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~Dieciséis' 💙💖💙


Louis había pasado un par de días más en el hospital, para recuperarse del parto y para asegurarse de que todo estuviera en orden con el omega y los bebés.

Una vez que todo estaba en orden y que el doctor a cargo del omega indicará que todo estaba perfecto, Louis y los trillizos podían irse a casa, y Harry no podía estar más feliz por eso.

El rizado había ido todos los días a visitar al omega, llevando rosas y cualquier clase de obsequios, por qué su alfa sentía la enorme de necesidad de agradecerle a su omega por haberle dado a sus cuatro cachorros.

- Hoy regresas a casa, amor. - habló Harry alegre, ayudando al castaño a colocarse su camiseta.

- Ya quiero ver a Kat, la he extrañado mucho. - respondió el omega con un tierno puchero en sus labios.

- Ella igual te extraña, todos los días pregunto por ti. - aseguró el rizado. - Y por los tres gemelos. - agregó con una pequeña risa.

La risa de Louis se unió a la de su alfa.

- Ella nunca dirá que son trillizos. - negó el castaño aún divertido, levantándose de la cama.

- Lo hará cuando sea grande. - comentó Harry seguro, sonriendo.

- Bien. Hay que ir a casa. - dijo el castaño con emoción. 

- Iré por los bebés. - asintió el alfa.

Louis terminó de alistarse, sonriendo en grande cuando Harry volvió a entrar en la habitación con la carriola y con sus bebés.

- Son preciosos. - murmuró el omega, con un brillito en sus ojos.

- Son nuestros cachorros, obvio que son hermosos. - respondió el rizado.

Louis asintió y rió, con las mejillas rojas, mirando como Harry tomaba su mochila para que él no cargará.

- Vamos amor. - murmuró el alfa tomando la carriola de nuevo.

El omega sonrió de nuevo y se abrazó del brazo del alfa, para por fin irse a casa.

- Tuve que comprar dos sillitas para bebé extras. - comentó Harry llegando al auto.

- Eres un padre ejemplar. - respondió Louis con una sonrisa, mirando con encanto como el alfa subía a los bebés con cuidado.

- Sube al auto, bebé. - comentó el alfa, una vez que los trillizos estaban seguros en el auto. - Oh, ¿Quieres que te suba como a los trillizos? - preguntó con sus manos en la cintura del castaño.

- ¿Qué?, ¿Vas a subirme cargando al auto? - preguntó burlón el omega, escondiendo su rostro sonrojado en el pecho del rizado.

El pecho de Harry vibró con su risa.

- No me retes. - se limitó a responder el alfa.

- Bien. Te conozco. - rió el castaño igual, dejando un pequeño beso en el pecho de su pareja antes de separarse, para subir al auto del lado del copiloto.

- Hoy es tu día, amor. - habló Harry entrando en el auto igual, tomando una de las manos del omega para besarla.

- ¿Mi día? - preguntó el castaño sin dejar de sonrojarse.

- Si, tu día. - repitió el alfa encendiendo el motor.

- Suena loco, porque he pasado la mayor parte del tiempo en cama, pero tengo sueño. - comentó Louis bostezando, recargando su cabeza del asiento y cerrando los ojos.

- Eres un gatito dormilón. - comentó el rizado, tocando la naricita del omega.

Louis arrugó su nariz, abriendo los ojos, para darle un pequeño golpe al alfa en su brazo, antes de comenzar a reír. 

- Estúpido. - bufó el omega sin dejar de reír, con su risa uniéndose a la de su alfa.

"Tu risa es tan hermosa", habló el alfa de Harry, cuando en el auto tan solo se escuchaba la risa de Louis.

Louis sonrió con encanto hacia su pareja después de recibir aquel mensaje. 

Y el viaje de regreso a casa, fue igual entre risas y halagos que hacían sonrojar al omega a cada minuto.

- Hemos llegado a casa. - habló Harry sonriente, mirando a sus cachorros desde el espejo retrovisor interior del auto. 

- Te ayudaré a bajar a los bebés. - dijo Louis saliendo del auto, viendo como el rizado sacaba la carriola de la cochera, acercándose a sus bebés y tocando la mejilla de uno de los cachorros. - ¿Puedes creer que estos angelitos son nuestros? - preguntó una vez que sintió al alfa detrás de él, acariciando su cadera.

- Tienen tu encanto, amor. - respondió el alfa besando su mejilla. - Y tu hermosura y son igual de angelicales que tú, sin duda alguna. - agregó.

- Deja de coquetearme, chico listo. - dijo Louis sonrojado, tomando a uno de los bebés.

- Uy, coquetearle a un omega con cuatro cachorros no es nada bueno. - se burló Harry, tomando a la niña. 

- Créeme que no. Tengo un alfa muy posesivo y estúpido. - siguió bromeando Louis.

- Bien. ¿Por qué le coquetearia a un omega torpe? - molesto el rizado.

El castaño bufó y le dio un golpecito en el pecho al alfa, apresurandose para sacar al otro bebé del auto.

Louis le dio un beso en la frente a cada uno de sus cachorros, una vez que los tres estaban en la carriola especial.

- He estado pensando en algunos nombres en estos días de hospital. - comentó el castaño con orgullo.

- ¿Si?, me encantaría oírlos. - respondió el rizado, tomando la carriola para entrar a la casa.

- En realidad son demasiados, casi diría que son unos treinta. - dijo el castaño riendo. - ¿Qué tal Kevin? - propuso primero.

Harry sonrió y abrió la puerta de la casa.

- Tambien tengo el nombre de Luke, Aiden, Elliot, Ángel, Nicolás, Harrison,
Luca... - continuó Louis con emoción.

- ¡Sorpresa! - gritaron varias voces, una vez que ambos entraron a la casa.

- Oh, por Dios. - murmuró Louis mirando con los ojos brillantes todo lo que estaba pasando.

El omega miraba con encanto y emoción los detalles azules con rosa que había por la casa, la sonrisa en el rostro de sus amigos y el enorme cartel de bienvenida que estaba en el centro, notando que era la letra de su alfa la que estaba plasmada en el cartel.

"Bienvenidos a casa, amores de mi vida."

- ¡Luces radiante, amigo! - Jade fue la primera en halagar al omega, abrazandolo.

- Mira como te brillan esos ojitos hermano. - halago a Niall apretando las mejillas de su hermano menor.

- Tres nuevos integrantes en la familia. Es espectacular. - habló Shawn mirando a los trillizos con admiración en la carriola.

La bebé rió por las caricias de Shawn en su estómago.

- Le agrado. - alabó el alfa sonriente. - ¿Puedo cargarla? - cuestionó mirando a Harry.

- Si, está bien. - asintió el ojiverde, controlando ligeramente los celos de su alfa.

- Zayn y Liam, no tardan en llegar. - comentó Perrie abrazando al castaño con alegría.

- Si, si. Dejen de abrazar tanto a mi omega. - intervino Harry, tomando al castaño de las caderas, jalandolo hacia él.

- ¡Harry! - chilló el omega, riendo.

- Perdón. - se disculpó el rizado en el oído del castaño, antes de besarlo.

- Niños presentes, chicos. - habló Jade burlona cargando a uno de los trillizos.

Louis soltó un jadeo audible cuando sus labios se separaron de los de su alfa.

- Oh, él se llamará James. - aseguró Niall cargando al otro bebé, quien parecía estar muy cómodo en los brazos de su tío.

Louis rió por aquel comentario, antes de comenzar a buscar con la mirada a su pequeña Katie.

- ¿Dónde está Kat? - preguntó el omega, al no verla, él había jurado que su pequeña hija sería la primera en correr a sus brazos en cuanto llegará a casa con los trillizos.

- Oh, estaba con Rosé. - respondió Jade sin tomarle tanta importancia.

Rosé. Esa niña que había hecho sentir mal a su pequeña, el simple hecho de oír su nombre la hizo sentirse mal.

Louis frunció el ceño. - Buscaré a la niña. - murmuró mirando al rizado.

- ¿Quieres que lo haga yo? - cuestionó el alfa, mirando la preocupación en los ojos del omega.

- No. - negó el castaño, brindándole una pequeña sonrisa al rizado.

El omega comenzó a buscar a su hija en todas las habitaciones, incluso buscó debajo de las camas y en los clóset, pero no había rastro de su hija, comenzaba a preocuparse mucho, estaba apunto de llorar si no encontraba a su niña.

- ¡Tú! - gritó Louis alterado regresando a la sala con todos, tomando de los hombros a la hija de Jade. - ¿Dónde está mi hija? - cuestionó autoritariamente.

- Louis. - llamó Jade frunciendo el ceño al ver como su amigo trataba a su hija.

- Esta niña se la pasó metiéndole ideas a Katie sobre que no la queríamos. - respondió Louis sin soltar a la niña. - Y estoy muy seguro que ella tiene que ver con que no esté Katie por ningún lado.  - dijo seguro, mirando molesto a la niña.

- Oye, no le hables así a mi hija. - intervino Perrie cargando a Rose, alejándola del castaño.

- ¡¿Dónde está Katie?! - gritó Louis tratando de acercarse de nuevo a la niña.

- Lou, amor. - habló Harry notando lo alterado que estaba su omega. - Bebé, debes tranquilizarte, estás poniendo nervioso a los trillizos. - agregó abrazandolo.

El omega soltó un sollozo agudo, lleno de impotencia.

"Nuestro omega está llorando. Haz algo", ordenó el alfa de Harry molesto.

"Quiero a mi cachorro, alfa" rogó su omega angustiado.

- Mi cachorra, Harry. ¿Dónde está? - pidió el castaño con la voz rota pegándose al alfa, buscando consuelo.

- Rose. - habló Jade firme mirando a su hija. - ¿Dónde está Katie? - preguntó.

- Mamá, yo...

- Sin mentir. - exigió la omega. - ¿Dónde está Katie? - repitió con la voz fuerte y firme. 

Rosé hizo un puchero y bajo la mirada culpable y señaló hacia la cocina.

Louis se soltó de Harry de inmediato y corrió a la cocina, buscando con desesperación, sin ver rastro de su niña.

- Katie, amor. - llamó el castaño con los ojos llorosos. 

Y pasaron unos segundos antes de que una de las puertas de la alacena se abriera lentamente.

- Oh, Dios. - sollozó Louis limpiando sus lágrimas, mirando como Katie salía de la alacena temerosa. - Pero... ¿Por qué estabas ahí, bebé? - cuestionó.

- Pensé que no me querías más. - respondió la niña con la mirada en el suelo. 

- Muchachita, le metiste un susto horrible a tu mami. - habló Harry entrando a la cocina, cargándola.

- Lo siento mucho. - se disculpó, sintiéndose mal al ver las lágrimas en los ojos del omega.

- No vuelvas a hacerme esto. - dijo Louis acercándose a la niña. - Por favor. - pidió acariciando el rostro de su hija.

- Lo siento, mami. - se volvió a disculpar.

Louis sonrió nostálgico y se limpió sus últimas lágrimas. - Te perdono. - respondió más tranquilo. - ¿No quieres conocer a tus tres gemelos? - preguntó riendo un poco por eso.

Katie a asintió emocionada.

- Vamos. - dijo el castaño tomando la mano de Harry para regresar a la sala.

- Louis. - llamó Jade de inmediato. - Yo, siento mucho esto, mi hija les debe una disculpa a ustedes. - dijo angustiada.

- Le debe una disculpa a mi hija. - dijo el castaño.

- Por supuesto. - asintió Jade. - Rosé. - llamó a su hija. - Vamos, hazlo. - ordenó.

- Lo siento Kat. - se disculpa mirando alfa niña en los brazos de Harry. - Todo lo que te dije, lo hice para molestarte. Era mentira, tus padres si te quieren. - dijo sintiéndose arrepentida.

Katie solo asintió y abrazó al rizado.

- Que no se repita. - advirtió Harry autoritario. - A la próxima seré yo el que se altere y no mi omega. - agregó.

- Perdón por la escena que hice. - se disculpó el omega acercándose a la carriola donde estaban sus trillizos.

- No te preocupes, lo entendemos. - habló Zayn, que había llegado hace unos minutos, dándole unas palmadas en la espalda al omega.

- Son preciosos. Felicidades. - habló Liam en esta ocasión, mirando a la pareja.

- Son los tres gemelos. - susurró Katie estirando sus brazos hacia sus hermanitos.

- Si, dos niños y una niña. - respondió Harry con orgullo mirando a su hija mayor.

- ¿Gemelo uno, gemelo dos y gemelo tres? - dijo Katie curiosa señalando a cada de los bebés.

Louis soltó una risa al escuchar eso.

- Si, esos son excelentes nombres, pequeña. - bromeó el castaño.

- ¿Los niños serán dulces como mami? - preguntó curiosa la niña en voz baja a Harry, sin que Louis o alguien más la escuchará.

El alfa sonrió. - No lo sé, pequeña. - respondió sincero.

- Yo quiero que tú y las niñas cuidemos de mami y los niños. - confesó Katie con un puchero.

- Es una buena idea. - aseguró el rizado besando la frente de su hija, sin dejar de sonreír. - Así que, ¿Quieres que las niñas sean alfitas? - cuestionó en voz baja igual.

Katie asintió con un brillito en sus ojos y aplaudiendo.

- Niños omegas. - agregó ella con orgullo.

Harry rió tiernamente, por la emoción en los ojos de su hija.

- ¿Y ya tienes algún nombre? - cuestionó Shawn.

Louis asintió con una sonrisita.

- James. - dijo señalando al primer bebé, que estaba mirando a Niall, el niño realmente parecía encantado con su tío de sangre. - Olivia. - señalando a la niña que lo miraba a él y le estaba sonriendo. - Y Edward. - dijo finalmente, señalando al último bebé, que miraba hacia Harry y su hermana, alzando su mano como si quisiera tocar a su padre. - Esos serían sus nombres, si mi alfa está de acuerdo. - agregó sonriéndole a su alfa.

- Me encantan, amor. - aceptó Harry, abrazando de la cadera al castaño con su brazo libre, sosteniendo con un solo brazo a su hija.

Louis ronroneó complacido, pegándose a su alfa, sintiendo la pequeña mano de su hija mayor en su cabello, mientras miraba a sus trillizos.

Estaba enamorado de su familia.

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