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Favorite Crime

Créditos en la imagen.



El silenció lo abrazo por un momento en aquel rincón de su laboratorio. En esos momentos de la madrugada, cuando sus hijos dormían, la soledad era su mejor acompañante mientras él se perdía en el mar de recuerdos que su mente creaba. A veces él era su propio enemigo, reabriendo viejas heridas que parecían haber sanado por completo pero, que quizás jamás lo habían hecho ni lo harían.

Lanzó la mirada a su costado derecho, justo en el mueble donde descansaban un par de fotografías de la vida que siempre había soñado desde que lo conoció a él y, que por desgracia no había podido ser.

Steve Rogers era el hombre de su vida. Tal vez no lo supo cuando lo conoció pero sí lo hizo a través de los años de convivencia a su lado. Lo había amado como a nadie, lo había puesto en un pedestal tan alto que ni siquiera él se pudo permitir alcanzar al final de todo.

Flashback

—¡Eres testarudo Anthony! ¡Eres un maldito egoísta que solo trabajas para ti y nunca piensas en los demás!—apenas el capitán se había asegurado de que Tony se estabilizará de las heridas que había recibido al no tomar sus órdenes, comenzó a gritar.

—¡Ellos necesitaban mi ayuda, carajo! ¡Miles de personas iban a morir si no intervenía Steven!—exclamo dejando escapar un par de gemidos lastimeros porque sus heridas eran algo dolorosas.

El rubio se acercó hacia él, tomo su mano y con la otra libre, acaricio el rostro mallugado del menor.

—No sé qué hubiera hecho si tú...—calló.

Ni siquiera se podía permitir pensar el día que Tony no estuviera a su lado, no podía imaginarlo.

Juntos sus frentes y suspiró con algo de tranquilidad al sentir la cercanía del genio, cerró sus ojos para centrarse en el momento tan íntimo que Tony y él siempre solían compartir cuando nadie los veía.

El hombre de hierro también lo disfruto, por supuesto que lo hizo. Steve se había vuelto un pilar importante en su vida. De alguna forma lo consideraba su soporte para seguir existiendo. Él le daba la felicidad que creyó nunca iba a encontrar.

Pero, no era fácil, nunca nada lo era en su vida. El hecho de que aún no compartieran su relación con el equipo había sido un mal augurio que nunca aceptó.

Fin del Flashback

A decir verdad, él era el único culpable de que Steve lo tratase de esa forma. De sentir que no era lo demasiado importante como para aceptar lo que eran. Él había sido su cómplice de forma voluntario con tal de tenerlo cerca y sentir por al menos una vez, el amor que creía merecer. No quería que se destruyera lo poco que había construido.

No quería que él único lugar donde se sentía a salvo y seguro desapareciera.

Jamás le importo lo que dijeran de él, nunca tomo en cuenta las opiniones de los medios. Pero sabía que a Steve sí. Por eso se escondió, lo hizo con sus sentimientos, con su verdadera identidad. Todas esas cosas que había hecho solo habían sido por él. Incluso si eso le costaba su propia felicidad. A esas alturas, ya no sabía diferenciar que era felicidad y capricho. Todo lo hacía solo por poder llamarlo suyo en completo anonimato, en la oscuridad que ambos compartían demostrando su amor como si fuera un crimen.

Flashback

Stark tomo su copa intentando sonreír ante las anécdotas de Thor sobre él en Asgard pero su mirada se concentraba en Steve a lo lejos, quien conversaba con cierta seriedad con Sam, un amigo que había conocido durante aquella misión en Washington, donde había descubierto algunos miembros de HYDRA en SHIELD.

No quería ser entrometido pero, ciertamente lo interesados que se miraban en el tema, le causo intriga.

—Pero en fin—la voz de Thor lo trajo de vuelta a su posición y sonrió por compromiso—, Loki y yo hemos aceptado nuestro amor abiertamente y dejamos claro a padre que nadie nos podría separar—abrazó al pelinegro por la cintura fuertemente mientras una amplia y sincera sonrisa se plasmaba en su rostro.

—No seas bruto Thor—se quejó con algo de fastidio el pelinegro— pero es cierto, declaramos nuestro amor abiertamente.

Y Tony se odio por desear tanto la felicidad de sus amigos. Quería que Steve fuera tan valiente como solía proclamar y que aceptara esa noche frente a todos lo mucho que decía amarlo cuando estaban a puertas cerradas.

Fin del flashback

Pero ese amor que solía tener Steve por él jamás existió. Debió saberlo desde el primer momento pero encontró más fácil engañarse a sí mismo.

Supo que Steve no lo amaba cuando lo vio alejarse con facilidad a lado de aquel hombre de cabello largo del lugar donde había escrito la más horrible y dolorosa historia de su fin entre ellos.

Aunque, más le dolió ver esa inocencia reflejada en los ojos azules mientras enterraba con cada golpe no solo a su débil y frágil cuerpo, sino también como aquello había terminado rompiendo su corazón. Llenando sus cuatro manos de sangre, dejando ir todo ese día con su partida.

Lo más doloroso había sido enterarse de la verdad.

Sólo había sido usado como una sucia coartada de Steve para su protección.

Flashback

Si bien era cierto que durante su pelea con Steve todo había terminado, había dejado una esperanza abierta por si él volvía. Aunque decía odiarlo, una parte traicionera de él siempre iba a estar esperando por el capitán.

Se sentó en su escritorio tratando de tomar el valor suficiente para abrir las carpetas que él había solicitado después de enterarse de la noticia de su embarazo. Necesitaba saber toda la verdad porque la intriga lo estaba matando. Quería conocer al verdadero Capitán América y los secretos que había estado escondiendo todos esos años que estuvo junto a él. Quería saber cada detalle y todo lo que había hecho a sus espaldas. Conocer las misiones a las cuales solía ir por orden de SHIELD pero que en realidad solo eran comandadas por él para buscar a su sucio secreto.

Steve siempre tratando de esconderse para no perder su honor era repugnante a esas alturas.

Leyó cada reporte, cada búsqueda que Steve había hecho del asesino de sus padres. James Barnes. Había elegido a su mejor amigo, por encima de su maldito esposo. ¿Pero que iba esperar de alguien como Steve? Esa maldita argolla que portaba en la cadena de su cuello que escondía bajo su camisa no significaba nada.

Siempre lo supo pero no quiso aceptarlo.

Todas las promesas que había hecho de jamás abandonarlo habían sido mentiras. Cada una de ellas había estado sujeta por un sentimiento vacío. Mientras él creía ciegamente en Steve, él traicionaba su confianza buscando al asesino de sus padres para protegerlo.

Lo había defendido de todo su equipo, se había enfrentado a Ross y se hubiera enfrentado al mundo entero por Steve ¿pero que había hecho el grandísimo Capitán por él? Abandonarlo en la fría Siberia y escapar sin mirar los problemas que había causado, como si nada importara.

Fin del flashback

Escucho las sirenas sonar y no evito que una parte de él reaccionara ante ellas. Siempre que escuchaba un sonido similar cerca, no podía evitar preguntarse si Steve seguiría por ahí, pensando en él y queriendo regresar a pesar de que lo consideraban un fugitivo.

¿Sería capaz de arriesgarse solo unos minutos por volver a verlo? Porque si a él le preguntaran, él volvería arriesgar su corazón por Steve. Aquel musculo dañado de su cuerpo que tanto trabajo le había costado sanar, estaría dispuesto a arriesgarlo de nuevo solo por él.

¿Eso era algo malo? Se sentía tan miserable por querer volver a sentir esa seguridad y ese amor que tanto lo había destruido.

Era agridulce el tan solo pensar el daño que se habían causado y que a pesar de ello, deseara volver a tenerlo a su lado. Todos esos años en que estuvieron juntos habían sido más difíciles que fáciles, por el simple hecho de que Rogers jamás quiso aceptar públicamente su relación debió haber sido una señal clara de que debía salir de ahí.

Todo ese tiempo había estado hundido en la desesperación, pero lo acepto y no se dejó salvar porque Steve estaba junto a él. Porque todos esos problemas que habían creado en aquella relación tan tóxica, era solo de ellos, les pertenecía ambos.

No pudo evitar sentir un par de lágrimas resbalar por seguir pensando en él y sentirse tan patético.

Tomo aquel teléfono antiguo, aquel que Steve le había mandado por correo semanas después de su abandono.

Marco sin pensarlo porque ya no podía más con la abstinencia de escuchar su voz y decir todo lo que había querido desde hace años. Tal vez eso lo podría hacer sentir mejor, quizás podría ser una forma de liberar el peso que cargaba en sus hombros.

No tuvo que esperar mucho porque el capitán contesto desde el otro lado de la línea con un tono de voz desesperado y, podría jurar que con rastros de arrepentimiento que no creía para nada.

—¿Tony?—se paralizó, todas las palabras se dispersaron en su mente haciéndole pasar una mala jugada—¿Tony?—repitió con algo de insistencia.

—Eres un maldito bastardo—salió con naturalidad tratando de sostener sus lágrimas—. ¿Te pareció divertido jugar conmigo?—reclamo con molestia— ¿Qué pensabas Steve?

—Tony...—susurró el rubio.

—¿Por qué decías amarme? ¿Por qué hacer todas esas promesas? Tú jamás quisiste aceptar lo que teníamos y yo...—soltó un sollozo, se quebró porque no pudo hacerse el valiente por más tiempo. Lo había hecho tantos años que ya no podía más—. Te odio—soltó pero, extrañamente, una sonrisa se formó en su rostro.

La liberación había llegado con aquellas dos simples palabras. Se sintió un demente por ser feliz con algo tan simple.

—Lo sé—aceptó Steve derrotado—. Lo siento tanto.

—Mira en lo que nos convertimos—dijo Tony las lágrimas se mezclaban con la sonrisa irónica en su rostro—. Todo lo que hice nunca fue suficiente para que te quedaras conmigo, siempre fui como un sucio secreto para ti pero aun así...—pauso en medio de un largo silencio— espero haber sido tu crimen favorito—vio la fotografía de ellos dos que VIERNES había tomado antes de que la Guerra Civil los separara, donde ambos se miraban felices, donde todo parecía perfecto, donde eran el uno para el otro—. Porque tú si fuiste el mío Steve.

El rubio no contesto, solo se escuchó su respiración y Tony aceptó el silencio como una respuesta que había tenido desde años atrás. Una que jamás quiso aceptar pero que siempre fue clara.

No tuvo otra opción que colgar.

Limpio sus lágrimas y recobro su compostura.

—Papi—escucho la vocecita de sus mellizos de cuatro años al principio de las escaleras.

Y volteo dándoles una pequeña sonrisa a los castañitos.

—¿Pesadillas?—pregunto y ambos asintieron con un tierno puchero en sus bocas— Esta bien, papi ya está aquí—los cargo con algo de dificultad y camino rumbo a su habitación.

Si Steve había sido su crimen favorito, Peter y Morgan eras las evidencias más bonitas de aquel acto cometido y la recompensa por el daño causado.

*****

Tenía días pensando en que está canción es muy Stony, no estoy segura de haberla escrito como me la imagine pero me gustó el resultado.

¿Qué pareja y que canción les gustaría ver en el siguiente OS?

Xoxo,
L🥀.

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