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~Doce'🎵


Cinco meses de embarazo.

- ¿Con qué trillizos? - habló Niall tocando el vientre hinchado de su hermano.

Louis sonrió y rodó los ojos, era como la cuarta vez que el rubio hacía esa pregunta desde que le dio esa noticia, él no entiende porque su hermano hace eso.

- Si Niall. Trillizos. - respondió el castaño riendo. - Osea, tres bebés por si aún no lo entiendes. - agregó con burla.

El rubio comenzó a reír en voz alta ante la respuesta del castaño.

- Si, sé que son tres bebés. - respondió. - Solo que aún no me la creo. - susurró mirando el estómago del menor.

- ¿Por qué? - preguntó Louis con sus mejillas un poco coloradas.

- En un día pasaste de ser de los que menos hijos tenía a empatar a Zayn. - explicó. - Dios mío, en unos meses tendrás más hijos que yo. - dijo casi indignado.

- ¿Celoso? - cuestionó Louis sin dejar de sonreír.

- No, sorprendido. - negó Niall. - Harry se tomó muy enserio lo de embarazarte de gemelos. - bromeó. - Dile al genio que se pasó por uno. - agregó riendo más.

Louis rió sintiéndose más sonrojado que antes.

- Si. Hizo un buen trabajo. - murmuró el omega con orgullo, llevando su mano a su vientre. - Aunque hay días en los que no aguanto mi espalda y mis pies están hinchados. - comentó.

- Si, me lo imagino. Lo bueno es que ya tienes más de la mitad del tiempo. - animó. - ¿Y ya has pensado en los nombres para los trillizos?, porqué si no, Niall es un gran nombre. - opinó con alegría.

Louis río una vez más y negó con la cabeza, bajando la mirada hacia su estómago.

- Aún no tengo nombres. Quiero esperar a saber si son niños o niñas, quizás ambos. - murmuró en respuesta.

- Insisto que Niall es un gran nombre.

- Si, claro. Lo tendré en mente. - respondió el castaño entre risas, rodando los ojos.

- Hermanito fue un gusto visitarte, pero debo irme. Shawn no debe tardar en llegar a la casa. - dijo el rubio levantándose de su lugar. - ¡Niña, nos vamos! - llamó a sus hijas que estaban jugando con Katie.

Louis admiraba la forma en la que su hermano controlaba a las gemelas, era cuestión de un sola orden para que sus hijas obedecieran de inmediato, era como una disciplina militar, había veces en las que se preguntaba cómo lo hacía su hermano.

- Adiós tío. - dijo Emily con una sonrisa tierna, llegando al lado de su hermano, ella había sido más tímida y reservada a comparación de su hermana que era muy sociable y cariñosa.

- Adiós Loueh. - dijo Maggie en cambio, alegre abrazando al castaño.

- Adiós pequeñas. - respondió él encantado con sus sobrinas, que eran muy apreciadas a Niall y él.

- Cuídate hermanito. - se despidió el rubio.

- ¡Adiós tío Niall! - interrumpió Katie alegre, llena de vida.

- Adiós nena, cuida a tu padre. - dijo Niall con ternura hacia la menor.

- Yo cuido de mami. - respondió la niña con orgullo, inflando un poco su pecho, tal como lo hacía su padre.

Louis rió enternecido, sabiendo perfectamente que lo había imitado de Harry.

- Ella va a ser una alfa. - comentó Niall en voz baja, solo para el castaño antes de irse.

Louis dirigió la mirada a su pequeña y sonrió, él opinaba lo mismo, aunque igual era posible que ella tan solo imitaba a Harry por su cercanía al alfa o porque se identificaba con él, cual sea la razón, eso no quita que su pequeña tenga actitudes de alfa que él encuentra sumamente adorable.

- ¿Qué dijo el tío Niall? - preguntó la niña con curiosidad, inclinando su cabeza con ternura.

- Solo dijo que serías como papá Harry. Alfa. - respondió sentándose con cuidado en el sofá.

- Me gustaría ser como papi. - asintió ella con una sonrisa y aplaudiendo.

- Eso es tierno, cariño. - susurró Louis acariciando la mejilla de su hija.

- Así voy a cuidar de ti y de los tres gemelos. - dijo Katie con entusiasmo.

- Son trillizos, amor. - corrigió el omega riendo.

Katie frunció su ceño confundida y negó. - Tres gemelos. - insistió.

El omega rió y decidió dejar que su hija siguiera llamando así a sus cachorros.

Después de unos minutos la puerta de la casa se abrió y el fuerte aroma a chocolate y menta llegó al omega colocándolo feliz.

- Hola alfa. - dijo el castaño levantándose para acercarse a su pareja.

- Hola omega. - respondió el rizado dejando un corto beso en los labios del chico. - Hola amor. - dijo tomando a su hija entre sus brazos para cargarla, mientras que Louis frunció el ceño al percibir algo diferente en el aroma de su alfa.

- Katie, amor. ¿Puedes ir a tu habitación? - habló el omega sonriendo para la niña.

La niña asintió sin preguntar el porqué de eso.

- ¿Todo bien? - cuestionó Harry mirando a su omega.

- Tienes el aroma de alguien más. - respondió el castaño alejándose un poco del alfa.

- ¿Qué? - dijo Harry confundido.

- Tienes el aroma de alguien más, Harry. ¿De quién es ese aroma? - preguntó tratando de no alterarse él ni su omega.

Harry tomó su camiseta y la olfateo, buscando ese aroma del que habla su omega, hasta que lo percibió.

Naranja dulce.

- Oh ya. - suspiró. - Debió quedarse su aroma en mí, cuando se despidió de mí. - comentó tranquilo. - Es un amigo, Lou. - agregó.

- ¿Amigo? - preguntó el castaño con el ceño fruncido.

- Si, se llama Tom.

- Bien. No te quiero cerca de mi, hasta que el aroma de Tom esté fuera de ti. - sentenció el omega dirigiéndose a la habitación.

"Hiciste enojar a nuestro omega", gruñó su alfa molesto.

- Ya sé, no me regañes. - gruñó él frustrado.









[...]










Harry se dio una ducha y se metió a lavar su ropa para deshacerse del aroma ajeno, para que su omega dejará de estar molesto con él.

Pero al parecer eso no fue suficiente para el omega, ya que a pesar de que el aroma había desaparecido del alfa, Louis se negaba a hablarle y Harry podía sentir la decepción y el enojo de su pareja como propio.

Y en la noche el omega le dio la espalda en la cama y eso le dolió en el pecho al alfa.

- Lou, amor. - llamó el rizado.

El omega cerró los ojos fingiendo dormir para ignorar a su pareja, aún se sentía entre enfadado y traicionado, y aunque en el fondo quería ir con su alfa y abrazarse a él y marcarlo con su aroma, pero su orgullo no se lo permitía.

Louis escuchó el suspiró pesado de su pareja y eso lo hace sentir mal, estaba apunto de darse la vuelta y abrazarse al alfa como tanto lo deseaba, pero el rizado se levantó de la cama y salió de la habitación sin decir nada.

"Ve con nuestro alfa", regañó su omega triste, mientras que él abrazaba su vientre.

Pasaron unos minutos en los que Harry no regresó a la habitación y Louis comienza a angustiarse, pensando que tal vez exageró demasiado y que debe levantarse, buscar a su alfa y traerlo de vuelta a la cama con él.

El omega está decidido hacer eso, se sienta lentamente en la cama y va a ponerse sus zapatos cuando la puerta de la habitación se abre nuevamente.

Harry entró y le dio una sonrisa al omega cuando sus ojos se encontraron.

Louis miró con curiosidad la guitarra en las manos de su pareja y sonrió cuando reconoció aquel instrumento y un recuerdo en especial llegó a su mente.

El día que Harry le cantó una canción que escribió para él en especial, el día de su primer beso.

- Alfa. - susurró arrepentido, queriendo besar a su alfa hasta que lo perdone por actuar tan inmaduramente.

- Omega. - respondió el rizado sentándose en la cama, al lado de su pareja.

- Yo... - comenzó el castaño.

- No. - negó Harry interrumpiendolo. - Tan solo quiero que me escuches. Tengo algo para tí, amor. - dijo acomodando la guitarra en sus piernas.

- ¿Vas a cantarme? - preguntó Louis acercándose a su alfa, para recargar su cabeza en su hombro.

- Si, amor. - respondió Harry con una sonrisa, sintiéndose en paz de tener a su omega cerca de él y comenzó a tocar los acordes, afinando su guitarra.

Louis frunció un poco el ceño al escuchar los acordes de la guitarra, no reconociendo la melodía, dándose de cuenta de inmediato que era algo nuevo.

- Dulce criatura. - comenzó a cantar Harry con su voz grave. - Tuvimos otra charla sobre lo que está fallando, pero todavía somos jóvenes. No sabemos a dónde vamos, pero sabemos cuál es el lugar al que pertenecemos. - continuó el rizado, llenando sus pulmones con el aroma a vainilla y canela que tanto le encanta.

Louis sonrió, suspirando encantado con la letra de aquella canción.

- No, empezamos. Dos corazones en un hogar. Es difícil cuando discutimos. Ambos somos testarudos, lo sé, pero oh. Dulce criatura, dulce criatura. Donde quiera que vaya, me traes de vuelta a casa. - siguió Harry cantando bajo, para no despertar a su pequeña hija.

- Harry. - habló Louis alzando su camiseta al sentir algo especial en su vientre.

Los ojos azules del omega se fijaron en su estómago y sintió las lágrimas formarse, por la emoción, quiso gritar, pero estaba tan impresionado con lo que estaba viendo que nada salió de sus labios.

Los cachorros se estaban moviendo por la voz de su padre.

- Dulce criatura, estamos corriendo a través del jardín, donde nada nos molestó. Pero todavía somos jóvenes, yo siempre pienso en ti y en cómo no hablamos lo suficiente. - siguió el rizado, sin alcanzar a escuchar a su omega.

- Alfa. Alfa. - llamó el castaño emocionado sin dejar de mirar los leves movimientos de su estómago.

Harry se detuvo y miró a Louis, no alcanzó a decir nada antes de que el castaño tomará una de sus manos y la colocará en su vientre.

- Oh por Dios. - dijo el rizado emocionado mirando con encanto los movimientos suaves.

- Se mueven por tu voz. - comentó Louis seguro, sintiendo lo hermoso que eran los movimientos de sus cachorros.

- ¿Si? - preguntó con emoción mirando a los ojos a su pareja. - ¿Les gusta como le cantó a su papi? - habló regresando su mirada al vientre del castaño.

Uno de los bebés dio una ligera patada justo donde estaba la mano del alfa, haciendo que ambos padres comenzaran a reír.

- Tomaré eso como un si. - murmuró el rizado inclinándose para dejar un par de besos en el estómago de su omega. Tres besos exactos.

Louis sonrió en grande, aún con las lágrimas de felicidad y de emoción en sus ojos zafiros.

- No, empezamos, dos corazones en un hogar. Lo sé, es difícil, discutimos. Ambos somos testarudos, lo sé, pero oh. Dulce criatura, dulce criatura. Donde quiera que vaya, me traes de vuelta a casa. - volvió a tomar su guitarra y siguió con su canción. - Dulce criatura, dulce criatura. Cuando me quedo sin cuerda, tú me traes de vuelta a casa. Sé cuando empezamos, dos corazones en un hogar. Se hace más difícil cuando discutimos. - los movimientos de los cachorros se detuvieron y Louis se permitió colocar su cabeza en el hombro de Harry de nuevo para seguir disfrutando la voz de su alfa contándole. - Ambos somos testarudos, lo sé, pero oh. Dulce criatura, dulce criatura. Donde quiera que vaya, me traes de vuelta a casa. Dulce criatura, dulce criatura. Cuando me quedo sin cuerda, me traes de vuelta a casa. Me traes de vuelta a casa. - terminó de cantar orgulloso.

- ¿De dónde sacaste eso? - preguntó el omega con curiosidad.

- Lo escribí para ti. - respondió Harry besando los cabellos castaños de su omega.

- Tienes un don, cariño. - dijo Louis sin borrar la sonrisa de su rostro.

- Bueno, tenerte a ti como musa es una gran ventaja. - respondió Harry riendo un poco. - ¿Te gustó? - preguntó.

- Me encanto, amor. - susurró. - Pero, creo que le gustó sobre todo a tus cachorros. - comentó riendo igual.

- Omega, te amo. - habló el alfa.

- Yo también te amo, perdón por actuar de esa manera. - se disculpó el omega mirando a la cara a su pareja. - Fui muy inmaduro. - comentó.

- Te perdonó, cariño. - susurró Harry.

- Fui un tonto. - insistió Louis haciendo un puchero con sus labios, sintiéndose muy culpable.

- No, amor. Te entiendo, yo hubiera actuado igual o peor que tú, si alguien más te marcará con su aroma. - dijo el alfa. - Pero te prometo que no volverá a pasar, no tendré otro aroma que no sea el tuyo. - agregó besando las mejillas de su pareja.

Louis se sonrojó por aquel beso.

- Eres mi omega y me vas a dar tres cachorros, no deberías estar celoso de alguien que no conoces. Eres mío y soy tuyo de todas las maneras posibles. - dijo Harry escondiendo su rostro en su lugar favorito, el cuello del omega.

- Bésame, alfa estúpido. - dijo Louis riendo.

- Lo que quiera, mi omega torpe. - respondió Harry uniendo sus labios.

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