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~Treinta y nueve'💍

La dinámica familiar los fines de semana es muy tranquila, a pesar de encontrarse casi todos en casa el ambiente era tranquilo, incluso cuando tenían como visitas, aunque esas visitas eran en su mayoría Niall, justo como en ese momento.

- ¿Qué ha pasado? - preguntó Harry dejándose caer en el sofá a lado de su mejor amigo, abriendo su lata de cerveza. - ¿Ya se arregló tu problema con Shawn? - se atrevió a cuestionar.

- Algo así. - bufó el omega bebiendo de su lata. - Él ya tuvo su último celo. - suspiró con algo de tristeza. - Fue genial, pero ahora de seguro volveremos hacerlo hasta mi celo. Es normal que una vez que hayan terminado sus ciclos el libido disminuya, no voy a presionarlo. - explicó más tranquilo. - ¿Y hay contigo?, ¿Todo bien ahí? - preguntó si vergüenza tampoco.

- Dudo que quieras saberlo. - respondió el rizado con una risa, negando con la cabeza. - Al final, mi vida sexual incluye a tu hermano, no quieres detalles de eso, créeme. - aseguró después.

- Cierto. - dijo Niall haciendo una exagerada mueca de desagrado con los labios. - Vivir con ustedes fue suficiente trauma para mi. Deberían pagarme el psicólogo. - agregó.

- Demasiado tarde para reclamar eso. - dijo el rizado divertido, bebiendo un tragó más de cerveza.

- Por cierto, ¿Dónde está mi hermanito?, que falta de respeto es que no lo haya visto desde que llegué. - comentó indignado.

- Salió con Olivia. Nuestra hija quería comprar algo de ropa nueva, encontrar su propio estilo antes de entrar a la prepa. - explicó Harry con tranquilidad.

- Vaya, han crecido mucho en este tiempo. - dijo Niall algo sorprendido.

- Ni me lo recuerdes. - bufo el rizado con tristeza mezclado con molestia.

- ¿Qué pasa? - preguntó el rubio conociendo a la perfección a su amigo, como para saber que algo lo estaba molestando o mortificando por su último comentario.

- James va a tener su primera cita hoy. - respondió Harry sin mirar a su amigo, sabiendo que podría burlarse por estar siendo demasiado protector o posesivo con su hijo.

- ¿Vendrán por él? - preguntó Niall en lugar de eso con una sonrisa en su rostro.

- Si, no debe tardar. - bufó el rizado tratando de mantener en control a su alfa haciendo un berrinche interno, por que su cachorro omega saldría de casa con un alfa.

- ¡Tengo una idea! - exclamó Niall emocionado.

Harry lo miró entre confundido y curioso, con el ceño fruncido.

- Vamos a molestar un poco al chico. - propuso el omega.

- Louis va a matarme sí ahuyentaba al pretendiente de mi hijo, me lo advirtió antes de irse. - dijo el alfa, negándose a la idea de su amigo.

- No lo vamos ahuyentar, solo vamos a jugar con él, ya sabes... un pequeño juego para hacerle saber que si lastima a mi sobrino será un chico perdido. - explicó Niall. - Oh, vamos. Hace mucho que no hago esto, mis hijas formalizaron sus relaciones hace tiempo. - suplicó viendo que el rizado aún estaba dudoso.

- ¿Y qué se supone que vamos hacer? - preguntó el ojiverde.

- Mhm... no sé. - murmuró el rubio meditando por unos segundos. - ¿Qué tal si le decimos algo que nos haga ver como una familia peligrosa? - propuso.

- Dudo que sea buena idea. - dijo Harry sinceramente. - ¿Y qué le diríamos en todo caso? - preguntó.

- Que acabo de salir de prisión. - propuso el omega.

- Estás loco. - negó el rizado de nuevo.

- Le quitas la diversión a todo. - bufó Niall rodando los ojos, antes de levantarse de su lugar para ir por otra cerveza.

Harry respiró hondo, soltando un gruñido cuando escuchó a alguien tocar la puerta, imaginándose perfectamente quien debía ser.

Sabía que debía de comportarse y ser lo más amable posible con el chico, pero desde el momento en que abrió la puerta y sintió el aroma a alfa adolescente, hizo que su alfa interior se removiera inquieto en su pecho.

- ¿Quién eres? - preguntó el rizado, mirando al chico.

- Soy Daniel... - respondió el más joven, algo incómodo.

- ¿Quién es, Harry? - habló Niall dirigiéndose a la puerta con la lata de cerveza en sus manos.

- Es Daniel. - respondió el alfa manteniendo el control, justo como se lo prometió a su omega.

- ¿Daniel? - repitió el rubio mirando al chico. - No tiene cara de Daniel. - comentó sin mucho sentido, haciendo reír un poco a su amigo. - Oh, espera... ¿Eres el que se peleó con Edward? - dijo con curiosidad.

- Es verdad. - dijo Harry, frunciendo ligeramente el ceño, mirando al chico.

- Si, fui yo. - murmuró el joven, sonriendo algo incómodo.

- Así que, sabes pelear. - comentó Niall sonriendo en grande.

- No, señor. - negó Daniel con una risa.

- ¿Cómo voy a dejar ir a mi sobrino con alguien que no sabe pelear? - atacó el rubio divirtiéndose con la reacción del más joven. - Necesito saber que estará a salvo. - aclaró.

- De acuerdo. Basta. - intervino Harry, alejando a Niall del chico. - Quiero a James en casa a las cinco y punto. Ni un minuto más. - sentenció seriamente el alfa, quizás fallando un poco en el aspecto de no intimidar al más joven, que le había prometido que no haría a su omega.

- ¿Es su primera cita? - habló de nuevo Niall, bebiendo de nuevo de su cerveza.

Daniel asintió sintiéndose algo abochornado con la situación.

- Nada de besos y toqueteos en la primera cita. - sentenció el omega, sonando igual de serio que el rizado anteriormente. - De lo contrario serás un chico muerto. - amenazó.

- Exacto. - dijo Harry estando de acuerdo con eso.

- ¡Harry! - llamó Louis llegando al hogar con su hija, alcanzando a escuchar la amenaza de su hermano y de su alfa.

- Hola, amor. - dijo el rizado sonriendo inocentemente. - ¡Fue idea de Niall! - agregó de inmediato en su defensa.

- ¡Oye, maldito! - exclamó el omega mayor indignado.

Louis suspiró profundamente, negando con la cabeza y rodando los ojos.

- Hola, Daniel. - saludó al menor con una cálida sonrisa. - Perdona al padre de James y a su tío. Suelen portarse como idiotas cuando beben. - se disculpó, haciendo que el chico se sintiera más tranquilo y riera un poco. - Le avisaré a James qué estás aquí. - agregó, advirtiéndole con la mirada a su hermano y a su alfa que se comportaran, antes de irse para dejarlos solos de nuevo.

- Oye, niño. - habló Niall de nuevo, mordiendo el interior de su mejilla para evitar reírse. - ¿Has tenido sexo? - preguntó divertido con el sonrojo del chico.

Daniel negó lentamente con la cabeza, tragando en seco.

- Bien. Por qué ni creas que lo harás con mi sobrino. - dijo el rubio seriamente. - ¿Sabías que estuve en prisión? - cuestionó para seguir molestando al más joven.

- ¡Niall! - llamó Louis molesto, bajando las escaleras.

- Oh, Shawn me está llamando. - se excusó el omega mayor, sacando su celular. - Debo irme. - mintió con una sonrisa falsa de inocencia. - Suerte, amigo. - agregó en voz baja para Harry, antes de salir casi corriendo de la casa, huyendo de su hermano menor.

- Lo siento tanto, Daniel. - se disculpó de nuevo el omega, notando como su alfa solo estaba conteniendo la risa por que había dicho su amigo hace un momento. - James no tarda en bajar. - aseguró dándole otra cálida sonrisa.

Harry hizo su mayor esfuerzo para no gruñir cuando vio a su cachorro omega, bajar lleno de emoción, luciendo sumamente hermoso, con sus ojos azules brillando de la ilusión.

- Hola, Daniel. - saludó el omega con un ligero rubor en su rostro, acercándose al alfa para darle un beso en la mejilla como saludo.

- Demasiado contacto. - intervino Harry sin poder evitarlo, haciendo el intento de separar a los chicos, pero su omega no se lo permitió.

- Diviértanse mucho, chicos. - dijo Louis, apretando un poco el brazo de su alfa para mantenerlo tranquilo.

- Adiós, mami. Adiós, papi. - se despidió el omega sonriéndole a sus padres.

- ¡Debes regresar a las 5:00! - advirtió el rizado, señalando a ambos pero centrando su mirada en el alfa joven en forma de advertencia, antes de que los chicos salieran de la casa.

- ¡Cualquier cosa llámanos! - agregó el castaño en su lugar, cerrando la puerta finalmente. - ¿Qué fue lo que te dije, Harry? - preguntó al instante, mirando a su pareja.

- Yo no hice nada, fue tu hermano. - se defendió el rizado.

- Claro, pero bien que estabas apoyándolo. - dijo el omega respirando profundamente para tranquilizarse.

- Perdón, omega. - se disculpó, acercándose al castaño, enredando sus brazos en la cintura de su pareja, atrayéndolo hacia su cuerpo.

- Eres del tipo posesivo, ¿No es así? - murmuró Louis, recargando su cabeza en el pecho de su alfa.

- Si, soy posesivo con todos mis cachorros. - asintió el rizado, besando la frente del más bajo. - Pero con uno en especial. - murmuró, guiñando un ojo una vez que su mirada se encontró con la de su pareja.

- Ni creas que ya estás perdonado. - dijo Louis con una sonrisa, dándole un beso en la mandíbula a su alfa, separándose de él.

- Te conozco, amor. No estás molesto conmigo. - aseguró el rizado antes de unir sus labios en un dulce beso.

- Mhm... tienes mucha suerte que te ame tanto. - respondió el castaño encantado. - Sé un buen alfa y no te metas en la vida amorosa de tus hijos. - agregó el omega sonriéndole.

Aún después de lo que le había dicho su omega, Harry se encontraba mirando el reloj en espera de que su hijo llegara, sintiéndose inquieto la mayoría del tiempo, ganándose sonrisas burlonas de parte de su omega.

James por su parte estaba muy feliz, el pequeño omega había estado nervioso pensando en la cita, imaginándose las posibles cosas que podrían salir mal, pero afortunadamente su cita había sido grandiosa, el alfa era muy divertido y agradable, además de ser una persona educada y respetuosa.

- Gracias, fue... lindo salir contigo. - dijo el omega con una sonrisa nerviosa, una vez que estaban en la puerta de su casa.

- Gracias a ti por aceptar mi invitación a salir. - respondió el alfa tratando de contener su propia sonrisa, pero fallando en ello junto con el rubor en sus mejillas y el latido fuerte de su corazón.

- Adiós, Daniel. Te veo en la escuela. - se despidió el castaño, acercándose al alfa para darle un beso en la mejilla.

Daniel sonrió aún más, abrazando al omega por unos segundos teniendo el valor de darle un beso igual en la mejilla.

Por unos segundos cuando sus ojos se cruzan, la posibilidad de besarse pasar por la mente de ambos, pero antes de que lo hagan alguien abre la puerta de la casa e interrumpe el momento aclarando su garganta.

- Cinco y punto. - habló Harry con la voz gruesa. - Demasiado cerca. - agregó indicando que se separaran.

- Eres un dramático, papá. - dijo el menor riendo, separándose del chico.

- Andando, hijo. - dijo el rizado un poco más tranquilo.

- ¡Nos vemos, James! - se despidió el alfa alegremente viendo como el omega entraba a su hogar. - Hola, señor Styles. - murmuró en voz baja, sintiéndose algo cohibido por la mirada del rizado.

- Eres un buen chico. - comentó Harry después de unos segundos de analizar al más joven. - Ve con cuidado a casa. - agregó con una media sonrisa recibiendo un asentimiento de parte del chico, antes de cerrar la puerta.

- Gracias por no ser tan duro, papá. - comentó James siendo algo sarcástico, pero sin estar molesto, abrazando a su padre. - Casi no lo asustaste. - agregó con una risa, alejándose de él para correr a su habitación.

- Casi no lo asuste. - repitió el alfa con orgullo, mirando a su omega que estaba sentado en el sofá de la sala.

- Bien hecho, amor. - dijo el castaño sonriendo igual.



[...]






El pasar más de la vida de su vida con una sola persona, suena como una locura y a la vez un sueño para muchos y para otras es algo imposible, pero esa es la realidad de Louis, durante estos años de relación ambos habían memorizado cada detalle importante y no tan importante del otro, como lo era su ciclo de celos, cada uno sabía que con exactitud cuando iba a caer el celo del otro, tenían que hacerlo para tener todo preparado por sus hijos.

Ya habían pasado varias semanas de la cita de su hijo y todo estaba en armonía en la casa, Louis estaba consciente que el celo de su alfa estaba cerca, pero por alguna razón esta vez el omega estaba algo inquieto la mayoría del tiempo.

Y es esa mañana al despertar que Louis puede darse cuenta del porqué su omega había estado tan raro toda esa semana y en especial el día anterior.

El cuerpo caliente de Harry está pegado a él, con su respiración pesada en su cuello, respirando con fuerza su aroma y su abrazo enredado en su cintura manteniéndolo en su lugar.

- Harry. - murmuró el castaño tratando de girarse para mirar al alfa, pero en su lugar recibió un gruñido bajo. - Amor, se adelantó su celo. - dijo algo angustiado, no entendiendo el porqué el celo su alfa se había adelantado, cuando se supone que debía ser en dos semanas.

- Louis. Omega. - llamó el alfa aún perdido en su sueño y por el celo, comenzando a mover su caderas contra el cuerpo de su omega.

"Alfa, hazme caso." gruñó el omega desesperado.

Harry abrió los ojos de golpe, soltando al omega para que pudiera moverse, saliendo de su trance de celo por un momento.

- Amor, tu celo se adelantó. Pero no te preocupes, llamaré a Niall para que venga por los niños y me encargaré de ti. - explicó dándole un corto beso en los labios, antes de salir casi corriendo de la cama.

Louis tenía suerte de que su hermano haya aceptado ir casi de inmediato y de que sus hijos le hubieran hecho caso sobre lo que tenía que hacer sin preguntar nada.

El esperar a su hermano fue sin duda uno de los diez minutos más largos de su vida, pero se sintió aliviado una vez que sonó el timbre de su hogar.

- ¿Shawn? - dijo sorprendido de ver al alfa. - Creí que vendría mi hermano. - confesó algo apenado.

- No quiso levantarse de la cama, así que me mandó a mi. - explicó Shawn con una pequeña sonrisa.

- Gracias por venir. - asintió el castaño comenzando a sentir como su corazón se aceleraba. - ¡Llegó el tío Shawn!, ¡Vayan, niños! - exclamó mirando a sus hijos.

- ¡Tío Shawn! - dijo Katie abrazando alegremente al alfa.

- Vaya, creciste mucho desde la última vez que te vi. - respondió Shawn algo nostálgico.

- Ya soy grande, tío Shawn. Incluso tengo novia. Es mi Valeria. - comentó la chica con orgullo.

- ¡Hey, bien por ambas! - exclamó el alfa feliz, abrazando de vuelta a su sobrina, mientras los demás chicos lo saludaban y corrían al auto.

- ¡Pido junto a la ventana! - gritó James rebasando a su hermano.

- ¡No, yo quiero la ventana! - respondió Edward corriendo más.

- Muchas gracias, Shawn. - dijo Louis realmente agradecido, con su voz saliendo algo débil.

- No es nada, ustedes hacen lo mismo por nosotros. - respondió el alfa encogiéndose de hombros.

Louis soltó un suspiro, sosteniéndose de la puerta cuando sus piernas fallaron por un segundo, sintiendo como estaba apunto de comenzar a lubricar.

- Louis, ¿Estás bien? - preguntó Shawn preocupado, intentando ayudar al omega para que no perdiera el equilibrio. - Creí que era el celo de Harry. - murmuró confundido.

- No deberías tocarme. - dijo el omega temiendo que la idea en su mente fuera verdad.

Él también estaba entrando en celo.

- Gracias por venir por mis hijos, Shawn. Debo ir con Harry antes de que sienta que estoy entrando en celo. - explicó lo mejor que pudo.

- Claro. - asintió el alfa, alejándose de él aún con el miedo de que el omega fuera a caerse. - Llámenos cuando se haya pasado el calor. - agregó con una sonrisa antes de irse.

Louis solo asintió, apresurandose a cerrar bien la puerta, jadeando en busca de respirar bien con su piel quemando por el calor.

- Omega. - habló Harry no muy lejos de él. - Estás en celo tú también. - dijo antes de acercarse para cargarlo de manera nupcial y llevarlo a la habitación.

- Harry. - jadeo el omega, una vez que su cuerpo tocó el colchón, queriendo llorar por la confusión no entiendo porque su celo estaba llegando a la par del de su alfa.

- Cachorro, está bien. - habló Harry dulcemente para tranquilizarlo, llevando sus manos debajo de la camiseta del castaño tocando su piel caliente y sensible. - Vamos a estar bien, cuidare de ti y tú de mí, como siempre lo hemos hecho. - dijo siendo el más consciente en esos momentos.

- Alfa, te quiero. - dijo el castaño llevando sus manos al borde del pantalón de su pareja, tratando de bajarlos, sintiéndose desesperado por tener algo de atención.

- Tranquilo, voy a darte lo que quieres, amor. - aseguró el alfa con una sonrisa en su rostro. - Sé un buen omega y quítate la ropa para tu alfa. - pidió en voz baja, separándose para quitarse su propia ropa.

El omega no tardó en obedecer las palabras de su pareja, quitándose torpemente la ropa y tirándola a algún punto de la habitación sin importarle mucho por ahora.

- Tan hermoso. - habló Harry en un tono más sombrío, pasando sus manos por las curvas del cuerpo de su omega, pasando sus dedos por las marcas que tenía el castaño en el estómago a causa de sus dos embarazos.

- Harry. - gimió el omega mirando como su alfa llevaba sus labios al lugar de las marcas, besándolas con tanto cariño y cuidado que Louis podía sentir que su corazón iba a salir de su pecho.

- Me diste cuatro cachorros tan hermosos como tú. - dijo el rizado alzando su rostro, para acercarse al de su omega y besarlo. - Te amo tanto. - murmuró entre el beso sintiendo como su pareja soltaba un jadeo contra sus labios.

Louis jadeó una vez más cuando una de las manos del alfa lo obligó a abrir más sus piernas, haciendo camino su entrada que estaba chorreando lubricante, más de lo que nunca había hecho.

- Estás tan húmedo. - gruñó Harry contra sus labios. - Después de todos estos años juntos, sigues goteando por mi nudo, omega. - dijo llevando su rostro al cuello del más abajo, comenzando a besar ahí a la vez que comenzaba a preparar al omega con sus dedos. - Estás tan ansioso por ser follado y de tener mi nudo llenándote, ¿No es así? - preguntó una vez que el omega gimió en alto.

- Si, lo quiero tanto. - respondió Louis de inmediato, comenzando a mover sus caderas contras los dedos de su alfa, sosteniéndose de las sábanas de su cama.

- Mi omega, tan impaciente. - murmuró el rizado con una sonrisa. - Ni quisiera sé porque te estoy preparando, si tú ya quieres tomarme, ¿O no? Apuesto que podría entrar ya en ti. - siguió hablando, sabiendo que a su omega le gustaba escuchar su voz durante su celo.

- Si, alfa. Puedo tomarte ya, por favor. - dijo el omega casi sollozando de desesperación, llevando su mano a la erección del alfa sintiendo la dureza, sabiendo que él también estaba igual de desesperado. - Vamos Harry, se un buen alfa y follame de una vez. - pidió hablando con dificultad, recibiendo un gruñido de parte del rizado como respuesta.

- De acuerdo, como mi omega quiera. - dijo el alfa, sacando sus dedos de la entrada dilatada del omega, abriendo un poco más sus piernas de la parte de sus muslos, antes de alinearse a su entrada, tomando las manos del omega para entrelazar sus dedos a la altura de su cabeza, comenzar a entrar en él, admirando las muecas de placer en el rostro del castaño.

Louis soltó un gemido satisfecho cuando su alfa entró en su totalidad, sintiendo pleno con el calor que lo había estado quemando en su interior siendo apagado; mientras que su alfa apretaba sus dientes respirando pesadamente, tratando de mantener el control y no comenzar a moverse antes de su omega se lo pidiera, para no lastimarlo.

- Creo que... quiero que te quedes así. - dijo Louis burlándose de su alfa, mientras recuperaba el aliento.

- Lou. - gimió el alfa roncamente, tragando en seco para mantenerse quieto.

- Solo bromeo, amor. - suspiró el omega con una pequeña risa, estirándose para llevar sus labios al cuello del alfa dejando besos hasta llegar a la oreja. - Hazlo, puedes moverte. - murmuró dándole un último beso, antes de que el alfa comenzará a moverse dando la primera embestida, sacándole un gemido agudo.

- No dejas de jugar conmigo aunque estés en celo. - gruñó el rizado moviendo sus caderas de manera fuerte desde el primer momento, viendo como su omega solo podía jadear.

Louis es consciente de que durante el celo Harry era mucho más brusco en el sexo, pero esta vez se sentía mucho más intenso que nunca, quizás era porque era el celo de ambos, pero casi se podía sentir como si fueran adolescentes de nuevo con las misma energía y hormonas necesitadas de ser liberadas, que lo tenían casi con las piernas temblando y el corazón acelerado.

- ¿Puedo...? - habló Harry entre jadeos cortos, sin detener el movimiento de sus caderas arrastrando el cuerpo del omega con cada embestida. - ¿... reabrir nuestra marca? - preguntó sintiéndose en el borde del orgasmo.

- Alfa. - gimió Louis con la idea, soltando sus manos del agarre del alfa, para colocarlas en los hombros de su pareja. - Puedes hacerlo. - respondió cerrando los ojos, mientras seguía sollozando con cada movimiento, sintiendo como su orgasmo se formaba en la parte baja de su estómago.

Harry gimió roncamente por la respuesta, aumentando la fuerza de sus movimientos sintiendo las uñas del omega rasgar su piel, perdido la combinación de sus aromas que llenaba el ambiente y los sonidos de placer que hacía su pareja.

Louis gime en alto el nombre de su alfa, una vez que alcanza su orgasmo después de un par de embestida, sintiendo todo su cuerpo temblar mientras mancha el pecho de ambos, sintiendo como el rizado gruñe por eso antes de enterrar sus dientes en su marca de años de unión justo al mismo tiempo que su nudo se expande y se está descargando con fuerza en su interior.

- Eso... Fue intenso. - dijo el castaño entre suspiros, tratando de recuperarse, mientras su alfa está curando la herida con su rostro escondido en su cuello, lo que lo hace sonreír con nostalgia al tener el pequeño déjà vu de la vez que fue marcado por primera vez.

La edad es algo que influye de alguna manera en los celos, en la intensidad y en la cantidad de nudos del alfa, al igual que en el libido de ambos, normalmente con los años cada celo es menos intenso y el deseo no es tanto.

Después de veinte años, ellos habían tenido un largo descanso después de cada ronda, pero esta vez tanto Louis como Harry, sentía el deseo más fuerte y parte de no querer separarse casi para nada, ellos se encontraban queriendo hacerlo más veces de lo que habían acostumbrado en sus últimos celos.

Así que, Louis no se sentía tan sorprendido de encontrarse a los pocos minutos de un nudo, estando con el rostro escondido en las almohadas, mientras su alfa lo sostenía de la cadera para embestirlo.

- Siempre me ha gustado como te ves en esta posición. - comentó Harry lleno de placer, apretando un poco más las caderas del castaño para impulsar e ir más lejos con sus movimientos.

- ¿Si? - preguntó Louis casi sin aliento, girando su rostro para ver a su alfa.

- Si. - respondió el alfa, estirándose, cubriendo el cuerpo del omega con el suyo. - Aunque me gusta más cuando me montas. - confesó antes de unir sus labios en un beso desordenado.

- Entonces... Déjame hacerlo. - dijo el omega una vez que sus labios se separaron.

- ¿Quieres montar a tu alfa? - preguntó el rizado reprimiendo un gruñido en lo profundo de su garganta.

Louis asintió con un sollozo, sintiéndose cerca de un nuevo orgasmo.

El alfa no tardó en salir, acostándose ahora él en la cama, sin perderse con la mirada cada uno de los movimientos de su omega, mirando tomaba su miembro para penetrarse así mismo.

- Te encanta tener el control, omega. ¿No es así? - preguntó Harry colocando sus manos en las caderas de su pareja.

- Tanto como a ti. - se limitó a responder el omega, colocando sus manos en el pecho del alfa como apoyo, antes de comenzar a moverse.

Harry gimió, disfrutando los movimientos de su omega, amando la vista de ver a su Louis jadeando, con el rostro sonrojado y lágrimas de placer corriendo por sus mejillas, junto con el color carmesí brillante de sus labios delgados.

- Oh, alfa. - gimió el castaño sintiéndose demasiado cerca, esforzándose por follarse con más fuerza y frecuencia, soltando un sollozo cuando el rizado comenzó a mover sus caderas a la par de sus movimientos, dando en su próstata y haciendo más intensas sus embestidas.

El escuchar a su alfa gruñir su nombre, sumándole la sensación del nudo creciendo a medida que se corría en su interior de nuevo, fue suficiente para que el omega llegará a su orgasmo.

- Lou. - habló el rizado, acariciando suavemente la espalda de su pareja, mirando como este hacía su mayor esfuerzo por recuperar el ritmo normal de su respiración. - Ven, omega. - pidió, haciendo que el castaño se acostará en su pecho, sin importarle que estuviera manchado. - Una vez que baje el nudo, te daré de comer. - prometió dejando besos en frente y por todo su rostro.

Louis sonrió en grande y asintió con un suspiro tranquilo, quedándose dormido en el pecho de su alfa después del intenso orgasmo que había tenido.

Los siguientes dos días fueron muy similares, con ellos queriendo casi estar juntos todo el tiempo, descansando un par de minutos para comer o beber agua, agotando toda su energía durante el sexo; por lo que fue de esperarse que al día después de que sus celos terminaran ambos se sintieran cansados, sobre todo el omega, que se negaba a salir de la cama.

- Amor. - llamó Harry moviendo el hombro del omega con cuidado para despertarlo sin tener mucho éxito, sabiendo que el castaño debía comer lo antes posible después de lo que había pasado.

"Omega, despierta por favor." pidió su alfa angustiado por alimentar a su omega después del celo.

Louis se removió en la cama, abriendo los ojos para encontrarse con el rostro de su alfa preocupado.

- ¿Fui muy duro? - preguntó Harry preocupado por eso.

- No, alfa. - negó el castaño de inmediato no queriendo que su alfa pensará eso. - Fue muy intenso, pero estoy bien. - aseguró con una sonrisa floja.

- Sabes qué fue lo que pasó, ¿Verdad? - preguntó el rizado, acariciando el cabello de su omega.

Louis asintió, torciendo sus labios en una sonrisa más nostálgica que alegre.

- Fue nuestro último celo. - murmuró el omega con la voz algo apagada, cerrando los ojos de nuevo, para evitar llorar.

Harry asintió igual, frunciendo los labios para evitar hacer una mueca de tristeza.

- Pero se sincronizaron, como tú querías, por lo menos sabemos que fue el último. - opinó el alfa tratando de animar a su omega.

- Si. - suspiró Louis más tranquilo, abrazándose al alfa. - Nuestros lobos quisieron estar juntos hasta en su último celo. - susurró con una sonrisa.

- Mhm... no hay algo que mi alfa pueda negarle a mi omega. - respondió Harry sonriendo por la sonrisa del castaño.

- Harry. - habló abriendo los ojos de nuevo. - Después del último celo... la comunicación entre lobos es casi nula, solo es más intensa unos días después. Yo no quiero perder a tu alfa. - dijo en un tono triste con las lágrimas formándose en sus ojos.

- No vas a perderlo. - dijo el rizado, siendo fuerte para no llorar igual. - Ya sabes que él te ama muchísimo. - aseguró apretando el cuerpo el omega contra el suyo. - Además, siempre seremos lobos, solo con este último celo va a disminuir el libido y algunas actitudes de lobo, pero no desaparecen del todo. Mi alfa siempre va a querer hablarte mi amor. - agregó con un suspiro.

"Si omega, estaré aquí para siempre" prometió su alfa con orgullo.

Louis sonrió en grande sin evitar que las lágrimas salieran de sus ojos azules.

- Ahora, levántate, te he preparado el baño. Duchate en lo que yo te hago el desayuno. - dijo el alfa, tomando el rostro de su omega entre sus manos para limpiar sus lágrimas.

- Te amo, Harry. - murmuró el castaño, besándolo para calmar su corazón acelerado.

- Yo igual te amo. - respondió el rizado sonriendo igual. - Arriba, omega. - dijo de nuevo, ayudando a levantarse de la cama.

Louis mentiría si dijera que no se sentía afortunado de tener a Harry en su vida, haciéndolo sentir que todo lo que había pasado para que ellos llegaran a este punto había valido la pena.

Si bien Harry era más intenso durante el sexo en los celos, era igual de cuidadoso con Louis después, cuidaba del omega como si tuviera miedo de que se lastimara con lo más mínimo.

- Harry, puedo comer yo solo. - dijo el castaño entre risas, teniendo al alfa dándole de comer en la boca.

- Lo sé, amor. - respondió el alfa, pero aún así seguía llevando la cuchara con comida a la boca del omega. - Pero quiero hacerlo yo. Me gusta alimentar a mi omega. - agregó como siempre decía después del celo.

- De acuerdo. - terminó accediendo el castaño, rodando los ojos antes de abrir la boca y dejar que el alfa lo alimentará.

Durante la comida Louis pudo notar el brillo especial en los ojos de alfa, al igual del como este sonreia como un tonto enamorado cada vez que lo miraba casi sonrojándose.

- Ya dime. - soltó el omega una vez que el alfa terminó de alimentarlo.

- ¿Decirte? - preguntó Harry frunciendo el ceño.

- Te conozco demasiado bien, lo sabes. Tienes algo en mente, lo sé por la forma en que me mirabas. - dijo el castaño seguro.

- ¿Sabes?, él que me conozcas tan bien no es tan bueno en algunos casos. - dijo el rizado soltando un suspiro pesado.

- Demasiado tarde, amor. - respondió el omega encogiéndose de hombros.

- Bien, si. - suspiró el rizado de nuevo, acercando su silla un poco más a la del castaño. - Tengo algo para ti. - confesó sonriendo de la misma manera de la había estado haciendo antes.

- ¿Y qué es? - preguntó Louis tratando de ocultar su emoción.

- Nuestro aniversario es en unos meses. - dijo el rizado tomando una de las manos del omega, fijando su mirada en ella. - Tenemos muchísimos años como pareja, pero cumpliremos veinticinco años enlazados. - murmuró como si fuera algo irreal para él.

- Si, lo sé. - respondió el castaño sintiendo como su corazón se aceleraba de solo pensar en eso.

- Y recuerdo que tú me pediste algo en especial. - dijo el alfa alzando su mirada a los ojos de su pareja, mientras sacaba algo del bolsillo de su pantalón. - ¿Quieres casarte conmigo en nuestro aniversario? - preguntó emocionado, abriendo la caja del anillo de plata que había comprado.

Louis sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas de nuevo, pero esta vez de felicidad.

- Creí que las bodas de plata y las bodas en general, eran para los betas. - dijo el omega recordando lo que le había dicho su alfa.

- ¿Y qué?, si mi omega quiere una boda, yo le daré una. - respondió el alfa encogiéndose de hombros. - Entonces, ¿Qué dices omega?, ¿Quieres casarte con tu alfa estúpido? - preguntó de nuevo sin dejar de sonreír.

- Si deje que me marcará hace veinticinco años, claro que quiero casarme con él. - respondió Louis lleno de emoción.

- Es bueno saber que después de veinticinco años aún me quieres tanto como tu pareja, como para casarte conmigo. - dijo Harry riendo alegremente. - Le pondré el anillo a mi omega torpe. - agregó tomando el anillo y ponérselo con todo su amor en su dedo anular.

Louis no esperó más para casi lanzarse a los brazos de alfa, enredando su brazos en el cuello del más alto y besarlo apasionadamente, sin darse cuenta del momento en el que se subió a su regazo.

El beso siguió por unos minutos más, siendo el omega el primero en separarse cuando sintió como su alfa se estaba endureciendo debajo de sus pantalones.

- ¿Estás seguro que terminó tu celo o siquiera de que fue el último? - preguntó el castaño en un tono burlón, riéndose de la reacción de su alfa.

- ¿Crees que tu hermano se moleste si le dejamos a los niños unas horas más? - cuestionó el rizado, riéndose igual.

- No lo creo. - negó el omega besándolo de nuevo, jadeando contra los labios de su alfa, cuando este se levantó sosteniéndolo en sus brazos, para llevarlo a la habitación sin romper el beso.

Ellos definitivamente estarían bien a pesar de haber tenido su último celo juntos.

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