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Beal/Bal: I Was Made For Loving You

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Narrador Omnisciente:
Las vacaciones de primavera habían llegado para los estudiantes de Auradon Prep, eso incluía al famoso grupo de amigos conformado por los Hijos de Villanos y los Hijos de Héroes.

El Core Four se encontraba en casa de Evie, donde los cuatro conviven la mayor parte de su tiempo fuera de clases. Sí, aún tienen sus dormitorios en la escuela, pero como cada uno tiene su habitación en la cómoda vivienda de la peliazul, pasan más tiempo allí.

Mal, Jay y la dueña de Evie's Hearts se graduarían en menos de dos meses, y Carlos al año siguiente. Los dos chicos se encontraban jugando videojuegos en la sala acompañados por Chico, comiendo frituras y bebiendo refresco.

La pelimorada entró al lugar y se sentó luego de robarle una bolsa de Doritos al de pelo largo.

-Minion, te he dicho que odio que hagas eso - le reclamó el novio de Lonnie.

-Y yo odio que me llames Minion. Estamos a mano, Jay- le devolvió ella.

El pecoso los miraba divertido. Le extendió una lata de Coca-Cola llena a Mal y esta le agradeció. El perro logró robar algunos dulces.

-¡Chico, eso es dañino para ti! - lo regañó su dueño, soltando el control.

Jay le puso pausa al juego.

-Relájate, Carlitos, solo unos pocos no me harán nada- respondió, corriendo de la sala para que no lo siguieran regañando.

Mal y Jay se rieron.

-Claro, ustedes ríen porque luego no son los que recojen sus porquerías al sacarlo a pasear.

La ojiverde rodó los ojos con diversión. Sacó su teléfono para revisarlo mientras que sus amigos regresaron al juego.

Un par de minutos después, se escuchó como Evie entraba a la casa, despidiéndose de Doug, quien la había llevado a casa en su auto luego de acompañarla a hacer algunas entregas de pedidos que se permitió tomar en medio de sus vacaciones.

La ojimiel iba tarareando muy contenta hasta que llegó a la sala y vio las expresiones de burla en las caras de sus mejores amigos.

-Ni una palabra- los señaló, sabiendo que le insinuarían si al fin se habían besado.

Los tres bufaron, sobretodo el equipo de ladrones de la Isla.

-¿Cómo te fue, pelo de arándano? - cuestionó Jay, hablando con la boca llena.

Evie hizo una mueca de disgusto al oírlo hablar así. Ya se había dado por vencida al intentar que no hiciera eso.
Se sentó junto a Mal y agarró el paquete de Doritos que esta le había robado al moreno. Mordió uno y masticó antes de hablar.

-Nos fue muy bien, entregamos todo antes de tiempo así que fuimos a almorzar temprano - se levantó momentáneamente y regresó con una caja de Pizza- Pedimos de más, así que aquí hay para ustedes.

Iban a avanlarze hacia la caja de no ser porque la diseñadora los detuvo. Dividió los trozos y le entregó dos a cada uno.

-Como si no los conociera- rió la chica.

Conversaron por un buen rato mientras que los chicos jugaban, sus amigas les daban ánimos. Ganaron una partida muy importante y los cuatro celebraron.

-¡Tomenlo hijos de p...! - gritaba Jay con euforia antes de ser interrumpido por el teléfono de Mal.

Evie se rió al ver que era Ben y ella ya había contestado. Mal se acercó el celular mientras que le hablaba a su ex-compañero de robos.

-No tienes vergüenza con tu cuñado, ni porque es el rey- bromeó ella.

Oyeron la risa de Ben al fondo y los tres lo saludaron. Se quedaron ahí y esperaron a que Mal regresara de hablar en el jardín. Volvió con una gran sonrisa en el rostro.

-Ya todo está confirmado para nuestra salido de hoy- dijo con ilusión.

La peliazul chilló de la emoción y le pidió todos los detalles, los otros dos prefirieron no saber mucho para no salir asqueados.

Ben había invitado a Mal a pasar unos días con él. Viajarían a un pueblo cercano de la ciudad y estarían ahí desde ese día en la tarde hasta dos días después. Se quedarían en una pequeña cabaña que alquilaba una familia local para los turistas.

No era la primera vez que viajaban juntos ni dormirían solos, pero si la primera vez que no lo hacían con sus amigos o como obligación como rey y dama de la corte.

Evie de dispuso a ayudar a su hermana a verificar que nada faltara en el maletín que se llevaría junto a una mochila. A la hora oyeron el timbre sonar, indicando que el castaño había llegado a buscarla.

Mal tomó sus cosas y salió de su habitación, oyendo como Ben ayudaba a sus amigos con el juego. La peliazul saludó a su cuñado con un abrazo y dejó que la pelimorada se acercara.

El rey la recibió con los brazos abiertos, riendo cuando ella lo abrazó con fuerza. Besó su coronilla. Al separarse se puso sus bolsos en el hombro y tomó su mano.

-Los veo en dos días - se despidió Mal.

Ella y Ben caminaron hacia la entrada de la casa.

-No olviden que Bella y Adam no están listos para ser abuelos todavía- gritaron Carlos y Jay.

Evie se rió, al igual que Ben. Mal les mostró su dedo medio y se despidió con la otra mano. Su novio la ayudó a colocar todo en el compartimiento de su moto y ambos se subieron al vehículo.

Durante el camino, Mal se agarró rodeando su cintura e iban conversando.

(...)

Ya era bastante avanzada la noche, habían cenado unas Crêpes que Ben cocinó con la ayuda de su novia. En vez de ver películas o algo alguna serie como se había vuelto costumbre en las noches juntos, se les ocurrió poner música con el volumen ligeramente alto.

Cantaban y bailaban a todo pulmón, riéndose y besándose. Era el primer momento verdaderamente a solas en unos cuantos meses. Cuando hicieron su gira por el reino recientemente apenas tenían tiempo solos, siendo rodeados por guardias y la prensa; repletos de eventos, entrevistas y reuniones.

Esta ocasión era solo para ellos. Además, los exámenes finales serían pronto, así que eso reduciría su tiempo juntos que no involucrara la escuela.

La melodía rock de finales de los 70 comenzó a oírse en la pequeña cabaña.

-Mmm, yeah! - tarareó Ben, imitando al vocalista del grupo.

Mal soltó una risita al ver que usaba de micrófono el control del televisor. El suyo era su teléfono. Siguieron bailando al ritmo de la música.

-Tonight, I want to give it all to you.
In the darkness, there's so much I want to do - comenzó a cantar Mal.

-And tonight... - el castaño caminó hacia ella-, I want to lay it at your feet- se arrodilló frente a sus pies, haciéndola reír - 'Cause girl, I was made for you...

Se levantó del suelo y tomó su mano.

-And girl, you were made for me - afirmó, sonriéndole.

-I was made for lovin' you, baby.
You were made for lovin' me - cantaron al unísono- And I can't get enough of you, baby - negaron con la cabeza -
Can you get enough of me?

Ben tomó su teléfono y encendió la linterna, usándola como reflector para su novia.

-Tonight... - hizo una pausa-, I want to see it in your eyes - la pelimorada entonó, mirándolo directo a los ojos-
Feel the magic, there's something that drives me wild.

La manera en que dijo eso enloqueció al joven monarca. Ambos llevaban un buen rato coqueteándose y provocándose con las canciones que colocaban.

-And tonight, we're gonna make it all come true - afirmó, mirándole los labios- 'Cause girl, you were made for me. And girl, I was made for you.

Ben le dio una vuelta rápida, sorprendiéndola. La espalda de la hija de Maléfica quedó pegada al pecho de su novio, quien le sonreía.

-I was made for lovin' you, baby.
You were made for lovin' me - le cantó al oído, haciéndola estremecer al sentir una de sus manos en su cintura- And I can't get enough of you, baby. Can you get enough of me? - cuestionó.

Mal se dio la vuelta, aún pegada a él pero observándolo cara a cara.

-I was made for lovin' you, baby. You were made for lovin' me - volvió a afirmar ella- And I can give it all to you, baby. Can you give it all to me?

Ben le robó un beso.

-Oh, can't get enough - rozó sus narices.

-I can't get enough- cantó la ojiverde, juntando sus frentes.

-I can't get enough - dijeron los dos.

Se separararon, dramatizando su "espectáculo". Cada uno quedó en el extremo opuesto de la sala. Él simulaba tocar la guitarra y ella la batería.

Nadie se esperaría que el hijo de Bella y Adam fuera amante del rock, pero conocía muchas canciones gracias a su padre. Era un gusto compartido con la chica de la Isla.

Mal le hizo señas con los dedos para que se acercara. Se rieron cuando Ben la alzó en sus brazos e hizo que rodeara su cintura con las piernas. Dieron varias vueltas abrazados, sin parar de reírse. Él la dejó en el suelo y se quedaron pegados al otro.

-I was made for lovin' you, baby.
You were made for lovin' me - cantaron el coro- And I can't get enough of you, baby. Can you get enough of me?

Sus brazos libres rodeaban el torso del otro.

-Oh, I was made... - cantó la dama de la corte.

Acercó su "micrófono a él".

-You were made... - le siguió el rey, imitando su gesto.

-I can't get enough... - dijo ella.

-No, I can't get enough - aseguraron ambos, con sus brazos entrecruzados.

Soltaron el control y el teléfono sobre el sillón para poder abrazarse mejor.

-I was made for lovin' you, baby.
You were made for lovin' me - Mal se rió cuando Ben le dio un toque tierno en la nariz- And I can't get enough of you, baby. Can you get enough of me?

La canción concluyó. Ellos se reían y se miraban con muchísimo amor. Se tomaron de la mano y se sentaron sobre el sillón. Ella sobre el regazo de Ben y el brazo de él asegurándose de que no se cayera.

-Hace tanto no nos divertíamos haciendo cosas tan simples como esta- dijo Mal entre risas.

Ben sonrió, acariciando sus mejillas sonrojadas por todo el baile y saltos que habían estado dando.

-Gracias por invitarme a pasar estos días contigo - le dijo, con los ojos brillantes- Necesitábamos esto, tiempo a solas.

Acarició los cabellos de su nuca con sus dedos.

-Gracias a ti por aceptar venir - le acarició la mano con sus dedos entrelazados- Debo admitir que fue un poco difícil organizar todo.

-¿Por qué? Eres el rey, cualquiera aceptaría que pagaras por estar en su casa, sobretodo si es un sitio tan turístico- dijo ella con diversión y curiosidad.

Ben rió y jugó con el dedo que tenía su anillo. El anillo con la cara de bestia. Jamás se arrepentiría de habérselo dado, mucho menos de devolvérselo aquel día en el yate real.

-Bueno, ser el rey si tiene sus ventajas. Pero claramente es complicado encontrar sitios que acepten que dos adolescentes hormonales les paguen por quedarse- explicó él, igual de divertido que ella.

Ahora Mal fue quien se rió.

-Aún así lo lograste.

-Bueno, tengo mi encanto - presumió, haciendo que su amada soltara una carcajada- Además, ya los dos somos mayores de edad. Así que no tenían excusas para no aceptar.

-Es cierto - la pelimorada dejó su mano apoyada en el hombro del castaño- Aunque tú te salvaste por unas semanas, porque yo cumplí los dieciocho a principios de año.

Ben sonrió. Suelen bromear con que ella es mayor aunque solo tengan unos pocos meses de diferencia.

Se quedaron mirándose por un largo rato. Se sentía natural estar tan cerca del cuerpo del otro y aún así estar tan cómodos y en paz. Habían tenido su primera justo en el cumpleaños de la ojiverde, y no se arrepentían de nada.
Muchos pensarían que dar ese paso arruina las cosas, pero para ellos fue todo lo contrario. Los acercó más y aumentó su confianza en el otro, hasta en ellos mismos.

Ni siquiera lo habían planeado. Sí, habían tenido conversaciones al respecto y una que otra vez habían estado a punto de dar ese paso entre besos acalorados y sus manos no resistiendo a explorar la piel del otro, pero surgió de forma espontánea. Habían pasado cuatro meses de eso, pero ya tenían muy claro que definitivamente aprovechar esos momentos a solas era lo mejor.

Mal se rió cuando luego de varios minutos de miradas llenas de deseo y tensión, Ben la tomó en brazos como a una princesa y los llevó a la pequeña habitación donde dormirían las siguientes noches.

(...)

El segundo día en el pueblo lo utilizaron para explorar y conocer el lugar. Desayunaron en la pastelería más popular del lugar y se alistaron para subir una montaña. Hicieron una parada para nadar en una de las múltiples cascadas del lugar y regresaron justo a la hora del almuerzo.

Por la tarde salieron a pasear en bicicleta, siendo captados de nuevo por los paparazzi. No le dieron importancia, en realidad habían tomado fotos lindas que conservarían.

En la noche pidieron comida china de un restaurante local y se quedaron viendo películas en el sillón hasta que fue bastante tarde. Tomaron un baño y cayeron rendidos abrazados.

Mal se despertó por la mañana, sonriendo al sentir el brazo de su novio abrazándola por la espalda. Aspiró su aroma tan familiar y reconfortante. Se levantó con cuidado de no despertar al chico junto a ella.

Preparó café para los dos y se sirvió su taza. Regresó al cuarto, sacó su libreta, un lápiz y sus marcadores y se puso a dibujar al volver a sentarse en la cama. Daba sorbos de su bebida de vez en cuando mientras que trazaba en el papel.

Ben seguía profundamente dormido, pero se había apegado a su costado y sonreía dormido al sentir las caricias en el cabello que la chica le brindaba de vez en cuando.

La pelimorada estaba muy cómoda usando una de sus camisas de pijama. Ella lo molesta diciendo que son sus "pijamas elegantes" porque son de telas más finas y son de manga larga con botones. Ben no suele usarlas mucho, prefiere dormir con pantalones cómodos y con alguna camiseta casual, o hasta sin ellas.

Pero sabe que a Mal le gusta usar las camisas de las pijamas más "elegantes", como las llama ella, cuando duermen juntos. Así que la llevó exclusivamente para su novia.

Mal terminaba de darle los detalles finales a su dibujo cuando el joven monarca despertó. Él se estiró y bostezó, llamando su atención.

-Buenos días, cielo - la saludó él adormilado.

Mal sonrió y se acercó a su rostro cuando Ben se estiró hacia ella. Lo besó con dulzura y acarició su mejilla.

-Buenos días, amor- dijo cerca de sus labios.

Los hoyuelos de Ben aparecieron en su rostro al devolverle la sonrisa. El castaño se paró de la cama y fue al baño. Al salir buscó la taza de café que Mal le había dejado en el microondas y se sentó a su lado al regresar al cuarto.

-Me pregunto quiénes son las personas en ese lindo retrato que estás haciendo - comentó al detallar lo que su novia dibujaba.

La chica sonrió y besó su frente al girarse a verlo.

-¿Te gusta? - le preguntó.

Ben asintió, le dio un sorbo a su taza y la dejó en la mesa de noche.

-Es hermoso. Al igual que la artista que lo está creando.

Las mejillas de la pelimorada se encendieron. Ben la abrazó de costado.

-Pues menos mal que te gusta, porque es para ti - dijo ella, arrancando la página con sumo cuidado y entregándosela.

-Gracias, princesa - besó su coronilla.

Mal regresó sus cosas a su mochila y se acurrucó en el pecho de su amado. Se quedaron recostados en un cómodo silencio, con sus manos entrelazadas y jugando entre sí.

-¿Amor? - la llamó el rey.

-¿Sí?

Ben se acomodó un poco, envalentonándose para lo que estaba apunto de pedirle.

-¿Recuerdas que hace poco hablamos de qué haríamos al graduarnos? ¿Dónde viviremos y todo eso? - interrogó.

-Claro que me acuerdo - ella soltó una risita- Fue el día que terminamos de completar nuestra proclama para traer nuevos niños desde la Isla. Y fue el día en que recibí mi carta de aceptación en la AUA (Auradon University of Arts).

Ben asintió. Apretó su mano. Mal notó que él estaba ligeramente nervioso. No era notable a simple vista, pero ella lo conoce muy bien. Apoyó su codo en el colchón y recostó su cabeza en la palma de su mano.

-¿Qué sucede, mi amor? ¿Está todo en órden? - preguntó con cariño, acariciando su mejilla.

Oír su voz hablándole de manera tan delicada y amorosa logró que terminara de llenarse de valor.

-Llevo un tiempo pensando en esto. Incluso lo hablé con mis padres, con Doug y con Evie - tomó su mano de nuevo y la miró a los ojos- ¿Te gustaría mudarte conmigo después de la graduación? ¿Vivir juntos en el castillo?

Mal se sorprendió por su propuesta. Ya habían tenido conversaciones sobre su futuro juntos. Entre sus planes estaban el casarse y vivir juntos. Esperaba que alguna de las dos cosas surgieran pronto. Apretó la mano de Ben y se acomodó de nuevo en el colchón, dejando sus caras a la misma altura.

-¿Bella y Adam están de acuerdo? No me gustaría entrometerme en su vida familiar.

Ben se rió suavemente. Soltó su mano y la colocó en la cintura de ella, brindándole caricias tranquilizadoras.

-Están más que felices de recibirte en casa. Sabes que adoran cuando nos visitas o te quedas a dormir - eso relajó a la ojiverde - De hecho, siento que te quieren más a ti que a mí.

Eso los hizo reír a ambos.

-¿Al fin podremos compartir habitación sin temer que nos interrumpan o ser descubiertos? - le preguntó.

Ben se rió.

-Sí.

-Entonces claro que acepto - arrugó la nariz y se rió.

Ben la estrechó en sus brazos. Mal volvió a reírse y hundió el rostro en el pecho desnudo de su novio. No habían hecho nada la noche anterior, simplemente tenían calor y por eso él había dormido sin camiseta y ella con su camisa como camisón.

-Sé que tal vez el consejo tarde en aceptarlo porque aún no nos comprometemos ni nos hemos casado, pero no me importa - le dijo, ella alzó la mirada- No sabes la ilusión que me hace poder vivir juntos.

Mal sonrió y entrelazó sus brazos alrededor de su cuello.

-A mí también me hace muchísima ilusión, príncipe - unió sus frentes- Y también me hace ilusión lo que dijiste sobre casarnos - dijo divertida - Pero todo a su tiempo.

Ben se sonrojó, sonriendo tiernamente. Si tan solo ella supiera que ya estaba buscando un anillo... Planea proponérselo el día que vayan a buscar a los cuatro niños de la Isla de los Perdidos que serán previamente seleccionados por ella y sus mejores amigos.

Estos tres ya sabían de sus planes, y están muy emocionados por su hermana. Le prometieron no decirle nada, y así será.

Sabe que solo jugaba con él, porque justamente ya habían tenido esa conversación y ella admitió estar lista para dar ese paso pronto, porque lo daría con el amor de su vida. Eso hizo que el corazón de Ben se sintiera lleno.

Mal rozó sus narices.

-Te amo mucho, Ben.

El nombrado la apegó a él.

-Yo también te amo, Mal.

Se sonrieron, acercando sus rostros lentamente hasta juntar sus labios. La pelimorada rió. Ella creía que Ben la dejaría debajo de él cuando comenzaron a besarse más intensamente, pero resultó que les dio la vuelta para que ella quedara arriba.

-¿Sabes? Generalmente pensaría que te gusta tener el control en estas situaciones, pero creo que en serio te gusta dejármelo a mí en secreto - le susurró ella al oído.

Ben se rió. Deslizó sus manos por debajo de la tela que la cubría para acariciar su espalda.

-Creo que no es ningún secreto.

Mal sonrió juguetonamente. Besó su mandíbula y fue descendiendo por su cuello y su pecho. Al regresar a su rostro, siguieron besándose apasionadamente. Las manos de ambos recorrían la piel del otro.

-Me gusta darte el control, pero debo admitir que me gusta tenerlo también- le dijo, dándoles la vuelta de nuevo.

La pelimorada rió con más fuerza.

-Realmente no tengo problema con eso.

El castaño la miró con tanto amor y deseo que sintió como se derretía debajo de él. Lo tomó por las mejillas y volvió a besarlo. Ben desabotonó lentamente la camisa que ella llevaba puesta. Besó y mordisqueó su cuello.

Pasaron los minutos y solo se oían los jadeos que ambos soltaban mientras se besaban y hacían el amor. Porque para ellos era eso, hacer el amor. Jamás lo vieron solamente como tener sexo. Desde esa primera noche hasta ese día eran ellos dos amándose y sintiéndose conectados no solo en lo físico sino también en lo emocional.

El castaño le susurraba una y otra vez al oído lo mucho que la ama. Mal se aferró a sus hombros, clavando sus uñas en su espalda. Ella también se lo decía. Ambos dijeron el nombre del otro, sintiendo como todo su interior hormigueaba de sus cabezas hasta los pies.

Juntaron sus frentes sonriéndose, tratando de calmar sus respiraciones agitadas. Tomaron turnos para ir al baño y volvieron a abrazarse, conciliando el sueño por unos minutos más.

(...)

En el momento en que Ben la llevó de regreso a casa de Evie la felicidad desbordaba de los dos. Habían sido casi tres días perfectos.

Mal abrió la puerta con su llave y Ben pasó detrás de ella. Notaron que ninguno de los chicos estaban. Dejaron las cosas de la ojiverde en su habitación y regresaron a la entrada con calma.

-¿Estás seguro de que no puedes quedarte un rato? Podrías hacerlo, no te tomaste todas las vacaciones- hizo pucheros.

Ben la miró con ternura.

-Aunque me encantaría, debo volver a casa. No es mucho trabajo, así que mañana si podré ir a nuestra salida con los chicos, ¿ok?

Mal asintió resignada.

-Está bien, pero no te exijas mucho. ¿Sí? - le pidió.

-No lo haré, te lo prometo - besó su frente - Mis padres estarán muy felices cuando les de la noticia.

Mal sonrió. Aunque ella no sabía que no solo se refería al hecho de mudarse juntos.

-Te veo mañana - dijo.

Se besaron cortamente.

-Saludalos de mi parte.

Ben asintió y le dio un último beso antes de subirse a su moto. Mal se despidió con la mano cuando él la miró cortamente ya estando lejos.

Entró a la casa y le escribió a sus amigos que había llegado. La primera en responder fue Evie, diciéndole que llegaría en unos minutos. Los chicos estaban en el centro comercial comprando un videojuego en preventa, así que no sabían cuándo regresarían.

Cuando la ojimiel llegó Mal la puso al día de todo. Esta estaba muy emocionada por sus dos amigos.

-Mis niños crecieron mucho - dijo con dramatismo.

Mal se rió.

-No estás molesta, ¿verdad? Ben me dijo que lo habló contigo, pero sé que te esforzaste mucho para encontrar una casa donde Carlos, Jay y yo también pudiéramos tener nuestro espacio.

-Todo lo contrario, M. Estoy muy feliz por ambos- se sentó frente a ella en la sala.

-Gracias por tu apoyo, E - la abrazó.

Evie le devolvió el gesto.

Lo que Mal no sabía es que meses después estaría comprometida y por obras del destino al fin tendría a su padre de vuelta a su vida. Ni que sería amiga de Audrey y Uma. Pero la vida es una linda caja de sorpresas.

Y Ben estaría a su lado en cada una de ellas.

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Como podrán notar, este capítulo es antes de Descendientes 3.

Según mi percepción, yo sentí que Ben y Mal estaban muy coquetos cuando se reencontraron en la película, así que es muy posible que ya lo hubieran hecho para ese entonces🤭

El dibujo que hacía Mal era este...

¡Nos leemos pronto!

~Con amor, su escritora💕

Publicado el 22/08/2022.

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