~Once'🍉
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Harry sentía los párpados pesados, pestañeando un par de veces, para esperar que sus ojos se acoplaron a la luz de la habitación, carraspeando al sentir pequeños besos húmedos en su cuello.
- Lou. - murmuró con voz ronca y ligeramente confundido.
- Buenos días, alfa. - respondió el castaño con la voz aguda y dulce.
- ¿Qué estás haciendo, omega? - preguntó el rizado confuso.
- Despierto a mi alfa. - murmuró el castaño acariciando el pecho del ojiverde.
- Si, eso ya lo noté. - susurró Harry sonriendo por los besos del castaño. - Creo que la pregunta adecuada es... ¿A dónde quieres llegar con esto? - cuestionó.
El omega mojo sus labios con una sonrisa en su rostro, conectando su mirada con la de su pareja. - No quiero nada. - respondió inocente, pestañeando coquetamente, negando con la cabeza lentamente.
- Omega - habló el rizado inseguro. - La niña puede es... - su voz tembló cuando las caricias y besos del omega comenzaron a bajar por su torso desnudo.
- Tienes un omega embarazo y necesitado. - susurró en voz baja el castaño.
- Si, pero... eres muy ruidoso. - dijo el rizado con dificultad.
Los ojos celestes del castaño se cruzaron con los jade del alfa una vez más, mordiendo su labio y con el color carmesí en sus mejillas.
- Yo no seré el que sea ruidoso esta vez. - murmuró inocente.
El alfa tragó con dificultad.
- Yo no creo que sea una buena idea, amor. - negó el rizado manteniendo su autocontrol.
- Yo creo que sí es una buena idea, alfa. - debatió el castaño bajando su mano a la altura de los pantalones del hombre.
- Es que, considero...
- Considero que deberías de callarte y dejarme hacer lo que quiero. - interrumpió el omega moviéndose con agilidad en la cama para quedar entre las piernas del alfa.
- Joder. - suspiró el rizado cerrando los ojos, apretando las sábanas en puños cuando el castaño bajo sus pantalón de pijama y su ropa interior.
- Tiene mucho que no hacemos esto. - susurró con emoción el omega, con una sonrisa en su rostro.
Harry jadeo ronco.
- Quiero satisfacer a mi alfa. - comentó el omega, mojando sus labios antes de acercar su boca al miembro de su pareja.
- Pero... - jadeo el rizado inquieto.
- No te preocupes, amor. La niña duerme y la puerta está cerrada, solo debes ser silencioso. - interrumpió Louis tomando el pene del alfa entre sus manos.
El rizado asintió, sintiéndose más seguro que antes, mientras que el omega sonrió victorioso.
Harry jadeo ronco, lo más bajo posible cuando sintió los labios del castaño alrededor de su miembro.
- Joder. - gruñó el rizado apretando sus dientes, bajando la mirada hacia el omega.
Louis ahuecaba sus mejillas, moviendo su cabeza lo mejor que podía, tomando la todo lo que podía en su pequeña boca, chupando a su alfa lentamente, tomando un ritmo.
- Vas a matarme. - murmuró con dificultad el alfa llevando una de sus manos a la cabeza del castaño, enredado sus dedos en los cabellos lacios del chico, pero sin manejar sus movimientos, tan solo sosteniéndose, llevando su otra mano a su propia boca, para reprimir sus propios ruidos.
El omega jadeo cuando el alfa apretó un poco el agarre en su cabello, provocando que el rizado temblará por la sensación.
- Tan bien. Lo haces tan... - balbuceo el ojiverde, comenzando a mover sus caderas contra la boca del chico.
Las súplicas y jadeos del alfa llenaban la habitación, junto con el obsceno sonido del omega chupandolo.
Louis abrió los ojos y miró a su pareja, sintiéndose orgulloso por la manera en la que el rizado se retorcía de placer y jadeaba su nombre entre súplicas y halagos.
Con un sonido alto el omega sacó de su boca el miembro, moviendo su mano para estimularlo un poco más.
- Vamos alfa, llena mi boca. - susurró con la voz baja y dulce, pasando su lengua por todo el falo del pene de su pareja, saboreando el sabor salado en su boca antes de volver a su trabajo.
- Dios mío. Louis. - gimió ronco el alfa no aguantando más, llevando ambas manos a la cabeza del omega para comenzar a follar su boca.
Louis sentía las lágrimas formarse en sus ojos, atragantándose un poco, siendo tomado por sorpresa por el ritmo del rizado, pero no lo detuvo, quería complacer a su pareja y no se detendría hasta lograrlo.
El alfa continuó follando la boca de su omega por un largo tiempo, suspirando y jadeando roncamente por todas las sensaciones que provocaba la boca de su chico en él y por lo bien que lo estaba haciendo, tenía tanto tiempo que el castaño no le hacía un favor oral y sentía bendecido en ese momento.
- Omega. - gruñó profundamente sosteniendo la boca del chico en su miembro mientras se corría con fuerza.
El alfa suspiró agotado saliendo de la boca del castaño antes de que se formará su nudo, observando como el chico lo tragaba todo con poco de dificultad.
- Creo que se te hace tarde para ir al trabajo, cariño. - habló el castaño con la voz un poco más rasposa, poniéndose de pie. - Me daré un baño. - comentó caminando al baño.
- ¿Puedo ducharme contigo? - preguntó el alfa.
- Claro. - respondió el omega con un guiño antes de entrar al baño.
El alfa se levantó de inmediato de la cama, corriendo detrás del chico.
[...]
Louis estaba por a completar los cuatro meses de embarazo y ahora que sabía que tenía tres cachorros en su vientre, no podía evitar sonreír con emoción siempre que tocaba su estómago un poco más hinchado con el paso de los días.
- Buenos días, cachorros. - habló Katie con un brillo especial en su mirada, tocando la panza de su padre, dando pequeños y suaves golpes en el estómago, como si tocará una puerta.
Louis sonrió con ternura por ese acto, darle la noticia a su hija fue realmente más fácil de lo que imaginaron, ellos no sabían sí era porqué su hija era tan inteligente que lo sospechó primero que el alfa o simplemente ella deseaba tanto hermanos que no le tomó por sorpresa que su padre esté en cinta.
- Yo soy Katie, su hermana mayor. Mi tío Niall dice que seré alfa como papá, pero mi tía Jade dice que omega como mami, sea cualquiera de las dos quiero que sepan que yo cuidaré de ustedes cuatro siempre. - dijo incluyendo a su padre.
- Oh, eso muy lindo pequeña. - susurró Louis acariciado el cabello de su hija.
Harry aclaró su garganta. - Alfa de la manada a la vista. - habló un poco posesivo.
El castaño rió y negó divertido por eso.
- Papá y yo cuidaremos de ustedes cuatro, siempre. - corrigió la niña con orgullo con su mano sobre el estómago del omega.
El rizado sonrió igual y a asintió un poco más satisfecho con eso.
- Si, y lo harán muy bien. Estoy seguro de eso. - halago el omega con ternura y una sonrisa dirigida a su pareja.
- Gracias por mis hermanitos, mami. - dijo Katie abrazando el vientre del castaño. - Son gemelos por tres. - comentó alegre.
- No creo que las matemáticas funcionen de esa manera cariño. - negó el omega entre risas.
- ¿Gemelos a la tres? - dijo confundida la pequeña.
El castaño negó, riendo una vez más.
- Solo son tres bebés. - susurró con alegría.
- Gemelos a la tres. - insistió la pequeña besando la panza de su padre antes de separarse.
- Gemelos a la tres. - repitió el omega con diversión, sin querer seguir debatiendo con su hija.
- ¡Le ganaste al tío Shawn! - festejó la niña dirigiéndose a su otro padre, alzando su mano en cinco para chocarla con la del alfa.
- Exacto. - dijo con orgullo el rizado chocando las manos con su hija.
- Dios, cariño. No aumentes el ego de tu padre. - regañó el castaño.
- ¿Por qué?, es verdad. Mi papá ganó. - insistió la niña. - Tío Niall se burlaba de ti, pero ahora tú ganas. - dijo feliz.
Louis se sonrojó con eso y negó lentamente, aunque sin borrar la sonrisa de su rostro.
Aunque el pensar en que con su embarazo alcanzaba a Zayn en hijos y rebasaba a su hermano con el doble, lo hizo sentirse un poco abochornado.
Más cuando alzó la mirada y se encontró con los verdes de su alfa, sonriendo igual, con ese aire de superioridad y orgullo en él, como si pudiera leer la mente del omega, haciéndolo sonrojar más.
- Debo irme. - habló el rizado separando su mirada de los ojos zafiros de su pareja. - Cuida de papi. - le habló a su cachorra.
- Si, capitán. - respondió firme la niña haciendo el clásico saludo militar que vio en televisión
- Cualquier cosa, llámame. - pidió el rizado despidiéndose del castaño.
- Estaremos bien alfa. - respondió Louis con una sonrisa sincera.
- Cualquier cosa. - repitió el alfa mirándolo a los ojos. - Si es necesario usa nuestro lazo para comunicarte y mi alfa y yo correremos a ti. - agregó con una preocupación natural antes de besarlo.
- Lo sé. Los amo. - susurró el castaño sobre los labios del alfa.
Harry asintió tranquilo con eso.
[...]
Con su embarazo de trillizos, Louis no podía trabajar al ser considerado un embarazo un poco riesgoso, aunque el omega no estaba tan molesto con eso, porque así podía pasar tiempo de calidad con su hija ahora que podía, porque en unos meses ella entraría al preescolar y después de eso él es consciente que el tiempo volará rápido y cuando menos lo vea su pequeña Katie estaría en la Universidad.
El omega no era mucho de arreglarse cuando estaba en capaz y menos estando embarazado y de trillizos, sobre todo porque la ropa que tenía comenzaba a ya no quedarle, así que por el momento se conformaba con unos suéteres de lana gigante que tenía o si extraña a Harry se colocaba una de las sudaderas del alfa, lo cual aún era viable mientras su estómago no creciera más, tal vez a los cinco meses ni siquiera entre en su ropa de embarazo que uso con Katie.
- Hueles diferente mami, más dulce. - comentó la niña dejando de jugar con la tela del suéter del omega. - Pero no sé que es. - dijo triste con un puchero en sus labios.
- Oh, mi cielo... - susurró el omega negando de inmediato. - No te sientas mal, solo los alfas pueden identificar el aroma de su omega embarazado y descifrarlo antes que nadie. - explicó.
- Entonces, ¿Papi me va a decir a qué huele mami? - preguntó con interés.
- Si, solo él. - asintió Louis.
- Bien. - dijo la niña sin insistir más, acostándose con cuidado en la panza del omega para dormirse un poco, Louis suspiro un poco cansado, cerrando los ojos y quedándose dormido igual.
Pero el omega no es consciente de que se ha quedado dormido hasta que siente como alguien es levantado de encima de él, suponiendo que es su hija, para minutos después ser remplazado ese peso con otro, con su suéter de color gris siendo alzado, dejando su estómago descubierto.
Y él sonríe al sentir el aroma a chocolate con menta llegar con fuerza en su nariz, sintiéndose más relajado al identificar a su alfa.
- Hola bebés. - escucha la voz de Harry, sintiendo las caricias del alfa en su piel hinchada por los cachorros que crecen dentro de él. - Soy su papá, Harry. Yo cuido de su papi y su hermana. - continua comenzando a besar el vientre del omega. - Ustedes no tienen una idea de cuánto los amo. - susurró con miedo de despertar al castaño.
Louis abrió los ojos un poco, solo para mirar la cabeza del rizado sobre su vientre, acariciando con suavidad su piel con la yema de sus dedos.
- Y mucho menos tienen idea de lo mucho que amó a su padre. - continuó respirando hondo el aroma de la habitación. - Si, ustedes están con él todo el día, pero él está en mi mente todo el día a todas horas.
Louis quiere reír de alguna manera por eso, pero se contiene, quiere seguir escuchando lo que su alfa tiene por decir.
- Su padre es el omega más hermoso del mundo, tiene unos hermosos ojos celestes, una preciosa sonrisa con tiernas arrugas alrededor de sus ojos, una linda nariz de botón junto con unos delicados y finos pómulos y labios delgados rosados. - habló el rizado sin dejar de acariciar el estómago de su omega. - Pero sobre todo tiene una voz preciosa y dulce, su aroma está en toda la casa volviendo loco por él y su piel es más suave que la seda y él es pequeño, del tamaño perfecto para que yo lo abrace y lo llene de besos en su rostro. - agregó besando el vientre tres veces.
- Eso es muy dulce, mi amor. - murmuró el castaño sonriendo.
El alfa se levantó, mirando a su pareja.
- Creí que estabas dormido. - respondió el rizado un poco desorientado con sus manos aún en el estómago del chico.
- Me alegra haber escuchado todo lo que dijiste de mi. - confesó el chico. - Dudó que los cachorros hayan escuchado todo eso, pero fue muy lindo. - agregó sentándose despacio en la cama.
- No importa, lo repetiré todos los meses. - murmuró Harry sonriendo con los ojos brillantes.
- La doctora dice que tus cachorros pueden comenzar a moverse en un mes. - comentó el castaño juntando su mano con la del alfa encima de su vientre.
El rostro del alfa se iluminó, suspirando al escuchar eso.
- Te amo. - dijo en voz baja el rizado acercándose al rostro del más bajo.
- Te amo. - respondió el omega con una sonrisa tierna en sus labios.
La nariz del rizado se hundió en su cuello de Louis, justo en su marca de unión.
"Mi omega dulce", ronroneo su alfa feliz.
- Ya sé a qué hueles. - murmuró contra su cuello besando dulcemente ahí.
El omega sonrió emocionado.
- ¿Si?, ¿A qué? - preguntó de inmediato, ansioso.
Harry aspiró más profundo antes de separarse y mirar el rostro de su pareja.
- Sandia. - respondió seguro. - Dulce. Sandia dulce. - afirmó.
- Sandia. - repitió el omega satisfecho con la respuesta.
- Es más fuerte que tu aroma. Está opacando tu aroma natural. - susurró el alfa no muy feliz con eso.
- Bueno, ese es el precio por embarazarme de trillizos, amor. - bromeó el castaño riendo.
- Me encanta tu estómago. - dijo orgulloso Harry.
- Bueno, disfrútalo, porque no dejaré que vuelvas a embarazarme. - dijo el omega alegre.
El alfa hizo un lindo puchero ante los ojos del omega.
- No. Aunque me mires así no cambiaré de opinión. - negó el castaño reprimiendo su risa.
- Eso ya lo veremos. Querías gemelos, podemos intentarlo una vez más. - murmuró el alfa y antes de que Louis pudiera reclamar por eso, el rizado lo besó.
Ellos aún tienen mucho tiempo para pensar en eso.
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