~Ocho'🥰
✞
Meses después
- ¿Ya, papá? - preguntó la pequeña Katie un poco desesperada, brincando en su lugar mirando curiosa hacia las escaleras de la casa, que dirigían al pasillo de las habitaciones.
- ¿Ya qué? - respondió Harry frunciendo el ceño, mirando a su cachorra inquieta.
- Ya sabes. - hizo un puchero lindo en sus labios. - Clones en la pancita de mami. - dijo haciendo círculos en su propio estómago para explicarse mejor.
El alfa echó la cabeza hacia atrás y comenzó a reír con ternura por lo que había dicho su pequeña.
- ¿Realmente quieres clones? - cuestionó el alfa sin dejar de reír.
La niña asintió de inmediato con una sonrisa.
- No veo a mami con pancita grande, igual que el tío Zayn. - dijo desanimada.
Harry sonrió de lado.
- Mira pequeña, el tener cachorros es algo en lo que debemos estar de acuerdo mami y yo. ¿De acuerdo? No lo hemos hablado. Mami tiene que trabajar, por más que quisiera yo, no puedo mantenerlo con un cachorro en su pancita siempre, necesita su empleo, ¿entiendes? - habló despacio, mirando a su pequeña.
- ¿Mami no puede tener bebés por su empleo? - dijo confundida.
- No es que no pueda bebé. A mami le dieron un tiempo descanso cuando tú estabas en su pancita, osea, ese tiempo no trabajo. Y si yo vuelvo a poner un bebé o clones en su pancita no volverá a trabajar por un tiempo y a Louis le gusta su trabajo nena. - respondió el rizado con una tierna sonrisa para su hija. - ¿Si entiendes Katie? - preguntó en voz baja.
- Yo quería clones. - murmuró triste bajando sus ojos azules a sus pequeños pies.
El rizado soltó un pesado suspiro.
- Katie, pequeña no es... - comenzó a hablar el alfa de nuevo, pero el sonido de la puerta de su hogar siendo abierta lo interrumpió.
- Muchas gracias Shawn, no era necesario que me acompañaras a casa. - se escuchó la voz del castaño.
Harry tragó en seco y tomó a su hija en sus brazos, para ir hacia su omega.
- Fue un placer. - respondió Shawn sonriendo igual. - Hola Harry, ¿Qué tal todo? - habló de inmediato al ver al rizado detrás del castaño.
- Hola Shawn. - se limitó a responder el rizado dando una floja sonrisa.
Louis sonrió, negando con su cabeza antes de mirar a su alfa.
- Alfa, nada de celos. - advirtió el castaño, cuando sintió una mano del alfa tomándolo posesivamente de la cintura.
- Oh, no es nada. - dijo Shawn riendo. - Cuando estabas esperando a Katie era peor. - susurró en voz baja solo para él y el omega.
Louis rió.
- ¡Tío Shawn! - gritó la niña estirando sus brazos hacia el otro alfa.
- Hola pequeña. - respondió alegre.
- Harry, préstale a la niña. - habló Louis notando como su alfa se negaba a soltar a su cachorro.
- Bien. Solo porqué tú me lo pides. - murmuró Harry. - Eres una bebé traidora. - le susurró a su hija en tono de broma. El omega escuchó eso y le dio un pequeño golpe en el estómago al rizado con su codo.
Con sus dos brazos libres el alfa ojiverde aprovechó para abrazar a su omega y pegarlo a él.
- Tío Shawn, mami no quiere tener clones como tú y mi tío Niall. - dijo triste la niña abrazando al alfa del cuello.
El castaño se sintió sonrojar.
- Yo nunca dije eso. - se defendió el omega con sus mejillas rojas.
"Yo sí quiero", protestó su omega interno indignado.
- Bueno pequeña, eso es decisión de tus padres. - respondió Shawn riendo un poco.
- Tío Niall si pudo tener, mi abuela igual y mi mami no. Él es omega malo. - reprochó triste.
Louis se sintió mal al escuchar eso de su hija, y se encogió en los brazos de su alfa.
Harry aclaró su garganta y se tensó al sentir cómo se sentía su omega, soltando un gruñido involuntario.
"Defiende a nuestro pequeño", gruñó su alfa.
- Katie. - habló ronco Harry, llamando la atención de la pequeña antes de que Shawn dijera algo al respecto. - Eso fue grosero. - dijo firme.
La niña se encogió en los brazos de su tío.
El rizado le dio un beso en la nuca al omega antes de soltarlo.
- Dame a mi hija. - ordenó al otro alfa, estirando los brazos para tomar a la niña. - Fue un gusto verte Shawn. - se despidió antes de meterse a la casa con su hija en brazos.
Louis tragó en seco y siguió con la mirada a su alfa, hasta que desapareció de su vista.
- Yo... nos vemos luego Louis. - habló Shawn un poco incómodo por la situación.
- Si. - susurró Louis regresando la mirada a su cuñado. - Gracias de nuevo, fue lindo de tu parte traerme. - agregó con una sonrisa, antes de ponerse de puntitas para besar la mejilla del alfa.
- Hasta luego. - murmuró Shawn antes de dirigirse a su auto.
Louis soltó un suspiro cuando las plantas de sus pies tocaron el piso, era complicado siempre despedirse de alguien más alto, porque siempre él debía poner de puntas para alcanzarlos, todo lo contrario a su alfa.
Harry siempre se inclinaba por él; solo él hacía eso por Louis.
Y el omega adoraba eso.
El castaño miró como Shawn se iba antes de meterse en su casa. Apresurandose para ir con su cachorro y su alfa.
- Lo que dijiste lastimo a mamá. - se escuchó a Harry hablando con su hija, con un tono firme y autoritario. - Le debes una disculpa. - ordenó.
- Harry. - llamó el omega con una sonrisa en sus labios. - No regañes a la niña, ella solo...
- No. - respondió Harry mirando a su omega. - Te sentí, no voy a dejar que mi propio cachorro te lastime.
Louis sonrió enternecido por las palabras del rizado y se acercó a él y su hija.
- Estoy bien amor, solo, ya sabes que soy alguien sensible, pero no fue nada. - susurró.
- Ella se va a disculpar. - insistió el alfa.
- Bien. - suspiró el omega dirigiendo su mirada a su hija.
- Katie. - habló Harry aún con ese tono molestó, dándole la orden a la niña con la mirada.
- Lo siento mami. - susurró la niña triste. - Tú no eres un mal omega. - dijo mirando a su padre. - De hecho papi siempre habla del buen omega que eres, yo lo siento mucho. No quise lastimarte. - agregó.
Louis asintió con una sonrisa en su rostro.
- Te perdono, nena. - respondió. - Tú y yo debemos hablar claramente de los clones. - dijo tocando la nariz de su hija con ternura. - ¿Por qué quieres tanto clones? - preguntó curioso.
- Es que mis primas Emily y Maggie son la copia de mis tíos y yo quiero copias de ustedes. - respondió sincera.
Louis río igual que el rizado.
- Pero tú eres nuestra copia. - respondió el omega sin dejar de reír.
- Pero en clones es mejor. - insistió la niña.
- Okay. Debes entender pequeña que nosotros no controlamos el hecho de poder o no tener clones. Es una probabilidad entre miles. Así que, si llego a tener un bebé en mi pancita, quiero que no te importe si son clones o no. ¿De acuerdo? - habló despacio el castaño.
La niña asintió.
- ¿Tienes un bebé en tu pancita? - preguntó Katie con emoción.
- No. - negó el omega sonriendo en grande, con sus lindas arrugas en sus ojos y negando con su cabeza.
- Todavía. - susurró el alfa en broma.
- ¡Harry! - regañó el omega sonrojado.
El rizado rió por las tiernas mejillas rojas de su omega, antes de inclinarse con su bebé en brazos y darle un corto beso en su nariz de botón, sabiendo que eso haría sonrojar más al más bajo.
Katie aplaudió al ver a su mamá más sonrojada.
[...]
Ellos tenían una "tradición" un poco extraña, claro si se podría llamar así, ellos no le quieren poner nombre, simplemente son una pareja que le gusta ducharse juntos, ya sea de noche o en la mañana, pero ellos debían ducharse juntos, era muy raro cuando no lo hacían. Aunque algunas veces ellos terminan haciendo algo más que ducharse, pero procurando no hacerlo tanto.
O por lo menos eso intenta.
- Hazz. - suspiró el omega girando su rostro para dejar que el alfa siguiera con sus besos, sintiendo los labios de su alfa en su piel junto con las gotas de agua de tibia.
- Tú eres muy precioso, mi amor. - comentó Harry en su propio mundo.
Louis tarareo algo en respuesta con una sonrisa en sus labios.
- El omega más precioso. - halago Harry subiendo sus besos al rostro del cuello al rostro del castaño. - Y eres mi omega, mi pequeño y torpe omega. - agregó en un susurro, con su voz ronca, recibiendo una pequeña risa de su pareja como respuesta.
- Tú eres un romántico. - dijo alegre el omega enredando sus brazos en el cuello del chico, besándolo antes de que respondiera algo.
- Oh tú igual eres un cursi, no lo niegues. - se defendió el rizado cuando sus labios se separaron.
Louis a asintió orgulloso.
- Estás agotado. - susurró el rizado acariciando el cuerpo del castaño.
- Si un poco. - aceptó el castaño, bostezando un poco.
- Termina de ducharte, iré hacerte un té para que puedas dormir. - dijo el alfa dándole un último beso a su pareja.
Louis pudo sentir la preocupación de su alfa por él y no pudo evitar suspirar en los labios contrarios por eso, encontrando eso sumamente tierno.
Harry se separó de los labios de su omega sin dejar de sonreír, dándole un pequeño apretón a sus caderas antes de salir de la regadera.
El omega suspiró y continuó con su baño, mientras escuchaba como su alfa se vestía y secaba su cabello.
Y cuando por fin escuchó la puerta del baño ser cerrada se apresuró a cerrar la regadera, una vez que se quitó todo el jabón y el shampoo de su cuerpo, tomó su toalla azul para secarse.
Louis tragó en seco vistiéndose torpemente lo más rápido posible, necesitaba hacer algo antes de que su alfa regresará a la habitación. Una vez que estaba listo, sin importarle su cabello mojado se dirigió rápidamente a la habitación, específicamente a su buro, sacando un caja que tenía escondida hace tiempo, regresando al baño, con el corazón un poco acelerado, cerrando la puerta del baño con seguro.
El omega abrió su caja, pasando en seco una vez más al ver la prueba de embarazo que había comprado hace unos días, no había tenido la oportunidad de hacérsela, pero con Harry en la cocina era su momento.
Con los nervios a flor de piel el omega se dedicó a realizar la prueba, rogando que Harry no regresará por un par de minutos.
Louis se sintió como un déjà vu, cuando tenía la prueba en sus manos mirando paciente y ansioso por un resultado, tal y cuando lo hizo cuando Katie, se sentía que estaba viviendo la misma situación, mirando, sentado sobre la tapa del baño, moviendo uno de sus pies ansiosamente, mordiendo su labio inferior con fuerzas sin despegar sus ojos zafiros de la prueba.
Se sintió como una eternidad cuando vio como una línea comenzaba a pintarse en la prueba.
Él tragó en seco y cerró los ojos nervioso, implorando algo, pero no estando seguro de qué.
Abrió los ojos.
Un latido paso.
Dos líneas.
Estaba embarazado. Otra vez.
Dejó libre su labio inferior y sonrió, con lágrimas en sus ojos zafiros, comenzando a reír de felicidad.
- ¡Si, si! - festejó levantándose de golpe de su lugar, sintiéndose plenamente feliz.
"Estamos embarazados de nuestro alfa. Otra vez", festejó igual su omega.
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