Beal/Bal: Christmas Gift
Se suponía que primero iba a publicar los OS del Yo nunca, nunca de Sin Filtro, pero me atrasé por falta de inspiración o porque me ha dado flojera.
Sin embargo, este OS de Navidad lo he estado pensando desde principios del mes pasado, y quería darles algo por estas fechas.
Así que considerenlo mi regalo de navidad❤️🎄🎁
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Narrador Omnisciente:
El frío y la nieve se habían hecho presentes en el reino de Auradon desde hacía unas semanas, lo que significaba que la navidad estaba a la vuelta de la esquina.
Estas fechas siempre han sido importantes en el reino, y con la apertura de la barrera - la cual sucedió hace 6 años-, decidieron que debían ser aún más especiales.
Las familias y amigos se reúnen para comprar regalos, hacer actividades navideñas y fiestas y cenas en honor a la fecha.
Para los primeros VK's en llegar, el famoso Core Four, habían sido especiales cada una de las ocho navidades que habían pasado en sus nuevas vidas, pues podían disfrutar de todas las tradiciones que no existían en la Isla de los Perdidos. Además de tener a sus amigos y sus parejas para ser felices.
Al principio, algunas cosas eran difíciles de entender, pero luego tanto ellos como el resto de los VK's y los ex-habitantes de la Isla se adaptaron. Hasta comenzaron a mezclar tradiciones de ambos lugares.
Mal siempre recordaría su segunda navidad en Auradon, pues Ben la invitó a pasar esos días junto a él y sus padres en una cabaña en Arendelle.
Ben se aseguró de que los siguientes años, aunque no viajaran a ningún lugar, fueron extremadamente especiales para ella.
Esta sería su quinta navidad como matrimonio. En los días anteriores ya habían participado en muchos eventos, ya que como reyes, era su deber. Aunque ellos disfrutaban asistir, ya que podían pasar tiempo como pareja, con sus amigos y familia.
Sin contar el hecho de que la mayoría de esos eventos eran para ayudar a fundaciones y orfanatos. Ben se crió con padres que le enseñaron que es bueno ayudar a los que lo necesitan. Y Mal sentía que luego de todas las oportunidades que se le han presentado en su vida, debía ayudar a que otras puedan tener lo mismo.
Las calles de todos los lugares del reino se encontraban decorados con árboles, adornos y luces.
Unas noches atrás, ambos habían asistido al encendido del árbol de la plaza de Auradon City.
Y al ser 23 de diciembre, pasaron gran parte del día terminando de arreglar los regalos que entregarían a sus seres queridos y asegurándose de que todos los detalles para el Baile de Navidad que se haría en el castillo estuvieran listos.
El baile terminaría de madrugada, así que el resto de los siguientes días los tomarían para descansar.
Ese año, su grupo de amigos decidió que todos pasarían la noche del 24 de Diciembre en el Castillo Beast, cada uno aportaría algo para la cena. Y en la mañana del 25 todos harían un intercambio de regalos.
Y como parte de una tradición que habían iniciado Bella y Adam al comienzo de su reino, toda la familia real visitaría el orfanato de la ciudad la mañana del 24.
En ese momento, Mal se encontraba en el jardín del castillo, con un portapapeles en mano. Ella y Jane estaban verificando los últimos detalles de la decoración para el baile.
Actualmente, Jane trabaja en Auradon Prep dando clases de magia. Ben y Mal sabían que ella era la indicada para enseñarle a los niños de la Primaria, y la ojiazul aceptó el cargo con mucho gusto. Sin embargo, también le gusta ayudar a sus amigos a planear eventos importantes. Siempre le ha encantado todo ese tema, y se sentía honrada de que los reyes acudieran a ella cada vez que se celebraría algún evento importante del reino.
-¿Estás de acuerdo con todos los detalles, Mal? - le preguntó Jane.
La reina apartó la mirada de los árboles, los cuales estaban siendo llenados de luces.
-Sí, todo luce muy hermoso. Nunca nos defraudas cuando organizas eventos.
La hija del Hada Madrina sonrió.
-Gracias.
Se acercó a su amiga y la miró.
-Te noto algo cansada. ¿Está todo en orden? - preguntó.
Mal asintió.
-Sí, es solo algo de sueño. Ben y yo hemos estado repletos de trabajo en el último mes, apenas podemos dormir en paz. Pero por eso dejaremos todo el papeleo por unos días.
Jane se disculpó un momento al ver que Carlos la llamaba. El peliblanco se había ofrecido a ayudar a decorar junto con Jay y Lonnie. Los dos últimos estaban en su tiempo libre de entrenamientos de R.O.A.R.
Las tres chicas se rieron al ver el enredo de luces que tenían Jay y Carlos en sus manos. Doug, quien venía del interior del Castillo, se unió para ayudarlos.
Mal sintió una mano en su hombro y sonrió al saber que era su mejor amiga.
-Te agradezco por haberte tomado el tiempo de venir a hacer la prueba de mi traje y el de Ben, era imposible que fuéramos a tu casa con todo lo que había por hacer-dijo, dándose la vuelta para poder ver cara a cara a la peliazul.
-Sabes que amo ser la diseñadora oficial de los reyes. Esta fue la excusa perfecta para que Doug y yo pudiéramos salir de casa. Con tantos pedidos para estas fechas apenas los habíamos visto en los últimos días. Además, queríamos sacar a Danielle por unas horas.
Mal besó la frente de la pequeña en brazos de Evie. Esta estiró sus manitas para que su madrina la cargara. Las dos adultas rieron.
La ojiverde cumplió con la petición de su sobrina y la tomó en sus brazos.
-En las últimas semanas ha estado más apegada a ti que nunca. Y eso es mucho decir ya que ella te adora-dijo la dueña de Evie's Four Hearts.
-Pues yo también la adoro-le hizo cosquillas a la bebé, esta se rió con entusiasmo.
-No te había dicho nada antes, pero por alguna razón noto algo diferente en ti. ¿Hay algo que quieras contarme? - indagó Evie.
Mal sonrió ante eso.
-No hay nada que decir. Simplemente debe de ser que me veo más pálida y mis mejillas están más rojas por el frío.
La peliazul soltó una carcajada al oírla.
-Sí tú lo dices.
La reina entendió que no la había convencido, pero Evie tendría la respuesta a su pregunta en menos de dos días.
Se sentaron en uno de los bancos del jardín, hablando con el resto del grupo de amigos hasta que estos tuvieron que irse.
(...)
Mal subió las escaleras del Castillo hasta su habitación. Entró rápidamente, asegurándose de que nadie la estuviera siguiendo.
Llevaba en sus manos parte del regalo de Ben, así que esperaba no encontrarse ni con él o sus suegros en el camino.
El que no le preocupaba era su padres, Hades, ya que él sí estaba enterado del regalo que le haría a Ben. También su medio hermano, Hadie, ya que al Dios del Inframundo se le escapó en la última salida que habían hecho los tres, pero sabía que él tampoco hablaría de ello.
Debía admitirlo, al principio fue raro para ella saber que tenía un medio hermano que además era solo dos años menor que ella. A pesar de eso, fue fácil encariñarse con él. Tenían bastantes cosas en común, y a veces solían tener peleas sin sentido, como cualquier familia, pero en verdad lo quería mucho.
Y Perséfone, bueno, al menos era agradable con ella y no la odiaba como Mal creía que lo haría. Al fin y al cabo, ella es la hija de la mujer por la que Hades ya no la amaba, pero le tenía un gran cariño a la pelimorada.
Hadie fue un pequeño desliz de una ocasión en la que Perséfone fue a la Isla para terminar de disolver su matrimonio, pero sus padres igualmente lo querían. Era la razón principal por la que se aguantaban a pesar de tantos problemas entre ellos.
Y con respecto a Maléfica, pues no han habido muchos avances, pero Mal no ha querido perder las esperanzas. Espera que algún día su madre la acepte tal y como es.
Salió de sus pensamientos al oír que alguien entraba a la habitación. Cerró rápidamente la tapa de la caja de regalo al ver a Ben frente a ella. Este la miró son una sonrisa llena de diversión al ver su actitud.
-¿Ese es mi regalo? - preguntó.
-Así es, por lo que no debes ver nada hasta que lo vuelva a esconder-le dijo, levantándose de la cama.
-¿No puedo tener algunas pistas? - le preguntó.
Mal negó con la cabeza.
-Anda, al menos dame una pista de que pueda ser- le suplicó el castaño, haciendo ojos de cachorrito.
Ella se rió.
-Lo siento cariño, pero no lo sabrás hasta dentro de dos días. Pero, te mereces un beso por el esfuerzo- le dijo juguetonamente.
Ben sonrió satisfecho al oírla.
-Después de que esconda esto-dijo, elevando la caja y pasando hacia el gran closet del cuarto.
-¡Mal! - se quejó el rey.
La princesa del Inframundo volvió a reírse. Regresó a la habitación luego de asegurarse de que el regalo estuviera bien escondido y que su esposo no lo encontraría antes de tiempo.
Lo abrazó por el cuello y se puso de puntillas. Ben puso sus manos en su cintura y juntó sus labios con los de ella. Ambos sonrieron al separarse luego de unos segundos.
-¿Ves? Solo debías esperar un momento - le dijo ella en tono burlón.
Él simplemente sonrió.
-Te tengo una buena noticia, estamos libres de trabajo hasta el próximo año.
Mal suspiró de alivio.
-Al fin tendremos unos días de descanso - celebró, tirándose sobre el colchón.
Ben se rió, pero le siguió el juego y se tiró junto a ella. Quedaron frente a frente. Él pasó un brazo por su cintura y con su mano libre acarició la mejilla de su esposa.
-Te va a gustar mucho mi regalo - le dijo.
-¿En serio? - preguntó ella.
-Ujum - respondió.
Acercó su rostro al de Mal y le dio varias besos cortos, haciéndola sonreír.
-Aún nos quedan un par de horas antes de tener que arreglarnos para la fiesta, ¿qué te parece si busco galletas y chocolate y vemos películas? - le preguntó la ojiverde.
-Eso suena como el plan perfecto - dijo sonriendo- Podemos bajar a la sala y los demás pueden unirsenos si quieren.
-De acuerdo.
Ambos se levantaron de la cama y salieron de la habitación tomados de la mano.
Buscaron toda la comida que querían junto a algunas mantas para el frío. Luego de unos minutos, se sentaron en uno de los sillones y encendieron el televisor.
Comieron y vieron por un rato, hasta que Mal comenzó a quedarse dormida. Con los brazos de Ben pegándola a su pecho y sujetándola para que no cayera al suelo.
Tenía pocos minutos con los ojos cerrados cuando sintió un peso sobre sus piernas y como algo mojaba su mano, haciéndola abrir los ojos.
-Cerbero - le reclamó Hades, llegando al lugar.
La pareja real se rió.
-No importa papá, es lindo despertarse por esta ternurita - dijo la reina, acariciando detrás de las orejas del perro.
El can ladró y volvió a lamer su mano.
-Estamos viendo películas navideñas, ¿quiere acompañarnos? - le preguntó Ben a su suegro.
Con los años, el Dios le había tomado cariño y lo apreciaba por todo el amor que le da a su hija. Pero no puede negar que a veces se pone celoso cuando ve lo melosos que se ponen su yerno y su primogénita.
Y Ben, a pesar de a veces ponerse nervioso por los celos de Hades, realmente lo quiere como otra figura paterna.
-Está bien.
Se sentó junto a Mal y puso a Cerbero sobre sus piernas.
-¿No tienen cosas que hacer para el baile? - les preguntó, llevándose una de las galletas que quedaban en la mesa a la boca.
-No, terminamos de hacer todo hace un rato - respondió ella.
Al decir eso se quedaron en un cómodo silencio y siguieron viendo la película en el televisor.
Algunos minutos después se les unieron Bella y Adam. Pasaron una tarde en familia, algo que no hacían desde hacía unas semanas.
(...)
Las decoraciones habían sido alabadas por muchos de los asistentes. Y la comida de la Señora Potts estaba siendo todo un éxito.
El Baile estaba repleto de invitados de todo el Reino, incluyendo a todos los amigos de los reyes.
Había pasado alrededor de una hora cuando se oyeron las fanfarrias que anunciaban la llegada de los reyes de Auradon.
-Denle la bienvenida a los anfitriones de esta celebración. La reina Mal y el rey Ben - declaró Lumière.
Ambos aparecieron en la entrada de las escaleras, con los brazos entrelazados y luciendo deslumbrantes. Los invitados comenzaron a hacer ruido, silbando y aplaudiendo. Ben y Mal se sonrieron antes de bajar las escaleras, siendo recibidos con reverencias.
-Gracias a todos por haber asistido - comenzó a decir él, haciendo que todos guardaran silencio- Como cada año, nuestra familia tiene el honor de celebrar un baile en las vísperas de la Navidad. Y este año no podía ser la excepción.
-Este baile tiene el propósito de recaudar fondos para distintas fundaciones y organizaciones de niños. Ayudándolos a tener un mejor hogar y una mejor educación. Además de ayudar a encontrar curas para diversas enfermedades que pueden afectarlos - continuó Mal.
Hades sonreía con orgullo al oír a su hija. Tal vez no era lo que en un principio pensó que haría al ser una líder, pero estaba feliz de ver que había encontrado su propio camino.
-Esperamos que todos aporten algo a estas caridades. Esos niños son parte del futuro del reino, y queremos que tengan la mejor vida posible - completó el castaño.
Todos volvieron a aplaudir.
-Sin más que decir. Disfruten de la fiesta - dijo Mal.
Después de decir eso, la música volvió a sonar y las conversaciones se reanudaron. La pareja real caminó por el salón y los jardines, saludando y conversando cortamente con muchos de los invitados.
La prensa estaba fascinada por los atuendos de los reyes, en especial por el de la pelimorada. Como siempre, Evie había hecho un gran trabajo.
Dieron algunas entrevistas cortas hasta al fin poder sentarse en la mesa donde se encontraban todos sus amigos.
-Por fin los vemos - dijo Audrey luego de saludarlos.
-Queríamos venir antes, pero los reporteros no iban a dejarnos en paz hasta entrevistarnos - se disculpó Ben.
-Lo importante es que ya están aquí con nosotros - dijo Doug.
-Y justo a tiempo, porque ya van a servir la cena - dijo Gil.
El rubio tenía razón, ya que los meseros se acercaban a las mesas para dejar los diferentes platos.
Lo vieron como una oportunidad de hacer una pausa y poder pasar un rato con sus amigos, así que terminaron de sentarse. Hablaron con todos, poniéndose al día de sus vidas. Cada uno tenía algo que contar, así que había sido un momento agradable entre palabras y risas.
En ese momento, los reyes se encontraban caminando por los jardines, pasando un rato a solas.
-Aún no puedo creer que esta es la octava navidad que pasamos juntos - dijo Ben.
Mal sonrió y apretó sus manos entrelazadas.
-Lo sé, el tiempo ha pasado tan rápido. Pero en definitiva, estas navidades junto a ti, nuestra familia y nuestros amigos han sido mejores de las que alguna vez pasé en la Isla.
Ben besó su cabeza, un poco más arriba de su corona.
Se sentaron en un columpio lleno de flores cercano a una fuente. Ella apoyó su cabeza en el hombro de él, recostando parte de su cuerpo sobre su pecho. Él la rodeó con sus brazos.
Disfrutaron de la tranquilidad que les brindaba el sonido del agua y que casi no se oía nada de la fiesta aparte de la música. Miraban al cielo, balanceándose con el aire en el columpio mientras que observaban la luna y las estrellas. Sus rostros siendo iluminados sólo por eso y algunas de las luces que colgaban de los árboles.
Aunque el hijo de Bella y Adam estaba más que embelezado al ver la sonrisa de la mujer en sus brazos.
-Todo esto es tan hermoso - dijo ella.
-Al igual que tú.
Mal sintió como sus mejillas comenzaban a arder un poco por el sonrojo. Tantos años juntos y aún la hacía sentir como una adolescente enamorada.
Siguieron así por unos minutos hasta que Ben sintió como ella comenzaba a temblar debido al clima frío a su alrededor.
-Debí hacerte caso y buscar mi abrigo antes de salir - se quejó, abrazándose a sí misma.
Ben se separó un poco, colocándole su chaqueta sobre los hombros. Ella sonrió por el gesto. Poco a poco dejó de temblar al sentir el calor que le brindaba la prenda.
-¿No tienes frío? - le preguntó ella.
-No tanto, y estoy más cómodo sabiendo que tú estás abrigada - respondió.
Mal lo tomó de las mejillas.
-Eres el mejor.
-Y tú eres la mejor - dijo él.
Ambos soltaron una risa suave.
-¿Qué tal si caminamos? Probablemente en pocos minutos empiecen a buscarnos, así que sería bueno aprovechar el tiempo que nos queda - le sugirió.
-Me agrada la idea.
Volvieron a unir sus manos y se levantaron del columpio. Después de algunos pasos, Ben la guió hasta un quiosco repleto de luces y flores. Una melodía suava llegó desde el salón.
-¿M'accordez vous cette danse, ma reine? -le preguntó, haciendo una reverencia.
(¿Me concedería este baile, mi reina?)
Mal sonrió al oír como le hablaba en el idioma natal de sus padres.
-Bien sûr, mon roi- contestó imitando su acción, levantando el vestido del suelo.
(Por supuesto, mi rey)
Los dos se rieron.
Juntaron dos de sus manos y las levantaron a la altura de sus hombros. Mal enredó uno de sus brazos alrededor de su cuello, reposando su mano sobre la espalda de él. Ben deslizó su brazo alrededor de su cintura. Sus cuerpos quedaron a una corta distancia, la suficiente para poder bailar.
Dieron pasos y vueltas por algunos minutos, mirándose a los ojos. Sintiendo como si fueran los únicos en ese lugar. El brillo en los ojos de ambos era algo indescriptible.
Sonrieron cuando la canción paró y oyeron los aplausos de los invitados en el salón.
Mal dejó escapar una carcajada al ver algo sobre la cabeza de Ben.
-Pareciera que el destino nos quiere decir algo, amor.
El castaño levantó la mirada y también se rió. Un ramo de muérdago se encontraba sobre él.
-Bueno, ¿quiénes somos para contradecir los mensajes del destino? - le preguntó, alzando las cejas con coquetería.
Ella volvió a reírse.
-Tienes toda la razón.
Acercaron sus rostros y cerraron los ojos. Se quedaron así varios segundos, moviendo sus labios en perfecta sincronía. Rozaron sus narices y sonrieron al separarse.
Definitivamente, esa navidad sería difícil de olvidar.
(...)
Las horas ya habían pasado, y con ello el baile había culminado hacía varias horas. El Castillo había vuelto a la normalidad, dejando solamente las decoraciones navideñas que estaban desde finales del mes anterior.
La familia real había salido hacia un par de horas, con rumbo al Orfanato de la Ciudad de Auradon.
Estaban todos sus integrantes, los reyes, Bella y Adam, Hadie y Hades. Además de que Chip, la Señora Potts, Lumière y Ding-Dong habían decidido acompañarlos.
Ben y Mal habían ido a una gran juguetería algunos días antes con la intención de que al llegar ese día se guardaran los regalos que ellos escogieron personalmente para que los niños reciban en la mañana de Navidad.
Era algo que habían estado haciendo desde el año en que se comprometieron, sin ningún año de falta.
El día estaba realmente frío, había nevado durante la madrugada y el jardín del lugar estaba repleto de nieve.
Para suerte de Mal, Evie le había diseñado un atuendo lo suficientemente abrigado y no pesado para ese día.
Ella y Bella le habían leído algunas historias a los niños, Hades y Hadie habían ayudado a organizar algunos de los juguetes donados, y Ben y Adam a terminar de decorar junto a los niños.
Ahora se encontraban en el jardín, jugando con los niños. Haciendo guerras, muñecos y ángeles de nieve.
Mal se había quedado apartada un momento, mirando a Ben. Él estaba corriendo con varios niños y niñas, lanzando bolas de nieve y riéndose.
Se rió al ver como tres niños los derribaron y comenzaron a hacerle cosquillas.
-Es genial con los niños, ¿verdad? - preguntó alguien junto a ella.
La reina miró a su lado, encontrándose con su suegra. Sonrió y entrelazó su brazo con el que Bella le había extendido.
-Los adora - respondió, aún sonriendo al admirar a Ben.
Bella sonrió al ver lo enamorada que se veía Mal. Le alegraba ver todos los días el amor entre ella y su hijo. Sabía que no podía pedir a alguien mejor para él.
-¿No crees que es momento de que tengan niños propios?
La pregunta tomó por sorpresa a Mal.
-O vamos, sé que soy su madre, pero sé que el como crearlos nunca ha sido pasado por alto por ustedes - dijo en tono burlón.
Los pómulos de Mal se tornaron completamente rojos.
-¡Bella! - exclamó la pelimorada, realmente avergonzada.
La madre de Ben simplemente rió.
-Hablo en serio. Sé que ambos lo han hablado en varias ocasiones, que lo quieren. Y estoy segura de que los dos serían grandiosos padres.
-¿En serio lo crees? - preguntó, mirando su mano con los anillos.
-No lo creo, lo sé - la reconfortó.
La princesa del Inframundo sonrió.
-Escucha, sé que no es fácil manejar con la presión de que todos quieran que ustedes tengan hijos solo porque el reino tenga un heredero al trono. Adam y yo pasamos por eso. Pero también sé que ustedes sueñan con formar una familia. Y si en serio lo quieren, entonces hagan lo posible porque suceda.
-Gracias por tu apoyo, Bella - le agradeció su nuera.
La mujer castaña sonrió.
-Además, sé que a tu padre y a Adam les encantaría un nieto, a Hadie y a los chicos un sobrino y a mí me encantaría tener nietos para cosentirlos a más no poder.
Las dos rieron.
Se acercaron a los demás y siguieron jugando con los niños.
(...)
La noche ya había llegado. Todo el grupo de amigos ya se encontraba en el Castillo Beast. Los regalos ya se encontraban debajo del árbol y la cena sería en algunos minutos.
Ben y Mal se encontraban en su habitación, terminando de arreglarse para la cena. La pelimorada se encontraba mirando su reflejo, ajena de lo que sucedía a su alrededor.
Volvió a la realidad al sentir los brazos de Ben abrazándola por atrás. Él apoyó el mentón sobre su hombro.
-Hey, ¿todo en órden? Te noto algo distraída desde hace unas horas.
Mal puso sus manos sobre las de él.
-Todo está bien. Es solo que tengo algunas cosas en la cabeza. Pero no te preocupes, lo hablaremos después. ¿Sí?
Él asintió. Estaba preocupado por ella, pero lo que menos quería era abrumarla con preguntas, le daría su espacio. Sabía que se lo diría cuando estuviera lista.
-Luces realmente hermosa - dijo cerca de su oído.
Mal sonrió.
-Pues tú también te ves muy guapo - le devolvió el halago.
Él le devolvió la sonrisa.
Se dio la vuelta para abrazarlo mejor. Dejó su cara en el hueco entre su cuello y su hombro, oliendo su aroma. Se sentía tan en paz con él, sin tener que preocuparse por nada.
-La vista que tengo de la chimenea me recordó a lo que sucedió hace unas cuantas noches - le susurró.
Mal soltó una carcajada.
-Era un momento que nos merecíamos - dijo ella.
-Ya lo creo - le siguió el juego él.
Ambos rieron y siguieron abrazados.
Hacía unas noches que los dos habían llegado verdaderamente agotados de una de las tantas fiestas de esos días. Decidieron quedarse junto a la chimenea para hablar y descansar. Hasta que su suave conversación terminó volviéndose un apasionado momento que ambos habían necesitado desde hacía muchos días.
Ben fue el primero en separarse del abrazo.
-Hay que bajar, seguramente algunos ya están allí.
-Okay.
Y como Ben había dicho, varios de sus amigos ya se encontraban en el comedor. Luego de algunos minutos, todos estaban ahí. El Core Four y sus parejas, el grupo de piratas, Chad, Audrey, Dizzy y Celia. Además de los padres de Ben, Hades y Hadie. Y obviamente, Chico y Cerbero se encontraban a un lado de la mesa.
Cada uno había dicho algunas palabras antes de la cena, los últimos en hablar fueron Ben y Mal.
-De verdad nos alegra que todos hayan decidido pasar esta fecha con nosotros. Sabemos que también pudieron haber estado con sus familias, pero agradecemos que estén aquí - dijo ella.
-Son personas realmente especiales para ambos. Y esperamos que podamos seguir reuniéndonos en estas fechas por muchos años más - siguió Ben, levantó su copa- Por más navidades juntos.
Todos levantaron sus copas.
-Por más navidades juntos- repitieron los demás.
Al terminar la cena, habían decidido hacer varias actividades. Cantaron, bailaron, y vieron una película. Hasta se desearon una feliz navidad al dar las doce.
Mal estaba sentada junto a Ben y a Evie, cargando a su sobrina e ahijada. La pequeña bebé de ojos castaños verdosos se había quedado dormida en sus brazos y no quería soltarla.
-Te ves muy linda con un bebé en tus brazos - le dijo Ben en voz baja, no queriendo interrumpir lo que veía el resto.
Mal sonrió, besando la frente de la hija de Evie y Doug.
-Espero que el próximo que esté así sea uno nuestro.
Ben sonrió con ilusión al oírla decir eso.
Un par de minutos después, Mal le devolvió la niña a su madre y Ben y ella subieron a dormir. Ya era algo tarde y querían estar despiertos para el intercambio de regalos en la mañana.
Ella ya se encontraba más dormida que despierta cuando Ben se recostó a su lado. Mal apoyó su cabeza en el pecho de su esposo y lo abrazó con fuerza.
-Te amo - musitó con voz adormilada.
Ben sonrió y besó su coronilla.
-Y yo a ti.
La rodeó con sus brazos, se aseguró de que ambos estuvieran bien cubiertos con la sabana y la cobija, y cayó rendido por el sueño.
(...)
El cielo ya había sido iluminado por el sol, lo que significa que ya era de día. La nieve había caído por la noche, dejando las ventanas y suelo cubiertos por ella.
Todos se encontraban sentados alrededor del árbol, en el suelo y en los sillones. Habían preparado tazas de chocolate caliente con malvaviscos y platos con diferentes tipos de galletas navideñas. Con sus pijamas abrigadas puestas.
Ya tenían un rato abriendo regalos. Cada uno era especial a su manera.
Mal estaba algo nerviosa, ya que casi era la hora de que Ben abriera los suyos.
-Este es para ti, Dani. De parte de tus padrinos - le dijo Ben.
La bebé se emocionó al ver la caja frente a ella. Doug e Evie se rieron. Le aflojaron el lazo y dejaron que su hija lo abriera por su cuenta. Colocaron la caja junto a los demás regalos que le habían dado sus amigos. Al ser la única bebé en el grupo, la tenían realmente consentida entre sus tíos postizos.
Danielle abrazó con fuerza el peluche de unicornio que le habían regalado Ben y Mal. Traía un antifaz y una manta para dormir.
-¿Te gustó tu regalo, pequeña? - le preguntó Mal.
La niña se rió, dejando clara su respuesta. Trató de colocarle su chupón al peluche, haciendo que sus padres rieran. Les entregó su peluche y se levantó, dando algunos pasos hacia Chico y Cerbero para jugar con ellos.
-Nos ha dado varios sustos desde que empezó a caminar. Se esconde debajo de las mesas y de nuestra cama - dijo Evie.
Su mejor amiga rió.
Jay y Carlos comenzaron a perseguir a la bebé en el momento en les quitó una galleta a cada uno, provocando que todos rieran.
-Aún quedan cuatro regalos debajo del árbol - anunció Adam- Son de ustedes dos, chicos - dijo, dirigiéndose a su hijo y a su nuera.
Ambos agradecieron cuando les acercaron los regalos.
-¿Quieres empezar tú? - le preguntó Ben.
-Tú primero - respondió ella, algo nerviosa.
-Bien.
Le pasó primero la bolsa. Estaba decorada con una tarjeta y un moño. La tarjeta tenía algo escrito en tinta negra.
"Amor,
Sé cuánto te gusta pintar y dibujar. Y ya que te has tomado el tiempo de enseñarme para que al menos pueda entender lo básico, decidí demostrarte que tus clases si han dado frutos.
-Ben."
La ojiverde sonrió. Abrió con cuidado la bolsa y sacó un lienzo. En él estaba pintado una escena que le dio mucha ternura. Eran ella y Ben en lo que parecía ser el Lago Encantado, admirando las estrellas.
-Cielo, esto es maravilloso. Gracias - dijo abrazándolo.
Ben sonrió y correspondió el gesto. Secó la lágrima que había en la mejilla de ella cuando se separaron.
-Y este es el otro regalo.
Le pasó la caja con cuidado. Mal la colocó sobre sus piernas. Se sorprendió al sentir como la caja se movía y la tapa se levantaba un poco. Terminó de abrirla y se le escapó un grito de la emoción. Un Golden Retriever cachorro se encontraba adentro de la caja. Apoyó sus patas en el borde de la caja y lamió la mejilla de Mal, haciéndola reír.
Ben sabía que Mal quería una mascota propia además de Cerbero, así que con la ayuda de Carlos había buscado en algunos refugios y consiguió a esa pequeña perrita. La habían llevado al castillo en la mañana y la escondieron debajo del árbol en una caja con varios orificios discretos para que pudiera respirar pero no descubrieron que estaba ahí.
-Eres demasiado adorable- dijo, haciendo que el cachorro ladrara.
-Me alegra que te guste, porque esta pequeña de cuatro meses será la nueva integrante de la familia.
-¿De verdad? - preguntó emocionada.
Ben asintió.
-Gracias, gracias, gracias - agradeció, volviéndose a lanzar a sus brazos.
Su esposo rió y besó su frente.
-¿Cómo la vas a llamar? - le preguntó Hadie.
Mal lo pensó unos segundos.
-Me gusta el nombre Chloe.
-Entonces ese será su nombre - acordó Ben.
La pelimorada sonrió. Dejó que la cachorra se bajara de sus piernas y conociera al resto de la familia. Ya que se veía muy emocionada al ver a todos los demás y a los otros dos perros.
Le entregó a Ben la caja más pequeña. Él la abrió con cuidado y sonrió al ver lo que había adentro.
-Son para los dos. Tú puedes usarlo como llavero y yo como brazalete - aclaró ella.
-Gracias, princesa-dijo y dejó un beso corto en sus labios.
Eran dos candados dorados en forma de corazón y unas llaves que en la punta tenían forma de coronas. Las coronas eran como mini réplicas de las que ellos usan, con pequeños cristales verdes, morados y azules.
El llavero de Ben tenía la llave con la corona de Mal, y el dije de ella tenía la llave con la corona de Ben.
En la parte de atrás de los corazones estaban grabadas sus iniciales y la fecha de su aniversario.
Ben guardó el llavero en su bolsillo y colocó el brazalete en la muñeca de Mal, besando sus nudillos al terminar de acomodarla.
Mal sintió como su corazón se aceleraba. Era el momento de entregarle a Ben su regalo. Había estado esperando varias semanas para ello.
-Este es el más importante de los dos - le dijo.
Ben la miró a los ojos, y notó lo nerviosa y ansiosa que estaba, así que no quiso hacerla esperar más.
Tomó la tarjeta en sus manos y la leyó.
"Príncipe,
Este puede que sea el regalo más importante, o uno de los más importantes, que podré darte en nuestra vida.
Es algo que ambos habíamos estado esperando desde hace mucho, y que por fin se va a hacer realidad.
En serio espero que te guste.
-Mal. "
Empezó a ilusionarse al comenzar a sospechar que podría ser. Desenredó el lazo con cuidado y quitó la tapa. Lo primero que encontró fue una caja de terciopelo, la cual tenía una pulsera igual a la de Mal. Solo que esta era más pequeña y tenía las dos llaves y un solo candado. Además de que la fecha grabada estaba incompleta.
Mal pasó su brazo alrededor de su cintura, apoyando su mejilla en su hombro. Chloe se sentó junto a ella, queriendo que su nueva dueña la acariciara.
El castaño dejó el brazalete a un lado y quitó la tapa de la segunda caja. Se quedó pasmado al ver lo que había adentro. Eran un chupón con una corona dorada, dos peluches - uno de un dragón y otro de una bestia-, un biberón, una manta, unos zapatitos y un sobre. Y lo que hizo que terminara de emocionarse, cinco pruebas de embarazo de diferentes tipos, todas positivas.
-¿Es en serio?- preguntó con un hilo de voz, esperando que no fuera una broma o no estuviera soñando.
Mal asintió sin dejar de sonreír, con lágrimas recorriendo sus mejillas.
-¡Sí! - exclamó él.
Abrazó a Mal y ambos cayeron de espaldas sobre la alfombra debajo de ellos, sin dejar de reír y sonreír. Unieron sus labios.
Chloe ladeó la cabeza, extrañada por lo que estaba pasando. Pero igual se quedó recostada junto a ellos.
Los demás se voltearon a verlos al oírlos, sin entender lo que sucedía. Evie se acercó y vio lo que había en la caja. Gritó de la emoción al entender porqué sus mejores amigos estaban actuando así. Todos comenzaron a hacer ruido al darse cuenta de lo que sucedía. Los felicitarían en algunos minutos, sabían que la pareja necesitaba hablar.
Dejaron de besarse y se quedaron abrazados.
-No sabes cuanto deseaba con que esto pasara pronto - le susurró Ben.
Él también había comenzado a llorar desde el momento en que había visto todo lo que había en la caja. Mal acarició su mejilla, quitando sus lágrimas.
Ambos se ayudaron a volver a quedar sentados.
-¿Hace cuánto lo sabes? - le preguntó, colocando sus manos en el estómago, ligeramente abultado, de su esposa.
Mal sonrió al notar el gesto que acababa de hacer.
-Desde principios de mes - respondió- No sabes cuánto me costó ocutartelo por tantos días. Al principio me aguanté porque debía asegurarme de que fuera cierto con los exámenes médicos. Con eso pasaron unos cinco días, y cuando obtuve los resultados estaba encontrando el momento perfecto para decírtelo. Creí que este sería el mejor día.
Ben besó su mejilla.
-Creeme, no pudiste escoger una mejor fecha - le dijo.
Ambos sonrieron.
Mal le acercó el sobre dentro de la caja, el cual no había abierto aún. Ben lo tomó y sacó las imágenes de las ecografías.
-Decidieron hacerme el ultrasonido el día que me dieron los resultados. Me hubiera encantado que estuvieras ahí conmigo, pero quería que fuera parte de la sorpresa.
Los dos miraban con adoración la imagen de su pequeño retoño.
-¿Cuándo es el próximo? Quiero ir contigo a absolutamente todos los chequeos. Este pequeño o pequeña merece que su padre esté al tanto de su salud - dijo, dando algunos besos en la barriga de Mal.
Ella sonrió y acarició su cabello.
-Pasado mañana. Lo programé para ese día porque sabía que estarías emocionado por acompañarme.
Ben siguió viendo la imagen, leyó lo que decía en una de las esquinas y sonrió aún más al darse cuenta de algo.
-¿Así que tienes nueve semanas de embarazo? - le preguntó.
Ella asintió sonriendo.
El matrimonio rió al ver cómo la nueva integrante de la familia le lamiá la cara al rey.
-Será lindo que nuestro bebé crezca con ella - le dijo Mal.
-Es cierto.
Pasaron unos minutos más admirando la imagen hasta que decidieron que era momento de hablar con los demás. Se dieron cuenta de que todos habían oído parte de lo que hablaban y que habían visto el contenido del regalo de Ben, así que sonrieron al ver como su familia se acercaba a felicitarlos.
El resto del día fue realmente agradable. Todos estaban emocionados por la futura llegada del siguiente integrante de la familia. Además era Navidad y había mucha nieve con la cual jugar en los jardines por horas.
Ya era de noche. Ben y Mal habían subido a su habitación y conversaban sobre ideas que se les ocurrían para anunciarle al reino sobre el futuro heredero. Y hasta se imaginaron cosas que podrían hacer con él en el futuro.
La pequeña perrita se encontraba dormida junto a su cama, en medio de varios regalos y adornos.
Mal sonrió de ternura al verla.
-Creo que esta ha sido la mejor navidad de todas.
-Definitivamente lo fue.
Los dos estaban sobre su cama, cubiertos con las sábanas y cobijas. Abrazados el uno al otro y mirando como las llamas de fuego se movían dentro de la chimenea.
-Este pequeño ser y tú son lo mejor que pudo haberme pasado en la vida - le dijo Ben, con su cabeza apoyada sobre su pecho y acariciando su estómago con mucho cariño.
-Y ustedes son lo mejor que pudo pasarme a mí.
Ben levantó la cabeza y la besó.
Tal vez tendrían muchas Navidades y festividades por delante. Pero jamás olvidarían esta. La Navidad en que su familia se agrandó y cumplieron su sueño de volverse padres.
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Sé que aplacé este capítulo varias veces, pero quería que quedara lo más perfecto posible.
Todas estas ideas vinieron a mí viendo tantas películas navideñas en televisión y en Netflix 😂❤️
Espero que les haya gustado.
Se supone que mi próxima actualización serán las dos partes del Yo nunca, nunca. Lo demás lo definiré según mi inspiración.
Espero que hayan pasado una buena Navidad junto a sus seres queridos. Y pasen un buen año nuevo✨🎄❤️
Ya que no tengo ningún capítulo de Liar listo, este va a ser mi regalo por el primer aniversario del libro 💜💙
¡Nos leemos pronto!
~Con amor, su escritora💕.
Publicado el 28/12/2020.
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