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~Diecisiete'🎂


Cinco años después.

Cumpleaños 9 de Katie.

Louis estaba haciendo su mayor esfuerzo por que su hija pequeña se dejará vestir, tratando de colocar bien la diadema tejida en su cabecita de cabellos rizados.

- Oli. - se quejó el omega. - Mantente quieta, cariño. - pidió un poco desesperado, fallando en colocarle bien la diadema a su hija.

- Pastel, quiero pastel, mami. - chilló la niña brincando el regazo del omega.

- Me rindo. - bufó fastidiado. - Saldrás así. - dijo resignado cargando a la pequeña.

- Es hora de partir el pastel de Katie. - habló Harry entrando a la habitación.

- ¿Dónde están Edward y James? - cuestionó Louis. - Veré si ellos si se dejan arreglar, por qué Olivia no lo hace. - agregó un poco frustrado por eso.

Harry sonrió tiernamente.

- Dame a la niña, yo le pongo la diadema. - dijo tranquilo, estirando sus brazos hacia el omega, para que le diera a su hija.

- Pierdes tu tiempo, ella se mueve mucho. - advirtió Louis dandole a la pequeña, junto con sus diadema de color verde.

- Verás que sí puedo. - respondió el rizado tomándolo como un reto.

- ¡Papá, quiero pastel! - chilló Olivia moviéndose en los brazos del alfa.

- Te daré todo el pastel que quieras, princesa. Solo quédate quieta.

- Nop. - negó la niña haciendo un puchero adorable.

Louis rió y negó con la cabeza.

- Suerte, amor. - dijo el castaño. - Buscaré a los niños para ponerles sus corbatas de moño. - agregó saliendo de la habitación.

- ¡Quiero ir con mami! - chilló Olivia estirando sus bracitos hacia la puerta, apunto de llorar por separarse del omega.

- Te llevaré con él, si no lloras y dejas que te ponga esto. - sentenció Harry mostrando la diadema tejida.

Olivia frunció el ceño y volvió hacer su puchero, cruzándose de brazos, sin responderle a su padre.

Mientras tanto Louis soltó un suspiro pesado, mirando como sus dos hijos corrían por toda la casa detrás del hijo menor de Zayn y Liam.

- ¡James!, ¡Edward! - llamó el castaño a sus hijos.

- Papi, quiero atrapar a Zack antes que James. - respondió Edward deteniéndose un segundo antes de correr de nuevo.

Louis frunció el ceño al escuchar eso, él había notado últimamente que sus hijos tenían una clase de competencia entre ellos para jugar con Zack y era algo no entendía muy bien.

- Vengan los dos. - exigió sin alzar la voz.

Ambos los niños se detuvieron y obedecieron al omega, corriendo hacia él.

- Deben dejar de correr, pueden lastimarse. - habló Louis poniéndose de cuclillas para poder ponerle el moño a cada uno de los niños.

El omega estaba agradecido que cada uno tuviera un rastro característico, así podía distinguirlos con facilidad.

Sus bellos trillizos tenían cinco años, y los tres eran diferentes a su manera.

Olivia era un preciosa niña de ojos verdes como los de Harry y cabello rizado, incluso un poco más rizado que el de su padre y la niña era más apegada a Louis, era como si siempre quisiera estar con él y no separarse por nada del mundo del omega.

Mientras que Edward y James eran más traviesos, siempre corriendo por la casa, dejando sus juguetes por todos lados y peleando de vez en cuando por cualquier cosa.

Los tres habían sacado los rizos de Harry y el alfa se sentía demasiado orgulloso de eso, pero solo que Edward y Olivia sacaron sus ojos esmeralda, James tenía los ojos zafiro como los de Louis.

Eran tres niños preciosos ante los ojos de cualquiera, con brillo y carisma singular.

- Estamos jugando. - respondió James ansioso por seguir corriendo, el omega podía jurar que sus pequeños tenían demasiada energía a su corta edad.

- Pueden jugar a otra cosa. El pobre Zack debe estar agotado de huir de ustedes. - dijo Louis asegurándose de que los moños estuvieran perfectamente acomodados.

Zack era el cuarto y último hijo de sus amigos, era un pequeño de la edad de los trillizos, tan solo era un poco mayor por unos meses y era chico de cabello castaño, ojos miel y pestañas perfectas, era la combinación perfecta de Liam y Zayn sin duda alguna.

- A él le gusta jugar con nosotros. - negó Edward. - ¡Voy a ganarte! - le dijo a su hermano antes de comenzar a correr de nuevo.

Y James no dudó en correr detrás de él.

Louis suspiró con una sonrisa tierna en sus labios y negando con su cabeza, siguiendo con la mirada a sus hijos, notando la pequeña risa de Zack huyendo de ambos con agilidad.

- Mami. - llamó Katie, llegando a su lado para tomarlo de la mano.

- Hola, cielo. ¿Te estás divirtiendo en tu fiesta? - preguntó mirando encantado a su hija mayor, aunque para él siempre sería la bebé que lo defendía de todo.

- Si, gracias por la fiesta. - respondió la niña abrazando al omega. - Ven. - dijo guiandolo a través de la sala, hacia donde estaba su grupo de amigos.

Louis tan solo se dejó guiar por su hija, sin decir nada.

- Él es mi papá, Louis. - presentó Katie a su grupo de amigos con orgullo, inflando un poco su pecho, tal y como lo hacía Harry.

A ella aún le gustaba mucho imitar a su padre alfa.

- Y es el omega más bonito. - dijo segura recargando su cuerpo en el de su padre.

Louis se sonrojó ligeramente al escuchar eso.

- Mami, ellos son Valeria, Joselyn, Axel, Nath, José y Mariel. - habló presentando a cada uno de sus amigos con emoción.

- Hola. - saludó el castaño, sonriente.

- Mi papá Harry y yo cuidamos de él y de los tres gemelos. - agregó Katie, hablando otra vez con mucho orgullo, como si estuviera presumiendo a su familia.

- Son trillizos, Kati. - corrigió una de sus amigas, Joselyn.

- Para mi no. - negó la castaña. - Olivia y Edward son la copia de papi Harry, pero James es una combinación de los dos. - explicó con alegría.

- Tú te pareces mucho a él. - comentó uno de los niños señalando a Louis.

Louis sonrió en grande, mirando a su hija, esperando que respondiera algo al respecto.

- Si, pero él es más bonito. - respondió Katie.

Y el omega iba a responderle a su hija, diciendo que ella era más preciosa, pero Jade lo interrumpió.

- El pastel está listo. - habló Jade. - Ya he puesto cada una de las velas. - agregó.

- Gracias. - agradeció el castaño. - Mi amor, iré a buscar a tu padre, ve con tus amigos a la mesa, acomodate para partir el pastel. - dijo dulcemente antes de soltar la mano de su pequeña.

- Si, mami. - respondió Katie obedientemente.

Louis caminó hacia la habitación, pero no fue necesario llegar hasta ella, ya que se encontró con su alfa en el camino cargando a Olivia con su diadema algo torcida en su cabeza.

- Es lo mejor que pude hacer. - habló el alfa antes que el castaño pudiera decirle algo. - No dejaba de moverse pidiendo verte. - se explicó.

- ¿Y yo soy el torpe? - cuestionó Louis burlón, aprovechando que la niña estaba distraída viendo todo a su alrededor para acomodar correctamente la diadema en su cabeza.

- Por lo menos logré ponerla. - se defendió Harry.

- Cierto. Te mereces un premio, amor. - respondió el omega riendo, dándole un beso.

- ¡Tío Ni! - gritó la pequeña pidiendo que la cargue el omega rubio.

- Niños presentes. - interrumpió su hermano, riendo mientras le quitaba a la niña de los brazos al rizado.

Harry enredó sus brazos automáticamente, como imanes en la cadera de su omega.

- Mataste el momento. - bufó Louis sonrojado, terminado con el beso.

- Deberían pensar en las criaturas antes de besuquearse. - molesto el rubio sin dejar de reír.

- Fue un solo beso. No nos estábamos besuqueando. - defendió el castaño, con el rostro de Harry enterrado en su cuello.

- Como sea. - bufó Niall divertido, cargando con encanto a su sobrina. - Hay que partir el pastel, me muero de hambre. - bromeó.

- Pastel. - repitió la pequeña aplaudiendo entusiasmada y soltando una tierna risa hacia su tío.

- Si, mi amor. Pastel. - respondió Niall jugando con la nariz de la niña. - Louis, ella es adorable, puede ser que cuando te descuides me la robe. - bromeó pegando a la pequeña Stylinson a su pecho, abrazándola amorosamente.

- No. - dijo Louis posesivamente. - Tú tienes a tus gemelas. - agregó.

- Maggie te adora, te la cambió por Olivia. Necesito cuidar de un bebé de nuevo por un tiempo. - propuso su hermano, aún bromeando.

El castaño frunció su ceño y negó repetidas veces.

- Alfa, me quieren quitar a mi cachorro. - se quejó con su pareja, haciendo un puchero.

Harry alzó su rostro del cuello de su omega, para mirar a su cuñado.

- Deja a mi omega en paz, Niall. - ordenó apretando las caderas del castaño.

El rubio rió. - Ustedes me dan miedo a veces. - confesó burlón.

- Idiota. - suspiró Louis viendo como su hermano se llevaba a Olivia con él.

El rizado besó su frente, haciendo un sonidito de duda, sin soltar sus caderas.

- Se llevó a mi bebé con él. - respondió el castaño abrazándolo.

Harry sonrió, olfateando el cabello de su pareja, amando el efecto del aroma de vainilla y canela en su sistema y en su alfa.

Sobre todo su alfa adoraba y anhelaba el aroma de Louis a cada instante.

- ¡Mami, papi! - llamó Katie perfectamente acomodada en frente de su pastel de arcoíris.

Louis se separó lentamente del rizado, sonriéndole antes de tomarlo de la mano y caminar hacia su hija mayor.

- Edward, James. Vengan. - ordenó Harry.

- Esta es una familia adorable. - expresó la amiga de Louis, Bebe Rexha, que había viajado solo para estar en el cumpleaños de la niña, acomodando la cámara de video para grabar el momento.

- Mi princesa, está creciendo. - comentó Louis, colocándole el gorrito de cumpleañera a su hija.

- No soy princesa. - negó Katie. - Soy una caballera. Yo cuido de la familia, como papá. - explicó en voz baja, solo para que la escuchará Louis.

- Las princesas igual pueden cuidar de alguien más. - respondió el omega apretando la nariz de su niña.

- Bueno, soy la princesa que te cuida. - concordó Katie, asintiendo entusiasmada.

Louis sonrió complacido de escuchar eso, con un ligero color carmesí en sus mejillas.

"Las mañanitas" comenzaron a sonar en la casa, mientras que los demás comenzaban a cantar y Katie sonreía.

Al finalizar la canción todos en la casa comenzaron a aplaudir.

- No le daré una mordida. - negó Katie mirando con un poco de pánico a sus padres. - Van a empujarme. - habló nerviosa.

- Eso no va a pasar. - prometió Louis riendo.

- Eres pésimo haciendo promesas. - respondió la niña, aún en su negativa.

- Si mi hija no quiere hacerlo, no lo hará. - habló Harry, pasándole un cuchillo de plástico a su hija. - Parte el pastel, mi nena. - pidió el alfa.

- Arruinas el momento, Hazza. - bufó el castaño, cruzándose de brazos.

- Eras capaz de aventarla tú mismo al pastel. - aseguró Harry riendo, abrazando su omega por la cintura.

- No iba hacer eso. - negó el omega riendo igual.

"Te conozco demasiado bien, mi amor" ronroneó su alfa.










[...]

















- Estoy agotado. - suspiró Louis sentándose en la cama cansado.

- Fue una linda fiesta de cumpleaños. - halago a Harry cerrando la puerta de la habitación. - Lo hiciste muy bien, mi cielo. - agregó sentándose junto a su pareja.

- Nuestros cachorros me quitan mucha energía. - habló el castaño con una sonrisa en su rostro.

- Puedo darte un masaje, si lo deseas. - respondió el alfa, comenzando a masajear los hombros de su pareja.

- Oh, eres muy bueno con las manos. - jadeo el castaño, cerrando los ojos y disfrutando el toque de su amante.

- Estás muy tenso, mi omega. - habló Harry con la voz ronca, haciendo el cuello de su camiseta a un lado, para mirar la marca que había dicho hace unos años, que seguía igual de brillante que el primer día.

- Bueno, tener cuatro cachorros no es nada fácil. - respondió Louis dejándose llevar por la sensación de las manos del rizado en él.

- Recordé algo. - murmuró el alfa comenzando a besar el cuello de su omega hasta la marca, sin detener su masaje.

- ¿Qué? - preguntó el castaño con la voz adormilada.

- Yo solía llamarte cachorro. - respondió Harry con una sonrisa.

Louis soltó una risita, marcando las arrugas alrededor de sus ojos.

- Eras un estúpido llamandome así. - dijo el castaño.

- No lo creo. - negó el rizado sin dejar de sonreír y de besar su piel. - Eras mi lindo y precioso cachorro. - agregó.

- No vuelvas a llamarme así. - advirtió el omega avergonzado.

- Era tierno, no lo niegues. - respondió Harry riendo.

- Era estúpido. - bufó el castaño. - Y tú igual. - agregó antes de reír.

- Cachorro torpe. - se burló el rizado haciendo una marca de amor en el cuello del omega, ganándose un jadeo de su parte. - ¿Sabes?, he estado pensando últimamente... - murmuró bajando sus manos hacia la espalda del chico.

- Milagro. - respondió Louis alegre.

Harry rodó los ojos, conociendo el humor de su omega.

- Los niños están creciendo y nosotros nos hacemos viejos... - siguió hablando de su idea. - Deberíamos intentar a los gemelos, ahora. - opinó con una sonrisa.

Louis rió una vez más y se giró hacia él.

- Esa es una manera muy estupida, hasta para ti, para decirme que quieres tener sexo. - dijo burlón el rizado.

- ¡Hey!, es una buena idea. - dijo Harry riendo, acostando al omega debajo de él. - Nuestros celos serán en unos días, deberías pensarlo. - habló abriendo las piernas del omega para colocarse entre ellas.

- No tendremos más hijos. - negó el castaño riendo, cuando su alfa comenzó a dejar besos en lo bajo de su mandíbula. - ¿Acaso quieres tener un equipo de fútbol?, por qué a este paso lo conseguirás. - explicó mordiendo su labio inferior.

- Sería lindo. - respondió Harry con una sonrisa, sin detener sus caricias y besos en su omega. - Podríamos llamarlo equipo Stylinson. - agregó divertido.

- Amor, cállate. - dijo Louis riendo empujando al rizado para que saliera de encima de él. - No habrá más bebés en esta casa. No por ahora. - advirtió.

- ¿Por ahora? - preguntó Harry sonriendo de lado, marcando su hoyuelo y con una ceja elevada.

"Si, por ahora. Alfa estúpido" respondió su omega.

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