~Treinta y ocho'🏍
✞
Louis puede oler los nervios y sentir lo inquieta que está su hija desde el otro lado de la puerta, estando casi seguro de que la chica estaba en estos momentos imaginándose un millón de posibles reacciones, en su mayoría negativas, lo que no ayudaba mucho con sus nervios.
- Liv. - llamó suavemente, tocando la puerta con sus nudillos, tratando de hacer tanto ruido.
- ¿Si? - respondió la alfa desde el otro lado, mordiendo su labio inferior a la vez que su corazón se aceleró al escuchar la voz de su padre.
- ¿Puedo pasar, cariño? - preguntó Louis, esperando la respuesta de su hija para entrar a su habitación, pues a él no le gustaba invadir el espacio privado de sus hijos.
Una vez que la chica respondió afirmativamente, el omega entró a la habitación, siendo golpeado por el aroma de nervios de su hija.
Louis suspiró al ver a la menor con sus manos apretando con fuerza las sábanas de su cama, mientras que su mirada estaba fija en algún punto del piso, tratando claramente de evitarlo.
El omega caminó lentamente hacia la cama, sentándose al lado de su hija, mirándola fijamente por unos segundos, esperando que ella le regresará la mirada, pero eso no pasó, así que decidió hablar.
- Leí tu carta. - murmuró el castaño, esperando una vez que su hija lo mirará, pero la menor sólo se limitó a tragar en seco y asentir con la cabeza, con sus ojos abriéndose un poco, pero aún estando fijos en el suelo. - Liv, ¿Puedes mirarme? - preguntó dulcemente el omega, logrando que la alfa lo mirará por fin. - Amor, no tienes porque tener miedo ni estar asustado. - comenzó a hablar llevando una de sus manos al rostro de su hija, para acariciarlo.
- ¿No estás molesto? - dijo Olivia dudosa, aún con algo de miedo e inseguridad en su pecho.
- ¿Por qué debería de estarlo? - respondió Louis en su lugar.
- Por lo que te escribí... - respondió la chica, mordiendo su labio inferior.
- No hay nada de molesto en lo que escribiste, Liv. - aseguró el castaño.
- ¿De verdad? - preguntó la alfa sin poder creérselo del todo. - ¿Qué pasa si nunca logró enamorarme de alguien que sea omega?, no te daría nietos. ¿Y qué pasa si en realidad solo me gusta la gente alfa? - agregó hablando lo más rápido posible, ya que tenía el valor de hacerlo en esos, queriendo sacar todas sus dudas y miedos con su padre.
El castaño sonrió y negó suavemente con la cabeza antes de responder a la chica.
- Yo no soy quien para cuestionar sobre quien sientes atracción, soy tu padre, lo único que me importa es que tú seas feliz, yo nunca impediría que tú estuvieras con la personas que amas. No importa si es omega o alfa. Sobre lo otro, tú no tienes que pensar en que debes darme nietos, es tu vida. Yo viví la mía como quería y ustedes deben hacer lo mismo. Si no quieres tener hijos, está bien para mí. No es una obligación hacerme abuelo. - explicó sincero, mirando como su hija se relajaba al escuchar sus palabras. - Tú único deber conmigo, es que seas una buena persona y que seas feliz. - agregó sonriéndole.
- ¿Y sí sólo estoy confundida y en realidad no me gustan los alfas? - preguntó la menor.
- Amor, no es fácil ser adolescente, es una etapa llena de confusión, miedos, retos, estrés, pero sobre todo, de descubrimientos. Pero no por ser adolescente, tus sentimientos son menos, no son solo confusión. Sólo debes ser valiente y seguir tu corazón. No tienes porqué tener miedo de tus sentimientos y sobre a quién te sientes atraída. Yo creo que amar y sentir atracción por alguien es de lo más bello y valiente que puedes hacer en esta vida. - explicó Louis en un tono dulce, haciendo que su hija se sintiera mejor.
- ¿Papá Harry...?
- No le he dicho nada, porqué no sabía si querías que él también lo supiera. - interrumpió el castaño.
Olivia suspiró aliviada y asintió.
- Aunque, ustedes son la vida entera de su padre, son lo que más aman, él nunca impediría que fueran felices. Si, es algo posesivo, pero solo es su alfa siendo territorial, no es porque no quiera verlos realizar su vida. Él te ama y va apoyarte y aceptarte en todo. - aseguró el omega, abrazando a su hija por los hombros.
- Lo sé. - suspiró la chica tranquila, confiando por completo en las palabras de su padre. - ¿Puedes decírselo tú? - pidió en voz baja.
Louis suspiró y asintió, con una sonrisa de orgullo en su rostro.
- Eres muy valiente, mi pequeña. - murmuró dándole un beso en la frente a la alfa, sonriendo aún más cuando la chica lo abrazó.
Mientras Louis hablaba con la chica menor, Harry trataba de ayudar a su hija mayor que estaba buscando fotos para una sorpresa para su novia.
- Creo que tenemos más fotos de ustedes en la cámara vieja. - comentó Harry, mirando las fotos de las chicas cuando eran muy pequeñas. - Iré por ella, debe estar en la cochera. - agregó levantándose de su lugar.
Katie siguió a su padre, curiosa de lo que podía encontrar en la cochera y pudiera servirle para su regalo.
- ¿Qué es esto? - preguntó la chica, alzando una de las sábanas que cubrían algo.
Antes de que el rizado pudiera responder, su hija alzó la sábana por completo, dejando a la vista su moto.
- ¡Wow! - exclamó la chica sorprendida y emocionada. - ¿Es tuya? - preguntó.
- Si. - suspiró Harry con una gran sonrisa en su rostro. - Tiene mucho tiempo que no la uso. - murmuró, pasando sus dedos por la moto, que a pesar de no usarla desde hace años, aún seguía en buenas condiciones, ya que el alfa solía darle mantenimiento en sus días libres.
- ¿Por qué no? - cuestionó la joven.
- Mamá no iba a permitir que los llevara a ustedes en ella. - admitió el rizado con una risa.
- Sería genial que volvieras a usarla. - comentó Katie. - ¿Tienes el casco? - preguntó con ilusión.
- Mhm... si. - asintió el rizado tomando una de las cajas de estaban alzadas, sacando los dos cascos. - Mamá me regaló esto, cuando me dio la noticia de que estaba embarazado de ti. - comentó con algo de nostalgia y una enorme sonrisa en sus labios.
Katie sonrió encantada con la historia de su padre.
- ¿Aún sabes usarla? - cuestionó curiosa.
- Por supuesto. - afirmó el mayor. - Mi adolescencia se resume en tu padre y la moto. Nunca olvidaría cómo manejarla. - agregó.
- Pero debes estar un poco oxidado. - respondió la alfa.
- Creo que me estás diciendo viejo. - bromeó Harry, con los ojos entrecerrados, mirando a su hija.
- No, no. - negó Katie de inmediato con una risa. - Yo... mejor me voy. ¡Gracias por la cámara! - agregó tomando la cámara para salir corriendo de ahí.
Harry rió y negó con la cabeza, antes de regresar su atención a la moto, sonriendo con nostalgia cuando los recuerdos llenaron su mente, haciéndolo sentir de golpe el peso del paso del tiempo, pero también haciéndolo sentir que ha tenido una gran vida hasta ahora, junto a la persona que ama.
- No puedes hacerlo. - negó James.
- Si, se puede. - insistió Edward en su lugar.
- No, no es correcto. - siguió el omega en la negativa, negando la cabeza.
- Pero si se puede. - siguió el alfa, encogiéndose de hombros.
- Pues no cuentes conmigo. - dijo James rodando los ojos y cruzándose sus brazos.
- ¿Por qué discuten? - cuestionó Louis, bajando las escaleras y encontrándose con el debate de sus hijos.
Edward miró algo asustado a su hermano, pidiéndole ayuda con la mirada.
- No, díselo tú. - sentenció el omega, negando la cabeza.
Louis reprimió una risa y miró con curiosidad a su hijo alfa.
- ¿Qué hiciste Ed? - preguntó tratando de encontrar una idea en el rostro de su hijo.
- No he hecho nada. - negó de inmediato el chico.
- Es lo que piensa hacer. - delató James, frunciendo los labios en desaprobación.
Edward miró de mala manera a su hermano, bufando molesto. Y antes de que dijera algo más alguno de los dos, Harry regresó de la cochera.
- Genial. Papá Harry, si va a entenderme. - aseguró el alfa mejor.
- ¿Disculpa? - cuestionó Louis indignado por el comentario.
- Papá, tú nos has dicho que mamá era novio del tío Shawn. Así que, ¿Cómo se lo robaste? - dijo Edward curioso.
- ¡Él no me robo! - exclamó el castaño con las mejillas rojas.
- ¿Qué? - dijo el rizado confundido, riendo un poco por la pregunta de su hijo.
- ¿Cómo se le puede robar la novia a alguien? - preguntó el más joven.
- Edward. - llamó el omega mayor, mirando a su hijo. - Eso está mal. Debes respetar cuando alguien está en una relación. Además, las personas no son objetos para que se "roben". - aclaró.
- Pero tú eras novio del tío Shawn y ahora es el omega de papá, ¿Cómo es posible? - dijo confuso el chico.
James rodó los ojos y pegando su mano a su frente, encontrando algo graciosa la pregunta de su hermano.
- Hay algo llamado rupturas, Edward. - respondió Louis con un suspiro.
- ¿Papá hizo que terminaras con el tío Shawn? - siguió preguntando.
- Pues... - murmuró el castaño sintiendo como sus mejillas se volvían a poner rojas, con el recuerdo de aquel día en que Shawn lo terminó al encontrarlo con el aroma de Harry. - Nuestra historia no tiene nada que ver con robar parejas. - dijo finalmente, negándose a contar eso.
- ¡Ahí está!, papá sí hizo que terminaras con el tío Shawn. - exclamó el joven victorioso. - ¿Cómo lo hiciste papá? - cuestionó mirando a su padre alfa.
Harry se quedó mirando el rostro apenado de su omega, sabiendo que él no quería que su supiera eso.
- Yo no hice que terminaran. - mintió, mirando a su hijo. - Además, yo era un alfa bastante inmaduro en esa época, no tienes que hacer lo mismo. Tuve suerte de que su padre me perdonará y me aceptará como alfa. - aclaró, sintiendo como su omega se sentía aliviado de oír eso.
- Sí papá era malo, ¿Por qué lo aceptaste, mami? - cuestionó Edward dirigiéndose al omega esta vez.
Louis frunció los labios, fingiendo pensar su respuesta.
- En realidad... no lo sé. Supongo que era un omega fácil de engañar. - respondió finalmente, con una sonrisa de diversión formándose en sus labios al ver el ceño fruncido de su alfa.
- ¡Oye! - exclamó Harry indignado. - ¿Cómo que no lo sabes? - preguntó.
- El alfa de su padre fue la razón. - bromeó el castaño, jugando con su pareja.
"Gracias, omega. Yo sabía que estamos juntos por mi." respondió su alfa orgulloso.
- ¿Estás conmigo por mi alfa y no por mi? - preguntó Harry aún indignado.
"Si, nuestro omega me ama más a mi." se apresuró a responder su alfa.
"Cállate." regañó el rizado internamente.
Louis comenzó a reír en alto, caminando hacia su pareja, enredando sus brazos en en el cuello del más alto.
- Estaba enamorado de ti desde que era un cachorro, sin la conexión de alfa-omega, ¿Aún me preguntas si estoy contigo solo por tu alfa? - dijo mirándolo a los ojos.
"Pero me sigue amando más a mí" siguió molestando su alfa.
"Déjalo en paz, alfa" regañó su omega.
- Los amo. - comentó Louis con una tierna sonrisa.
- Mhm... - murmuró Harry, colocando sus manos en las caderas de su omega, para acercarlo un poco más a él. - Pero me amas a mi, ¿Verdad? - preguntó.
- ¿En serio, Harry? - exclamó Louis riendo tiernamente. - ¿Estás peleando con tu propio alfa por mi? - cuestionó sin poder creerlo.
- Yo voy a pelear siempre por ti. - aseguró el rizado.
- Te amo muchísimo. - suspiró el omega antes de besarlo.
- Eso no responde mi pregunta. - bufo Edward indignado, desviando su mirada del beso de sus padres.
- ¡Nada de meterse en relaciones ajenas! - sentenció Louis, rompiendo el beso con alfa, solo para decir eso y volver a besarlo.
- De acuerdo. - suspiró el rindiéndose.
- Te lo dije. - se burló James con una sonrisa en su rostro.
- Cuando sonríes te pareces tanto a mamá. - comentó el joven alfa.
- Gracias. - respondió el omega encogiéndose de hombros con algo de orgullo.
Edward sonrió ligeramente y rodó los ojos, no siendo capaz de estar molesto con su hermano, así se burlara de él casi siempre.
[...]
A la mañana siguiente, Louis puede sentir que su alfa está tramando algo, lo puede intuir por la sonrisita que tiene su pareja a la hora del desayuno y por la forma que lo mira casi a cada instante, además de poder sentir como su alfa estaba emocionado y haciendo su mayor esfuerzo por decir nada, lo cual era raro, porque su alfa siempre le hablaba por las mañanas.
- ¿Estás tramando, Styles? - preguntó directamente, mirando a su alfa.
- Nada. - negó el rizado. - ¿Puedo llevarte hoy al trabajo? - pidió con un pequeño puchero.
Louis lo miró con curiosidad, aún intuyendo que su alfa estaba extremadamente raro esa mañana.
- ¿Y cómo piensas que voy a regresar en la tarde? - cuestionó en un tono suave.
- También iré por ti, amor. - dijo el alfa como si fuera lo más obvio.
- De acuerdo. - suspiró el castaño, no pudiendo negarle nada a su alfa. - Pero tú estás escondiendo algo, lo sé. - sentenció antes de ir por sus cosas.
- No oculto nada. - volvió a negar el alfa, tomando las llaves del auto. - Querer llevar a mi omega al trabajo, no es nada extraño. - se defendió.
- ¿Y por qué tu alfa está tan callado? - cuestionó, volviendo a analizarlo con la mirada.
"No ocultamos nada, mi amor." respondió su alfa de inmediato.
- No confío en ustedes. - mintió el omega, tratando de retener la sonrisa que quería formarse en sus labios, pero terminó fallando.
El trayecto en el auto fue totalmente normal, al igual que todo el día en su trabajo, aún teniendo en mente la idea de que su alfa le había estado ocultando algo esa mañana, pero decidió tratar no pensar mucho en eso y realizar sus deberes como se debía.
Louis podría jurar que a su edad, la única preocupación en su horario laboral debería ser entregar un buen trabajo, pero en los últimos días el omega había sentido que tenía la demasiada atención de uno de sus compañeros, aunque en el fondo espera que solo sean ideas suyas y que en realidad solo se trate de un compañero siendo amable con él.
- Louis. - habló Frank, el beta de quien esperaba estar teniendo la impresión equivocada. - ¿Ya es tu hora de salida? - preguntó con una sonrisa.
- Mhm... si. - respondió dudoso, tratando de corresponder a la sonrisa con amabilidad, pero sonriendo de una manera forzada.
- Note que trajiste tu auto hoy. Así que, yo podría llevarte a casa. Si quieres, claro. - se ofreció con algo de nervios.
- No es necesario. - negó Louis tomando sus cosas para irse.
- Oh, por favor. - rogó el beta, tomándolo suavemente del brazo.
Louis se sintió extraño con el toque ajeno, aún con su presentimiento de que el hombre tenía una doble intención con él.
- Frank. - habló aclarando su garganta con incomodidad, soltándose del agarre del beta con la mayor sutileza posible, tratando de no ser muy grosero. - Mi alfa vendrá por mí. - aclaró mirándolo directamente.
- Tu alfa. - repitió el chico algo incómodo.
- Si, así que... no necesito que nadie más me lleve, lo siento. - agregó desviando su mirada. - Nos vemos mañana. - se despidió, pasando de largo del beta sin esperar una respuesta.
El omega pensó que eso había sido lo suficientemente claro y educado de su parte, para marcar la línea entre su compañero y él, pero se da cuenta que no es así cuando el hombre lo vuelve alcanzar una vez que está fuera del hospital.
- Louis. - llamó tomándolo de nuevo del brazo, haciéndolo sentir incómodo una vez más. - Sé que tienes alfa, no quería incomodarte. - aclaró.
Louis frunció el ceño, dirigiendo su mirada al agarre en su brazo, tratando de darle a entender que su toque es lo suficientemente incómodo para él.
- Digo... tienes una marca muy visible. - comentó tragando en seco, con su mirada fija en el punto en su cuello donde estaba su marca de unión bajo la tela.
- ¿Puedes ir al punto, Frank? - cuestionó el castaño, tratando de soltarse pero le fue imposible esta vez.
- Me gustas. - soltó el beta. - Y sé que mis sentimientos no pueden ser correspondidos, pero no puedo evitar ser atento contigo y querer estar cerca tuyo. - explicó algo apenado.
- ¿Podrías soltarme? - pidió Louis amablemente, mientras trataba de pensar en que decir a la confesión.
- Lo siento. - se disculpó Frank soltandolo de inmediato. - Perdón si te sobrepase la raya, no fue mi intención. - agregó sonando sincero.
- Frank, tienes razón. - comenzó a hablar el omega. - Tus sentimientos nunca van a ser correspondidos por mi, pero no significa que seas una mala persona, si, últimamente sentí tu atención y fue algo incomodo, no lo voy negar. Pero eres más joven que yo y puedes enamorarte de alguien más, alguien que sí esté disponible y pueda tener tu atención sin problemas. Yo no soy ese alguien. Tengo un alfa y una familia, no pierdas más tu tiempo. - dijo lo más amable que le fue posible, porque diferencia de la madre de Valeria que ha estado encima de él de una manera intensa, Frank nunca fue así, el beta era el clásico atento de preguntarle cómo estaba, si necesitaba algo, si querías algo en especial para el trabajo o para el almuerzo, etc; siempre siendo lo más amable posible.
Antes de que el chico pudiera responder, alguien más lo interrumpió aclarando su garganta llamando la atención de ambos, Louis ni siquiera necesito mirar a esa tercera persona para saber que su alfa.
- ¿Sucede algo, amor? - preguntó Harry, con sus ojos verdes viajando del beta a su omega.
- No es nada. - negó Louis de inmediato, acercándose a su alfa. - Solo me estaba despidiendo. - agregó abrazando a su pareja, recargando su cabeza en el pecho del alfa.
Frank frunció sus labios, haciendo un ligero movimiento de cabeza antes de volver a entrar al hospital.
- Le gustas. - dijo el rizado seriamente, sintiendo los celos en su pecho.
- ¿Qué? - preguntó Louis alzando su mirada, mordiendo su labio inferior, para no sonreír al sentir los celos de su alfa.
- Le gustas. - repitió Harry en un tono más ronco, llevando sus manos a las caderas de su pareja.
- ¿Cómo sabes eso? - cuestionó con curiosidad.
- Por la forma en la que me vio. - respondió con simpleza.
Louis rió en voz baja y negó con la cabeza, dándole un beso en la mandíbula a su pareja.
- Harry, no puedes estar celoso a estas alturas. - comentó con alegría, sintiéndose en el fondo, algo emocionado por saber que su alfa aún podía sentir celos por él.
- Puedo estarlo, si hay gente que te quiere arrebatar de mi lado. - se defendió el rizado.
- Mi amor, mi amor. - murmuró el castaño negando con la cabeza, subiendo su a los rizos de su alfa, enredando sus dedos en ellos. - Tú sabes que nadie va a lograr eso, nunca. - sentenció seguro de sus palabras. - Tú eres mío y yo soy tuyo. Eso quedó escrito hace más de veinte años. - aclaró mirando fijamente los ojos verdes de su pareja.
Harry sonrió en grande, con los hoyuelos marcándose en sus mejillas.
- Tienes toda la razón, como siempre. - suspiró, apretando las caderas del omega. - Aunque, no puedo culpar a las personas que caen por ti. Sigues igual de hermoso que hace veinte años. Es normal que las personas se enamoren de ti. - confesó, amando el sonrojo que se hizo presente en las mejillas del castaño.
- Te amo. - fue lo único que pudo responder el omega, bajando su mirada a los labios de su alfa.
- Yo también te amo. - respondió el alfa completamente enamorado. - Confío mucho en ti, solo estoy celoso por las personas que quieren arrebatarte de mi lado, no porque crea que vayan a lograrlo. - aclaró.
Louis sonrió encantado de escuchar eso.
- Si, yo sé que confías en mí. - murmuró, acercándose a los labios del más alto. - Hemos estado juntos por tanto tiempo, que nunca podríamos desconfiar el uno del otro. - agregó con un suspiro, aliviado.
- Ya besame, omega. - pidió el rizado sin dejar de sonreír.
El omega sonrió de la misma manera alegre, antes de besarlo, tal y como se lo pidió, siendo un beso más guiado por el alfa que por él, pero sin perder la sensación de amor de ambas partes.
- Vamos a casa. - dijo el castaño en voz baja, una vez que el beso se terminó.
Y una nueva sonrisa iluminó el rostro del alfa, dándole un beso de pico en los labios a su omega, antes de tomar su mano y guiarlo.
- Alfa, ¿Dónde está el auto? - cuestionó el castaño después de unos cuantos pasos sin poder localizar el vehículo. - No puedo verlo. - murmuró inquieto.
- Es por qué no lo traje. - se limitó a responder el rizado.
Louis se sintió confundido, pero incluso antes de poder decir o cuestionarlo algo al respecto, pudo ver la moto del rizado.
- ¿La recuerdas? - preguntó Harry, deteniéndose enfrente de la moto. - Te llevaré a casa, como en los viejos tiempos. - comentó con un sentimiento mezclado entre orgullo y nostalgia.
- Lo recuerdo. - respondió Louis, haciendo su mayor esfuerzo para no llorar de lo conmovido que se sentía en esos momentos. - Tú celoso y manejando una moto, vaya que es como en los viejos tiempos. - comentó con un suspiro lleno de nostalgia, enredando sus brazos en el cuello de su alfa.
- Siempre será un honor llevar a este hermoso omega en mi moto. - dijo Harry con su voz apunto de quebrarse, sintiéndose igual de conmovido que su omega.
- Este hermoso omega que siempre ha sido tuyo. - murmuró el omega, uniendo sus labios en un beso, para evitar llorar, pero fallando aún así, con un par de lágrimas bajando por sus mejillas.
Louis sonrió entre el beso, al sentir como su alfa limpiaba sus lágrimas de sus mejillas de manera delicada con su dedos.
- Vamos, omega. - murmuró el rizado dándole un sonrisa a su pareja para hacerlo sentir mejor. - Sube, te llevaré a nuestro hogar con nuestros cachorros. - dijo logrando que el omega sonriera de nuevo.
Una vez que Louis se subió a la moto con el casco, sujetándose por la cintura de su alfa, abrazándose con fuerza a él, realmente se sintió como un dieciocho años de nuevo, que solo podía soñar con estar con el alfa de sus sueños, pero ahora todo era muy diferente.
Él estaba con el alfa de sus sueños y de su vida entera, y no era para nada un sueño.
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