𝒉)

(...)

Después de desayunar, o más bien almorzar, pensaron que sería bueno disfrutar unas horas de las actividades que ofrecía la posada. Recorrieron los jardines y participaron en una clase de cerámica antes de regresar al cuarto.

Esa noche iban a usar la última entrada que les quedaba. Era para el club que poseían Perséfone, Eros y Afrodita. El más popular y exclusivo de la ciudad.

Tenían acceso ilimitado para pedir comida y para la barra. Además, con ellos estarían Herkie y su novia Sophie, la ex ayudante del hechicero Yen Zid en la Isla de los Perdidos.

Abrieron la caja de macarrons y comieron un par cada uno antes de arreglarse. Estaban muy buenos, a decir verdad. Tenían un toque distinto a todos los que habían probado antes.

Mal estaba en el baño vistiéndose. Quería sorprender a Ben esa noche, así que no dejaría que viera lo que llevaba debajo del vestido. Al salir, retocó su cabello y se maquilló un poco. El rey estaba listo, esperándola en la cama.

Conversaba con sus padres por mensaje. Su esposa lo observó cuando estuvo lista, se veía extremadamente guapo con esa camisa blanca arremangada hasta debajo de sus codos, los pantalones de vestir azul oscuro y sus mocasines marrones.

El ojimiel levantó la mirada de la pantalla.

-¿Todo bien? - cuestionó divertido.

Notó como evitaba morderse el labio, su respiración se había acelerado y sus mejillas se ponían rosadas. Se acercó a él, sentándose en su regazo cuando le extendió los brazos.

-Lamento hacerlo sentir observado, su majestad- jugueteó con la tela suelta en su cuello- Es solo que me ha tratado tan bien en la cama en estos días que temo que me tiene con las hormonas alteradas.

𝑰 𝒔𝒉𝒐𝒘𝒆𝒅 𝒎𝒚 𝒇𝒓𝒊𝒆𝒏𝒅𝒔, 𝒕𝒉𝒆𝒏 𝒘𝒆 𝒉𝒊𝒈𝒉-𝒇𝒊𝒗𝒆𝒅 (𝑶𝒉-𝒐𝒉)
𝑺𝒐𝒓𝒓𝒚 𝒊𝒇 𝒚𝒐𝒖 𝒇𝒆𝒆𝒍 𝒐𝒃𝒋е𝒄𝒕𝒊𝒇𝒊𝒆𝒅 (𝑶𝒉)
𝑪𝒂𝒏'𝒕 𝒉𝒆𝒍𝒑 𝒎𝒚𝒔𝒆𝒍𝒇, 𝒉𝒐𝒓𝒎𝒐𝒏е𝒔 𝒂𝒓𝒆 𝒉𝒊𝒈𝒉
𝑮𝒊𝒗𝒆 𝒎𝒆 𝒎𝒐𝒓𝒆 𝒕𝒉𝒂𝒏 𝒋𝒖𝒔𝒕 𝒔𝒐𝒎𝒆 𝒃𝒖𝒕𝒕𝒆𝒓𝒇𝒍𝒊𝒆𝒔

Ben se rió, besando su mentón.

-Bueno, es mi deber hacer sentir bien a mi reina, como se lo merece - le siguió el juego.

Ella hizo que sus narices se rozaran. Se sentían hasta más enamorados que meses atrás. Más unidos que nunca. Se habían acostumbrado a pasar la mayoría de sus noches en vela desde la boda, incluso soñando con el otro.

𝒀𝒐𝒖 𝒎𝒂𝒌𝒆 𝒎𝒆 𝒘𝒂𝒏𝒏𝒂 𝒎𝒂𝒌𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒇𝒂𝒍𝒍 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆
𝑶𝒉, 𝒍𝒂𝒕𝒆 𝒂𝒕 𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕, 𝑰'𝒎 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒌𝒊𝒏𝒈 '𝒃𝒐𝒖𝒕 𝒚𝒐𝒖, 𝒂𝒉, 𝒂𝒉, 𝒂𝒉
𝑾𝒂𝒏𝒏𝒂 𝒕𝒓𝒚 𝒐𝒖𝒕 𝒔𝒐𝒎𝒆 𝒇𝒓𝒆𝒂𝒌𝒚 𝒑𝒐𝒔𝒊𝒕𝒊𝒐𝒏𝒔?
𝑯𝒂𝒗𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒆𝒗𝒆𝒓 𝒕𝒓𝒊𝒆𝒅 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒐𝒏𝒆?

Durante esas semanas habían probado cosas nuevas, aprovechando que no debían preocuparse por horarios ni interrupciones molestas. Realmente se notaba que estaban en su luna de miel.

Los dos se quedaron abrazados un rato, robándole besos al otro de vez en cuando.

𝑰 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒚𝒐𝒖 𝒘𝒂𝒏𝒕 𝒎𝒚 𝒕𝒐𝒖𝒄𝒉 𝒇𝒐𝒓 𝒍𝒊𝒇𝒆
𝑰𝒇 𝒚𝒐𝒖 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒎𝒆 𝒓𝒊𝒈𝒉𝒕, 𝒕𝒉𝒆𝒏 𝒘𝒉𝒐 𝒌𝒏𝒐𝒘𝒔?
𝑰 𝒎𝒊𝒈𝒉𝒕 𝒍𝒆𝒕 𝒚𝒐𝒖 𝒎𝒂𝒌𝒆 𝒎𝒆 𝑱𝒖𝒏𝒐

Podían ser las hormonas hablando por ella, pero Ben la había hecho sentir tan bien desde su primera vez, que en serio no le importaría quedar embarazada antes de lo que habían planeado. Ambos estaban insaciables desde su noche de bodas. Y eso no la ayudaba a bajarle las revoluciones a sus pensamientos más oscuros.

𝒀𝒐𝒖 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝑰 𝒋𝒖𝒔𝒕 𝒎𝒊𝒈𝒉𝒕
𝑳𝒆𝒕 𝒚𝒐𝒖 𝒍𝒐𝒄𝒌 𝒎𝒆 𝒅𝒐𝒘𝒏 𝒕𝒐𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕
𝑶𝒏𝒆 𝒐𝒇 𝒎𝒆 𝒊𝒔 𝒄𝒖𝒕𝒆, 𝒃𝒖𝒕 𝒕𝒘𝒐 𝒕𝒉𝒐𝒖𝒈𝒉?
𝑮𝒊𝒗𝒆 𝒊𝒕 𝒕𝒐 𝒎𝒆, 𝒃𝒂𝒃𝒚
𝒀𝒐𝒖 𝒎𝒂𝒌𝒆 𝒎𝒆 𝒘𝒂𝒏𝒏𝒂 𝒎𝒂𝒌𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒇𝒂𝒍𝒍 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆

Ben tomó sus mejillas para juntar sus bocas. Estaba fascinado por las reacciones de su amada ante algo tan simple como un beso. Luego de un par de minutos descendió sus labios por su cuello, dejando sin darse cuenta una ligera marca.

𝑨𝒅𝒐𝒓𝒆 𝒎𝒆
𝑯𝒐𝒍𝒅 𝒎𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝒆𝒙𝒑𝒍𝒐𝒓𝒆 𝒎𝒆
𝑴𝒂𝒓𝒌 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒕𝒆𝒓𝒓𝒊𝒕𝒐𝒓𝒚
𝑻𝒆𝒍𝒍 𝒎𝒆 𝑰'𝒎 𝒕𝒉𝒆 𝒐𝒏𝒍𝒚, 𝒐𝒏𝒍𝒚, 𝒐𝒏𝒍𝒚, 𝒐𝒏𝒍𝒚 𝒐𝒏𝒆

Solo quería estar con ella el resto de su vida, con ella y nadie más. La amaba de pies a cabeza, con su personalidad mandona y malhumorada. Con su lado tierno y amoroso.

𝑨𝒅𝒐𝒓𝒆 𝒎𝒆
𝑯𝒐𝒍𝒅 𝒎𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝒆𝒙𝒑𝒍𝒐𝒓𝒆 𝒎𝒆
𝑰'𝒎 𝒔𝒐 𝒇𝒖𝒄𝒌𝒊𝒏' 𝒉𝒐𝒓𝒏𝒚
𝑻𝒆𝒍𝒍 𝒎𝒆 𝑰'𝒎 𝒕𝒉𝒆 𝒐𝒏𝒍𝒚, 𝒐𝒏𝒍𝒚, 𝒐𝒏𝒍𝒚, 𝒐𝒏𝒍𝒚 𝒐𝒏𝒆

Mal se separó un poco de él, intentando recuperar el aire. Ambos comenzaban a excitarse, y aunque no le gustaba mucho la idea de interrumpir lo que su esposo tenía en mente, ya era hora de que se fueran.

-Cielo, debemos irnos- dijo con la voz agitada.

Ben refunfuñó en su hombro.

-Si nos vamos ahora, te prometo que te daré una sorpresa cuando regresemos.

Eso pareció distraerlo.

-¿Qué es? - le hizo ojos de cachorrito, sabiendo que no sería fácil sacarle información.

Ella se rió suavemente. Quitó sus brazos de su cintura y se levantó. Buscó su cartera y guardó su teléfono. Le pasó el suyo e hizo que se parara.

-No seas curioso, mi amor- besó su mejilla, marcandolo con el labial que acababa de retocarse- Lo sabrás más tarde.

𝑶𝒉, 𝑰 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒚𝒐𝒖 𝒘𝒂𝒏𝒕 𝒎𝒚 𝒕𝒐𝒖𝒄𝒉 𝒇𝒐𝒓 𝒍𝒊𝒇𝒆
𝑰𝒇 𝒚𝒐𝒖 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒎𝒆 𝒓𝒊𝒈𝒉𝒕, 𝒕𝒉𝒆𝒏 𝒘𝒉𝒐 𝒌𝒏𝒐𝒘𝒔?
𝑰 𝒎𝒊𝒈𝒉𝒕 𝒍𝒆𝒕 𝒚𝒐𝒖 𝒎𝒂𝒌𝒆 𝒎𝒆 𝑱𝒖𝒏𝒐

Ella abrió la puerta de la habitación. Se quedó boquiabierto por unos segundos cuando se agachó a ajustar sus tacones. Con que eso era parte de su sorpresa. Pensó. La sonrisa maliciosa que le dedicó la pelimorada le dio a entender que había sido totalmente intencional.

Cerró la habitación, siguiéndola sin perder de vista ninguno de sus movimientos. Lo tenía a sus pies, y él no tenía ni el más mínimo problema con eso.

𝒀𝒐𝒖 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝑰 𝒋𝒖𝒔𝒕 𝒎𝒊𝒈𝒉𝒕 (𝑴𝒊𝒈𝒉𝒕)
𝑳𝒆𝒕 𝒚𝒐𝒖 𝒍𝒐𝒄𝒌 𝒎𝒆 𝒅𝒐𝒘𝒏 𝒕𝒐𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕
𝑶𝒏𝒆 𝒐𝒇 𝒎𝒆 𝒊𝒔 𝒄𝒖𝒕𝒆, 𝒃𝒖𝒕 𝒕𝒘𝒐 𝒕𝒉𝒐𝒖𝒈𝒉?
𝑮𝒊𝒗𝒆 𝒊𝒕 𝒕𝒐 𝒎𝒆, 𝒃𝒂𝒃𝒚
𝒀𝒐𝒖 𝒎𝒂𝒌𝒆 𝒎𝒆 𝒘𝒂𝒏𝒏𝒂 𝒎𝒂𝒌𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒇𝒂𝒍𝒍 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆

(...)

El auto los dejó en la entrada del club unos minutos más tarde. Los dos entrelazaron sus brazos al descender del vehículo. Enseñaron su invitación e ingresaron al lugar. Se impresionaron al ver en interior de este.

Era una mezcla de estilos muy única pero atractiva a la vista. Flores, columnas griegas y a la vez bolas disco, cristales y oro. Se notaba que era propiedad de los dioses.

Se pararon frente a un espejo, tomándose fotos. Mal se tomó una ella sola, mostrándole a Evie que usaba una de sus tantos diseños confeccionados exclusivamente para ella.

Era un vestido de seda púrpura. Muy simple, pero elegante y cómodo a la vez. Un escote con tirantes destacaba en la parte superior. La parte inferior era de encaje, lo que daba el aspecto de que sus piernas eran más largas aunque ella no es para nada alta.

𝑰 𝒘𝒂𝒔 𝒊𝒏 𝒂 𝒔𝒉𝒆𝒆𝒓 𝒅𝒓𝒆𝒔𝒔 𝒕𝒉𝒆 𝒅𝒂𝒚 𝒕𝒉𝒂𝒕 𝒘𝒆 𝒎𝒆𝒕
𝑾𝒆 𝒘𝒆𝒓𝒆 𝒃𝒐𝒕𝒉 𝒊𝒏 𝒂 𝒓𝒖𝒔𝒉, 𝒘𝒆 𝒕𝒂𝒍𝒌𝒆𝒅 𝒇𝒐𝒓 𝒂 𝒔𝒆𝒄
𝒀𝒐𝒖𝒓 𝒇𝒓𝒊𝒆𝒏𝒅 𝒉𝒊𝒕 𝒎𝒆 𝒔𝒐 𝒘𝒆 𝒄𝒐𝒖𝒍𝒅 𝒄𝒐𝒏𝒏𝒆𝒄𝒕
𝑨𝒏𝒅 𝒘𝒉𝒂𝒕 𝒂𝒓𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒐𝒅𝒅𝒔? 𝒀𝒐𝒖 𝒔𝒆𝒏𝒕 𝒎𝒆 𝒂 𝒕𝒆𝒙𝒕

Su esposo la esperaba, sonriéndole. Volvieron a entrelazar sus brazos y subieron con calma las escaleras hasta el segundo piso, donde Kore les había reservado su mesa.

No se esperaron encontrarse no solo con los acompañantes que les dijeron previamente, sino también con Chip y Melody. El rubio y la pelinegra los saludaron alegremente.

-No sabíamos que los veríamos hoy- les dijo el rey.

Se sentaron en el espacio que las otras dos parejas les reservaron. Chip y Melody podían ser mayores que ellos, pero conocían a Ben de toda la vida y le tenían cariño a Mal. Mientras que a Herkie lo conocían por ir un año más arriba que ellos en la preparatoria. Y bueno, era claro que la ojiverde ya conocía a la rubia desde la Isla.

-Fue algo de último minuto. Ya que estábamos por acá, le preguntamos a la familia de Mel si podíamos venir- explicó Chip.

-Ventajas de ser familia de los dueños- le extendió un vaso a Mal.

Ella se rió y chocó su vaso con los de los demás.

-Y que buena ventaja, porque me parece que esta es de las mejores mesas- dijo.

Herkie asintió.

-Perséfone y Afrodita insistieron en que sus familiares debían tener los mejores lugares- comentó el hijo de Hércules.

Les explicaron que la bebida que tenían en la mesa era una de las especialidades del bar. Cóctel de los enamorados. Era una mezcla de vodka con distintas frutas, limón, y un ingrediente especial.

-¿Y cuál es ese? - interrogó el castaño con curiosidad.

-Esa es la cosa, no sabemos qué es- explicó Sophie- Le hemos preguntado varias veces a Eros y a Afrodita, pero nunca nos lo dicen.

-En teoría es una especie de afrodisíaco, aunque en realidad me parece que si es eso está puesto en muy poca cantidad- habló la heredera de Seaside.

Les llevaron una bandeja con varios snacks y su siguiente ronda de bebidas. Pasaron varias horas charlando y poniéndose al día.

Armaron una especie de juego de confesiones luego de haber bailado en la pista. No estaban ebrios, al menos no la joven pareja real, los demás parecían estar menos sobrios.
Habían entrado en demasiada confianza, soltando risas por las respuestas y ocurrencias de cada pareja.

Ben se desconcentró ligeramente cuando Mal apoyó su mano en su rodilla. En realidad no hizo nada aparte de eso, pero él estaba seguro de que lo había hecho con toda la intención de provocarlo.

𝑨𝒏𝒅 𝒏𝒐𝒘 𝒕𝒉𝒆 𝒏𝒆𝒙𝒕 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈 𝑰 𝒌𝒏𝒐𝒘, 𝑰'𝒎 𝒍𝒊𝒌𝒆
𝑴𝒂𝒏𝒊𝒇𝒆𝒔𝒕 𝒕𝒉𝒂𝒕 𝒚𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒐𝒗𝒆𝒓𝒔𝒊𝒛𝒆𝒅
𝑰 𝒅𝒊𝒈𝒓𝒆𝒔𝒔, 𝒈𝒐𝒕 𝒎𝒆 𝒔𝒄𝒓𝒐𝒍𝒍𝒊𝒏' 𝒍𝒊𝒌𝒆
𝑶𝒖𝒕 𝒐𝒇 𝒃𝒓𝒆𝒂𝒕𝒉, 𝒈𝒐𝒕 𝒎𝒆 𝒈𝒐𝒊𝒏' 𝒍𝒊𝒌𝒆

Mal miró a su marido cuando fue el turno de ambos de hacer una confesión. No habían establecido ningún castigo para las respuestas que alguna de las parejas no quisieran dar, simplemente lo hacían por diversión.

-Vuelve a ser el turno de los recién casados- aplaudió Sophie.

Chip le susurró algo a Herkie y este asintió.

-Bien, ya que andamos sincerándonos, nos gustaría saber como es que realmente se enamoraron- dijo el más musculoso.

-Bueno, saben que nunca lo hemos contado por completo en entrevistas. Pero todo comenzó porque soñamos con el otro- empezó a relatar Ben.

Sophie y Melody los oían con interés. Sus respectivos novio y esposo sonrieron ante su curiosidad.

-Ben soñó conmigo, sin saber realmente quién era más que vivía en la Isla- lo miró con un brillo en los ojos.

-Ella soñó conmigo. Y por casualidades del destino, el sitio donde estábamos era nuestro lugar especial- la abrazó.

Ella se acurrucó en sus brazos.

-Quise creer que no me parecía atractivo, porque mi madre me había metido en la cabeza que no había cabida para el amor en mi vida. Pero la mentira que me decía a mí misma no me terminaba de convencer.

Tomó un poco de su bebida.

-Internamente me preguntaba quién era, porqué su voz me hacía sentir tanta paz. Incluso llegué a pensar que estaba enloqueciendo y que era producto de mi imaginación. Así que fingía que todo era invento mío para autoconvencerme.

𝑶𝒐𝒉 (𝒂𝒉)
𝑾𝒉𝒐'𝒔 𝒕𝒉𝒆 𝒄𝒖𝒕𝒆 𝒃𝒐𝒚 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒕𝒉𝒆 𝒘𝒉𝒊𝒕𝒆 𝒋𝒂𝒄𝒌𝒆𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒕𝒉𝒆 𝒕𝒉𝒊𝒄𝒌 𝒂𝒄𝒄𝒆𝒏𝒕? 𝑳𝒊𝒌𝒆
𝑶𝒐𝒉 (𝒂𝒉)
𝑴𝒂𝒚𝒃𝒆 𝒊𝒕'𝒔 𝒂𝒍𝒍 𝒊𝒏 𝒎𝒚 𝒉𝒆𝒂𝒅

-Pero veánnos ahora, casi cinco años después- miró los ojos verdes de su amada.

Ella se apoyó en su hombro.

-Dioses, por eso es que su química es tan hermosa y palpable. Estaban destinados a estar juntos- Melody los vio con ternura.

La pareja se besó cortamente. Su química iba más allá de la parte de romántica, y ellos lo tenían muy claro.

𝑩𝒖𝒕 𝑰 𝒃𝒆𝒕 𝒘𝒆'𝒅 𝒉𝒂𝒗𝒆 𝒓𝒆𝒂𝒍𝒍𝒚 𝒈𝒐𝒐𝒅 𝒃𝒆𝒅 𝒄𝒉𝒆𝒎

Al cabo de unas rondas de preguntas más, todos volvieron a bailar con sus parejas. Mal se rió cuando Ben le dio una vuelta y ambos quedaron frente a frente. Se sentía tan liviana y cómoda en sus brazos.

𝑯𝒐𝒘 𝒚𝒐𝒖 𝒑𝒊𝒄𝒌 𝒎𝒆 𝒖𝒑, 𝒑𝒖𝒍𝒍 𝒎𝒆 𝒅𝒐𝒘𝒏, 𝒕𝒖𝒓𝒏 𝒎𝒆 '𝒓𝒐𝒖𝒏𝒅, 𝒐𝒉, 𝒊𝒕 𝒋𝒖𝒔𝒕 𝒎𝒂𝒌𝒆𝒔 𝒔𝒆𝒏𝒔𝒆

Era imposible no distraerse con las caricias que le brindaba en su espalda y brazos. Podían parecer dulces e inocentes, pero sabía que estaban cargadas de otras intenciones.

𝑯𝒐𝒘 𝒚𝒐𝒖 𝒕𝒂𝒍𝒌 𝒔𝒐 𝒔𝒘𝒆𝒆𝒕 𝒘𝒉𝒆𝒏 𝒚𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒅𝒐𝒊𝒏' 𝒃𝒂𝒅 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈𝒔, 𝒕𝒉𝒂𝒕'𝒔 𝒃𝒆𝒅 (𝒃𝒆𝒅) 𝒄𝒉𝒆𝒎 (𝒄𝒉𝒆𝒎)

Se balancearon durante una canción más lenta, disfrutando de la cercanía entre ambos. Sus miradas los delataban ante el otro.

𝑯𝒐𝒘 𝒚𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒍𝒐𝒐𝒌𝒊𝒏' 𝒂𝒕 𝒎𝒆, 𝒚𝒆𝒂𝒉, 𝑰 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒘𝒉𝒂𝒕 𝒕𝒉𝒂𝒕 𝒎𝒆𝒂𝒏𝒔 𝒂𝒏𝒅 𝑰'𝒎 𝒐𝒃𝒔𝒆𝒔𝒔𝒆𝒅
𝑨𝒓𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒇𝒓𝒆𝒆 𝒏𝒆𝒙𝒕 𝒘𝒆𝒆𝒌? 𝑰'𝒅 𝒃𝒆𝒕 𝒘𝒆'𝒅 𝒉𝒂𝒗𝒆 𝒓𝒆𝒂𝒍𝒍𝒚 𝒈𝒐𝒐𝒅

Al volver a la mesa, Ben aceptó con gusto los macarrons que Mal sacó de su bolso. Sus acompañantes, quienes ya estaban en la mesa les preguntaron que de dónde los habían sacado.

-Oh, fueron parte del regalo de bienvenida que nos dejaron en nuestra habitación- explicó Ben, quitándose las migajas de la comisura de su boca.

-Esperen, ¿cómo era la caja? - les preguntó Herkie rápidamente.

-Era en color crema con letras negras, ¿por qué? - cuestionó Mal.

Los otro cuatro se miraron entre sí.

-Vaya, veo que siguen haciendo de las suyas- se rió Sophie.

-Esperen, ¿qué pasa con esas galletas?- se preocupó el rey.

-Es una cosa que hacen cada vez que alguna pareja de la familia o personas cercanas vienen por primera vez a Grecia- habló Melody.

-Verán, esos macarrons contienen un afrodisíaco griego, como el que se supone que tienen estas bebidas pero en mayor cantidad - siguió Sophie.

Mal casi se atraganta con las migajas que quedaban en su boca.

-¿Qué? - gritaron ella y él.

Los demás se mofaron.

-Lo que escucharon. Se supone que si ingieres pocos y lentamente el efecto es menos fuerte. Si los comes todos de una vez será más rápido- los calmó Chip.

-¿Y si comiste más de la mitad de la caja durante el día y lo mezclaste con esta bebida? - preguntó Mal, poniéndose nerviosa.

Melody se aguantó la risa.

-Yo que ustedes me iría pronto. Porque supongo que llevan al menos cinco cada uno- respondió con gracia.

-Y a eso hay que sumarle los cuatro vasos que se bebieron del cóctel, lo cual sólo potencia los efectos si los mezclas- completó Herkie.

Ben y Mal se miraron, con pánico en sus ojos.

-Entonces creo que es hora de que nos vayamos- se apresuró a decir el castaño.

Se despidieron de las dos parejas, quienes sólo se reían al ver que habían sido las nuevas víctimas de las locuras de los dioses.

Al llegar al auto que los dejaría en la posada, el calor comenzaba a subir por sus cuerpos. Las mentes de ambos divagaban, teniendo recuerdos de muchas de las noches de sus vacaciones. Eso no los ayudó en nada a calmarse.

𝑪𝒐𝒎𝒆 𝒓𝒊𝒈𝒉𝒕 𝒐𝒏 𝒎𝒆
𝑰 𝒎𝒆𝒂𝒏, 𝒄𝒂𝒎𝒂𝒓𝒂𝒅𝒆𝒓𝒊𝒆
𝑺𝒂𝒊𝒅 𝒚𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒏𝒐𝒕 𝒊𝒏 𝒎𝒚 𝒕𝒊𝒎𝒆𝒛𝒐𝒏𝒆, 𝒃𝒖𝒕 𝒚𝒐𝒖 𝒘𝒂𝒏𝒏𝒂 𝒃𝒆

Se estaban conteniendo, tanto que prefirieron no ir abrazados ni tomados de la mano como suelen hacerlo.

𝑾𝒉𝒆𝒓𝒆 𝒂𝒓𝒕 𝒕𝒉𝒐𝒖? 𝑾𝒉𝒚 𝒏𝒐𝒕 𝒖𝒑𝒐𝒏𝒆𝒕𝒉 𝒎𝒆?
𝑺𝒆𝒆 𝒊𝒕 𝒊𝒏 𝒎𝒚 𝒎𝒊𝒏𝒅, 𝒍𝒆𝒕'𝒔 𝒇𝒖𝒍𝒇𝒊𝒍𝒍 𝒕𝒉𝒆 𝒑𝒓𝒐𝒑𝒉𝒆𝒄𝒚

Sus sentidos estaban realmente alertas, por lo que al divisar la entrada de los terrenos del viñedo solo los puso peor.

Las pupilas de ambos comenzaban a dilatarse. El efecto comenzaba a correr más rápido por sus sistemas al haber juntado el postre con esa bebida.

𝑶𝒐𝒉 (𝒂𝒉)
𝑾𝒉𝒐'𝒔 𝒕𝒉𝒆 𝒄𝒖𝒕𝒆 𝒈𝒖𝒚 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒕𝒉𝒆 𝒘𝒊𝒅𝒆, 𝒃𝒍𝒖𝒆 𝒆𝒚𝒆𝒔 𝒂𝒏𝒅 𝒕𝒉𝒆 𝒃𝒊𝒈 𝒃𝒂𝒅, 𝒎𝒎𝒎, 𝒍𝒊𝒌𝒆?

Suspiraron de alivio cuando el vehículo los dejó en la puerta de entrada. Corrieron escaleras arriba, apresurados porque nadie los viera.

𝑶𝒐𝒉 (𝒂𝒉)
𝑰 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒊𝒕 𝒔𝒐𝒖𝒏𝒅 𝒂 𝒃𝒊𝒕 𝒓𝒆𝒅𝒖𝒏𝒅𝒂𝒏𝒕
𝑩𝒖𝒕 𝑰 𝒃𝒆𝒕 𝒘𝒆'𝒅 𝒉𝒂𝒗𝒆 𝒓𝒆𝒂𝒍𝒍𝒚 𝒈𝒐𝒐𝒅 𝒃𝒆𝒅 𝒄𝒉𝒆𝒎

(...)

Cuando lograron entrar al cuarto, los dos intentaron regular sus respiraciones para calmarse.

-¿Te parece si voy a buscar agua? No nos queda casi nada para beber- balbuceó Ben, intentando no fijarse en cómo se veía su escote con su respiración alterada.

-Por favor- atinó a decir ella.

Él apretó su mano antes de salir. Mal se sentó en uno de los sillones, quitándose los tacones que ya le mataban los pies.

La reina pensó que era buena idea entrar al baño y quitarse el maquillaje. Necesitaba pensar con algo de claridad. Se cepilló los dientes, se desmaquilló y se echó agua fría en la cara y en el cuello.

Eso la alivió un poco. Sentía su piel ardiendo. Se quitó el vestido, lo llevó al closet y se puso su bata de satín violeta encima justo cuando Ben regresó.

Él guardó el agua y los hielos en el refrigerador de la habitación.

-Dame unos minutos y ya salgo contigo, ¿sí?

-Está bien.

Ben dejó sus zapatos junto a los de ella. Se quitó los calcetines y caminó descalzo hacia el baño.

Cuando lo vio estirándose, tuvo que morderse los labios para no soltar un jadeo. Se le habían marcado todos los músculos de la espalda y sus brazos al hacer ese movimiento.

𝑯𝒐𝒘 𝒚𝒐𝒖 𝒑𝒊𝒄𝒌 𝒎𝒆 𝒖𝒑, 𝒑𝒖𝒍𝒍 𝒎𝒆 𝒅𝒐𝒘𝒏, 𝒕𝒖𝒓𝒏 𝒎𝒆 '𝒓𝒐𝒖𝒏𝒅, 𝒐𝒉, 𝒊𝒕 𝒋𝒖𝒔𝒕 𝒎𝒂𝒌𝒆𝒔 𝒔𝒆𝒏𝒔𝒆 (𝒋𝒖𝒔𝒕 𝒎𝒂𝒌𝒆𝒔 𝒔𝒆𝒏𝒔𝒆)
𝑯𝒐𝒘 𝒚𝒐𝒖 𝒕𝒂𝒍𝒌 𝒔𝒐 𝒔𝒘𝒆𝒆𝒕 𝒘𝒉𝒆𝒏 𝒚𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒅𝒐𝒊𝒏' 𝒃𝒂𝒅 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈𝒔, 𝒕𝒉𝒂𝒕'𝒔 𝒃𝒆𝒅 𝒄𝒉𝒆𝒎 (𝒐𝒉, 𝒕𝒉𝒂𝒕'𝒔 𝒃𝒆𝒅 𝒄𝒉𝒆𝒎)

Ben no se sentía muy diferente a ella. El calor le recorría todo el cuerpo, como si estuviera bajo el sol o si tuviera fiebre. Fue al baño, se cepilló los dientes y refrescó su cara.

𝑯𝒐𝒘 𝒚𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒍𝒐𝒐𝒌𝒊𝒏' 𝒂𝒕 𝒎𝒆, 𝒚𝒆𝒂𝒉, 𝑰 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒘𝒉𝒂𝒕 𝒕𝒉𝒂𝒕 𝒎𝒆𝒂𝒏𝒔 𝒂𝒏𝒅 𝑰'𝒎 𝒐𝒃𝒔𝒆𝒔𝒔𝒆𝒅 (𝒔𝒐 𝒐𝒃𝒔𝒆𝒔𝒔𝒆𝒅)
𝑨𝒓𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒇𝒓𝒆𝒆 𝒏𝒆𝒙𝒕 𝒘𝒆𝒆𝒌? 𝑰'𝒅 𝒃𝒆𝒕 𝒘𝒆'𝒅 𝒉𝒂𝒗𝒆 𝒓𝒆𝒂𝒍𝒍𝒚 𝒈𝒐𝒐𝒅 (𝒃𝒆𝒅 𝒄𝒉𝒆𝒎)

Salió de ese espacio, desabotonando su fina camisa. Mal evitó todo lo posible ver su pecho desnudo, pero los efectos del afrodisíaco la estaban torturando. Era demasiado para poderlo soportar mucho rato más sin hacer nada.

Se acercó a él, ayudándolo a terminar de quitarse la estorbosa tela. Acarició su piel, provocando que los vellos se le pusieran de punta.

Ben no perdió tiempo, pegándola a su cuerpo y besándola. Mal gimió en el beso al sentir su erección contra su pierna. Él bajó sus manos, apretando su trasero. Ella comenzó a empujarlo hacia la cama.

𝑨𝒏𝒅 𝑰 𝒃𝒆𝒕 𝒘𝒆'𝒅 𝒃𝒐𝒕𝒉 𝒂𝒓𝒓𝒊𝒗𝒆 𝒂𝒕 𝒕𝒉𝒆 𝒔𝒂𝒎𝒆 𝒕𝒊𝒎𝒆 (𝒃𝒆𝒅 𝒄𝒉𝒆𝒎)

Cayó sentado, observándola. Tenía claro que ella tenía algo puesto debajo de esa bata. Su sorpresa, probablemente.

𝑨𝒏𝒅 𝑰 𝒃𝒆𝒕 𝒕𝒉𝒆 𝒕𝒉𝒆𝒓𝒎𝒐𝒔𝒕𝒂𝒕'𝒔 𝒔𝒆𝒕 𝒂𝒕 𝒔𝒊𝒙-𝒏𝒊𝒏𝒆 (𝒃𝒆𝒅 𝒄𝒉𝒆', 𝒄𝒉𝒆𝒎)

Sentían sus cuerpos tan calientes entre la excitación y el afrodisíaco, que apenas lograban percibir el aire acondicionado.

𝑨𝒏𝒅 𝑰 𝒃𝒆𝒕 𝒊𝒕'𝒔 𝒆𝒗𝒆𝒏 𝒃𝒆𝒕𝒕𝒆𝒓 𝒕𝒉𝒂𝒏 𝒊𝒏 𝒎𝒚 𝒉𝒆𝒂𝒅 (𝒎𝒚, 𝒐𝒐𝒉)

La pelimorada lo veía. Con el pelo revuelto, los labios comenzando a hincharse, su pecho desnudo y su respiración jadeante.

Soltó una risita cuando él la empujó hacia sus piernas. Siguieron besándose, enredando sus lenguas y labios entre sí.

𝑯𝒐𝒘 𝒚𝒐𝒖 𝒑𝒊𝒄𝒌 𝒎𝒆 𝒖𝒑, 𝒑𝒖𝒍𝒍 𝒎𝒆 𝒅𝒐𝒘𝒏, 𝒕𝒖𝒓𝒏 𝒎𝒆 '𝒓𝒐𝒖𝒏𝒅, 𝒐𝒉, 𝒊𝒕 𝒋𝒖𝒔𝒕 𝒎𝒂𝒌𝒆𝒔 𝒔𝒆𝒏𝒔𝒆 (𝒋𝒖𝒔𝒕 𝒎𝒂𝒌𝒆𝒔 𝒔𝒆𝒏𝒔𝒆)

-Cariño, hoy te veías tan hermosa con ese vestido- acarició sus piernas desnudas- Y no dudo que con lo que tengas debajo de esta bata te verás igual o más preciosa.

𝑯𝒐𝒘 𝒚𝒐𝒖 𝒕𝒂𝒍𝒌 𝒔𝒐 𝒔𝒘𝒆𝒆𝒕 𝒘𝒉𝒆𝒏 𝒚𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒅𝒐𝒊𝒏' 𝒃𝒂𝒅 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈𝒔, 𝒕𝒉𝒂𝒕'𝒔 𝒃𝒆𝒅 𝒄𝒉𝒆𝒎 (𝒐𝒉, 𝒕𝒉𝒂𝒕'𝒔 𝒃𝒆𝒅 𝒄𝒉𝒆𝒎)

Ella jugó con su cabello, distrayéndolo momentáneamente de lo que su otra mano hacía. Retiró la correa de sus pantalones y bajó el cierre de estos. Él se dio cuenta, así que se levantó un poco para que ella pudiera quitárselo.

𝑯𝒐𝒘 𝒚𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒍𝒐𝒐𝒌𝒊𝒏' 𝒂𝒕 𝒎𝒆, 𝒚𝒆𝒂𝒉, 𝑰 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒘𝒉𝒂𝒕 𝒕𝒉𝒂𝒕 𝒎𝒆𝒂𝒏𝒔 𝒂𝒏𝒅 𝑰'𝒎 𝒐𝒃𝒔𝒆𝒔𝒔𝒆𝒅 (𝒔𝒐 𝒐𝒃𝒔𝒆𝒔𝒔𝒆𝒅)
𝑨𝒓𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒇𝒓𝒆𝒆 𝒏𝒆𝒙𝒕 𝒘𝒆𝒆𝒌? (𝑨𝒓𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒇𝒓𝒆𝒆 𝒏𝒆𝒙𝒕 𝒘𝒆𝒆𝒌?) 𝑰'𝒅 𝒃𝒆𝒕 𝒘𝒆'𝒅 𝒉𝒂𝒗𝒆 𝒓𝒆𝒂𝒍𝒍𝒚 𝒈𝒐𝒐𝒅

Lo dejó sentado sobre el colchón. Él apoyó sus manos en las sábanas, esperando a ver que tramaba.

-¿Ahora sí podré ver mi sorpresa?- preguntó.

Ella asintió, sonriéndole picaramente.

-No sólo vas a poder verla, sino que además podrás hacer con ella lo que quieras- coqueteó con él.

Desató lentamente su bata, y ahí fue cuando Ben notó que todo lo que estaba usando iba a juego. El vestido, la bata, y lo que había debajo de ella.
Cuando por fin dejó de torturarlo fue cuando dejó caer la tela al suelo. Se quedó boquiabierto, admirándola a detalle.

Portaba un corsé morado que apretaba sus senos. Este tenía unos lazos morados en el medio y junto a los tirantes. La parte inferior iba a juego, estando bastante ajustada a sus caderas. Ella dio una vuelta, haciendo que el rey casi babeara al ver como la pequeña tela apenas la cubría. Por último, unos ligueros estaban agarrados desde su cintura hasta sus muslos.

-Pensé que sería interesante usar algo así, más allá de los sets que me has visto antes - se quitó un mechón del rostro- Ya que pasado mañana debemos regresar a casa y se termina nuestra luna de miel.

El castaño tenía la garganta seca, sin saber qué decir. Lo tenía hipnotizado. La tenue luz de la habitación sólo lograba destacar sus curvas y su pálida piel (que apenas tenía un tono más de lo habitual gracias al sol).

Mal se paró frente a él y tomó su mentón para que la viera a los ojos.

-¿Lo he dejado sin palabras, su majestad?- acarició su rostro.

Ben logró reaccionar. Acarició la piel expuesta de su cintura.

-Definitivamente, mi reina- las pupilas de ambos estaban totalmente dilatadas- Así que...¿Puedo hacer lo que quiera con mi regalo?

La pelimorada soltó una risita.

-Sí.

Gimió contra los labios de su amado cuando este la tomó entre sus brazos y la subió a la cama mientras que la besaba. Ubicó su cabeza sobre las almohadas, esparciendo su sedoso y ondulado cabello para que no les estorbara.

-Veo que este afrodisíaco nos tiene fatal - se rió él. Descendió su mano, rozando su intimidad por sobre sus panties. Ella arqueó su espalda- Amor, estás demasiado mojada, y ni siquiera hemos comenzado.

Mal acercó sus rostros.

-¿Pues qué esperas entonces?

Sus labios comenzaron a atacarse entre sí. Los dos jadeaban, sintiendo el calor de la piel del otro.

𝒀𝒐𝒖 𝒘𝒂𝒏𝒏𝒂 𝒈𝒖𝒆𝒔𝒔 𝒕𝒉𝒆 𝒄𝒐𝒍𝒐𝒓 𝒐𝒇 𝒎𝒚 𝒖𝒏𝒅𝒆𝒓𝒘𝒆𝒂𝒓
𝒀𝒐𝒖 𝒘𝒂𝒏𝒏𝒂 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒘𝒉𝒂𝒕 𝑰 𝒈𝒐𝒕 𝒈𝒐𝒊𝒏𝒈 𝒐𝒏 𝒅𝒐𝒘𝒏 𝒕𝒉𝒆𝒓𝒆

La pelimorada ladeó su cabeza, dándole acceso completo a su cuello cuando él trazó un camino de besos y lamidas desde su mejilla, la parte de atrás de su oreja, su cuello y su clavícula. Soltó un gemido cuando sintió como marcaba su piel.

Ben trazó marcas con sus labios desde ese punto, bajando por el valle en medio de sus senos hasta su abdomen. Calmó su desesperación al ver como la tela morada era prácticamente transparente.

𝑰𝒔 𝒊𝒕 𝒑𝒓𝒆𝒕𝒕𝒚 𝒊𝒏 𝒑𝒊𝒏𝒌 𝒐𝒓 𝒂𝒍𝒍 𝒔𝒆𝒆-𝒕𝒉𝒓𝒐𝒖𝒈𝒉?
𝑰𝒔 𝒊𝒕 𝒔𝒉𝒐𝒘𝒊𝒏𝒈 𝒐𝒇𝒇 𝒎𝒚 𝒃𝒓𝒂𝒏𝒅 𝒏𝒆𝒘 𝒍𝒐𝒘𝒆𝒓 𝒃𝒂𝒄𝒌 𝒕𝒂𝒕𝒕𝒐𝒐?

-Que pervertida eres, mi vida. Usando todo esto mientras que estábamos en público- apoyó su cabeza sobre su estómago.

La melodiosa risa de la pelimorada llenó sus oídos.

-Pero valió la pena, porque esos dulces que parecían tan inocentes le darán un uso aún mejor al que tenía planeado para estas prendas- bromeó con él.

Ambos rieron.

-Lo que significa que no debemos desperdiciar ninguna de esas cosas- dijo Ben.

Retomó su camino de besos, bajando por sus muslos. Al comenzar a subir de nuevo, Mal sintió un escalofrío cuando vio como con sus dientes deshacían los nudos que agarraban los ligueros a su cuerpo. Los lanzó al suelo, subiendo sus besos por el interior de sus muslos.

Apretó las sábanas debajo de ella cuando su marido besó su intimidad sobre la tela húmeda que apenas la tapaba. Ben bajó lentamente sus panties, retirándolas con su boca como hizo con las piezas anteriores.

𝒀𝒐𝒖 𝒘𝒂𝒏𝒏𝒂 𝒑𝒖𝒕 '𝒆𝒎 𝒊𝒏 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒎𝒐𝒖𝒕𝒉, 𝒑𝒖𝒍𝒍 '𝒆𝒎 𝒂𝒍𝒍 𝒅𝒐𝒘𝒏 𝒔𝒐𝒖𝒕𝒉
𝒀𝒐𝒖 𝒘𝒂𝒏𝒏𝒂 𝒕𝒖𝒓𝒏 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒔𝒉𝒊𝒕 𝒐𝒖𝒕, 𝒕𝒉𝒂𝒕'𝒔 𝒘𝒉𝒂𝒕 𝑰'𝒎 𝒕𝒂𝒍𝒌𝒊𝒏𝒈 𝒂𝒃𝒐𝒖𝒕

Gimió con fuerza cuando el rey atacó sus pliegues sin previo aviso. Su lengua trazaba líneas, recogiendo la humedad acumulada en ella. Hundió su lengua, tomando sus piernas para que apoyara sus pies en su espalda.

-Mierda.

Ben jadeó al escucharla tan excitada. Llevó dos de sus dedos a su interior, provocando que ella soltara un grito de satisfacción que no hizo más que hacerlo sentir más apretado entre sus bóxers.

Succionó su clitoris entre sus labios, chupandolo y jugando con este con ayuda de su lengua. Mal jaló su cabello castaño, pegandolo lo más que podía para que no se separara.

𝒀𝒐𝒖 𝒘𝒂𝒏𝒏𝒂 𝒕𝒓𝒚 𝒊𝒕, 𝒃𝒊𝒕𝒆 𝒊𝒕, 𝒍𝒊𝒄𝒌 𝒊𝒕, 𝒔𝒑𝒊𝒕 𝒊𝒕
𝑷𝒖𝒍𝒍 𝒊𝒕 𝒕𝒐 𝒕𝒉𝒆 𝒔𝒊𝒅𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝒈𝒆𝒕 𝒂𝒍𝒍 𝒖𝒑 𝒊𝒏 𝒊𝒕

Para la semi-diosa fue la gloria cuando sus dedos encontraron su punto G, llevándola al borde del orgasmo. Sus lamidas y embestidas no la hacían más que sentir que el nudo que sentía en su vientre explotaría pronto.

𝑾𝒆𝒂𝒓 '𝒆𝒎, 𝒑𝒐𝒔𝒕 '𝒆𝒎, 𝒎𝒊𝒈𝒉𝒕 𝒓𝒆𝒎𝒊𝒙 𝒊𝒕
𝑺𝒆𝒏𝒅 𝒕𝒉𝒆𝒎 𝒕𝒐 𝑻𝒉𝒆 𝑫𝒂𝒓𝒆, 𝒚𝒆𝒂𝒉, 𝑰 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒌 𝒉𝒆'𝒔 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒊𝒕
𝑻𝒉𝒊𝒏𝒌 𝒉𝒆'𝒔 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒊𝒕

El monarca podía jurar que si ella seguía gimiendo así y agitando sus caderas contra su rostro, se correría sin que lo hubiera tocado. La pelimorada gimió con fuerza cuando alcanzó su primer clímax de la noche.

Ben retiró los restos de su orgasmo, recostándose en su pecho mientras que esperaba a que ella estuviera lista para continuar. Mal abrió sus ojos lentamente, sintiéndose aturdida.

-Esos malditos macarrons nos van a tener despiertos toda la noche - habló con la voz entrecortada- Eso que acabas de hacer solo me dejó peor de lo que ya estaba.

Ben se rió suavemente.

-Eso es lo bueno de haberlos comido, podremos continuar hasta que el cuerpo no nos dé más- jugó con sus dedos.

Ella levantó una ceja, divertida.

-Viéndolo de ese modo, suena como la noche perfecta.

Se rió cuando le hizo cosquillas por los costados. Bajó los tirantes de su corsé. Le dio la vuelta con cuidado, desenredando nudo por nudo hasta al fin poder quitárselo. Besó lunar por lunar y peca por peca en su espalda antes de volverla a colocar boca arriba.

Sus labios se dirigieron directamente a su seno derecho, haciendo que ella volviera a jadear. Besó toda la extensión de piel hasta llegar a su pezón. Lo jaló con sus dientes, apretando el otro entre su pulgar y su dedo índice. Mal se frotó contra la rodilla que había colocado en medio de sus piernas. Sentía que podría tener un orgasmo tras otro y aún así poder continuar.

Luego de que la segunda oleada de placer la alcanzara, apenas le dio tiempo de reaccionar al ojimiel. Lo atrapó entre su cuerpo y el colchón. La vista que tenía el rey era totalmente deslumbrante. Ella con el cabello despeinado, los labios rojos e hinchados, su cuello y pecho llenos de marcas que provocó él mismo.

Los dos gimieron cuando Mal movió sus caderas, rozando sus intimidades. Llevó sus labios a sus abdominales, sintiendo como su piel marcada se tensaba.

-Cielo, odio tener que interrumpirte, pero comienza a dolerme- se quejó.

Entre estarla oyendo y dándole placer, más los efectos de lo que tomaron y comieron, no creía poder resistir.

La reina tomó los bordes de sus bóxers y los bajó. Abrió los ojos enormemente al ver la erección de su esposo. No lo hizo esperar, tomándolo entre sus manos. Ben cerró los ojos, gimiendo por lo bajo. Lo movía de arriba hacia abajo, acariciando sus venas y su punta llena de líquido preseminal.

El rey alzó las caderas cuando su esposa llevó su miembro entre sus senos. Era algo que habían intentado una sola vez. Podía ver como se deslizaba en medio de esa parte del cuerpo de su mujer que tanto ama. Decidió ayudarla, moviendo sus caderas para facilitarle el trabajo.

El espacio entre sus pechos, los cuales apretaba con sus manos, era el ideal para que él pudiera moverse. La vista era tan caliente que terminó por correrse por todo su pecho y barriga. Un gemido ronco salió desde el fondo de su garganta cuando ella pasó sus dedos por la zona, para luego llevárselos a la boca.

Ya entendía por qué ella se había excitado tanto después de que la ayudara. El afrodisíaco sólo los hacía querer hacerlo una y otra vez.

No lo soportó más. Sacó rápidamente un condón y se lo colocó. Mal gimió agudamente cuando le dio la vuelta, dejándola apoyada en sus manos y rodillas. La embistió apenas ambos estuvieron acomodados. Mecía sus caderas, haciendo que el ruido obsceno de sus pieles chocando se escuchara por toda la habitación.

La ojiverde ladeó la cabeza, recibiendo gustosa los besos que le proporcionaba en su cuello y sus hombros. No podía hacer mucho estando en esa posición, por lo que comenzó a mover sus caderas para ayudarlo.

El castaño clavó sus uñas en su cintura y su trasero. De la garganta de la monarca salió un gemido entrecortado cuando él apretó una de sus nalgas, dejándole una marca roja con la forma de su mano. Ese fue el punto de quiebre de ambos, Mal se corrió, con Ben siguiéndola apenas unos segundos después.

Se quedaron tomando el aire, con sus corazones retumbando con intensidad. La ojiverde alzó la mirada por sobre su hombro, viendo sus ojos claros. Esto apenas iniciaba.

(...)

Cuando empezaron eran alrededor de las doce. Ya eran más de las dos de la madrugada y ellos no podían parar. Sabían que sus cuerpos dolerían como el fuego del Inframundo cuando despertaran en la mañana, pero haber consumido tanto del estimulante los tenía como si fueran una bestia y un dragón en celo.

Perdieron la cuenta de cuantas rondas llevaban. Lo habían hecho en la cama, en el sillón, contra el vidrio de la puerta de la terraza. Incluso trataron de entrar al baño a ver si el agua les lograba quitar todo ese calor, pero terminaron haciéndolo contra el caro mármol del lavamanos.

Mal aferró sus manos al borde del mueble, clavando sus uñas. Ben estaba detrás de ella, sujetandola de las caderas mientras que la penetraba. El espejo frente a ellos, a pesar de la oscuridad del baño, reflejaba sus caras sumidas en el deseo. Los jadeos y gemidos del castaño en su oído no lograban más que subirle la temperatura.

Entre tantas rondas y lo rudos que habían sido en la mayoría, no dudaba que su último día en Grecia lo pasarían tirados en la cama, durmiendo y descansando.

Ben se vino, moviéndose desordenadamente hasta que logró que ella también lo hiciera. Sus piernas temblaban, incapaces de mantenerse quietas. Se aferró a sus brazos, intentando no caerse. El rey tampoco tenía muchas fuerzas en el cuerpo.

Caminaron con lentitud hasta la cama. Se quedaron recostados uno frente al otro, jugando con sus dedos.

-Me preocupa que luego de todo esto, aún mi cuerpo tiene ganas de al menos una ronda más- se lamentó Mal.

Él se rió. La entendía perfectamente. No era ni un poco normal lo que esa poción, por llamarla de alguna manera, había hecho con ellos.

-¿Qué contendrá esa pócima? Porque para este punto los dos no deberíamos ser capaces de mover ni un solo músculo.

Le quitó varios mechones sudados que se adhirieron a su frente. Ella se removió entre la sábanas, intentando refrescarse con el aire acondicionado.

-No lo sé, pero más nunca me comeré o beberé algo que provenga de mi familia hasta leer la letra más pequeña del empaque.

Su amado estuvo de acuerdo. Por más que hubieran estado disfrutando de sus actividades en las últimas horas, no era nada sano la cantidad de veces que lo habían hecho. Lo más seguro es que durante el día dependerían completamente de la magia de Mal para hacer algo común.

Ben la recibió con gusto entre sus brazos cuando ella se apegó a su cuerpo. Con todo y la falta de luz podía notar como ambos estaban llenos de marcas, chupetones y rasguños. La primera semana en casa la tendrían que pasar tapándose todo con ropa y maquillaje.

La princesa del Inframundo descendió sus manos al trasero de su esposo, apretándolo. Ben gruñó cerca de su rostro.

-Amor- su voz sonó ronca.

-Te dije que necesitaba al menos una ronda más- dijo cerca de sus labios- ¿O acaso tú no la necesitas?

La parte racional de sus cerebros estaba completamente nublada bajo los efectos del afrodisíaco. Esperaban que una ronda más por fin los dejaría tranquilos. Porque cada vez que pensaron eso en las horas anteriores, terminaba sucediendo lo opuesto.

Ben estiró su brazo como pudo, con Mal besando su cuello. Tomó el último condón de la caja y se lo entregó. Ella se lo puso. Le pidió que se sentara en medio de la cama. Él obedeció a su petición.

Se subió a su cuerpo, dejando su espalda apoyada en el pecho musculoso del rey. Rodeó su cuello con uno de sus brazos, mientras que su otra mano se apoyaba en el colchón. Ben gimió en su oído cuando ella alzó sus caderas para caer sobre su miembro.

Ella comenzó a moverse en círculos, sintiendo un cosquilleo gigante cuando las manos de su marido no pudieron quedarse quietas. Acariciaba su cintura y su vientre. Hasta que en algún punto sus manos terminaron ayudándola, acariciando su clitoris en forma de ochos. Su otra mano apretaba sus senos.

Los movimientos se tornaron más líneales, encontrando el punto perfecto para que los ruidos no dejaran de escaparse de sus labios. El rey subió lentamente su mano de sus pechos hacia su cuello, acariciando lentamente su piel. Apretó su mano alrededor de su garganta, haciendo que ella saltara con mayor rapidez.

Sus intimidades chocando, los dedos de él en su clitoris y su otra mano cortándole el aire bastaron para que tuviera un squirt. El castaño se vino apenas vio y sintió el desastre en el que se había convertido su esposa.

Cayeron desmayados sobre la cama. Sus respiraciones estaban pesadas y aceleradas. Ben quitó a Mal con cuidado, recostandola a su lado. Por fin sentían que los efectos de la poción se habían terminado.

Se sentaron con la ayuda del otro para tomar agua. Tenían secas sus bocas y gargantas. Ben ni siquiera pudo preguntarle si quería que la ayudara a ir al baño, porque mientras que él dejaba los vasos en la pequeña cocina de la suite, ella ya se había quedado profundamente dormida.

Se rió ante aquello. Buscó dos paños pequeños y los humedeció con agua del grifo. La limpió con cuidado, quitándole los restos de sudor y de sus orgasmos. Pasó el otro paño por su cuello y su cara para refrescarla. Algo que al parecer funcionó, ya que vio como su ceño se relajaba.

Los llevó de regreso al baño y él aprovechó de hacer sus necesidades y echarse agua. Regresó a la cama, levantando las sábanas cuidadosamente para no despertarla. La rodeó, abrazándola. Besó su coronilla antes de caer ante el cansancio.

(...)

Al haberse dormido luego de las tres de la mañana, despertaron pasado el medio día. Ben fue el primero, sintió su cuerpo totalmente adolorido y molido. Por suerte habían cerrado bien las cortinas, por lo que la luz apenas traspasaba la tela.

Mal jadeó de dolor al instante de intentar estirarse. Le dolía todo, incluso su intimidad. Sus caderas estaban entumecidas. Trató de darse la vuelta para ver a Ben, pero hasta eso le costaba.

-Quisiera decirte buenos días, aunque honestamente eso sería una mentira - confesó él luego de darle un beso.

La hija de Maléfica y Hades gruñó.

-¿Qué tanto hicimos anoche como para que sintamos que nos arrolló un camión? - se quejó.

Ben acarició su brazo para reconfortarla.

-Parecíamos animales en celo - bromeó él.

Ella soltó una carcajada la cual provocó que también se riera.

-Quiero comer y bañarme, pero no tengo fuerzas- se recostó en su hombro.

-Vamos a tener que pedir servicio a la habitación. Solo que eso será después de que tomemos un potente medicamento para el dolor y nos bañemos.

-Y después de que limpiemos este desastre y hayamos aireado el lugar. Me daría mucha vergüenza que alguien vea como dejamos el cuarto- agregó ella.

Mal hizo aparecer dos botellas de agua y una píldora para cada uno. Estalló en risas en el momento en que Ben trató de levantarse cuando el medicamento hizo efecto. Había hecho una mueca bastante rara.

-Cariño, no me digas que...- se cortó a sí misma por la risa.

-No te burlarías si eso te pasara- la miró mal.

-No me pasaría jamás, porque yo no tengo...

No la dejó terminar de hablar al verla reprimiendo su risa. Estaba roja de tanto contenerla.

-Te pondremos una bolsa con hielo luego de ducharnos- se rió, dándole una palmada en el brazo.

Ahora fue el turno del rey de reírse cuando ella se puso de pie. Le costó menos que a él, pero era obvio que no podía caminar derecha más de cinco pasos.

Le hizo de apoyo tomándola de la cintura. Llenaron la bañera, sintiéndose incapaces de soportar más de dos minutos parados. Se ayudaron el uno al otro a enjuagarse. Luego de vestirse, hicieron su mayor esfuerzo por dejar todo decente antes de pedir la comida. Ya eran casi las dos, por lo que pidieron algo bastante abundante.

Unas horas más tarde oyeron que alguien tocaba la puerta. Se miraron, debatiendo quién era más capaz de levantarse. Entre él con los hielos sobre su regazo y ella con varias bolsas de hielo cubriendo sus caderas, ninguno quería ir.

-Mal, Ben, soy yo - escucharon la voz de Perséfone.

Subieron rápidamente las sábanas, tapando la parte inferior de sus cuerpos.

-Pasa - la llamó la pelimorada.

La diosa de la Primavera ingresó al cuarto. Oyeron sus pasos hasta llegar ante ellos. Se veía divertida por verlos acostados.

-Vaya, y yo pensando que pasarían su último día de vacaciones recorriendo las calles de la ciudad.

Examinó disimuladamente la caja de regalo, la cual estaba puesta sobre una de las mesas. Encontrarla vacía le dio la respuesta del por qué estaban en la cama.

-Oh vaya- se rió por lo bajo- Chicos, mañana los veré cuando se vayan, pero quería darles las gracias por haber pasado estos días aquí. Sabíamos lo importante que era para ambos venir.

-Nosotros les agradecemos por todo lo que hicieron para nuestra estadía. Nos encantó probar tantas cosas nuevas y conocer nuevos lugares- habló Ben.

-¿Aún planeas alcanzarlos a finales de semana? - le preguntó Mal.

La pelirroja asintió.

-Debo poner algunas cosas en orden en el club y en el Olimpo antes de ir. Pero los veré el viernes sin falta- prometió.

Iba a salir, pero se detuvo unos segundos.

-Por cierto, me aseguraré de que les traigan más hielo. Estoy segura de que lo necesitarán- los miró con picardía.

Cerró la puerta y se fue. La expresión en el rostro de Mal fue graciosa de ver para Ben.

-Al menos ya sabemos de quien es la idea de poner eso en los regalos- comentó.

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Puedo decir que este es el contenido más explícito que he escrito hasta ahora. Al releerlo editando me quedé sorprendida por mi imaginación 🤣😳

Guess, Juno y Bed Chem son de las canciones que más he oído en las últimas dos semanas. Y claramente iban muy bien con el contexto de todo lo que sucedió durante el capítulo.

Últimamente he tratado de escribir contenido más extenso, espero que eso les guste.

Ayer se me ocurrió un OS que probablemente será bastante corto pero tierno, así que tal vez me ponga a escribirlo.

¡Nos leemos pronto!

~Con amor, su escritora💕

Publicado el 02/09/2024.

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