𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏: 𝐀𝐜𝐜𝐢𝐝𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐃𝐞 𝐋𝐚𝐛𝐨𝐫𝐚𝐭𝐨𝐫𝐢𝐨
Universo [306]
La ciencia...
Es un conjunto de conocimientos sistemáticos comprobables, los cuales estudian, explican y predicen los fenómenos sociales, artificiales y naturales.
Gracias a esta misma es que la humanidad a logrado desarrollarse al punto en el que se encuentran actualmente.
Han logrado hazañas que en el pasado las personas solo podrían consideras como mera ficción, pero que gracias a los increíbles avances tecnológicos, ahora son posibles.
Diferentes campos se vieron beneficiados gracias a esta misma, desde la Psicología hasta la medicina.
A veces parece que la misma ciencia no tiene limites, haciendo nuevos y fascinantes descubrimientos todos los días. Descubrimientos que muchos podrían pensar que son sacados de alguna historia de ciencia ficción, pero que se trata puramente de la realidad.
Pero, así como esta misma puede y es usada para el beneficio de la humanidad, también hay personas egoístas, crueles, ambiciosas y malvadas, las cuales no dudaran ni un solo segundo en usar aquellos magníficos descubrimientos para su propio benefició, no importa cuantas reglas o tabúes tengan que romper. Para esas personas, eso vale totalmente la pena, con tal de conseguir sus tan anheladas metas.
Son estas mismas personas que no dudan ni un segundo en convertir aquellos conocimientos, capaces de traer felicidad a miles de millones de personas, en armas terriblemente peligrosas. Aberraciones que los mas locos solo son capaces de ver en sus mas profundos sueños o pesadillas.
Actualmente, en un puesto de Takoyakis, un hombre de cabello negro y ojos azules, este hombre se encontraba arreglándose para iniciar un nuevo día en su negocio.
El peli negro no era nadie mas que el fundador y líder de la antiguamente conocida Casa de la Evolución, el Doctor Genus.
El ex científico se había despertado, frotando sus ojos con sus manos, mientras su visión se ajustaba a la luz.
Este soltó un pequeño bostezo, mientras extendía su mano derecha a una pequeña mesita al costado de su cama, tomando sus lentes y colocándoselos.
Genus se levanto mientras se dirigía al baño, empezando a lavarse la cara con agua fría para quitarse el sueño y despertarse por completo.
Tras cepillarse los dientes e higienizarse, el antiguo líder de la Casa de la Evolución bajo a la planta baja, en donde se encontraba su tienda de Takoyakis.
¿El porque un científico con un brillante intelecto había escogido abrir una tienda de Takoyakis tras perder su motivación? Bueno, es que en uno de sus experimentos había logrado clonar de forma casi infinita los tentáculos de un pulpo.
Cuando el hombre bajo, logro ver como un gorila con ropa estaba limpiando una de las mesas. Sip, eso sin dudas seria una vista muy inusual, para cualquiera que no fuese él.
-Buenos días, Doctor- Hablo el gorila con una vos algo gruesa, volteando a ver a su creador y jefe.
-Buenos días, Gorila Blindado- Correspondió el saludo, Genus.
Gorila Blindado, era el nombre del único superviviente de sus experimentos con la evolución y alteración genética. Un Gorila Cyborg con la capacidad de hablar, además de tener un gran armamento y demás dispositivos de alta tecnología en su cuerpo.
Tras saludar al Gorila, Genus fue a la cocina y comenzó a preparar todo para un nuevo día.
Mientras el peli negro se encontraba sacando algunos vasos, este no podía evitar recordar el como su vida había llegado a eso.
Sabia perfectamente que no era el peor destino de todos, pero si era uno bastante... Inusual.
Pasar de ser un científico "Loco", como muchos lo llamarían, obsesionado por acabar con la humanidad para reemplazarla por sus criaturas modificadas, a ser el dueño de un restaurante de Takoyaki.
Aun podía recordar aquel día perfectamente, aquel suceso se había quedado grabado en su memoria a fuego. Estaba totalmente seguro de que por mas años que pasaran, nunca podría olvidar aquella escena.
Aquella escena de Ashura Kabuto, su mas grande y poderosa creación, siendo derrotada por un solo golpe de aquel sujeto.
La cara de ese héroe estaba presente en su rostro. Una persona simple, un traje simple y personalidad simple.
Honestamente, era hasta humillante el hecho de que todos sus sueños se hayan venido abajo por una persona que era la encarnación de todo lo simple y genérico del mundo.
-(Saitama...)- Fue el pensamiento del peli negro de lentes, mientras apoyaba sus manos en una de las mesas de la cocina.
Dejando escapar un pequeño suspiro de resignación, Genus volvió a concentrarse en alistar todo para abrir nuevamente su negocio de comida.
Tras terminar de preparar todo, vio como Gorila Blindado entraba a la cocina. Por razones mas que obvias, el gran simio no podía atender las mesas. Al menos, no sin asustar a las personas al ver a un simio parlante.
Lo cual terminaría por atraer a la Asociación de Héroes y con eso, muchos problemas al ya no contar con sus soldados biológicamente alterados.
No obstante, el Ex Científico salió de sus pensamientos al escuchar la voz gruesa del animal modificado que se encontraba detras suyo.
-Ya esta todo listo para abrir, Doctor- Informo el gorila Cyborg a su jefe.
-Entendido, gracias- Fue la respuesta simple de aquel hombre.
Genus levantó la vista, viendo todo el lugar, aquel restaurante de Takoyakis, el cual había reemplazado al laboratorio oscuro y lleno de clones suyos que antes poseía. Ante aquel pensamiento, una pequeña sonrisa se dibujo en sus labios.
-Je si mi padre me viera así, seguro que le daría un infarto- Comento en voz alta, sin darse cuenta de esto.
Obviamente, lo dicho por el peli negro llamo la atención del Gorila, el cual se había colocado un delantal, estando listo para cocinar. No obstante, este se detuvo, mirando con curiosidad al hombre de lentes por sus palabras.
-¿Eh, dijo algo, Doctor?- Pregunto confundido el Gorila Cyborg.
-¿Eh? Ah, lo siento, solo estaba pensando, creo que hoy me levante algo nostálgico- Diría sin mucha importancia el Ex científico.
-Disculpe pero. Menciono algo de su padre, ¿Puedo saber a que se refiere exactamente?- Había preguntado el animal parlante, su mirada denotando curiosidad.
El Ex científico miro de reojo a su último experimento con vida, antes de encogerse de hombros, no teniendo problemas en contarle.
-Solo estaba pensando en lo mucho que han cambiado las cosas, digo, pase de intentar destruir a la humanidad a tener mi propia tienda de Takoyakis- Diría mientras una sonrisa irónica se marcaba en su rostro- Pero también estuve pensando en algo, o más bien, en alguien-
-Su padre- Hablo el animal.
-Exacto- Dijo Genus. El no hablaba mucho de su familia.
De hecho, Genus no hablaba de casi ningún ser humano que no fuese o una amenaza para sus planes, o sujetos de interés en sus experimentos, mucho menos de su familia.
-Mi padre... El no era una persona común y corriente, el era un científico- Una sonrisa levemente nostálgica apareció en los labios del hombre al recordar al hombre que le había dado vida.
El Gorila no parecio sorprenderse mucho ante esta información, había supuesto que el peli negro había tenido que heredad parte de su gran intelecto de algún lado. Siendo al parecer que lo saco de su padre.
-Pero, no era un científico cualquiera... Era reconocido a nivel mundial, incluso me animo a decir que incluso a mayor nivel que yo en mi mejor época, y no es por nada, ese hombre era un maldito genio-
Esta vez, el Cyborg animal si mostro un rostro de sorpresa ante las palabras de su creador. Este sabia perfectamente el gran ego que Genus poseía, sin contar que, para el, todos los seres humanos eran como meros animales. Así que, escuchar al orgulloso y arrogante Doctor Genus, decir que alguien era un genio, era sencillamente un verdadero milagro.
-Recuerdo que había creado artefactos sorprendentes, también que el se especializaba en la robótica- Hablaba el peli negro mientras se tocaba la barbilla, recordando la gran cantidad de inventos tan asombrosos que su padre antes hacía.
Todo, mientras el Gorila en la habitación escuchaba cada palabra atentamente.
-Se oye como un hombre increíble- Comento asombrado, Gorila Blindado.
-Si, lo fue. Su conocimiento pudo haber sido de gran ayuda para mis experimentos, es una pena- Diría de forma indiferente el hombre.
A pesar de tener una apariencia tan joven, como de unos 25 años aproximadamente. Genus era un anciano de mas de 80 años. Por lo cual, era mas que obvio que su padre ya estaba mas que muerto.
El peli negro recordó la ultima vez que vio a su padre, fue cuando el había partido a una de las mejores universidades del planeta, en su búsqueda por mejorar y alcanzar sus metas de destruir a la humanidad.
Tras aquel día, había cortado toda conexión con su familia, habiéndose obsesionado al cien por ciento en cumplir con sus metas.
Sin más, el peli negro soltó un pequeño suspiro.
-Bueno. Ya fue suficiente nostalgia por un día, lo mejor será concentrarnos en el trabajo- Diría este, viendo como algunas personas empezaban a ingresar al local.
Sin decir nada más, Genus salió de la cocina, yendo a atender a los primeros clientes del día.
Mientras que, por su parte, Gorila Blindado miro por la ventana, como el cielo estaba empezando a nublarse rápidamente.
-Que mal, al parecer va a llover- Se quejo el Cyborg, odiando los días de lluvia, siempre era un fastidio asegurarse de que el agua no entrara en su cuerpo y arruinara sus circuitos.
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Mientras tanto, a las afueras de la Ciudad U, había una gran cantidad de montañas rodeando la parte norte de dicho lugar, junto con un gran bosque.
En una de las tantas montañas que había en el lugar, una pequeña cueva se veía en este mismo, siendo lo suficientemente grande como para que un grupo de personas pudieran entrar o salir sin problemas.
Dentro de aquella pequeña cueva se podía ver una gran puerta metálica, la cual parecía estar hecha de acero puro, además de tener como unos 2 o 3 metros de altura.
Pero lo importante, era lo que estaba detrás de dicha puerta.
Detrás de esta misma, había un gran laboratorio, lleno de tecnología y dispositivos sumamente avanzados.
Dentro de dicho laboratorio se podía ver a una persona, este un anciano de unos 80 años, con su piel ligeramente bronceada, ojos azules, un gran bigote blanco y tupido y pelo largo. También carece de cejas, en su lugar tiene una ceja pronunciada. Su ropa es negra, con secciones naranjas en la parte superior de los brazos y mangas amarillo claro en la parte inferior. Sus pantalones son de color marrón oscuro y sus zapatos son blancos y negros.
Dicho anciano se encontraba enfrente de una gran pantalla, la cual mostraba una gran cantidad de datos e información, junto a algunas imágenes de una figura humanoide.
El anciano se encontraba tecleando varios botones, sin despegar la mirada de dicha pantalla.
Unos pasos se escuchan a las espaldas del hombre, el cual no despego la mirada ni un segundo de la pantalla, ya sabiendo perfectamente de quien se trataba.
Era una persona de piel completamente blanca, dos pendientes colgantes, pantalones naranjas extra grandes, un chaleco de tirantes blanco plátano extra grande, una amplia faja roja y un sombrero puntiagudo naranja. Tiene sobrepeso y unos ojos fríos y puntiagudos de color azul claro.
-Doctor Gero- Hablo con una voz fría y sin vida la persona de piel blanca hacia el anciano.
Efectivamente, aquel hombre no era otro que el Doctor Maki Gero, el padre del Científico Genus, aquel científico tan famoso, el cual se creía muerto desde hace mas de un siglo.
Pero...¿Cómo es que aquel hombre aun seguía vivo?.
-¿Que quieres, Número 19?- Pregunto con seriedad y desinterés el anciano a su subordinado.
El ahora identificado como Número 19, no se inmuto en lo mas mínimo ante el tono de voz de su señor.
-Venia a avisarle que los preparativos para despertar a los Androides 17 y 18 ya están preparados- Informo Número 19 a su líder.
Al escuchar las palabras del sujeto de piel pálida, una sonrisa de satisfacción apareció en el arrugado rostro del científico, el cual dejo lo que estaba haciendo con aquella computadora para voltear a ver a 19.
-Ya veo, esas son excelentes noticias- Hablo mientras ponía sus manos detrás de su espalda y caminaba a paso firme hacia su subordinado- Entonces, no perdamos mas tiempo. Vamos a necesitar toda la ayuda posible para lograr nuestra misión-
Tras aquellas palabras, el científico paso de largo a su asistente, comenzando a caminar a una parte especifica de su laboratorio, mientras era seguido por Número 19.
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El Doctor Maki Gero, una de las mentes mas brillantes en posiblemente toda la historia de la humanidad. Pero, a la vez, era un hombre lleno de ambición, desde el momento en que se dio cuenta de su gran intelecto y el enorme talento que poseía, su único pensamiento fue el usar este gran don para su propio beneficio.
El no tenia un pasado trágico o algo que justifique sus acciones, simplemente era alguien quien se creía superior a todos los demás, dejándose llevar por completo por su ambición y su ego.
¿Cuál era esa ambición? Simple, apoderarse del mundo.
Y para lograrlo, utilizaría sus inventos.
En uno de esos tantos años, decidió tener un hijo, alguien a quien pudiese dejarle su legado cuando el ya no estuviera.
Así fue como conoció a una mujer y tuvo a su hijo Genus. El niño tenia un gran intelecto, algo que lo hizo sentir orgulloso. No obstante, ese orgullo no duro mucho tiempo al ver y descubrir la ambición de este.
Su desprecio por la vida humana y su deseo por reemplazarla por esos monstruos que el creía que eran el siguiente paso en la evolución.
Puras estupideces. Solo un idiota querría gobernar un mundo lleno de seres monstruosos, los cuales se terminarían volviendo en su contra tarde o temprano.
Tras que su hijo se separase de el, aprovecho esto para dedicarse al cien por ciento a su objetivo de dominar el mundo.
Para lograr dicho objetivo, había comenzado con una serie de experimentos muy poco ortodoxos.
Él era un genio sobre todo en el ámbito de la robótica. Así que se dispuso a crear a entidades artificiales que le ayudarían con su plan, en otras palabras, creo a los androides.
Tomo mucho tiempo, demasiado, hasta que se dio cuenta de que había pasado casi 60 años, pero para ese entonces había logrado crear a su guarda espaldas personal, al Androide Número 19. Costo mucho trabajo y fallos en el proceso, pero lo había logrado.
Además, para poder vivir eternamente, se convirtió el mismo en un Androide.
Estaba seguro de que con ese poder lograría su objetivo, no obstante, esos pensamientos murieron al darse cuenta de como estaba la situación en el mundo exterior.
Monstruos por todos lados, además de personas con poderes mucho mas grandes de lo que había imaginado. Si bien, esto ya existía desde mucho tiempo, la cantidad de monstruos se había disparado, sin mencionar de la presencia de los Esper.
Se dio cuenta de que si quería dominar al mundo, necesitaría aun mas poder y ayuda, así que volvió a sumergirse en la oscuridad de su laboratorio, planeando su siguiente creación.
Un día, se le ocurrió una grandiosa idea. Este secuestro a un par de jóvenes y comenzó a experimentar con ellos.
Les implanto unos núcleos especiales en sus cuerpos, los cuales le darían una cantidad casi infinita de energía, impidiéndoles el poder cansarse, además de modificarlos para aumentar sus capacidades físicas de formas monstruosas.
De esta forma, había creado a los Androides Número 17 y 18.
Pero... Con estos nuevos Androides, creados a partir de humanos, habían surgido complicaciones.
Su poder era tan grande que estos se reusaban a seguir sus ordenes, debido a esto, tuvo que desactivarlos para reprogramarlos y corregir este error.
Aprovechando este tiempo, comenzó con el que seria su proyecto mas grande.
Un proyecto el cual tardo 24 años, pero que a día de hoy estaba completo y esperando el momento para despertar.
También había creado otros proyectos aparte de 17 y 18, pero estos resultaron ser algo... Defectuosos.
Pero, estaba totalmente seguro que con sus Androides iba a poder derrotar, tanto a la Asociación de Héroes, como a la de los Monstruos y a todo aquel que se atreva a interponerse en su camino por dominar el mundo.
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El Doctor Gero y el Androide 19 se encontraban enfrente de lo que parecían ser un par de cápsulas, las cuales tenían los números 17 y 18.
El anciano tenia en su mano izquierda un control especial. Dicho control lo había creado para apagar inmediatamente a ambos Androides, en el caso de que estos se revelaran en su contra, ya que aun existían la posibilidad de que el programa de obediencia no surtiera efecto.
-La verdad es que no quería despertar a estos Androides, pero la situación es critica y no tengo elección- Dijo seriamente el científico malvado, haciendo su mejor esfuerzo por esconder sus nervios, aunque sabia perfectamente que sin estos Androides, no podría derrotar a los Héroes Clase S ni a las Amenazas de Nivel Dragon- Espero que esta ves sean obedientes-
Tras decir aquellas palabras, poso su mirada sobre la primera cápsula, la cual tenia el número 17. Este oprimió un botón al costado de esta misma, para después retroceder y ver como esta se abría de forma casi inmediata, ante las atentas mirada de Gero y Número 19.
Una vez que la capsula se abrió por completo, el Androide 17 salió de esta, finalmente despertando tras años de estar dormido.
Número 17 es un adolescente con una complexión corta y delgada. Tiene el pelo negro largo hasta los hombros y ojos azules. Debajo de su pelo tiene dos aros o arcillos dorados. Lleva una pañoleta de color naranja alrededor de su cuello. Lleva una camisa de manga corta negra y por debajo él se pone una camisa blanca de manga larga. Lleva un cinturón para sostener sus pantalones vaqueros azules que tienen una rotura justo encima de la rodilla de la pierna izquierda. Justo debajo de la primera cinta lleva otro cinturón y otro con una funda de pistola, lleva calcetines verdes y zapatillas de deporte azules y blancas.
-Hola... Por fin despertaste, 17- Hablo seriamente el científico, saludando a su creación mientras ocultaba sus nervios.
El mencionado se volteo, mirando seriamente tanto a su creador como a 19. Pero, lo que ninguno noto fue el como este miro de reojo el control que Gero tenia en su mano.
-Muy buenos días, estimado Doctor Gero- Saludo 17, dándole una pequeña sonrisa al anciano.
-Increíble...- Dijo asombrado al ver la actitud tan amable de 17 hacia su persona- Me has dado los buenos días-
-Por supuesto, porque usted es mi creador- Respondió el peli negro, provocándole una gran sonrisa al científico malvado.
-(Je parece que ha mejorado su actitud) Bien, entonces despertare a 18- Diría este mientras presionaba el botón de la capsula del siguiente Androide.
Dicha capsula se abrió de la misma forma que la de 17 y de ella salió el nuevo Androide.
Número 18 es una mujer hermosa, tiene el cabello hasta los hombros de color rubio, ojos azules, piel muy blanca, y pendientes de aro en ambas orejas. Ella mantiene el lado izquierdo de su cabello detrás de la oreja. Su ropa consistía en un chaleco de tela vaquera azul y una falda del mismo material con medias de color azul oscuro, botas marrones, y una camisa negra que tiene mangas a rayas blancas y negras.
Una vez despierta, ella y su hermano mellizo intercambiaron miradas durante un segundo, antes de que ella se volteara hacia su creador, notando el control que este tenia en su mano.
-Buenos días, estimado Doctor Gero- Saludo 18, con una sonrisa.
-¡Increíble! Tu también me has dado los buenos días- Exclamo Gero, estando mas que asombrado y satisfecho con el respeto que ahora le mostraban sus creaciones.
-Por supuesto, debo mostrarle respeto a mi creador- Hablo la Androide femenina.
Gero estaba totalmente satisfecho con el resultado. Sus creaciones ahora eran completamente leales a el.
-Discúlpeme Doctor, pero, ¿Puedo saber la razón por la que nos despertó?- Pregunto 17 con curiosidad.
-Je, es para que ustedes me ayuden a lograr mi objetivo de dominar al mundo, con su poder y el de Número 19, ¡Nadie podrá detener...!-
-Espera un segundo...- Dijo 18, interrumpiendo el monologo malvado del científico- ¿Construyo otro Androide?- Pregunto esta con sorpresa, antes de que su mirada y la de 17 se clavaran en 19, el cual miraba todo estoica.
-Espera Espera Espera... ¿Esa cosa que se parece a un Payaso Gordo es un Androide?- Pregunto incrédulo el peli negro, viendo al Androide de piel pálida- ¿Es una especia de broma?-
-Bueno, esta claro que no lo era- Comento 18, viendo al Androide que, según su hermano, parecía un payaso gordo.
-¡N-Nos estamos desviando del tema!- Exclamo Gero- Nuestra misión es de eliminar a la Asociación de...-
-Wow, baja la velocidad, ¿Eres un Androide?- 17 volvió a interrumpir el discurso de su creador, tomándole mucha mas importancia al hecho de que el anciano ahora sea un androide, notándolo gracias a un escáner que el tenia en sus ojos- ¡Mierda, eres un Androide!¿Como te hiciste eso?-
-Tome mi cerebro y lo puse en este cuerpo- Respondió, ya algo molesto al ver que lo interrumpían a cada momento.
-¿Como...?- Hablo con curiosidad, 18.
-Número 19 se encargo de hacer el proceso- Informo el anciano, mientras el nombrado les sonreía con burla a los hermanos, los cuales fruncieron el seño levemente ante esto- ¡Pero eso no importa!¡Lo importante es que ustedes me ayuden a eliminar a la Asociación de Héroes para que así yo pueda dominar el mundo!-
-Sabes, estoy de acuerdo con eso. Pero primero, tenemos que hablar de estos problemas de confianza entre nosotros. Es que, me da la sensación de que después de que los matemos, nos va a apagar de nuevo- Diría 17 con una sonrisa.
Tanto el Doctor Gero como 19 miraron al peli negro con curiosidad por sus palabras, aunque el anciano tenia un mal presentimiento.
-Aunque... Si debo adivinar- De repente, 17 se movió a una velocidad tan grande, que Gero y 19 lo perdieron de vista por un segundo.
En el momento en que este reapareció, tenia el control remoto de Gero en su mano.
-Este es el control que usa para apagarnos, ¿Verdad?- Pregunto con una sonrisa burlona.
En eso, ante la mirada llena de horror del anciano, el peli negro aplasto con su mano dicho control, destruyéndolo por completo.
-Vaya, ¿Tu mano tiene un mal funcionamiento, hermano?- Pregunto con burla, la Androide 18.
- Creo que si, hermana- Respondio este, mirando a Gero y 19 con una sonrisa malvada.
-¡Canalla!¡¿Qué demonios hacen?!¡Déjense de juegos!- Les grito Gero, no pudiendo esconder esta ves sus nervios y creciente miedo ante sus creaciones.
Por su parte, 19 solo se puso en pose de combate, estando listo para defender a su maestro de cualquier acción de los aparentes traidores.
Gero solo podía apretar los puños con furia y frustración al ver como 17 y 18 lo estaban traicionando, sus miedos se estaban haciendo realidad.
-¡¿Por qué se revelan?!¡Yo fui su creador!¡Ustedes son iguales que todos los demás Androides, un fracaso!¡Hagan lo que quieran, pero verán que yo seré quien los haga pagar!- Les grito el anciano, totalmente histérico y furioso por la traición de sus creaciones.
-¿Y como lo harás? Rompí tu pequeño control- Se burlo 17, no sintiéndose nada intimidado por las palabras del científico loco.
-¡Pues construiré uno nuevo!-
Ya estando hartos de escuchar los gritos de aquel viejo decrepito, ambos androides desaparecieron de la vista de Gero y 19, gracias a su enorme velocidad.
Esto alarmo a Gero, el cual estaba por darle ordenes a 19. No obstante, el sonido de metal siendo destruido llego a sus oídos, haciendo que el miedo invadiese su cuerpo.
Este pudo ver como la Androide 18 destruía con una ráfaga de energía la parte superior del cuerpo de Número 19, haciendo que el resto cayera al suelo con un ruido metálico.
-¡¡MALDITOS!!- Grito furioso el Doctor Gero.
Sin embargo, este no pudo hablar mas, cuando la mamo de Número 17 atravesó su pecho desde atrás, haciendo que este abra los ojos en completo Shock.
-Oh lo siento, ¿Dijo algo, Doctor? Es que no puedo escucharlo bien con ese agujero en su pecho- Se burlo el peli negro, sacando su mano del torso del anciano, dejando ver como algunos circuitos se asomaban por los costados de dicho hueco.
No conforme con esto, de una fuerte patada al cuello termino haciendo que la cabeza de su creador se separe de su cuerpo.
El cuerpo decapitado de Gero cayo al suelo en un ruido sordo, mientras ambos Androides miraban con burla la cabeza, la cual aun seguía viva y mirándolos con odio.
-Son... Unos tontos, algún día... Lo pagarán... Se arrepentirán de esto... Y formarán parte del ser perfecto... Mi mejor proyecto...- Diría Gero en sus últimos momentos de vida, maldiciendo a aquellas creaciones que lo traicionaron.
-Todavía esta hablando ese viejo- Diría con desdén 18, señalando con su dedo la cabeza decapitada de aquel anciano, antes de disparar un pequeño rayo de energía, el cual termino destruyendo lo último que quedaba de Gero y acabando finalmente con su vida.
Tras haber acabado con Gero y 19, ambos mellizos no tenían nada mas que hacer en aquel horrible laboratorio, saliendo de este.
-17, necesito ropa nueva. Porque la que tengo se ve muy pasada de moda- Diría la rubia, viendo la ropa que usaba con cierto desagrado, antes de que ella y su hermano se elevaran en el cielo, por encima de la montaña en donde se encontraba el laboratorio secreto.
Sin decir una sola palabra, ambos Androides dispararon de forma simultánea una esfera de energía hacia la montaña en donde se escondía el laboratorio, haciendo que esta misma explote por completo y destruyendo todo el lugar.
-Bien, ahora... Vamos a divertirnos- Hablo Número 17 con una sonrisa malvada, viendo a la lejanía una ciudad.
Sin más, los Androides se fueron volando hacia Ciudad U, alejándose de las ruinas del laboratorio del Doctor Maki Gero.
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Lo que ambos hermanos no sabían, era el hecho de que, muy por debajo de las ruinas del laboratorio. Se encontraba una especie de sótano, algo como un laboratorio secreto.
En dicho lugar había una especie de super computadora gigante, la cual no había sido afectada por el ataque de 17 y 18 y aun estaba funcionando.
Pero, lo mas resaltable de dicho lugar, era la gran capsura de cristal, llena de un liquido verde en donde se hallaba una silueta humanoide, de la cual se podía ver que poseía una especie de cola, la cual terminaba en una aguja.
Fin del Capítulo.
Espero que les haya gustado gente y por favor dejen su voto para apoyar a esta nueva historia.
Este fanfic es algo nuevo que estoy probando, uno sin un prota específico, aunque por ahora los protagonistas son 17 y 18.
Una mezcla entre mis dos de mis animes favoritos, One Punch Man y Dragon Ball Z.
Aunque voy a dejar unas cosas claras:
1) 17 y 18 son malvados como en los del futuro de Trunks, así que no esperen que sean amables.
2) El Doctor Gero no creo a 16.
3) Al ser propios del mundo de Opm y estar hechos con su tecnología, el poder de los Androides no es tanto como el de los originales, mas adelante indagare sobre sus niveles de poder.
Bien, con eso dicho.
1-10. ¿Qué les parecio?
¿Que les gustó?
¿Que no les gustó?
Sin mas que decir, me despido, nos vemos.
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