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~Veintinueve'🩺

Harry mentiría si dijera que no está nervioso, pero ni siquiera esos nervios lo harían cambiar de opinión, sabe que es la mejor decisión para su omega y él, lo que hace que se sienta mucho mejor por su decisión.

- Señor Styles. - habló el doctor, mirando al rizado enfrente suyo. - Él procedimiento es muy sencillo, dura entre 20 y 30 minutos. - comenzó a explicar. - Debo decirle que esto una excelente decisión, señor. Un alfa puede tener hijos toda su vida sin complicaciones, incluso una vez que terminan sus ciclos de celos, claro con los años es más difícil, pero se puede. En cambio, un omega deja de ser fértil una vez que terminan sus celos y los últimos años de estos, tener un embarazo es muy riesgoso, tanto para el omega como para el cachorro. Muchas parejas deciden que el se someta al procedimiento para no tener más hijos sea el omega, pero el procedimiento para los omega es un poco más complicado y puede que al omega le afecte psicológicamente, en cambio la vasectomía es mucho más sencilla y no tiene ninguna complicación, así que, qué bien que tomará esta decisión.

- Lo sé. - suspiró el rizado, sintiéndose un poco menos nervioso por las palabras del doctor.

- Bien, la anestesia será local, por lo que no va a sentir nada del procedimiento, pero si su alfa se pone inquieto podemos anestesiarlo por completo, ¿Está de acuerdo? - cuestionó.

- Si, esta bien. - asintió.

- Después de la operación debe tener un reposo de 24 a 48 horas, dependiendo como se sienta, si siente mucho dolor puedo recetarle analgésicos y es recomendable a aplicar hielo en los genitales durante una semana si el dolor es demasiado, evite realizar actividades que impliquen mucho esfuerzo o fuerza, como ejercicio. Su vida sexual seguirá con normalidad, su libido y nudo seguirán igual, no van a disminuir en absoluto, puede tener relaciones sexuales una semana después de la operación, su omega debe seguir tomando sus supresores tres meses después y usted debe realizarse un conteo de espermatozoides para asegurar la eficacia de la operación. Una vez que su conteo de espermas sea de cero, su omega puede dejar de tomar los supresores.

- De acuerdo. - asintió Harry entendiendo todas las indicaciones.

- Bien, puede pasar a la camilla. - dijo el doctor, antes de ponerse de pie.

El rizado respiró hondo tratando de calmar a su alfa, para no estar nervioso o ansioso durante el proceso, ya que lo que menos quería era preocupar a su omega al sentirse así.

Mientras tanto Louis había decidido salir con sus hijos al supermercado para comprar algunas cosas que faltaban en casa, y para animar un poco a sus hijos varones que habían estando un poco desanimados y alejados desde que James se había presentado como omega.

- Les compraré la golosina que quieran, niños. Pero solo una. - advirtió el castaño, sonriéndole a sus hijos.

- Si, mamá. - respondió Katie bajando del auto emocionada junto con Olivia y Edward.

- ¿Qué sucede, cariño? - cuestionó Louis mirando a su hijo omega, que se había quedado con él.

- Nada. - murmuró el pequeño, negando con la cabeza.

- ¿No quieres ir con Edward? - preguntó notando la tristeza del pequeño.

- Él no me habla mucho desde que soy omega. - susurró desanimado, sintiéndose triste y con ganas de llorar.

- Ustedes son inseparables, deberían hablar y arreglar las cosas. - opinó el castaño, tratando de animar al chico.

- Si. Él es mi mejor amigo. - respondió con una pequeña sonrisa.

- Correcto. Entonces ve alcanzarlo y hablen. - dijo Louis abriendo la puerta del auto para su hijo, para después bajar detrás de él.

El omega mayor suspiró cuando sus hijos de encontraron en la sección de papas fritas y se abrazaron con alegría, como si estos días estando alejados no hubieran pasado, lo que tranquilizó mucho a su padre, que dejó a sus hijos ir por el supermercado mientras él se dedicaba hacer las compras, esperando con algo de ansiedad el mensaje de su alfa sobre su cirugía.

Louis pasaba con su carrito por cada pasillo, pensando que necesitaba todo lo que había ahí, lo que lo hizo entender el porqué su alfa hacía las compras y no él.

- Mira mami, quiero esto. - habló Katie mostrando el bote más grande de Nutella que encontró. - Dijiste que nos comprarías lo que quisiéramos, pero no especificaste el tamaño. - agregó la alfa en su defensa, tratando de convencer a su padre.

El castaño sonrió y negó lentamente con la cabeza mientras soltaba una pequeña risa, estaba apunto de argumentaba el porqué su hija no podía comprar eso para ella sola, pero le fue imposible hablar al sentir un aroma amargo a alfa llegar a su nariz, pero no era cualquier aroma, era un aroma que conocía de algún lugar.

Aroma a tabaco.

Sintió un nudo en su garganta, con una presión en el pecho, junto con las náuseas subiendo, causándole unas terribles ganas de vomitar en ese instante en el que sus piernas temblaron, teniendo que sostenerse del carrito y cerrar los ojos para respirar hondo para calmarse y no entrar en pánico y asustar a su alfa.

El aroma se hizo más fuerte, más cercano a él y junto a eso los recuerdos borrosos y crudos llegaron a su mente.

- Dime Louis, ¿Qué le dolería más a Styles? - preguntó en un tono sombrío y rudo - ¿Qué llegaras con mi olor en ti o con una marca mía? - preguntó.

- ¿Enserio creíste que sería tan fácil deshacerse de mí?

- Dime Tomlinson, ¿Styles ya te enseño de que es un capaz un alfa excitado? - preguntó quitándose los pantalones.

- ¡NO POR FAVOR! - gritó con la garganta desgarrándose al momento que sintió su pantalón ser bajado por completo, las garras de Justin rasgaron sus piernas, sentía la sangre saliendo de sus piernas.

- ¡Cállate! - gruño.

- Claro que lo haré - dijo - Ahora cállate sino quieres que sea peor - susurro colocando sus manos en la ropa interior del omega listo para quitarla del camino.

- Mami, ¿Estás bien? - preguntó Katie preocupada, mirando como su padre comenzaba a soltar unas lágrimas.

Louis no pudo controlar su llanto, miró a todos lados asustado, con su omega alterado.

- ¿Dónde están tus hermanos? - cuestionó, sin dejar de mirar alarmado a todos lados.

- Creo que en los dulces. - dijo la chica no muy segura.

- Ve por ellos. Nos vamos. - dijo el castaño, tratando de mantenerse fuerte y romperse en ese momento, lo que menos que necesitaba era alertar su alfa.

- Si, si. - asintió Katie no queriendo dejar a su padre solo, pero necesitaba buscar a sus hermanos.

- Tranquilo. Tranquilo, todo esta bien. - murmuró el omega, respirando hondo, queriendo retener el reflejo de las náuseas que estaba en su garganta.

- Gracias, señora. - escuchó su voz detrás de él y sintió el miedo invadir de nuevo su cuerpo, no queriendo girarse. - Disculpe, ¿Podría pasarme la pasta que tiene a su derecha? - habló dirigiéndose directamente a él.

Louis tragó en seco y se giró para mirarlo, sintiendo las lágrimas acumulándose en sus ojos azules.

- Oh, ¡Vaya sorpresa! - exclamó el alfa que tanto el castaño odiaba tener que estar viendo de nuevo. - Tomlinson, ¿Verdad? - dijo en un notó cínico que hizo sentir náuseas al omega.

- Justin. - respondió con la voz débil, sintiendo como su marca comenzaba a picar y a doler.

Harry y su alfa estaban preocupados.

- ¿Cuánto tiempo sin vernos?, más de veinte años. - comentó con un tono sombrío en su voz.

- Mami... - llamó Katie, llegando con sus hermanos, notando las lágrimas del omega y al alfa que estaba demasiado cerca de él.

- Vaya, es bueno ver que Styles y tú disfrutaron estos años. - comentó Justin mirando con curiosidad a los hijos del castaño. - ¿No vas a presentarnos?, Hola chicos, soy... - cuestionó el alfa tratando de acercarse a los pequeños.

- ¡No toques a mis hijos! - gritó Louis asustado. - No te acerques a mi o mis hijos. - sentenció con la voz firme. - Vámonos, niños. - le dijo a sus hijos, dándose la vuelta para irse de ahí lo antes posible.

Katie sintió a su alfa en alerta, mirando mal al alfa, que tenía una sonrisa burlona, antes de irse detrás de su padre y sus hermanos.

- ¿Estás bien, mami? - preguntó James una vez que subieron al auto, sintiéndose algo mal por el aroma a tristeza de su padre.

Louis no respondió y solo asintió con la cabeza, no conteniendo su llanto una vez más, con su omega desconsolado y asustado rasgando en su pecho por estar con su alfa.

- ¿Quién era él? - preguntó Olivia, sintiendo la necesidad de consolar a su papá, pero no sabiendo cómo hacerlo.

El castaño sintió su marcar picar una vez más y antes de que pudiera decir algo, su teléfono comenzó a sonar, y no necesitaba mirarlo para saber quien era el que lo estaba llamando.

- Omega. - se escuchó la voz de Harry angustiado. - ¿Qué pasa?, estás muy asustado. - agregó.

- Estoy... Bien. - suspiró el castaño, tranquilizando a su omega para no angustiar más a su pareja. - ¿Cómo te fue en la operación? - preguntó, queriendo desviar el tema.

- Amor, puedo sentir tu miedo. Dime que pasa. - pidió el rizado, sin responder a la pregunta, con su alfa rogando ir con su omega.

- ¿Vas a la casa? - cuestionó Louis haciendo un puchero con sus labios.

- Si, omega. - respondió el alfa suavemente.

- ¿Puedo decirte en casa? - preguntó en voz baja.

- Bien, pero ten cuidado amor. - pidió el alfa, aún sintiendo como su omega estaba inquieto y asustado.

- Si. - asintió, limpiando sus lágrimas, sintiéndose más aliviado con solo escuchar la voz de su alfa.

- Te amo mucho, omega. - murmuró el rizado, deseando que eso hiciera sentir mejor a su pareja.

- Te amo mucho, alfa. - respondió Louis con una pequeña sonrisa en sus labios.

- ¿Te encuentras bien, mami? - preguntaron todos sus hijos al mismo tiempo, haciendo al castaño sonreír más.

- Si, pequeños. - respondió más tranquilo, tratando de no pensar más en aquel encuentro tan desagradable. - Vamos a casa con papá. - agregó encendiendo el motor del auto.










[...]










El camino a casa fue en silencio, con los pequeños teniendo aún ese sentimiento en su pecho de querer abrazar y proteger a su padre omega, pero no dijeron ni hicieron nada al respecto, esperando que su padre ya se sintiera mejor una vez que estuviera con su padre alfa.

Lo cual sucedió, ya que en cuanto llegaron a la casa Louis corrió abrazar a su alfa, escondiendo su rostro en el cuello del más alto.

- Alfa. - sollozó el castaño aferrándose a su pareja, como si no lo hubiera visto en mucho tiempo.

"Estoy aquí, amor" respondió su alfa abrazando de la misma manera a su omega.

- Ven, amor. - dijo el rizado tomando la mano de su pareja, para llevarlo a su habitación para hablar a solas, sabiendo que a su omega no le gusta mostrarse sensible frente a sus hijos. - ¿Qué fue lo que pasó, omega? - cuestionó con la voz suave, recostandose con el chico, acariciando su espalda para consolarlo.

- Yo... - sollozó Louis aún con su rostro escondido en el cuello de su alfa, con el aroma a chocolate y menta que lo hacía sentirse más seguro y tranquilo, pero aún con un poco de miedo.

- Tranquilo, mi amor. - murmuró Harry, pasando sus dedos por el cabello del omega. - Estoy aquí, no tienes por qué tener miedo. - agregó pegándose más al castaño.

- Me encontré con Justin. - soltó el omega, teniendo incluso miedo de decir el nombre del alfa. - Y... en cuanto sentí su aroma recordé todo... ¿Cómo es que él está libre? - cuestionó con timidez, alzando su rostro para mirar a los ojos a su alfa en busca de una respuesta.

- No lo sé, omega. - dijo sincero el rizado, peinando con cariño el flequillo de su pareja. - Pero sabes que yo voy a protegerte con mi vida de ser necesario. - murmuró mirando con mucho amor a los ojos a su omega.

Louis sonrió, sintiéndose completamente amado solo con la mirada de su alfa.

- Debes de pensar que soy patético. - susurró limpiando sus lágrimas, tratando de detener su llanto.

- Por supuesto que no. - negó Harry besando la frente del castaño. - Nunca pensaría eso de ti, mi amor. Yo nunca haría menos tus sentimientos, entiendo perfectamente por lo que pasaste y el porque te sientes así. - dijo totalmente sincero de sus palabras. - Fuiste muy valiente de superar todo eso, eras tan solo un cachorro que se acababa de presentar y pasó por muchas cosas. Estoy orgulloso de ti. - agregó, acariciando el rostro de su pareja.

- Tú siempre sabes como hacerme sentir mejor. - respondió Louis con un suspiro, recargando su cabeza en el toque de su alfa.

- ¿Si? - dijo Harry sin creerlo por completo. - Siempre me he preguntado qué fue lo que hice para que aceptarás mi cortejo. Creí que ibas a rechazarme de la manera más cruel posible, porque me lo merecía, era un estúpido. - comentó con una sonrisa en sus labios.

- Tienes suerte de ser el estúpido del que he estado enamorado desde que era un cachorro. - respondió Louis bromeando un poco, antes de besar en los labios a su alfa.

- Pero amor, tú sigues siendo un cachorro. - respondió Harry con una sonrisa arrogante.

- Y tú sigues siendo un estúpido que me sigue llamando así. - atacó el castaño con un sonrojó en sus mejillas que hizo sentir orgulloso a su alfa.

- Te gusta. - afirmó el rizado acercándose más a él. - Lo veo en tus ojitos preciosos. - murmuró antes de inclinarse para besarlo.

Louis no pudo negar eso, aunque quisiera.

- ¿Y cómo te fue en tu operación, cielo? - preguntó el castaño, pasando su pierna, con mucho cuidado, sobre la cintura de su pareja.

- Bien. - asintió el rizado, amando las caricias de su omega en su cabello. - Vas a quedarte sin mi nudo mínimo una semana. - comentó con una sonrisa, apretando la cadera del omega.

- Que mal. - suspiró el castaño con una sonrisa y un puchero en sus labios.

- Tienes que seguir tomando tus supresores por tres meses más y necesito hacerme un análisis de conteo de espermatozoides, una vez que dé cero podrás dejar de tomarlos. - explicó sin dejar de mirar el rostro de su pareja.

- De acuerdo. - asintió Louis. - Gracias por hacer esto. Es estúpido, pero muchos alfas piensan que hacerse eso los hace menos varoniles y no piensan en sus omegas. Estoy agradecido de que tú no seas así, mi alfa. - comentó sincero con una calidez en su pecho.

- No tienes que agradecerme por cuidar de ti, mi amor. - negó Harry, bajando su mano de la cadera del omega hacia su muslo, acariciándolo con delicadeza. - Ya te lo he dicho mi omega, haría cualquier cosa por ti. Cuidar de nosotros como pareja, es una obligación de los dos y no solo de uno. - agregó.

- Tienes razón. - asintió el omega, besando la mandíbula de su alfa.

- La próxima vez que te sientas asustado o en peligro tienes que hablarme por nuestro lazo. No sabes lo preocupado que nos sentíamos mi alfa y yo al sentirte y no saber qué pasaba. - explicó Harry.

"Si omega, me estaba volviendo loco al no saber de ti" habló su alfa.

"Perdóname, mi alfa" respondió su omega afligido.

- Perdón. - suspiró Louis. - No quería preocuparte por lo de tu operación. - agregó bajando sus manos al pecho de su pareja.

- Tú eres lo más importante de mi vida, no vuelvas a ser eso. Estuve a punto de salir corriendo a buscarte. - confesó el rizado escondiendo su rostro en el cuello de su omega, besando su marca y aspirando fuerte el aroma dulce de vainilla y canela.

- Ya estás demasiado viejo para correr, mi amor. - respondió Louis riendo, para ocultar su sonrojo.

"Aún así correría por ti, mi amor" respondió su alfa totalmente enamorado.

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