~Diez'💄
✞
3 meses después.
Los ojos del omega comenzaron a abrirse lentamente, sintiéndose pesados después de haber pasado varias horas durmiendo.
- Harry... - suspiró el castaño retorciéndose un poco, sintiendo los brazos firmes de su alfa en su alrededor y sus labios besando su marca.
- Hola mi amor. - respondió Harry contra su piel.
- ¿Qué haces? - preguntó Louis mordiendo su labio, sintiendo al alfa pegarse más a él.
- Despierto a mi omega con besos. - susurró despacio.
Louis sonrió.
- ¿Cómo amaneció el omega más hermoso y mi cachorro? - preguntó el rizado subiendo su manos de las caderas del omega a su estómago, comenzando acariciarlo.
- Bien alfa, estamos bien. - respondió Louis sin borrar su sonrisa.
- No puedo esperar, porque tu estómago comienza a crecer. - confesó Harry. - Tú por ahí hinchado con mi cachorro es una bendición para mi y mi alfa. - agregó subiendo sus besos al rostro del omega.
- Solo quieres un pretexto para ser más posesivo de lo que ya eres. - dijo el castaño riendo, disfrutando de las caricias y besos de su pareja.
- Solo cuidó de mi familia. - se defendió el rizado.
El omega asintió, feliz de escuchar eso, girándose lentamente para mirar el rostro del alfa, con su sonrisa haciéndose más grande cuando se encontró con aquellos ojos verdes que tanto le encantaban.
- ¡Mami, papi! - gritó la pequeña Katie entrando a la habitación de golpe, haciendo que sus padres se separen un poco, pero las manos de Harry seguían en el estómago del omega.
- ¿Qué pasa linda? - preguntó Louis sentándose en la cama, sin que el alfa lo soltará.
- ¡Hambre!, tengo hambre. - reprochó.
- Bueno pequeña, papá te hará algo de comer ahorita. - habló Harry.
- ¿Por qué papi toca tu pancita? - preguntó la pequeña mirando con curiosidad a sus padres. - ¿Puedo tocar igual? - volvió a hablar antes de que sus padres pudieran responder a su primera pregunta.
- No. - gruñó sin pensar el alfa.
Louis rió un poco por eso, suspirando antes de responderle a su hija.
Ellos aún no le decían nada a la pequeña sobre el embarazo, porque aún no estaban seguros de cómo darle la noticia a una niña de tres años, pero Louis ya está pensando en algo para hacerlo, solo que aún no es el momento.
- No es nada pequeña, ve al comedor, nosotros te alcanzamos en un segundo.
Katie pareció complacida con eso, asintiendo antes de salir corriendo de la habitación de la pareja.
- Tienes que dejar de gruñir por todo. - habló el omega al rizado una vez que la niña se fue. - Es tu hija, por dios. - rió levantándose de la cama.
- Lo siento, no lo puedo evitar. - se disculpó sinceramente.
Louis asintió y caminó hacia el espejo que tenían en la esquina de la habitación, alzando su camiseta para mirar su estómago, acariciándolo con alegría y confusión a la vez.
Su vientre estaba comenzando a crecer y sabe que es normal subir de peso con el embarazo, pero él puede jurar que su estómago está creciendo un poco más de lo normal para solo tener tres meses de embarazo.
- ¿Soy yo, o estoy engordando? - se atrevió a preguntar sin dejar de mirar su reflejo en el espejo.
El omega pudo ver la sonrisa del alfa a través del espejo, al igual que lo vio acercarse a él.
- Estás embarazado, cariño. - susurró el alfa sin dejar de sonreír con sus hoyuelos en sus mejillas.
- ¿Eso es un si? - preguntó Louis un poco divertido.
- Oye, sé en el problema en el que se mete cuando alguien responde esa pregunta de su pareja, yo no lo haré. Solo dije que estás embarazado. - respondió el rizado un poco nervioso, riéndo.
- Harry, es una forma muy indirecta de decirme gordo. - gruñó el castaño bajando su camiseta.
- No estás gordo, estás embarazado. - corrigió el alfa besando la nuca del omega, respirando su aroma dulce que comenzaba a cambiar. - Tu aroma está cambiando. - murmuró antes de separarse de él.
- ¿Si? - preguntó Louis con los ojos iluminados por la emoción.
Harry asintió con una sonrisa en su rostro.
- Aún no se bien qué aroma es, pero cuando lo haga te lo diré. - prometió.
- Gracias. - susurró en voz baja, sonriendo igual. - Tenemos una hija que alimentar. - habló de nuevo alejándose del alfa.
- Dos. Tú igual debes alimentarte. - dijo el rizado.
Louis asintió una vez más.
[...]
Una semana después.
Louis fue al hospital a recoger la tira de su ultrasonido que se había realizado con Harry, además de que su doctora le pidió que volviera para tener una mejor lectura.
El omega necesitaba aquellas imágenes para darle la noticia de manera oficial a todos sus demás amigos y a su hermano, los cuales ya estaban esperándolo, aunque Louis piensa que ellos ya sospechan sobre su embarazo o quizás es su paranoia, no lo sabe muy bien.
- Louis, pasa. - habló la doctora sonriente. - ¿Tu alfa no ha venido? - preguntó.
- No, se quedó cuidando a nuestra hija. - respondió el omega tranquilo, era una suerte que la doctora fuera beta o su alfa hubiera insistido más de lo que ya lo hizo por acompañarlo.
- Bien, tengo impreso tu ultrasonido de ayer. - comentó la mujer alegre, sentándose en su escritorio, sacando los resultados de Louis.
- Genial. Todo está bien, ¿verdad? - preguntó el omega un poco temeroso por el hecho de que la doctora lo hubiera citado de nuevo para hablar de su ultrasonido.
- Si, creo que todo está más que bien. - respondió la beta sonriendo un poco más.
Louis frunció el ceño, sin entender por qué su doctora sonría más, siempre ha sido alguien amable, pero el omega sentía que algo más estaba pasando para que ella esta actuando así.
- ¿A que se refiere? - preguntó confundido.
- Míralo tú mismo. - dijo la doctora entregándole los resultados.
El castaño tomó el sobre de las manos de la mujer y lo abrió. Su sonrisa se hizo presente al mirar las imágenes, no era un experto en ultrasonidos, pero su alegría era demasiado como para pensar con claridad.
- Lo siento, pero solo veo fotos de mi ultrasonido. - susurró el omega sin dejar de ver las fotos.
- Louis. - llamó la doctora sonriendo sinceramente, haciendo que el omega la mirará de nuevo. - Estas esperando trillizos. - dijo finalmente con alegría.
Louis sintió su corazón detenerse por un segundo, abriendo la boca esperando decir algo, pero no salió ninguna palabra, tan solo un sonido de sorpresa, con su respiración retenida y su manos comenzando a sudar.
No podía ser, no lo podía creer.
Él no podía tener trillizos, era demasiado para él y su alfa.
- ¿Qué? - dijo después de unos minutos, con su cerebro y su omega tratando de asimilar la noticia.
- Trillizos. - repitió la mujer. - Ayer lo vi, pero estaba segura al cien por ciento, por eso no te lo dije, pero en las fotos son claros. Mira. - habló tomando las fotos de las manos del omega. - Uno. - comenzó a contar señalando en la foto. - Dos. Y tres. - explicó señalando a cada uno de los bebés en las fotos, aunque Louis tan solo podía ver manchas, el sentimiento de llorar de alegría se coló en su sistema.
Necesitaba tanto decírselo a Harry.
- ¿Está segura? - preguntó el omega con las lágrimas en sus ojos.
- Si, no tengo ninguna duda Louis. - respondió la mujer segura. - Harry y tú tendrán trillizos. Felicidades.- agregó con alegría.
- Oh por dios. - chilló el omega con alegría con las lágrimas de felicidad saliendo de sus ojos. - Trillizos, trillizos. ¡Voy a tener tres cachorros! - gritó de alegría, con sus manos en su estómago.
La doctora asintió un par de veces aún con su sonrisa genuina en su rostro.
- Gracias. Gracias Vere, acabas de hacerme el omega más feliz del mundo. - dijo limpiando sus lágrimas tratando de controlar sus emociones o Harry no tardaría en llamarle preocupado al sentirlo alterado.
- Es mi trabajo Louis. - respondió la mujer regresando las fotos al omega.
Louis apretó las fotos en su pecho, sonriendo más, sin poder creer aún del todo lo que estaba pasando.
Pero era real, él estaba estaba esperando más de un cachorro de su alfa.
Y podía sentirse más feliz por eso.
[...]
Cuando Louis llegó a casa esperaba todo menos ver niños corriendo por todos lados, aunque eso era normal cuando se reunían todos, pero lo que más lo hizo sentirse confundido fue el ver a Harry sentado en el sofá con Katie y Jade, ambas sosteniendo su rostro y ¿maquillandolo?
- ¿Qué sucede aquí? - preguntó el omega sonriendo, mirando con curiosidad lo que hacían las chicas.
- Maquillamos a papi. - respondió la niña alegre y orgullosa de su trabajo aplaudiendo.
- ¿Y por qué lo hacen? - cuestión el omega.
- Primero maquillamos al tío Zayn y queríamos maquillar al tío Niall, pero dijo que él no lo haría hasta que Harry lo hiciera primero. - explicó la niña moviendo sus manos mientras hablaba.
Louis sonrió enternecido con eso, mirando como Zayn estaba desmaquillandose en el sofá de junto.
- ¿Te maquillamos mami? - preguntó la niña tomando torpemente uno de los labiales de Jade.
- Este... no gracias. - respondió con una risa tierna. - Y siento mucho interrumpir su juego, pero necesito hablar con mi alfa, así que se los robare un segundo. - dijo tomando la mano del rizado para sacarlo de ahí.
Katie hizo un puchero triste, mirando al alfa alejarse.
- No te pongas triste pequeña. - habló Louis buscando a alguien para que reemplazará a su alfa en el juego de su niña. - Perfecto. - susurró caminando hacia Shawn, sintiendo los celos de Harry cuando tomó de la mano al otro alfa. - Tomen, maquillen a Shawn ahora. - dijo sentando al otro alfa en donde estaba Harry anteriormente.
- ¡Hey! - se quejó Shawn, pero no se movió.
Katie sonrió y asintió.
- Hay que continuar tía Jade. - dijo la pequeña alegre.
Louis sonrió complacido y tomó a su alfa de la mano para ir a su habitación.
- ¿Por qué te dejaste maquillar, amor? - preguntó el castaño una vez que entraron a su habitación, cerrando la puerta.
- Nuestra hija iba a llorar si no lo hacía; haría cualquier cosa por ella. - respondió con simpleza. - Además, no se ve tan mal. - dijo mirándose en el espejo, riendo un poco.
Louis rió junto a él.
- Te ves precioso. - susurró el omega encantado.
- Me sienta mejor que a Zayn. - comentó el alfa con diversión.
El castaño rió una vez más y negó despacio con la cabeza acercándose al rizado.
- Te traje algo. - susurró cambiando el tema.
- ¿Si?, ¿Todo bien con la doctora? - preguntó con preocupación.
- Perfecto. - asintió el omega sacando una pequeña caja y su ultrasonido de la bolsa que traía.
- ¿Cuál debo ver primero? - cuestionó el alfa con una sonrisa en su rostro.
- El tú quieras, alfa. - respondió Louis nervioso, mordiendo su labio inferior.
Harry suspiró y abrió el sobre del ultrasonido, con una sonrisa en su rostro, pero sin entender muy bien lo que estaba pasando, así que con cuidado abrió la caja, abriendo los ojos de sorpresa al mirar dos pares más de zapatos pequeños.
- Omega...
Louis sonrió, con las lágrimas de nuevo en su rostro con la emoción recorriendo su cuerpo una vez más.
- Yo..., ¿Por qué? - habló confundido el alfa, tragando en seco, con su corazón latiendo a la par que el de su omega.
- Hace unos meses tenía un par de zapatos, pero ahora vas a necesitar otros dos zapatitos. - explicó el omega con su voz un poco nerviosa.
Harry se dejó caer en la cama, parpadeando un par de veces, procesando todo, con su alfa inquieto y feliz.
"Nuestro omega va a tener tres cachorros", habló su alfa alegre, aullando de alegría.
Louis se acercó a él, tomando las cosas sus manos, sonriendo cuando el alfa alzó la mira y había lágrimas en su rostro igual.
- Espera, espera... - susurro el rizado en voz baja. - Yo... diré algo en cuanto mi alfa se tranquilice y me deje pensar a mi. - explicó un poco desorientado.
El omega sonrió y río enternecido por lo que dijo su pareja.
- Tal vez deberías dejar que tu alfa hable por los dos, suele ser más listo que tú. - bromeó el castaño.
Harry rió por eso, con las lágrimas aún saliendo de sus ojos.
- Fingiré que eso no le dolió a mi ego. - respondió el rizado.
El castaño limpió sus lágrimas entre risas, mirando como el alfa se componía de la noticia se ponía de pie, para abrazarlo.
- Dios. - suspiró Harry aún aturdido por la noticia. - Mi alfa está demasiado feliz que no me deja pensar. - susurró inclinándose para esconder su rostro sonrojado en el cuello del omega.
- Les voy a dar tres cachorros. - murmuró Louis con sus mejillas rojas igual.
- Y te amamos tanto. - agregó Harry con una sonrisa.
- Y yo los amo a ustedes. - respondió Louis con alegría.
Harry alzó su rostro y miró a su oemga, suspirando completamente enamorado, tomando el rostro del chico entre sus manos para besarlo.
Louis correspondió al beso sin dudarlo, ambos sonriendo contra los labios del contrario.
Su familia iba a crecer y ellos no podían estar más felices por eso.
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