~Veintiocho'💙
✞
Edward.
Edward era el hermano favorito de James, ellos siempre estaban juntos en todo momento e incluso nunca habían peleado demasiado fuerte, como para dejarse de hablar más de un par de horas, ellos eran simplemente inseparables.
Su cercanía y afecto había creado un vínculo muy especial entre ellos dos, un lazo inquebrantable que no tenían con ninguna de sus otras hermanas, ni siquiera con Olivia.
Lo que explicaba que algunas veces, uno pudiera sentir lo que sentía el otro en momentos de estrés, miedo o pánico.
Por lo que ese día del paseo en la feria con el tío Niall, los dos pequeños sentían que algo extraño estaba pasando, era una tensión entre ambos que James quiso ignorar no pensando mucho, rogando que Edward lo acompañará, hasta que su hermano cedió por su padre.
El día en la feria no fue tan malo como ellos hubieran imaginado, pero Edward aún se sentía tenso, estando alerta de todo, como un pequeño gatito esperando atacar a cualquier provocación, mientras que James estaba más tímido que de costumbre y ambos habían tratado de pasarla lo mejor posible, subiendo a cada juego que querían y comiendo más dulce de los que su papá Louis les hubiera permitido, pero el tío Niall se los permitió con la condición de que no se lo dijera a su padre, así que ellos estaban más que felices por eso.
Pero su felicidad y emoción se apagó cuando uno de los dos soltó un sollozo débil, sintiendo un dolor fuerte en la parte baja de su estómago.
- Oh, por dios. - gritó Niall entrando en pánico cuando se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. - Tenemos que irnos a casa, niños. - dijo tomando de la mano a los dos pequeños con ayuda de Shawn para llevarlos a casa.
- Quédense aquí niños, iré a decirles a sus padres. - habló Niall lo más tranquilo que pudo, una vez que llegaron a casa, pero los dos pequeños subieron corriendo a su habitación sin escuchar las palabras de sus tíos.
Harry sabe que algo ha pasado con sus pequeños, y lo confirma cuando la puerta de su habitación se abre y ve a un Niall algo preocupado y sorprendido mirándolo, esperando que reaccione a lo que está sucediendo.
Uno de sus hijos se está presentando.
Uno de sus pequeños es omega.
- Harry. - murmuró Louis removiendose en la cama, sintiéndose inquieto.
- Amor, mi amor. - llamó el alfa suavemente, tratando de despertar al omega, ya que sabía que Louis no iba a perdonarle que uno de sus hijos estuviera en celo y él no lo hubiera despertado para ayudar a su cachorro.
Louis abrió lentamente los ojos, encontrándose con los verdes llenos de preocupación de su pareja, sintiendo como su alfa estaba inquieto.
"Nuestro cachorro nos necesita, amor" dijo su alfa algo asustado, pero sobre todo preocupado.
- ¿James o Edward? - preguntó el omega, levantándose de la cama.
- No lo sé. - negó el rizado.
- Louis, los niños corrieron asustados a su habitación. - habló Niall estando igual de preocupado.
- Niall, ¿Podrían quedarse un rato más?, Katie y Valeria no deben tardar de llegar de su cita y su madre vendrá con ella, sería de gran ayuda si atienden a esa señora por mi. - pidió el castaño dirigiéndose a la habitación de los chicos.
- ¿La señora coqueta? - cuestionó Niall, alzando su ceja izquierda con curiosidad y con una sonrisa burlona, escuchando como Harry soltaba un gruñido.
- Si, esa. - respondió el castaño rodando los ojos, ignorando la sonrisa burlona de su hermano.
El aroma dulce a algodón de azúcar y caramelo era mucho más fuerte en la puerta de los niños, Louis necesitaba sacar de ahí a su hijo que no estuviera en celo, pues podía alterarse por el aroma demasiado fuerte de su hermano.
- James, Edward. - llamó el castaño tocando la puerta, delicadamente.
Los chicos no respondieron y tan solo se escuchó el sollozo de dolor de uno de ellos.
- Amores, deben abrirme. - habló Louis tratando de controlar a su omega desesperado por ayudar a su cachorro.
- ¿Estamos en problemas? - preguntó uno de ellos, un poco asustado.
Louis trató de identificar su voz, pero con el miedo del niño no pudo hacerlo, ambos tenían una voz muy similar.
- Por supuesto que no, cielo. - negó de inmediato. - Ahora, por favor abran la puerta para que papá Harry y yo podamos ayudarlos. - pidió lo más tranquilo posible.
La puerta se abrió unos segundos después y un asustado y angustiado Edward abrazó a Louis de inmediato, mientras que James estaba en su cama con el rostro escondido entre sus almohadas, llorando, retorciéndose de dolor, con el aroma llenado la habitación y una mancha evidente sus pantalones.
James era el omega.
- Perdón mami, perdóname. - rogó Edward llorando. - Yo no cuide bien de mi hermanito, no debimos salir de casa, es mi culpa. - dijo totalmente alterado.
- Está bien, amor. No es culpa tuya, no podías saberlo. - habló Louis tratando de consolar a su pequeño, sin dejar de mirar al pobre James que lo necesitaba.
- ¿No están enojados conmigo? - preguntó el pequeño sin detener su llanto.
- Por supuesto que no. - negó Harry, poniéndose a la altura de su hijo. - Eres un buen hermano, lo trajiste a casa, eso es lo importante. Ahora, nosotros vamos a cuidar de él. - dijo logrando separar a Edward de Louis, un poco más tranquilo.
- Harry, creo yo debería cuidarlo solo. - dijo el castaño en voz baja.
- Louis, pero...
- Él puede sentirse muy avergonzado ahora. Sé que lo amas y quieres cuidarlo tanto como yo, pero puede ser vergonzoso para él que su padre alfa lo vea así, se sentirá más cómodo conmigo. - explicó el omega, doliendole tener que pedirle a su alfa que los dejara solos.
- Bien, pero si me necesitas puedes hablarme. - aceptó el alfa, sintiéndose mal por no poder ayudar a su cachorro como quisiera.
- Lo sé. - suspiró Louis. - Eres un excelente padre, amor. Cuida de Edward, él te necesita. - agregó sonriéndole totalmente enamorado.
- Te amo. - respondió Harry dándole un corto beso en los labios al omega, antes de dejarlo solo con James.
- James, cariño. - habló Louis acercándose a su hijo. - Estoy aquí, amor. Voy a ayudarte. - murmuró acariciando el cabello rizado y castaño de su hijo.
- ¿Me dejará de doler? - preguntó atemorizado con su rostro aún escindido entre sus almohadas.
- Dolerá menos, debes ser fuerte, amor. El tuyo va a durar un poquito más que el de tus hermanas, pero estarás bien, yo estaré para ti. - respondió tratando de tranquilizarlo.
- ¿Soy como tú? - preguntó James alzando su rostro, para mirar a su padre.
Louis sonrió enternecido de alguna manera y asintió. - Tú eres un omega aún más hermoso, amor. - agregó.
- Ayúdame, mami. - pidió el pequeño, sintiéndose más seguro estando con su padre omega.
[...]
- ¡Un hijo omega, eso es hermoso! - gritó Niall alegre, dándole un golpecito a su mejor amigo. - Aunque pobre de su alfa, tendrá un suegro muy molesto y celoso. - bromeó, buscando molestar a Harry.
- Tú eres un suegro tan encantador. - respondió el rizado rodando los ojos.
- Lo soy, el mejor de todos. - dijo Niall, sacandole la lengua a su mejor amigo como un niño pequeño.
- No sé como Shawn te soporta, eres como un bebé. - dijo Harry riendo por el acto infantil de su amigo.
- No soy un bebé. - chilló el rubio indignado.
Harry rió, negando con la cabeza y rodando sus ojos con diversión.
- Papá, Katie y su novia llegaron con una señora. - habló Edward, quien estaba mirando por la ventana de la casa.
- Debe ser la madre de Valeria. - murmuró Harry, haciendo una mueca de desagrado con sus labios, dirigiéndose a la puerta.
- Uy, esto será interesante. - dijo el rubio casi corriendo hacia la puerta.
Shawn se removió con celos e incomodidad en su lugar, sin gustarle el entusiasmo de su omega por conocer a una alfa que había estado coqueteando con su hermano menor.
- Hola, papá. - habló Katie con un sonrisa y un ligero sonrojo en sus mejillas, una vez que su padre abrió la puerta.
- Hola, señor Styles. - dijo Valeria tímida con su madre a su lado.
- Hola, Valeria. - respondió el rizado con una sonrisa. - Entra a la casa, amor. - agregó mirando a su hija, sin querer hablar con la alfa.
- Adiós, Val. - se despidió la chica dándole un beso en la mejilla a la omega, antes de entrar a la casa, recibiendo una despedida tímida en un susurro.
- Hola. - saludó Niall apareciendo detrás del rizado, mirando con curiosidad a la mujer alfa.
- Vaya, otro omega. - respondió Zendaya con una sonrisa.
- Niall, entra en la casa. - habló el ojiverde irritado.
- Eres guapo. - dijo la alfa, guiñando un ojo de manera coqueta.
- Mamá, no. - rogó Valeria avergonzada.
- ¿Qué tiene, cariño? - respondió la mujer sin pena alguna. - Solo digo la verdad. - agregó.
- Mamá, es el tío de Katie. - comentó la omega sintiéndose apenada por el coqueteo de su madre.
- Oh, ¿Eres hermano del castaño bonito? - cuestionó Zendaya, notando los celos del rizado al referirse así de su omega.
- Déjalo en paz, mamá. - pidió la omega.
- Tranquila, nena. Es muy guapo, pero tengo a alguien más en mente. - respondió con un toque de burla, mirando de manera desafiante al otro alfa.
- Ni que yo fuera a interesarme en usted. Mi hermanito tenía razón, usted es nefasta. - bufó el omega rubio, encogiéndose de hombros y barriendo con la mirada a la alfa antes de regresar junto a su alfa a la sala.
- Fue agradable verte, Valeria. - comentó Harry, sonriéndole a la chica con cariño. - Usted, vuelva a molestar, acosar o hacer sentir incómodo a mi omega y arreglaremos esto de alfa a alfa. - el dijo con seriedad hacia la mujer, antes de cerrar la puerta.
- ¡Me prometiste que ya no lo harías, madre! - gritó Valeria molesta, alejándose de su madre.
- Eres igual de sensible que tu padre. - murmuró la mujer, rodando los ojos, siguiendo a su hija.
- ¿Quién diría que mi hermanito seguiría teniendo pretendientes a esta edad? - comentó Niall.
- No es gracioso. - gruñó Harry.
- ¿De qué habla el tío Ni? - cuestionó Katie confundida.
- De nada, cielo. Él solo esta siendo bromista. - respondió el rizado.
- Bien, es hora de irnos, Niall está muy inquieto. - habló Shawn, levantándose del sofá, haciendo que las mejillas de su omega se sonrojaran por la seriedad de sus palabras.
- Gracias, por cuidar de mis hijos. - dijo Harry asintiendo hacía la pareja.
- Es un placer, nos hace bien cuidar de los más pequeños de la familia. - comentó Niall con una sonrisa.
- Adiós tío Ni y tío Shawn. - hablaron Katie y Edward despidiéndose de la pareja con un pequeño abrazo y beso en la mejilla.
- Papá, ¿Es verdad que James tiene su celo? - preguntó la chica una vez que sus tíos se habían ido, sintiéndose mareada con el aroma dulzón de su hermano.
- Si, pero papá Louis está cuidando de él, amor. No hay de qué preocuparse. - respondió el rizado lo más tranquilo que pudo.
- Es un omega. - murmuró Katie para sí misma. - ¿Está sufriendo mucho? - cuestionó aún preocupada.
- La verdad es que los celos de los omegas suelen doler más que los de un alfa, pero papá va ayudarlo a que lo supere. - explicó el rizado.
Katie asintió queriendo que su hermanito no pasará por eso, pero era algo que no podía controlar de ninguna manera.
- Yo iré a mi habitación. - murmuró la chica antes de salir corriendo a su cuarto.
- ¡Hey!, ¿Qué sucede campeón? - habló Harry mirando a Edward cabizbajo, mirando sus pies en el sofá.
- Soy el último. - murmuró desanimado el pequeño.
- Bueno, eso no tiene nada de malo. No tengas prisa en crecer, amor. - dijo el rizado tratando de animar a su hijo, sentándose a su lado.
- Pero, papá... - reprochó el chico haciendo un puchero. - James es mi mejor amigo en todo el mundo, pasamos la mayoría del tiempo juntos y ahora, él será igual que Olivia y Katie.
- ¿Cómo Katie y Olivia? - cuestionó el alfa con una sonrisa.
- Si, ellas ya tienen a su novia y novio y nunca están aquí, James hará lo mismo y me dejará solo...
- Espera, espera. - interrumpió Harry, parpadeando unas cuantas veces, sintiéndose incómodo. - ¿Cómo que novio y novia?, ¿En qué momento? - cuestionó sorprendido.
- Si, Valeria y Stephen. - respondió el pequeño.
- Ellas no tienen novia ni novio. - negó Harry, riendo nervioso y negando.
- Si lo tienen papá. - insistió el niño. - Olivia ni siquiera está en casa. - agregó.
Harry se quedó callado unos minutos, pensando en eso y en cómo el tiempo había pasado tan rápido y como sus hijos habían crecido demasiado pronto.
- ¡Oh por Dios, es verdad! - gritó el padre alterado.
Edward lo miró entre sorprendido y divertido.
- Pero, regresando a lo de James. Él no tendrá pareja, cariño. - dijo abrazando por los hombros a su hijo.
- ¿Cómo lo sabes? - preguntó el chico curioso.
- Porque es mi cachorro omega, nadie va a tocarlo. - respondió el padre con simpleza, encogiéndose de hombros.
Ambos rieron a la par en voz baja.
- No puedes hacer eso, papá. - negó el chico.
- Lo sé. - suspiró Harry nostálgico. - Ustedes siempre estarán unidos, amor. Son hermanos y nadie ni nada va a poder separarlos, no hay de qué preocuparse. - comentó con la voz suave, consolando a su hijo.
- ¿Seremos como papá y el tío Niall? - preguntó Edward con un brillo especial en sus ojos.
- Exacto. - asintió Harry sonriendo.
- Yo cuidaré de sus cachorros. - dijo emocionado.
- Él no tendrá cachorros. - negó Harry, hablando por su alfa celoso.
- ¡Papá! - reclamó Edward riendo.
- Está bien. Cuidarás a sus cachorros y él cuidará a los tuyos. - dijo el rizado, haciendo sonreír de nuevo a su hijo.
- Seré un excelente hermano mayor. - murmuró Edward, recargando su cabeza en el hombro de su padre.
- Bueno, técnicamente James es mayor que tú por unos segundos. - respondió Harry sonriendo.
- Shhh!, él no tiene que saber eso. - susurró el menor riendo.
Harry sonrió en grande y asintió, abrazando más a Edward, con todo el cariño posible, era el único de sus hijos que realmente seguía siendo un cachorro y eso ponía un poco triste y nostálgico a su alfa.
[...]
En la noche a Louis le costó demasiado que James logrará dormir solo y tranquilo, pues el chico no quería que su padre lo dejará y su dolor regresará, pero al final el chico se quedó dormido abrazando una de sus almohadas.
- Dios. - suspiró Louis entrando a su habitación, con una sonrisa floja en sus labios. - Sigues despierto. - murmuró mirando a su alfa en la cama esperándolo.
- Te estaba esperando. - respondió Harry con una sonrisa.
- Lo sé. - respondió el castaño, bostezando, entrando en la cama y abrazando a su pareja. - Tenemos un pequeño omega. - murmuró alegre.
"Si, es increíble, amor" respondió su alfa en un ronroneo.
- No creo que opines lo mismo, cuando lo cortejen. - bromeó el omega, sonriendo.
Harry gruñó en bajó, enredando sus brazos alrededor de su omega.
- Tiene un padre alfa y tres hermanos muy protectores, será difícil que alguien lo pueda cortejar. - comentó el rizado, sonriendo.
- Pobre de mi bebé. - murmuró el castaño riendo, escondiendo su rostro en el cuello de su alfa, amando lo cálido que se sentía al estar entre sus brazos.
- Él es un omega muy hermoso, igual que su padre. - comentó Harry mirando con amor puro a su omega.
Louis sonrió en grande con sus mejillas rojas, él amaba demasiado y odiaba a la vez, la forma en la las palabras de Harry seguían influyendo en él, como cuando era un simple cachorro enamorado de él.
- Estás muy cansado, amor. - murmuró el alfa acomodándose mejor en la cama, para que su omega descansara mejor en su pecho. - Puedo prepararte un té o lo que tú quieras. - agregó cariñosamente.
- No. - negó Louis, sacando su rostro del cuello de su alfa para mirarlo a la cara, aún con su sonrisa floja en sus labios y mejillas rojas. - Lo único que necesito, es quedarme en tus brazos por siempre. - murmuró en un suspiro, cerrando los ojos.
Harry asintió en grande y llevó una de su manos al cabello castaño de su omega, peinando su flequillo de lado delicadamente; él amaba como aquel flequillo siempre lograba que su omega luciera joven, como si los años nunca hubieran pasado y él siguiera siendo el chico de 18 años del que se enamoró.
- Omega. - habló sin dejar de mirar la bella sonrisa de su pareja.
- ¿Hmm? - ronroneo el castaño pegándose más a él de ser posible.
- Ya programé mi operación. - dijo en voz baja, con total tranquilidad.
- ¿Cuándo es? - cuestionó Louis abriendo los ojos, para encontrarse con el verde de su alfa.
- La próxima semana. - respondió el alfa.
- ¿Estás nervioso?
- No, cariño. - negó sincero. - Es un procedimiento sencillo, no hay de qué preocuparse. - agregó.
- Gracias de nuevo, por hacer esto por nosotros. - susurró Louis, sonriendo en grande.
"Yo haría cualquier cosa por ti, mi omega" habló su alfa.
"Te amo muchísimo, alfa" respondió su omega en un ronroneo.
- Daría mi vida por ti de ser necesario. - dijo Harry en su lugar.
- Eres el mejor de todos, amor. - respondió Louis, estirándose para alcanzar su labios y besarlo. - Cuando te recuperes, te recompensare. - comentó entre besos, con una bella sonrisa que Harry adoro.
- Te amo demasiado, omega. - murmuró el alfa, con una pequeña risa, siguiendo besando a su omega.
- Pero no más que yo a tí. - respondió Louis dándole un último beso.
- Tú sabes perfectamente quien ama más a quien. - dijo Harry con su sonrisa engreída que Louis amaba tanto.
- Cállate, antes de que me arrepienta de lo que te dije. - gruñó el castaño, dándole un inofensivo golpe en el pecho a su alfa.
- Duerme, cachorro. - murmuró Harry sin borrar su sonrisa.
"Pero yo te amo más" ronroneo su alfa, haciendo que Louis se resignara y se durmiera en él pecho de su pareja, con una sonrisa en su rostro.
✞
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro