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~Treinta y dos'🥞

Siente sus piernas adormecidas, junto con el pesado cuerpo de su alfa sobre él, sintiendo casi su calor como propio, agregando lo lleno que se sentía por tener el nudo de su alfa llenándolo por completo.

- Aún duras bastante para estar viejo. - comentó Louis en forma de burla con una pequeña risa, abrazándose al cuerpo de su pareja, amando su cercanía.

Harry rió roncamente contra la piel de su omega, dejando un corto en su marca antes de alzar su rostro, apoyándose en sus antebrazos, para mirar al castaño.

- No opinabas que era un viejo hace un momento, cuando te estaba follando. - se defendió el rizado con una sonrisa, adorando la risa del ojiazul.

- Es porqué extrañaba tu nudo. - respondió el omega con un suspiro, enredando su piernas con las de su alfa.

- Si, no podías esperarte a tu celo. - dijo Harry con una sonrisa burlona.

Louis hizo un puchero triste con sus labios y desvió la mirada de la verde esmeralda del rizado.

- ¿Qué pasa, amor? - cuestionó Harry preocupado al notar eso, pasando sus dedos delicadamente por el cabello castaño lacio de su pareja.

- Me pone triste... pensar que cualquier celo puede ser nuestro último celo juntos y ni siquiera lo notemos. - explicó lo mejor que pudo, tratando de no llorar.

Harry torció los labios en una sonrisa floja, casi nostálgica al igual que la de su omega.

- El otro día leí... algo. - comentó Louis con una sonrisa y un brillo especial en sus ojos azules, con su mirada llena de ilusión.

- ¿Qué? - preguntó el rizado interesado en saber lo que tenía tan alegre a su pareja.

- En algunas parejas su último celo se sincroniza como el primero, pasa cuando tienen una gran unión de pareja. ¿Crees que podamos ser una de esas parejas?, es un bajo porcentaje, pero es una posibilidad, ¿No, alfa? - preguntó completamente ilusionado con la idea.

- Omega. - suspiró Harry con una sonrisa en su rostro. - Me encantaría, realmente me encantaría poder prometer que seremos parte de ese bajo porcentaje, pero es algo que yo pueda asegurarte. Pero pase lo que pase, no quiero que dudes de nuestra unión, amor. Nuestro lazo es lo mejor y lo más verdadero que me a pasado en mi vida. - dijo sincero, mirando con detenimiento cada facción de su omega en busca de alguna señal de tristeza.

- Lo sé, alfa. - suspiró en su lugar el omega con una sonrisa floja, pero alegre. - Sé cuánto me amas y nunca dudaría de nuestra unión, solo digo que sería lindo saber cuando es nuestro último celo juntos. - explicó mejor sin dejar de sonreírle a su pareja.

- Si, tienes razón. - suspiró nostálgico igual el rizado. - Pero sí puedo prometerte que haré cada uno de nuestros siguientes celos especiales, como si fuera el último. - prometió besando su frente.

Louis sonrió en grande con eso, sintiendo ligeramente el rubor en sus mejillas.

- ¿Igual de especial que cuando me marcaste? - cuestionó el castaño, con las arrugas alrededor de sus ojos azules.

- Mucho más especial. - aseguró el alfa con orgullo. - Es lo menos que puedo hacer por el omega que me ha dado más veinte años de felicidad y una preciosa familia. - agregó seguido de un suspiro de enamorado, que hizo reír en voz baja al omega.

- Casi veinticinco años de nuestra marca. Deberíamos hacer una especie de boda de plata de aniversario. - propuso, enredando sus brazos en el cuello del alfa.

- La boda de plata es para los betas, cielo. - respondió Harry riendo, pero en el fondo amando la idea de poder darle un anillo a su omega.

- ¿Y qué te tiene?, así estaríamos unidos de todas las maneras posibles. - insistió con un puchero en sus labios.

- Tú solo quieres que te dé un anillo, amor. - atacó aún riendo.

- ¿Y mi alfa no quiere darme un anillo? - preguntó aún con el tierno puchero en sus labios.

"Quiero darte todo lo que tú quieras, mi amor" respondió su alfa de inmediato.

- Oh, tú sabes perfectamente que no podemos negarte nada, cachorro. - respondió Harry con una gran sonrisa, marcando sus hoyuelos. - Es una de las razones por las que estás anudado en estos momentos. - agregó.

Louis rió en alto echando su cabeza hacia atrás, sintiendo ahora sí sus mejillas completamente sonrojadas.

- Aún no debería anudarte, cielo. Sabes que el conteo de espermas es dentro de tres meses. - aclaró riendo junto con él.

- Dijiste que podías tener sexo una semana después, cumplí con eso. Hasta deje de usar tus pantalones favoritos para no tentarte. - se defendió el omega. - Además, el doctor dijo que debía seguir tomando los supresores hasta el conteo, así que, no importa si me anudas o no, debía tomarlos de todos modos, por lo menos que valga la pena. - argumentó.

Harry rió y negó con la cabeza.

- Y ni tú ibas aguantar tres meses sin anudarme. - agregó el castaño en su defensa, riendo igual.

- Si, tienes razón. - admitió el rizado, bajando su mirada a la marca dorada de su omega. - Muy posiblemente te hubiera anudado en la ducha. - comentó.

- Lo ves. - exclamó Louis sin dejar de reír. - Además, me gusta más el nudo en la cama, es mucho más cómodo. - admitió, moviendo ligeramente sus caderas, ganándose un gruñido de parte de su alfa. - Está durando mucho más tiempo. - habló, refiriéndose al nudo.

- Nuestros cuerpos saben que nos estamos haciendo viejos. - respondió Harry con una media sonrisa.

- Si. Ponme encima de ti. - pidió el castaño con un bostezo.

El alfa sonrió y asintió, girandolos en un movimiento ágil, dejando al omega encima de su pecho.

- Te amo mucho, mi amor. - murmuró Louis, escondiendo su rostro en el cuello del alfa, abrazándolo.

- Ya sabes que yo te amo mucho más, ¿Verdad? - respondió el rizado, escondiendo su nariz en el cabello del castaño.

- ¿Si? - preguntó Louis sonriendo contra la piel del alfa. - ¿Cuándo descubriste que me amabas?, bueno... que sentías algo por mi. - agregó con curiosidad.

- Oh. - exclamó Harry junto con una ronca risa. - Eso es vergonzoso, no te lo voy a decir. - negó cerrando los ojos.

- Oh, vamos. - pidió Louis, alzando su rostro para mirar a su alfa. - Dime, por favor. - rogó con un pequeño puchero.

Harry suspiró, sintiendo sus mejillas rojas por la vergüenza.

- Bien. - suspiró rindiéndose. - Pero tú también vas a decirlo. - negoció.

- Vaya que eras estúpido, amor. - murmuró Louis riendo. - Tú me gustaste desde el momento en que te mudaste con nosotros. Creí que era más que obvio. - declaró.

- Lo sabía. Sólo quería oírte decirlo. - respondió Harry riendo en alto.

- Estúpido. - bufó el castaño, dándole un pequeño golpe en su pecho al rizado.

- De acuerdo. - suspiró el alfa dejando de reír - Me sentí atraído por ti un par de meses antes de mudarme con ustedes. - confesó, sintiendo como se estaba sonrojando. - Niall me ofreció mudarme, pero no me dijo, hasta un día antes, que tú también ibas a vivir con nosotros y entré en pánico. Así que, para ocultar lo que sentía, me comporte como un idiota. Incluso un día antes de mudarme, me la pasé eligiendo que usar por ti. - explicó con su corazón latiendo con fuerza, sintiéndose como un idiota por estar nervioso con su pareja de años.

- Osea que... - habló Louis con la gran sonrisa formándose en sus labios y sus ojos iluminandose con ilusión. - Te gusté primero. - dijo emocionado. - Eso es lindo. - agregó riendo con gran alegría.

- No, no lo es. - negó Harry. - Fui un estúpido contigo por tratar de negarmelo. - dijo con un suspiro.

- Si, deberías agradecerle a tu alfa por salvar la situación. - respondió Louis dejando un beso por el cuello de su alfa.

"Si, deberías agradecerme." habló su alfa orgulloso.

- Sí no quieres un segundo nudo deberías dejar de hacer eso. - murmuró el alfa apretando la cadera, sintiendo como su nudo por fin había bajado.

- Estúpido. - rió Louis dejando un último beso cerca de la mandíbula de su pareja.







[...]







Katie había dejado su leve enojo, en cuanto Valeria tuvo el permiso de su madre alfa de pasar el día con ella en su casa, después todo la mujer no era de festejar el cumpleaños de su hija, así que no era ningún inconveniente para ella dejarla ir.

Pero aunque las cosas con su hija mayor estaban mejor, Louis había notado que Olivia estaba extraña esa mañana como entre enojada y confundida, pero el castaño no sabía si debía o no preguntar al respecto, al final no quería entrometerse en la vida personal de sus hijos.

- ¡Debe ser Val! - exclamó Katie cuando alguien llamó a la puerta de la casa, casi corriendo hacia la puerta.

Louis suspiró y siguió a su hija, encontrándose en efecto con la chica y su madre.

- Hola Katie, Hola Señor Louis. - dijo la omega con una pequeña sonrisa y un sonrojó en sus mejillas.

- Hola, cariño. - respondió Louis sonriéndole a la pequeña.

- Ven, mi papá Harry está haciendo hot cakes y waffles. - habló la alfa menor, tomando la mano de la omega para que entrará a la casa.

- Hola. - habló la mujer con una sonrisa presumida en su rostro y una mirada nada sutil a las piernas descubiertas del omega por su short.

Louis no se contuvo de rodar los ojos y soltar un suspiro de fastidio.

- Hola y adiós. - respondió el omega dispuesto a cerrar la puerta en la cara de la alfa.

- ¿No va invitarme a pasar? - cuestionó la mujer interrumpiendo las intenciones del omega con su mano y sin borrar su sonrisa. - ¿O no hay por lo menos un "cariño" para mí también? - agregó con un guiño.

Louis se sintió furioso, obligándose a controlarse para no alterar su omega y este no alterar a su alfa.

Lo último que necesitaba era que Harry se peleará con la mujer con sus hijos presentes.

- De acuerdo. - suspiró el castaño empujando ligeramente a la mujer por los hombros, antes de salir de la casa y cerrar la puerta detrás de él, para que nadie fuera a escucharlo. - Mire señora, trataré de ser lo más claro y civilizado con usted. - comenzó hablar, notando de nuevo las nada sutiles miradas de la alfa a su cuerpo, cuello y labios. - Tiene que dejar esto de una vez, no sé qué clase de mentalidad tiene, pero debe entender que amo a mi pareja, es a la única persona que he amado, incluso antes de presentarme como omega y créame que usted no va a cambiar eso. No va a funcionar, lo único que provoca en mí con sus "coqueteos" es pena y enojo. No sé cómo alguien como usted tiene una hija tan maravillosa como Valeria, ella es todo lo contrario a usted, no la merece. Nunca está ahí para ella, le coquetea al padre de su mejor amiga sin importarle que es lo que ella pueda sentir y ni siquiera le festeja su cumpleaños. Es una pésima madre y alfa. Y ni en mis pesadillas estaría con usted. - aclaró mirándola directamente. - Y vuelva a mirarme de ese modo y le voy a enseñar a respetar a los omegas. - sentenció con firmeza, antes de entrar de nuevo a su hogar sin querer escuchar lo que tenía que decir la mujer.

- Ya está el desayuno, amor. - habló Harry, marcando sus hoyuelos en sus mejillas, mejorando potencialmente el humor de su omega con eso. - No tenemos un pastel de cumpleaños, pero si hot cakes. - comentó el alfa orgulloso, sirviéndole una torre de hot cakes a la omega.

- Muchas gracias. - respondió Valeria sonriendo. - No importa lo del pastel, de por sí nunca he tenido uno. - agregó encogiéndose de hombros, sin verdaderamente importarle eso, al final no podía sentirse mal por algo que nunca había tenido.

- ¿Qué te parece que mi alfa y yo vayamos al rato por un pastel? - propuso Louis sonriéndole tiernamente a la chica.

- Oh, no. De verdad no es necesario. - negó Valeria con las mejillas sonrojadas.

- Si, si lo es. - intervino Katie. - Yo les daré de mis ahorros para que compren el pastel de Val. - agregó con orgullo.

- Bien. ¿Qué saber te gustaría, pequeña? - preguntó Louis, sentándose junto a su alfa.

- mmm... Me gusta la vainilla. - dijo la chica con un poco de pena.

- Ese igual es el sabor favorito de mi alfa. - comentó el castaño con una sonrisa.

- Todos sabemos por qué le gusta la vainilla a papá. - comentó James.

Louis sonrió en grande por eso, con un ligero rubor en sus mejillas.

"Eso es cierto, omega" respondió su alfa.

Mientras la familia comía se sentía una ligera tensión, entre las alfas, ya que Katie había encontrado a Olivia mirando Valeria un par de veces y eso tenía a su alfa celosa, y solo empeoró cuando la alfa menor habló.

- Eres muy bonita, Val. - comentó la alfa con una sonrisa, mientras que Harry sentía que se ahogaba de nuevo y Louis miraba a las chicas entre confundido y curioso. - Tu aroma igual es muy... lindo. Me gusta. - agregó, aclarando su garganta.

"No, no es cierto" respondió la alfa de la menor, indigana.

- Ey, no puedes hacer eso. - habló Edward antes de que Katie soltará un gruñido de celos iguales a los que solía hacer su padre alfa. - Es la amiga de Katie, consigue a tus amigas para decirle esas cosas. - agregó

- Ella tiene a Stephen. - comentó James, encogiéndose de hombros, sin tomarle mucha importancia a la tensión entre sus hermanas.

- ¡Stephen es un alfa! - gruñó Olivia molesta, con las mejillas algo rojas. - No tengo por qué decirle ese tipo de cosas a él ni a ningún alfa. - agregó de inmediato, poniéndose de pie.

- Olivia, no tienes porque gruñirle a tu hermano. - regañó Louis, frunciendo sus cejas, no sabiendo porque estaba actuando así.

- Pues que no se meta. - bufó la alfa, rodando los ojos. - No tengo hambre. - dijo antes de irse a su habitación.

- ¿Qué rayos le pasa? - cuestionó Edward confundido.

- Quizás su celo está cerca. - trató de excusar el castaño, sabiendo que eso era mentira y algo le estaba ocurriendo a su pequeña, pero ya hablaría con ella después.

Mientras tanto Valeria respiró hondo, tratando de olvidar aquella escena y controlar sus nervios de pasar todo su cumpleaños con su amor platónico y su familia.

Y justo como Louis había prometido, Harry y él habían ido a comprarle su pastel a la omega, incluso le habían comprado las velas, junto con una caja de chocolates y unas galletas de parte de ambos como regalo, y Valeria tuvo que controlar sus ganas de llorar, al ser el primer regalo de parte de un adulto que recibía en su cumpleaños desde que su padre omega se fue.

Después de eso, todos, incluyendo a Olivia un poco más calmada, se habían juntado para ver una película, que le dejaron elegir exclusivamente a ella.

Por primera vez en años Valeria se había sentido querida y amada en su cumpleaños, teniendo a Katie abrazándola y haciéndole mimos casi a cada segundo.

En la noche se sintió agradecida de que su madre le hubiera dado el permiso de quedarse a dormir en la casa de los Stylinson.

- ¿Cuál es tu canción favorita? - preguntó Katie con curiosidad, teniendo a la omega enfrente de ella, mientras estaban sentadas en su cama.

- mmm... no lo sé. - respondió la omega mordiendo su labio inferior. - Tengo muchas canciones favoritas, como One Last Time de Ariana. - explicó.

- Bien, ¿Cuál es tu canción favorita del momento? - cambio la pregunta la alfa.

Valeria pareció meditarlo unos minutos, antes de que algo viniera a su mente.

- Lo tengo. - dijo segura. - ¿Quieres oírla? - preguntó con emoción.

- Si. - asintió Katie sin dudarlo.

Valeria sonrió en grande y se levantó para tomar la laptop de la alfa y poner la canción.

La melodía suave de Amour Plastique comenzó a sonar en tono bajo, teniendo la omega que subir el volumen.

- ¿Es francés? - cuestionó Katie no muy segura con una gran sonrisa.

- Si, me encanta. - respondió Valeria sonriendo igual.

- ¿Y de qué habla? - preguntó la alfa curiosa, moviéndose en la cama para quedar al lado de la omega, para mirar el video que se reproducía en su computadora.

Valeria sintió su corazón latir con fuerza en su pecho y comenzó a ponerse nerviosa, porqué sí alguna canción podía describir relativamente lo que ella siente por Katie esa sería Amour Plastique, casi sin dudas.

- Digamos que de amor... - murmuró no muy segura, haciendo que la mirada de Katie se posara en ella. - De alguien rogando ser amado por siempre por alguien en específico. - dijo después perdiéndose en los ojos azules de la alfa.

La mirada de Katie era intensa, con sus azules mirando los verdes, casi grises de la omega, ambas sintiendo su corazón aceladoro, con la sensación de sus lobos rasgando en su pecho por su cercanía.

Fue cuando Katie bajó su mirada por un segundo a los labios de la omega que no pudo ignorarlo lo que le estaba pidiendo su alfa, así que sin pensarlo más, llevó una de sus manos al cabello castaño de la chica y se acercó lentamente a ella.

Con la hermosa canción francesa de fondo, unieron sus labios en un dulce beso que hizo suspirar a la omega y sonreír a la alfa, aliviadas por un momento de tener la puerta cerrada, cuando el beso se hizo más duradero y profundo.

Katie está segura de que sus padres tienen algo así como un sexto sentido, cuando justo cuando ellas se separan escucha la voz de su mami.

- ¡Niñas, la puerta! - gritó Louis.

La alfa rió junto con Valeria, ambas juntando sus frentes, aún con la melodía de fondo, mirándose a los ojos, sin ocultar la sonrisa de completas enamoradas que tenía en su rostro.

Sin duda alguna, había sido un gran cumpleaños para Valeria.

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