Cierta coreana de hermosos ojos enormes caminaba por el verde césped de aquel parque fúnebre ubicado a las afueras de la ciudad. A su lado, pendiente de su teléfono iba una adolescente -un poco más alta que ella- tomada de la mano de la mayor para evitar caerse. Park Jihyo caminaba con una expresión sombría y triste por el pequeño sendero que había allí, viendo como algunas personas visitaban y dejaban flores a sus seres queridos que ya partieron, está no pudo evitar sentirse mal, aún después de tanto tiempo el sentimiento de culpa que cargaba en su corazón aún seguía vivo, recordándole cada día el error más grande que pudo haber hecho.

Un par de minutos después ambas mujeres llegaron hasta una lápida conmemorativa de granito negro con adornos dorados, en ese momento la adolescente que acompañaba a la menor dejó de ver la pantalla de su teléfono para ver el monumento, leyendo la inscripción y viendo la fotografía de la difunta que allí había.

Uchinaga Kim T/n
XX / XX / 1989 - 11 / 03 / 2021
•Amada amiga, hermana, esposa e hija•

-T/n cariño, ven, quiero presentarte a alguien -dijo, la mayor, la adolescente caminó un par de pasos hasta quedar junto a su madre- Hija, te presento a Uchinaga T/n.

La adolescente guardó su teléfono en su chaqueta, concentrándose en la foto.

-¿Es ella? -preguntó está, Jihyo asintió detenidamente- ¿Es por ella que yo también me llamó T/n?

Jihyo nuevamente asintió, abrazando a su hija por la cintura. La mayor dejó escapar un pequeño suspiro a la par que una lágrima bajaba por su mejilla.

-Ella fue una persona muy especial para tu madre Sana y para mí, de hecho... Fue ella quién me presentó a Sana -dijo, la menor se acercó más a la lápida, Jihyo se agachó levemente para dejar en el altar el pequeño ramo de tulipanes que había traído consigo- Lastimosamente murió mucho antes de que pudieras conocerla.

La menor dejó de ver la fotografía para ver a su madre, está relajó su rostro. -¿Por qué murió, mamá?

Jihyo esnifó, la menor un poco preocupada tomó la mano de su madre, apretando y acariciando circularmente con su pulgar.

-Ella murió por mi culpa -respondió con un nudo en su garganta, su vista se tornó borrosa- Si yo no hubiera sido tan idiota como lo fuí aquella noche y la hubiera detenido ella tal vez seguiría aquí...

-Mamá... -dijo la menor mientras limpiaba las lágrimas del rostro de su madre- Por favor...

Jihyo negó con una sonrisa triste.

-Fui tan estúpida... Le dije cosas muy feas, muy seguramente le rompí el corazón en miles de pedazos... -dijo- Y me arrepiento tanto por eso...

La adolescente nuevamente miró a la fotografía en la lápida.

-¿Ella...?

-Era mi esposa -respondió Jihyo, interrumpiendo a su hija- Fue la mejor esposa que pudo haber existido, aparte de tu mamá, claro.

Ambas mujeres rieron. -Lastimosamente no supe valorar todo el amor que ella tenía para mí, fui tan estúpida que busque el amor que ya tenía en otra persona, y T/n, ella... Ella prefirió irse y hacerce a un lado solo para que yo fuera feliz aún si ella sufría por eso.

T/n, estirando su mano tocó la lápida, trazando los bordos de la fotografía con sus dedos.

-Lo noche que murió tuvimos una horrible pelea, yo le dije cosas muy feas, la trate muy mal, e incluso le pedí el divorcio -agregó la mayor- Y cuando ella se marchó yo no hice nada para detenerla. Pude haber evitado aquella catástrofe, pero mi orgullo fue más grande.

-¿Y te sientes culpable por eso, no? -preguntó, Jihyo asintió- Mamá Sana me dice siempre que las cosas tienen que suceder por algo, y que cada error que cometemos es para hacernos más fuertes cuando nos arrepentimos.

-Y mamá Sana te enseñó bien -dijo Jihyo- Pero no creo que el arrepentimiento me sirva de algo, indirectamente yo fui su asesina, no merezco tal perdón.

Luego, un pequeño silencio se formó entre ellas, solo se escuchaba el cantar de las aves y las pequeñas ventiscas.

-¿Y por qué me llamaste cómo ella, mamá? -preguntó la menor- ¿Mamá Sana estuvo de acuerdo con eso?

-Aunque suene loco, si, Sana estuvo completamente de acuerdo -contestó Jihyo- Te llamé T/n por qué está vez quiero hacer las cosas bien, quiero redimirme un poco, ¿Que mejor manera que llamarte cómo ella?

T/n achinó sus ojos al reír. Jihyo acarició el cabello azabache de la menor.

-Creo que hiciste bien -dijo la menor- Según dice ahí hoy es su aniversario de muerte, ¿Cierto?

-Correcto, y de hecho pensaba venir sola, pero creí que traerte aquí fue la mejor opción.

-¿Que tratas de lograr con esto? ¿Darme una lección o algo así?

Jihyo asintió varías veces.

-Quiero que aprendas a valorar a las personas que te amen T/n, por qué tarde o temprano ellas pueden faltar, y no te puedes quedar con arrepentimientos solo por qué tú orgullo te impide pedir perdón -respondió Jihyo tranquila- Cuando regresamos a casa quiero que vayas a mi habitación y abraces a tu madre tan fuerte como puedas y le pidas perdón por lo que le dijiste, ¿O acaso quieres que ella muera así como tú le dijiste?

T/n negó rápidamente ante la terrible idea de perder a su madre. Jihyo sonrió y se puso de pie.

-No cometas los mismos errores que yo, T/n, tampoco dejes que el orgullo maneje tus emociones.

-Lo haré mamá, gracias -dijo la menor, luego se giró a la lápida- Y espero que tú también puedas perdonar a mi mamá, T/n-unnie, no me gusta verla triste...

La mayor sonrió enternecida, está miró a su hija. -Ya es hora de irnos.

La menor asintió, luego de despedirse de la lápida de la T/n mayor salió corriendo en dirección al auto, ansiosa por llegar a casa. Jihyo le dió una última mirada a la fotografía de la azabache, recordando a la perfección en el momento que fue tomada.

El día de su boda.

-Yo también espero que me puedas perdonar T/n, lamento haber sido tan idiota... -dijo- Hasta pronto, T/n-ah, te amo.

Un par de segundos después, y como si fuera parte de su imaginación Jihyo vio a su fallecida ex-esposa a un lado de la lápida usando un hermoso vestido blanco, sonriendo levemente mientras hablaba con su dulce voz.

-Y yo también te amo, Jihyo.