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Beal/Bal: Familia

Como dije en el OS anterior, escribí otro de Ben y Mal😂😅💙💜

Es que aunque intente no hacerlo la mayoría de las veces lo que escribo termina siendo sobre ellos porque son las ideas que me llegan.

Iba a ser otro pero esa idea la dejé para DBM3 💕

Gracias a @Fer_Mire, ya que este OS se basó en una sugerencia que dio. No es exactamente lo que ella me dijo, pero me pareció que esa idea no podía descartarse.

Quería poner un Gif, pero después de la vez que la plataforma estuvo necia hace como un mes, no me deja poner Gifs en multimedia.

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Mal's POV:
Agradecí que empezara a haber un poco de brisa. El calor de este verano ha sido más insoportable que en otros años.

Apreté la mano de Ben y él me sonrió.

Acabamos de salir de una reunión con el Consejo de Segundones y al llegar al castillo nos pusimos ropa más cómoda para caminar un rato.

Tomé un poco de mi helado fresas y Oreos y dejé que el frío me refrescara.

Durante la caminata nos encontramos un camión de helados. Y mi esposo no se pudo resistir cuando le dije que quería uno.

De por sí le gusta con sentirme, y ahora más que nunca lo hace.

Miré mi estómago y sonreí.

Ben y nos casamos poco después de que ambos cumplieramos 20 años.

Ya han pasado prácticamente 5 años desde ese día, y al fin tenemos una familia.

Mi papá se mudó cerca del castillo hace dos años. Pero viene seguido a comer con nosotros o simplemente a visitarnos.

Y aunque costó mucho, mi mamá está empezando a crecer en su forma de lagartija. Sabemos que no es por nada malo.

Esperaba que algo así pasara cuando llegara a este punto de mi vida, y me alegra de que esté sucediendo.

Bella y Adam han sido un gran apoyo para Ben y para mí desde el principio de nuestra relación. Me he vuelto más unida a ellos desde que Ben y yo nos comprometimos.

Agradezco tenerlos a ellos, a los chicos, a mi papá y - de algún modo-a mi mamá. Pero sobre todo agradezco tener a Ben en mi vida. Es lo mejor que pudo haberme pasado.

-Te ves realmente adorable vestida así.

Le saqué la lengua y se rió.

No siempre he usado vestidos o cosas así. Pero entre el calor del verano y el embarazo, eso y la ropa holgada es lo más cómodo.

Evie ha tenido compasión conmigo y los ha hecho más a mi estilo.

Además, sabe por lo que estoy pasando ya que pasó esto con mi ahijada hace menos de un año.

Esa bebé es realmente adorable. Y sé que Doug y Evie harían lo que sea por su bienestar.

Hace pocos días hicimos una revelación de género con la ayuda de Evie y mi suegra.

Ben y yo estábamos al borde del llanto cuando supimos qué es. Nuestros amigos y los padres de Ben, y hasta mi papá soltaron unas cuantas lágrimas también.

-¿Sabes? Me alegra que estemos pasando por esta etapa ahora.

-¿En serio?

Asintió con la cabeza.

Botó la servilleta que usó para limpiarse las manos y me rodeó con sus brazos.

-Aún no puedo creer que sea un niño.

Lo miré con ternura al ver como sus ojos brillaban al decir eso.

Limpié mis manos y rodee su cuello con mis brazos.

-Pensé que querías que fuera una niña.

-Si te soy sincero, sí. Quería que fuera una niña para que fuera como tú.

Arrugué la nariz. Dejó su mano sobre mi estómago y lo acarició.

-Pero desde que empezamos a hablar sobre tener una familia, lo que más me ha importado es que el bebé y tú estén sanos. Y con todo lo que tuvimos que esperar para al fin poder tener una, realmente lo que más me importaba era justamente eso.

Su rostro está muy cerca del mío, así que puedo ver claramente todos los detalles de sus ojos. Podría pasar horas mirándolos.

Puse mi mano sobre una de sus mejillas y la acaricié.

-Lo importante es que estamos muy bien y en menos de cinco meses tendremos a nuestro pequeño con nosotros.

Él sonrió y me pegó más a su pecho. Escondí mi rostro en su cuello y lo abracé.

-Además, ya sabemos que es seguro que podremos tener más hijos en el futuro.

Me reí y levanté mi cabeza.

-Valió la pena la espera.

-Así es-me dijo sonriendo.

Me puse ligeramente de puntillas y lo besé. Reí cuando sentí que me tomaba con cuidado de la cintura para que no tuviera que estar así.

Rozamos nuestras narices al separarnos y seguimos caminando abrazados.

No faltaba mucho para llegar a la entrada del castillo cuando tuvimos que detenernos porque se soltó una de las trenzas de mis zapatos.

-Aún puedo atarlas yo sola-le dije al ver sus intenciones.

-Lo sé. Pero me gusta ayudarte y prefiero prevenir.

Negué con la cabeza riendo.

Me rendí y me senté en un banco. Ben se arrodilló y me ayudó con mis zapatos.

Estaba por levantarse hasta que oí un ruido en el arbusto detrás de nosotros.

-¿Oíste eso? - le pregunté.

-¿Qué cosa?

Otra vez el ruido.

-Eso.

Las ramas a mi lado se movieron y me reí al ver que era.

-Pero que cosita más adorable.

Tomé a la bola de pelos con mis manos y la dejé sobre mi regazo. Estaba temblando un poco hasta que acaricié su pelaje con cuidado.

Ben se sentó a mi lado. Miró al perro en mis piernas.

-¿Tiene algún collar o algo con qué identificarlo? - me preguntó.

Lo revisé.

-No, aunque es muy pequeño. Es extraño que esté solo en la calle.

El cachorro se puso en dos patas y lamió mi mejilla.

Solté una carcajada y lo agarré con cuidado de que no me pateara.

-Creo que lo mejor es que lo llevemos con nosotros y averiguemos si tiene dueño o no-me dijo Ben.

-Sí, llamaré a Carlos y a Jane cuando lleguemos para saber que hacer con él mientras tanto.

Tomé su mano y me ayudó a levantarme. Agarró al perro con su brazo libre.

-Al parecer es el único, ya que no veo a ningún otro perro.

-Busquemos a ver si encontramos algo y volvemos.

Asentí y nos pusimos a buscar.

Al no encontrar luego de unos minutos de búsqueda, comenzamos a caminar hacia el castillo.

Me pareció muy tierno el hecho de que el cachorro estaba apoyado sobre el pecho de Ben y se había quedado dormido.

Los guardias nos hicieron una reverencia al vernos pasar. Les sonreímos y seguimos nuestro camino.

Íbamos llegando a nuestra habitación cuando nos encontramos con Bella y Adam.

-Aw, ¿de donde salió ese pequeño? - nos preguntó Bella luego de saludarnos.

Se acercó y acarició al perro. Este se quedó tranquilo en su sueño.

-Lo encontramos cerca de aquí-le respondió Ben.

-¿Saben si tiene dueño? - preguntó Adam.

-No, vamos a hablar con Carlos para saber que hacer mientras que averiguamos que pasará con él.

-Le diremos a la Señora Potts que les lleve unas toallas para que lo bañen y algo que pueda comer-dijo la madre de Ben.

-Gracias.

-Los vemos más tarde en la cena. Si necesitan algo avísennos, ¿sí?

-Ok.

Nos despedimos de ellos y entramos a nuestro cuarto.

-Siéntate y yo llamo a Carlos-me dijo Ben.

Le hice caso ya que mis pies están matándome.
Me dejé caer sobre el sillón y me quité con cuidado los zapatos.

Se sentó junto a mí y dejó al perro sobre mis piernas. Este comenzó a moverse y se despertó poco a poco.

-Creo ya tenemos algo en común amiguito, ambos dormimos mucho-le dije.

El cachorro ladró y nos reímos.

Ben pasó su brazo sobre mi hombro y marcó una segunda vez al número de Carlos.

-¿Ben? - oímos que dijo.

-Hola-lo saludó mi esposo.

-Hola, ¿está todo bien con Mal y mi sobrino?

Reí levemente.

-Estamos bien, pecas.

Ben acomodó su teléfono para que pudiera vernos a los dos.

-Sabemos que Jane y tú deben de estar ocupados, pero queríamos hablar contigo sobre algo-le dijo.

-Tranquilos, en realidad ya estamos cerrando para ir a casa. ¿Qué necesit...

No terminó de hablar ya que se oyeron las pisadas de Chico cerca de él. Vimos como se montó sobre las piernas del pecoso.

-Hola chicos.

-Hey.

-Chico, ven a buscar tus juguetes antes de que se queden como la última vez- gritó Jane.

-Nunca me deja hablar por teléfono-se quejó.

No reímos.

-Los veo luego.

Saltó y oímos como sus patas volvían a sonar contra el piso.

-Ahora sí, ¿qué es lo que necesitan?

-Bueno, nos encontramos a este pequeñín en la calle-dije y alcé al perro.

Vi como la mirada de Carlos se suavizó al verlo.

-Queremos saber que podemos hacer con él mientras tanto.

-¿Tiene alguna identificación?

-No. Y por suerte no tiene ningún daño, al menos no uno que se vea a simple vista-le respondió Ben.

-Por el momento, creo que le vendría bien un baño, que lo hidraten y que le den de comer. ¿Creen tener algo que sirva para él?

-Papá dejó un poco de la comida de Cerbero la última vez que lo trajo.

Antes de que pregunten. Mi papá me pidió que lo convirtiera en un perro de tamaño normal hace unos años.

Es un poco más grande que Chico, pero ahora que lo consienten y juegan más con él es más tranquilo de lo que alguna vez fue.

-Creo que eso servirá por ahora. ¿Algo con qué bañarlo sin que se le irrite la piel?

Ben y yo nos miramos.

-Tu papá me dijo que en su habitación había dejado otras cosas de Cerbero para la última vez que lo trajera. Seguro encontramos algo-me dijo.

-¿Algo cómodo con lo que pueda dormir?

-Buscaremos algún cojín y una manta-le dije.

-Perfecto. Traiganlo mañana en cuanto puedan. Jane y yo los ayudaremos a saber si tiene dueño o no.

-Gracias, hermanito.

Carlos sonrió por lo que dije.

-Si necesitan algo llamennos.

-Lo haremos. Saluda a Jane de nuestra parte-le dijo Ben.

-Lo haré.

Colgó la llamada y Ben puso su teléfono a un lado.

-¿Qué quieres hacer primero?

-Yo puedo ir buscándole las cosas para que duerma y para bañarlo, tú buscale la comida y el agua.

-Está bien.

Acarició la cabeza del cachorro y besó mi frente antes de salir.

Lo dejé con cuidado sobre el sillón y me dispuse a buscar.

Tardé pocos minutos en volver. Por suerte mi papá sí había dejado las cosas con las que baña a Cerbero.

Las dejé en el baño y acomodé sus cosas para que duerma a pocos metros de la cama.

Ben entró y dejó dos platos al lado de la peinadora. Uno con comida y otro con agua.

-¿Conseguiste todo?

-Ujum.

Me senté cerca de los platos y Ben trajo al perro.

-Carlos me escribió diciéndome que debemos dejar que tome confianza y que se acerque sólo a la comida.

-Entonces dejemos que lo haga-dijo.

Apoyé mi cabeza sobre su hombro y posé mi vista sobre el can.

Estuvo olfateando a unos centímetros de la comida hasta que por fin comenzó a comer.

-¿Haz pensado en qué haremos si no tiene dueño? - preguntó.

-Quisiera que lo conservaramos.

-¿Ya te encariñaste con él, eh? - preguntó acariciando mi brazo.

-¿Cómo no hacerlo? Es demasiado adorable y desde el momento en que lo encontramos estuvo tranquilo con nuestra compañía.

-¿Y si tiene dueño?

Suspiré.

-Lo devolveremos con su familia.

Ben besó mi coronilla.

Esperamos hasta que terminara de comer y los guiamos hasta el baño.

Él abrió la llave del agua para que la bañera se llenara un poco.

Recogí mi cabello en un moño y sostuve al cachorro hasta que el agua estuvo lista.

-Roguemos por que no haga muchos desastres.

Ben cruzó los dedos y me reí.

Me senté enfrente de la bañera y él se quedó arrodillado.

Al principio, el cachorro no se quejó, hasta que sus patas estuvieron a punto de tocar el agua.

Se movió entre las manos de Ben y ladró como queja.

-Tranquilo amiguito, te prometo que te gustará.

Acaricié por detrás de sus orejas y comenzó a menear su colita.

Me reí.

-Intenta otra vez-le dije a Ben.

Volvió a hacer lo mismo y ahora sí logró que entrara al agua.

Ladró varias veces y se sacudió, haciendo que nos cayeran algunas gotas de agua.

-Creo que le gustó-me dijo riendo.

Puse la toalla sobre mis piernas y Ben comenzó a bañarlo.

Dejé una mano sobre mi vientre y vi como Ben sonreía al percatarse de mi acción.

-¿Estás cansada?

-Sí, pero es algo a lo que me he ido acostumbrado por nuestro pequeño.

Sonreí al ver el brillo en los ojos de Ben.

Cada vez que nombramos a nuestro hijo pasa eso.

-Además, esta cosita tan tierna necesita de nuestra ayuda-dije mirando al perro.

Lamió la mejilla de Ben y solté una carcajada.

Terminó de limpiarlo y le pasé la toalla para que lo secara.

Me ayudó a levantarme del suelo y él hizo lo mismo.

-Aaawww, eres muy bonito, pequeñín.

Se veía realmente adorable con la toalla envolviéndolo.

Ben lo dejó sobre el mueble del lavamanos, sujetándolo con cuidado, mientras que yo le di aire con un secador de cabello.

Cuando estuvo listo lo bajamos de ahí y dejamos que recorriera la habitación.

Bostecé.

-¿Qué tal si duermes un rato? Yo cuido de los tres mientras tanto-dijo y posó su mano sobre mi estómago.

Sonreí.

-Ok.

Me recosté sobre la cama y cerré los ojos cuando mi cabeza hizo contacto con la almohada.

Él se puso junto a mí y me acercó a su pecho. Por reflejo lo abracé y hundí mi rostro ahí.

Las caricias de Ben sobre mi cabello me relajaron e hicieron que lograra quedarme dormida más rápido.

(...)

-¿Crees que esto funcione? -me preguntó Ben.

Levanté la mirada del perro, quién está jugando con una pelota.

Estaba mostrándome el cartel que Carlos y Jane hicieron para buscar a su posible dueño.

Lo llevamos con ellos hace unas horas y todo está en orden.

Carlos dejó unos carteles cerca de la tiende de animales y en las redes sociales de esta.

-Eso espero. Aunque una parte de mí quiere que pueda quedarse con nosotros.

-Si hay esa posibilidad, lo conservaremos.

Besó mi mejilla y agarró una de las fresas con chocolate del bowl en mis manos.

Se rió al ver la cara que puse.

-Yo creo que el bebé o amará u odiará las fresas por tanto que las comes. Has comido muchas de estas en los últimos meses. Bueno, más de lo que ya lo hacías.

Me reí.

-Aunque no veo quejándote por darme mis antojos.

-Y tampoco me verás haciéndolo, por que soy feliz consintiéndolos a ambos.

Sonreí y lo tomé de las mejillas.

Besé sus labios varias veces y lo abracé.

Sentí dos patas sobre mis piernas y reí al ver que el cachorro tenía la pelota en su boca.

-¿Quieres que te la lance?

Ladró y nos reímos.

-Uno, dos, tres.

Lancé la bola de goma azul y el cachorro corrió hacia ella con rapidez.

-Es muy enérgico-dijo Ben luego de reírse.

Anoche durmió al lado de nuestra cama. Al principio nos costó que lo hiciera, pero nos mantuvimos un rato junto a él acariciándolo hasta que cayó rendido.

Apoyé mi mano sobre la manta debajo de mí.

Cuando volvimos aún era temprano para almorzar, así que decidimos quedarnos un rato en el jardín para descansar.

Mis suegros llegarán en un rato y mi papá también. Aunque sea una vez a la semana comemos los cinco juntos.

Ahora que estoy embarazada, mi papá no deja de buscar excusas para comprarme cosas a mí y al bebé, aunque sea algo pequeño.

Y hablando de ellos, oí sus voces a pocos metros de nosotros.

-Así que esta era la sorpresa de la que me hablaste por teléfono-dijo mi padre.

El cachorro venía al lado de él y de los padres de Ben.

Me levanté con cuidado y fui a abrazarlo.

Sentí como besó mi coronilla y sonreí.

-Luces hermosa, hija. ¡Y mi nieto cada vez se pone más grande! -exclamó al poner su mano sobre mi barriga.

Me reí y besé su mejilla antes de apartarme.

-Ding Dong nos dijo que la Señora Potts ya está terminando de hacer la comida. ¿Quieren quedarse aquí afuera o entramos? - preguntó Bella.

-Quedémonos aquí afuera. El día está fresco y me vendría bien un poco de luz solar.

-Como tú prefieras, querida-me dijo mi suegro.

Mi papá pasó su brazo sobre mis hombros y todos nos sentamos en la manta sobre el pasto.

Comimos entre risas y charlas.

Esta es la familia que esperaba tener. Y ahora que la tengo, me alegra que sea en este momento que Ben y yo estamos formando la nuestra.

Fueron cinco años de espera que realmente valieron la pena.

(...)

-¿Están cien por ciento seguros de que no tiene dueño?- preguntó Ben.

-Muy seguros. Ya han pasado casi dos semanas y nadie ha reportado nada sobre él- nos dijo Jane.

-Sabemos que es una responsabilidad más teniendo en cuenta que nuestro sobrino está en camino y deben hacerse cargo del reino. Pero ese pequeño necesita un hogar. Y estoy seguro de que ustedes son los indicados para él- le siguió Carlos.

-Gracias por su apoyo, chicos. Tomaremos una decisión y les diremos.

-Está bien, Mal. Los vemos mañana en casa de Jay y Lonnie.

-Así será, pecas. Adiós.

-Bye.

Colgué la llamada.

La bola de pelos caminó hacia mí y recostó su cabeza sobre mis piernas. Acaricié su pelaje.

-En serio quieres conservarlo, ¿verdad?

Al preguntar eso tomó mi mano.

-Sí. En estos días cuidándolo le he tomado mucho cariño y en serio me gustaría que tengamos una mascota.

-A mí igual. Aún así, debemos tomar en cuenta lo que dijo Carlos. En pocos meses estaremos pendientes de la llegada del bebé y estaremos ocupados con el reino.

Acarició la cabeza del cachorro y este lo miró.

-Una mascota es otro integrante de la familia al que hay cuidar, querer y proteger. ¿Crees que podamos hacerlo?

No pensé mucho en mi respuesta antes de contestar.

-Confío en nosotros y sé que podremos hacerlo-dije y apreté su mano.

Él me sonrió.

-Además mira ese rostro-tomé al perro en mis manos- Es imposible resistirse a él.

Hizo ojitos y no pude evitar besar su cabeza.

-Quiero que se quede con nosotros, ¿sí?

Me uní al can y me puse a hacer el mismo gesto.

-Sabes que no puedo resistirme cuando haces esa cara. Mucho menos cuando tienes a este cómplice tan adorable-me dijo y reí.

-Entonces, ¿es nuestra mascota?-le pregunté ilusionada.

-Es nuestro-me respondió sonriendo.

-¿Oíste eso, Spike? Ahora eres parte de la familia-dije y lo alcé en el aire.

Ben y yo habíamos decidido ponerle ese nombre mientras que esperábamos a ver que pasaba con él.

No pude evitar reírme cuando ladró y lamió todo mi rostro.

Lo dejé sobre mi regazo.

-Gracias por esto, amor.

Mi esposo sonrió y besó mi frente.

-Sé que esperabas que se quedara con nosotros. Yo también me he encariñado con él en estos días.

Su mano está entrelazada con la mía sobre mi estómago.

-Va a ser lindo que Milo crezca con él.

Ben me miró a los ojos cuando dije eso.

-Sé que aún no estábamos seguros si ponerle ese nombre o no, pero...

-No pasa nada, princesa-acarició mi mejilla- Si a ti te gusta ese nombre para nuestro pequeño, yo lo acepto. Después de todo, lo que más me importa es que seas feliz.

Mis ojos se cristalizaron. Y lo hicieron aún más al sentir como el bebé pateaba por el contacto de nuestras manos.

Ben sonrió. Se acercó a mi barriga y dejó varios besos sobre ella.

-¿Al pequeño de mamá y papá le gusta su nombre? - preguntó.

Sentí otra patada justo donde la mano de Ben está.

-Eso definitivamente es un sí - me dijo y reí.

Besó otra vez mi estómago y puso su rostro a la altura del mío.

-Los amo como no tienen idea, mi reina.

Junté su frente con la mía.

-Al igual que yo a ustedes.

Unimos nuestros labios.

No duramos mucho así ya que Spike comenzó a ladrar. Nos separamos riendo y Ben lo acarició.

-¿Qué tal si jugamos contigo, amiguito? - le preguntó.

Este movió la cola y dio varias vueltas, causando nuestras risas.

Spike agarró su pelota con la boca y salió disparado hacia la puerta.

Nos levantamos y corrimos detrás del cachorro sin dejar de reírnos.

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Tardé unos días más de lo planeado escribiendo esto, pero me gusta mucho el resultado.

El segundo capítulo de Liar está en proceso y ya estoy comenzando a preparar el material para DBM3.

En varias de mis historias he leído comentarios sobre cuando publicaré en ambas historias.

Sé que algunos lo entienden, pero he visto que otros no.

Deben de tener en claro que yo escribo en mis tiempos libres y lo hago porque me gusta, no por obligación.

Así que solo escribo cuando tengo tiempo y ganas de hacerlo.

No pueden poner como pretexto para su insistencia el hecho de que tenga más tiempo ahora, porque eso no es del todo cierto.

Debo ocuparme de las tareas del colegio y ayudar en mi casa, además de que hago otras cosas aparte de escribir.

En serio espero que las personas que se impacientan comprendan con esto que estoy escribiendo. Y lamento si se ofenden, pero soy humana como ustedes y manejo mi tiempo como a mí me parezca correcto.

Eso es todo lo que tenía para decir.

¡Nos leemos pronto!

~Con amor, su escritora💕.

Publicado el 16/05/2020.

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