05
CAPÍTULO CINCO
• LOBITO •
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Ese día Némesis se despertó más temprano e hizo toda su rutina con más ánimo, y es que haber descubierto algo interesante le pone de buen humor. Al parecer este año será mejor que otros porque ya desde el primer día fue bueno.
Al terminar de acomodar su corbata verde se observó de pies a cabeza en el espejo en busca de alguna mínima imperfección porque si hay algo que no pudo ir en contra de lo que sus padres le programaron es el estar siempre bien puesta, jamás debe estar desarreglada en ningún ámbito y es una costumbre que se le quedó bastante arraigado en su cabeza.
Tras ver que todo está bien salió de su habitación y bajó a la sala común en donde se encontró solamente con Narcissa Black leyendo un libro.
— Buenos días — saludó la pelinegra.
— Buenos días Lestrange ¿Cómo amaneciste? — preguntó amablemente dejando de lado su libro.
— Bien ¿y tú?
— También bien.
— Genial, nos vemos luego.
Se fue rápidamente de ahí antes de que la chica comience una conversación, y no es que le caiga mal, todo lo contrario, le parece una buena chica, demasiado buena para terminar con Malfoy porque ella es la segunda opción de la familia para comprometerlo, obviamente ella es la primera pero como se negará a toda costa sabe que ellos terminarán enlazados. En fin, salió y fue hacia la enfermería esperando que no estén todos y solamente Lupin para poder hablar decentemente con él, aunque lo que tiene en mente por hacer no es decente. Tras pensar gran parte de la noche lo que podría hacer con ese secreto en sus manos decidió hacer algo que es muy digno de ella, además necesita un nuevo estimulante interesante que le quite de la rutina en que se meterá como cada año.
Al llegar a la enfermería entró silenciosamente esperando pasar desapercibida pero fue en vano ya que Madame Pomfrey la interceptó, por lo que tuvo que hacer su mejor papel de actuación y puso una expresión de estar sufriendo.
— ¿Qué necesitas señorita?
— Desde ayer que tengo un terrible dolor de cabeza que no me pasa y decidí venir para que me ayudes porque estando así no podré concentrarme en clase y para mí es importante tener buenas notas o mi papá me castigará muy feo. ¿Me podrías dar algo? Por favor Madame Pomfrey — suplicó mientras demuestra lo "preocupada" que se encuentra, además de agregarle un poco de miedo a su tono.
— Esa poción ya no lo tengo aquí pero espérame y te traigo en unos minutos.
Némesis quiso sonreír pero se aguantó al ver que salió mucho mejor de lo que esperaba. Al parecer la suerte hoy está de su lado.
— Está bien, te espero con tal de parar este dolor.
Apenas la medimaga se fue la chica rápidamente fue a la única camilla en donde las cortinas están puestos suponiendo que debe estar ahí teniendo en cuenta que aparte de ello solamente hay otro alumno pequeño que está acostando comiendo dulces.
Al estar enfrente se replanteó por breves segundos si quiere meterse otra vez con uno de los merodeadores pero lo mandó todo a la mierda y se adentró topándose con el chico que está mirando el techo con la sábana tapándole de la cintura para abajo dejando al descubierto su abdomen y brazos llenos de cicatrices antiguas, por un momento Némesis se quedó clavada mirando cierto sector todo marcado pero pasó su vista a su brazo izquierdo que tiene la marca de cuatro largas cicatrices que se notan recién hechos por el color y contextura.
— ¿Lestrange? ¿Qué haces aquí? — preguntó alarmado agarrando la sábana y tapándose sintiéndose inseguro ante la mirada de otros.
Todo eso terminó por confirmarle al 100% su sospecha de que efectivamente él es el hombre lobo que le acompañaba a los animales y es que era obvio que el resto se volverían animagos nada más por una causa noble como ayudarle a su amigo.
— Vaya, vaya...Quién lo diría. El inofensivo Remus Lupin convirtiéndose en otro una vez al mes.
Remus sintió que todo a su alrededor se desmoronó al escuchar sus palabras y ver esa sonrisa de lado indicándole lo obvio, había sido descubierto por la persona menos indicada en todo Hogwarts y está seguro que acaba de perder todo lo bueno en su vida. Por poco y no se largó a llorar al pensar en que mañana mismo todos sabrían lo que es y tendría que dejar Hogwarts siendo visto por lo que realmente es, una horrible bestia que desde un principio no merecía estar ahí, sino que alejado y escondido como la mayoría de su especie.
— Por favor no se lo digas a nadie — suplicó rompiendo el contacto visual sin poder verla.
Por un momento Némesis se sintió un poquito mal al verlo a punto de llorar pero aún así no retrocedió al plan, sino que hizo lo contrario, se acercó a él para meterle más presión y se sentó en la camilla a un costado suyo ante su atenta mirada puesta en ella.
— ¿Y yo qué gano a cambio? — preguntó haciendo una corta repasada por todo su rostro hasta detenerse en sus labios por segundos y volver a sus ojos con una sonrisa traviesta — Lobito.
El castaño sintió su corazón alterarse por el seudónimo pero decidió ignorar pensando en lo que podría darle a cambio a una chica como ella pero no encontró nada, no tiene nada valioso, literalmente apenas y tiene para comprar sus útiles escolares, ropa del colegio y algunos libros de segunda mano al ser de clase baja, lo único que tiene siempre gracias a James es chocolate ya que le carga en su baúl pensando que él no se da cuenta, además de la ropa que le regala Euphemia.
— No tengo nada por ofrecer más que chocolate — respondió rendido.
Némesis no pudo creer lo que acaba de escuchar y le pareció terriblemente adorable, además con esa expresión triste se ve aún más indefenso y se sintió una bruja vil y cruel frente a él, no obstante, no desistió, obviamente su plan no es obtener unos simples chocolates, sino que algo más que al parecer el chico no entiende por más que su expresión corporal se lo esté gritando.
— Eres tan patéticamente tierno que me encantaría corromper esa inocencia — murmuró acercándose lentamente a él mirándolo fijamente a los ojos con el fin de jugar un poco y ver si capta lo que quiere. Se detuvo cerca de sus labios y susurró — Ya sé lo que quiero a cambio.
Se separó satisfecha al ver el resultado, a un Remus sonrojado hasta las orejas y siendo un manojo de nervios, tanto así que él soltó un leve risa causado por los nervios. Efectivamente ya lo captó pero a último momento decidió que no quiere algo fácil, sino que algo un poco más duradero que le dé entretenimiento y otros beneficios, además de que se va a divertir bastante con lo que tiene en mente.
— A cambio quiero que pases tiempo conmigo cada vez que yo te lo pida.
Remus frunció el ceño confundido por su petición, por un momento pensó que le pediría otra cosa luego de que se haya acercado de esa forma, cosa que por cierto le alteró como ninguna chica lo había hecho antes. De todas formas lo que le pide ahora es mucho mejor porque ¿qué tan malo sería pasar tiempo a su lado?
— Te daré tiempo hasta hoy en la cena para que lo pienses, igual si no aceptas mañana por la mañana todo el colegio sabrá que eres un hombre lobo — habló esta vez con el semblante serio dejando atrás todo juego.
— ¿Por qué haces esto?
— Porque estoy aburrida.
— ¿Solo por eso me amenazas? — preguntó sorprendido y molesto.
Némesis lo ignoró y salió fuera de la cortina que lo tapa yendo a su lugar anterior encontrándose justo a tiempo con Madame Pomfrey quien viene con una mini botella en sus manos.
— Aquí lo tienes, bébetelo completo.
La pelinegra agarró la poción y se lo bebió pese a no tener ningún dolor, de igual forma no sería la primera vez que lo hace.
Le agradeció con una sonrisa fingida y salió para ir directo al comedor con la mente perdida en lo sucedido anteriormente; la verdad es que jamás le contaría a todos sobre su secreto, tampoco llega a ese nivel de maldad, además sabe lo rechazados que son los licántropos en el mundo mágico y no dejaría que muchos le odien y digan cosas malas al pobre chico, pero como siempre tuvo que tantear el terreno y manipular para quitar alguna ventaja de ello, y en caso de que él rechace su oferta lo dejará ir sin problema y guardará su secreto.
Al llegar al comedor se sentó al lado de Regulus saludándolo.
— ¿Dónde estabas?
— Resolviendo algunos asuntos de tareas — mintió.
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Durante el resto del día lo único relevante que pasaba por la mente de Remus es la situación con Némesis, preguntándose una y otra vez cómo lo descubrió y por qué no le dijo nada malo al respecto más que chantajearlo, algo que por cierto ya tiene su respuesta pero al final duda en si está en lo correcto o no.
A medida que se acerca la hora de la cena se encuentra más nervioso, con ganas de escapar o si es posible tirarle un obliviate para no verse metido en esta situación, pero no se ve capaz de hacerlo.
— Ya dinos lunático— intervino Sirius apenas salieron de la última clase del día.
— ¿De qué hablas?
— Hoy en todo el día estuviste más callado de lo normal.
— Y perdido en tu mente — le siguió James.
— Sin siquiera prestar atención a clases y eso ya es raro — apoyó esta vez Peter.
Los tres prácticamente lo acorralaron al ponerse frente a él y deteniendo su caminar.
Lupin dudó bastante en si contarles o no teniendo en cuenta lo que podrían hacerle a la chica al descubrir que está tratando de quitar un beneficio con saber su secreto, aún así siente que no podría ocultarles algo así, con lo insistente que son tarde o temprano se van a enterar de la verdad.
— Está bien, les contaré pero no aquí, hay muchas personas pasando— suspiró rindiéndose ante la presión.
Los tres asintieron y se encaminaron a un pasillo menos poblado con el absoluto silencio acompañándolos, algo raro para el grupo más ruidoso, pero la verdad es que están preocupados de lo raro que actúa su amigo y presienten que no tiene buenas noticias.
Cuando llegaron a un oscuro pasillo poco habitable a estas horas los tres lo miraron fijamente y el hombre lobo como por centésima vez en el día soltó un suspiro.
— ¿Y? — insistió Black.
— Han descubierto lo que soy, ya saben.
Hizo un mohín con su mano y los tres abrieron enorme sus ojos sintiendo su respiración detenerse ante tal noticia, algo grave teniendo en cuenta lo mucho que cuidan para que nadie lo descubra sabiendo cuánto le afecta esto al castaño.
— ¿Quién? — se atrevió a preguntar Peter.
— Némesis Lestrange — murmuró bajando la cabeza.
— Puta madre, por qué tuvo que ser justo ella — gruñó Sirius revolviendo su cabello de la frustración.
— ¿Y qué pasó? ¿Te dijo algo? ¿Cómo se enteró? ¿Sabe que somos animagos? — preguntó rápidamente James.
— No sé cómo se enteró ni tampoco sé si sabe lo de ustedes...En cuanto a lo otro...
Se calló haciendo una mueca dejándole en suspenso a dos de ellos porque Sirius ya estaba maldiciendo de miles maneras sabiendo como es ella y que seguramente le pidió algo a cambio de su silencio, pero por supuesto que no confía para nada ni si se le da lo que pidió, ella es traicionera por naturaleza.
— Hey, cálmate canuto — le dijo James.
— Es que no entienden...Te chantajeó ¿no es así?
Remus empezó a contarles todo saltando la parte en que ella le dijo que quiere corromperlo y en como él se sintió con su cercanía. Al terminar hubo distintas reacciones, empecemos con el peor que es Sirius quien está enojado, luego Peter quien siente pena por su amigo y también está preocupado por perder la apuesta, y por último está James que en su interior está saltando de la emoción al darse cuenta que no tendrá que hacer nada para juntarlos, sus caminos solitos se unieron y eso para él ya es buena señal.
— Esa maldita arpía, es obvio que busca algo más que solo tu compañía.
— No pidió nada malo, yo creo que deberías aceptar — le alentó James conteniendo su emoción.
— Yo creo que no — dijo rápidamente Peter.
Ambos se miraron fijamente y el de lente le sonrió disimuladamente con una mirada de ya te gané. Sirius por su parte se puso a analizar la expresión de Remus y detuvo toda su exaltación para verlo sorprendido.
— Lo harás, vas a aceptar.
— Sí — susurró pero aún así le escucharon.
— Podríamos hacer algo para callarla sin necesidad de que aceptes el chantaje — sugirió Peter sin querer perder los veinte galeones que aún no tiene.
— Sí, podríamos, pero el problema es que ni aún así va a rechazar la oferta porque eso es lo que quiere nuestro querido amigo. Quieres pasar tiempo con ella porque te da curiosidad ¿verdad Remus?
Por primera primera vez todos le ven actuar de esa forma a Sirius, dirigiéndose de una manera tan agria con uno de ellos cuando por lo general siempre anda de buen humor y apoyándolos en casi todo.
— Lo haré y punto, ya está tomado mi decisión, además quizás con el tiempo se dará cuenta que no soy tan interesante y me dejará ir por aburrimiento. Es mejor que hacerle algo y que nos guarde rencor y nos haga pagar luego.
— Yo te apoyo completamente amigo — le dijo James pasando su brazo por su hombro con un poco de dificultad por su gran altura.
— Ella romperá tu corazón de la peor forma.
— No seas exagerado, solo pasaremos tiempo juntos cada vez que me lo pida, ni que me fuera a enamorar de ella por eso.
— Lo harás Remus, y no quiero que me lo tomes a mal pero frente a ella tú eres un ser indefenso con el que puede jugar, te seducirá y hará que caigas completamente a sus pies hasta que ya no puedas separarte de ella por estar jodidamente enamorado.
Todos quedaron en silencio sin saber qué decir ante ello, cada uno con diferentes opiniones al respecto, pero aquí lo importante es Remus que está en completo desacuerdo con sus palabras y forma de actuar, tanto así que empezó a sospechar de algo al ver la manera en que habla de ello, como si...
— ¿Cómo la conoces bien Sirius? ¿Qué te hizo para que la detestes tanto?
— Nada.
Luego de eso se fue dejándole a los tres en silencio y mirándose entre ellos.
— ¿Creen que ambos tuvieron algo en secreto? — sugirió Peter.
— No lo sé pero empiezo a sospechar que sí.
James se mantuvo en silencio al ser el único en tener un poco de conocimiento de lo que pasó entre ambos, o sea, que tenían sexo casual y se acabó al terminar el sexto año, pero lo que no sabe es la razón por la cual Sirius parece detestarla pero al mismo tiempo no.
Por otro lado Remus ahora más que nunca le interesa aceptar por la curiosidad de saber si su sospecha está en lo cierto, así que no dudo ni un poco y fue hacia el comedor con los otros dos detrás esperando ver aunque sea a escondidas la interacción que se formará entre ambos.
Y ahí estaba la chica, recargada en la pared de brazos cruzados esperando por la respuesta del chico quien otra vez dudo muchísimo pero James le dio un empujón causando que Némesis mire en su dirección y al instante sonrió de lado divertida al ver a sus dos amigos atentos a ella suponiendo que les contó, pero el que más gracia le da es el azabache de lente quien no disimula para nada su emoción.
Remus caminó con lentitud en su dirección y se paró frente a ella tomándose el tiempo de observar todo su rostro.
— Hola — saludó tímidamente.
— Hola — saludó de vuelta con ganas de reír ante sus nervios, como si ella no le hubiera amenazado en contar su oscuro secreto — ¿Ya lo pensaste?
— Acepto.
— Bien pensado Lupin — dijo despegando su espalda de la pared — Nos vemos luego.
Se dispuso a caminar hacia el comedor pero fue detenida del brazo por un confundido Remus que pensó que le diría más cosas.
— ¿Y eso es todo?
— ¿Y qué más quieres? Tú cumples tu parte del trato y yo el mío.
— Oh..emm...está bien.
— Mañana una hora antes del desayuno te quiero frente al lago, no me gusta esperar.
Y ahora sí se fue dejándolo aún más confundido por toda la situación, esperaba más, quizás una conversación más amplia en donde le explique cómo se enteró, que tanto sabe y más.
James corrió rápidamente hacia él ya sin reprimir toda su emoción al ver la primera interacción de su shipp número uno.
— ¿Qué te dijo?
Le contó todo y tal como Remus los otros dos se quedaron también desconcertados.
— ¿Eso es todo? — preguntó el azabache decepcionado — Supongo que hablarán mañana en su cita.
— No es una cita James.
— Por ahora.
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