────── eighteen
₊˚ˑ༄ؘ ┊CHAPTER EIGHTEEN °•*⁀➷
❝for two❞
❝horrible juego de palabras.❞
BELLA ESTABA EMBARAZADA, al menos, suponiendo que lo que crecía dentro de ella era un bebé, estaba embarazada.
Dos semanas después de su luna de miel, Alice de repente no pudo ver el futuro de Bella, lo que la preocupó por obvias razones. Llamó a Edward de inmediato y no pasó mucho tiempo hasta que Carlisle tomó el teléfono y Bella admitió que no había tenido su periodo y que sentía que algo estaba creciendo dentro de ella.
Las cosas habían estado tensas en la casa de los Cullen, todos estaban divididos sobre el tema. Y desde que regresó, Bella se había aferrado a Rosalie, quien era la mayor defensora de que llevara a cabo el embarazo.
Esme solo quería que Bella estuviera sana, pero casi todos los demás temían lo que pudiera estar creciendo dentro de ella. Claramente, estaba drenando la vida de Bella, cubriéndola de moretones y haciéndola lucir enfermiza. No podía retener la comida y estaba constantemente cansada.
Ophelia estaba en conflicto, creyendo que era elección de Bella tener al supuesto niño. Pero estaba tan claro que Bella iba a morir al final de todo esto, y Ophelia no quería eso para ella. En el caso improbable de que el niño no fuera un monstruo incontrolable, Edward no podría soportarlo si matara a su pareja.
Incluso ahora, Bella se veía miserable bajo una pila de mantas mientras estaba sentada en el sofá. Carlisle la observaba atentamente con Ophelia apoyada contra su costado. Después de solo un mes, el vientre de Bella era enorme, una señal de que esta cosa crecía mucho más rápido que un bebé humano normal. Sus mejillas estaban hundidas y había perdido más peso del que ganó con el embarazo. Parecía un cadáver.
Ophelia apenas podía soportar la vista.
-Hay un lobo aquí.- Dijo Ophelia, sus sentidos estaban en su mejor momento ya que todavía era una recién nacida.
La cabeza de Edward se levantó de golpe. -Es Jacob.- Dijo, escuchando sus pensamientos. -Charlie le contó sobre la llamada telefónica.
-Sabíamos que vendría en algún momento.- Suspiró Allen. -Dos semanas es mejor de lo que esperábamos.
-Iré a recibirlo- Dijo Carlisle, bajando al primer piso. Y, sin querer separarse de él, Ophelia lo acompañó.
Abrieron la puerta principal un segundo antes de que Jacob subiera los escalones de entrada, y el lobo estaba claramente molesto. -¿Es verdad?- preguntó, asumiendo lo peor: que Bella ya había sido convertida. Ophelia deseaba que ese fuera el caso.
-Hola, Jacob, ¿cómo estás?- saludó Carlisle cortésmente.
Jacob entró a la fuerza en la casa, sin preocuparse por ser educado. -Escucha, dime la verdad...
-Jake, ¿eres tú?- Bella lo interrumpió, llamándolo desde el segundo piso.
El lobo miró fijamente a Carlisle, su ira aumentó cuando se dio cuenta de que Bella le mintió a Charlie. Ella ya no estaba en Brasil. -¿Está aquí?
-Llegaron a casa hace dos semanas.- Murmuró Ophelia, mirando hacia abajo. Había sido difícil mantenerse alejada de Seth y Leah las últimas dos semanas, sabiendo que no sería capaz de ocultarles la condición de Bella; era una mentirosa terrible.
Jacob subió las escaleras furioso, los otros dos lo siguieron. Se sorprendió al ver a toda la familia reunida en la sala de estar, con Rosalie parada frente a Bella, ocultándola por completo de la vista de Jacob.
-Jake. Me alegro de que hayas venido.- Dijo Bella, tirando nerviosamente de la manta que cubría su regazo.
Él se acercó a Bella, pero Rosalie lo detuvo con una mirada fulminante. -Muy cerca.
-¿Cuál es tu problema?- preguntó Jacob, odiándola aún más por mantenerlo alejado de Bella.
-Rose, está bien.- Le dijo Bella.
-Jake no le hará daño.- Añadió Ophelia, sabiendo lo mucho que el chico se preocupaba por ella.
Contra sus deseos, Rosalie se hizo a un lado, revelando la figura enfermiza y todavía muy humana de Bella. Y Jacob estaba preocupado y aliviado de que ella aún no fuera un vampiro. -Te ves terrible.
Los labios de Bella se curvaron en una sonrisa irónica. -Sí, también es bueno verte.
-Entonces.- Dijo, estudiando su figura mientras se sentaba. -¿Vas a decirme qué te pasa?
En respuesta, Bella miró a Rosalie. -Rose, ¿quieres ayudarme a levantarme?
Fue evidente en cuanto Bella se puso de pie lo que le pasaba. Ophelia tuvo que apartar la mirada de su estómago magullado; uno pensaría que estaría más cómoda con las escenas sangrientas ahora que era un vampiro, pero no. Jacob retrocedió y miró a Edward, dándose cuenta de la cosa indescriptible que habían hecho en su luna de miel.
-¡Tú hiciste esto!- dijo furioso.
Edward hizo una mueca, odiándose a sí mismo mucho más de lo que Jacob lo odiaba en ese momento. Cuando Jacob se lanzó contra Edward, Emmett y Bree lo detuvieron.
-No sabía que fuera siquiera posible.- Le dijo Carlisle, sacudiendo la cabeza.
Jacob se dio la vuelta para mirar al doctor del grupo. -¿Qué es?
-No estoy seguro.- Dijo Carlisle en un tono amable. -Los ultrasonidos y las agujas no penetran el saco embrionario.
-Yo tampoco puedo verlo.- Dijo Alice vacilante. Luego se mordió el interior de la mejilla. -Y ya no puedo ver el futuro de Bella.
-Hemos estado investigando leyendas, pero no hay mucho en qué basarnos.- Añadió Carlisle.
-Pero es fuerte.- Dijo Allen, suspirando profundamente. No pasaba un día sin que la cosa que se movía en el estómago de Bella no la lastimara de alguna manera. -Y está creciendo tan rápido como el infierno.
-¿Por qué no has hecho nada? ¡Sácalo de ella!- gritó Jacob.
-¡Esto no es asunto tuyo, perro!- espetó Rosalie protectoramente.
-¡Rose!- dijo Esme en un tono severo. -Toda esta pelea no es buena para Bella.
Alice contuvo una burla. -El feto no es bueno para Bella.
-Di la palabra, Alice.- Dijo Rosalie, con los ojos muy abiertos. -¡Bebé! ¡Es solo un bebé!
-Posiblemente.- Dijo Jasper tenso.
-Todos ustedes deténganse o llévenlo afuera.- Dijo Ophelia, mirando a los tres. Estaba cansada de sus constantes peleas por esto. Lo hecho, hecho estaba. Ahora solo necesitaban preocuparse por mantener con vida a Bella.
-Carlisle, tienes que hacer algo.- Dijo Jacob en tono suplicante, mirándolo.
-No.- Dijo Bella en tono duro.- No es su decisión. No es de ninguno de ustedes.
Jacob respiró profundamente para tratar de calmarse, y fue entonces cuando Edward finalmente habló. -Jacob, necesito hablar contigo.
Cuando Edward y Jacob salieron, las cosas se volvieron un poco menos tensas, pero solo ligeramente. Lentamente, todos se dispersaron, escuchando cómo Edward le rogaba a Jacob que hiciera entrar en razón a Bella.
-Vamos.- Le dijo Ophelia a Bree, dándole un codazo en el hombro. -Tienes tarea de matemáticas.
Bree dejó escapar un quejido infantil, recordándoles a todos que estaba atrapada para siempre en la edad de quince años. Pero caminó con dificultad hasta el dormitorio de Ophelia, en el que realmente no se quedaba mucho. Cada vez que se acostaba, era en la habitación de Carlisle y envuelta en sus brazos. Pero tenía un lindo escritorio y muchos materiales para educar a Bree en la habitación.
-¿Edward va a estar bien?- preguntó Bree, sin concentrarse en la hoja de ejercicios de álgebra frente a ella. -¿Cuando Bella muera?
La integrante más nueva del aquelarre no era tan optimista como algunos. Ella esperaba que Bella muriera en cualquier momento. Ophelia sentía lo mismo, pero se negaba a decirlo en voz alta como si eso fuera a declarar su perdición.
-No.- Susurró Ophelia, con los ojos llorosos. -No los conocía entonces, pero una vez él pensó que la había perdido y fue a los Volturi a morir. Ahora que están casados, sospecho que será mucho peor para él.
-Ella está siendo egoísta.- Murmuró, contenta de que todas las habitaciones estuvieran insonorizadas. Nunca lo diría en voz alta si los demás pudieran oírla.
Ophelia apartó suavemente un poco del pelo largo de Bree y sacudió la cabeza. -Ninguno de nosotros puede imaginar cómo se siente Bella. Pero ya había aceptado que nunca sería madre una vez que se enamoró de Edward. Ahora tiene una oportunidad. Si existe siquiera una mínima posibilidad de que lo que lleva dentro sea un bebé sano y que ella sobreviva, Bella está dispuesta a apostar por ello.
-Bueno, claramente, no fuiste tú quien le enseñó sobre fracciones porque no hay forma de que salga bien parada de esto.- Murmuró Bree, haciendo que Ophelia sonriera un poco triste.
-Bella siempre fue bastante mala en matemáticas.
[...]
Ophelia olió a Seth tan pronto como estuvo en la propiedad y salió corriendo a buscarlo sin decirle a ninguno de los demás. Estaba afuera con Jacob, quien había salido corriendo hace apenas una hora, furioso por no poder convencer a Bella de interrumpir el embarazo. Pero ahora estaba de regreso y aparentemente más tranquilo.
-Voy a avisarles a los Cullen. Haz lo que quieras.- Le estaba diciendo Jacob al chico más joven.
-¿Qué estás haciendo aquí?- preguntó Ophelia, deteniéndose junto a ellos.
-¡Ophie!- dijo Seth emocionado mientras la abrazaba. No había visto su impronta en dos semanas.
-Sam sabe sobre Bella.- Le dijo Jacob mientras comenzaba a caminar más cerca de la casa. -Dejé la manada. Quieren matarla antes de que nazca.
-¡Pero ella sigue siendo humana!- exclamó Ophelia, incapaz de creer que Sam tomaría tal decisión.
-No importa. No para Sam.- Dijo sombríamente. -Ahora estamos solos.
-Sí, pero ¿qué tan genial es esto?- pregunto Seth, sosteniendo la mano de Ophelia. -Manada de dos hombres. Dos contra el mundo.
Jacob puso los ojos en blanco juguetonamente. -Me estás empezando a irritar, Seth.
-Me callaré. Puedo hacerlo.- Prometió Seth mientras seguía murmurando todo el camino hasta el patio delantero. Y Edward estaba afuera en el balcón, leyendo los pensamientos de Jacob al instante.
-Prepárate. Vienen por Bella.- Le dijo Jacob.
-No la van a tocar.
-De acuerdo.
Tan pronto como Edward volvió a entrar a la casa para informar a todos sobre lo que vio en la mente de Jacob, se les unió un tercer lobo. -Vaya, puedo olerlos desde aquí.- Se quejó Leah, mirando fijamente la enorme casa.
-Estoy aquí, Lee.- Dijo Ophelia, poniendo los ojos en blanco.
-Sí, pero a ti ya me acostumbré.- Le hizo un gesto con la mano.
Jacob miró a la chica con enojo. -¿Qué diablos estás haciendo aquí?
-No voy a dejar que maten a mi hermano pequeño.- Dijo, cruzando los brazos.
-¡Vete, Leah! Puedo cuidarme solo.- Murmuró Seth, con las puntas de las orejas enrojecidas de vergüenza.
-Que pienses así demuestra que necesitas una niñera.- Le dijo Leah, entrecerrando los ojos. Además, solo tiene dieciséis años.
-Está bien, ¿podrían callarse los dos?- dijo Jacob, cada vez más molesto. -¿Te envió Sam?
Leah frunció el ceño y miró a Ophelia a los ojos. -Sam ni siquiera sabe que me fui.
Como si hubiera anunciado su partida, un aullido triste resonó en el aire seguido de otros innumerables.
-Creo que se acaba de dar cuenta.- Observó Seth.
-Jake.- Dijo Leah, captando su atención de nuevo. -Sé cuál es su plan.
[...]
Leah se negó a entrar en la casa de los Cullen, pero Seth felizmente siguió a Ophelia y Jacob adentro. Se sentó entre Ophelia y Bree en uno de los sofás, y Jacob estaba al lado de Bella. La atención de todos estaba sobre él mientras contaba lo que Leah compartió con él.
-Sam ha perdido el elemento sorpresa y no quiere enfrentarse a ustedes en inferioridad numérica, así que no va a atacarte de frente. Tiene el lugar rodeado y esperará su oportunidad.- Explicó.
-No pasará sin luchar.- Dijo Emmett, flexionando sus bíceps. Allen asintió, listo para salir corriendo en cuanto Carlisle diera la orden.
Pero él no iba a hacer eso. Se puso detrás de Ophelia. -Sin peleas. No seremos nosotros los que rompamos el tratado.
-El tratado es nulo.- El dijo Jacob. -Al menos en la mente de Sam.
-No en la nuestra.- Le dijo Esme.
-Carlisle.- Dijo Emmett, mirando a las dos recién nacidas en la habitación. -Nadie ha cazado durante semanas.
-¿Dejarían pasar a Ophelia?- preguntó Allen, frunciendo el ceño mientras miraba a Seth.
-Quiero decir, no pueden hacerle daño.- Dijo Seth, pensándolo bien. -Podría intentar cazar. O simplemente sostener la mano de alguno de ustedes todo el tiempo.
-No puede cazar sola.- Dijo Jasper, con el ceño fruncido. No confiaba en que los lobos no la lastimaran. -No es seguro. Y no es justo depender de sus habilidades para evitar que sintamos hambre.
-Nos las arreglaremos.- Dijo Carlisle, pensando profundamente. Jasper tenía razón acerca de tener cuidado con el poder de Ophelia: no podían volverse dependientes de ella. Luego asintió hacia Jacob. -Nos has hecho un gran servicio, Jacob. Gracias.
[...]
La semana siguiente había sido dura para todos ellos, pero para ninguno más que para Bella, ya que el bebé que ya amaba comenzó a romperle las costillas. Cada día parecía más un cadáver y los vampiros comenzaban a sentirse así cuanto más tiempo pasaban sin alimentarse.
Afortunadamente, Bella estaba tan enferma que su sangre ni siquiera les resultaba apetitosa. En todo caso, se sentían mal ante la idea de beber su sangre contaminada. Pero Allen estaba de mal humor, Ophelia se aislaba constantemente en la oficina de Carlisle, sin querer deshacer todo el progreso que había logrado para controlar su sed al tocar a uno de ellos, y Bree era un desastre de nervios y ansiedad, contando los segundos hasta su próxima comida. En Seattle, básicamente había tenido un bufé libre, por lo que tener que esperar era una agonía.
La familia estaba sentada alrededor de la sala de estar, observando cómo Bella temblaba a pesar de estar debajo de múltiples mantas.
-¿Tienes frío?- le preguntó Edward. Bella apenas podía soportar tocarlo últimamente con lo frío que estaba.
-Te tengo.- Dijo Jacob, deslizándose más cerca del sofá. En un instante, Bella suspiró aliviada y se inclinó hacia su cálido toque, sonriéndole con amor. Eso tiró de las fibras del corazón de Jacob. -No hagas eso.
-¿Qué?- preguntó Bella sin tener ni idea.
-Sonreír como si fuera tu persona favorita en el mundo.
-Eres una de ellas. Me siento completa cuando estás aquí, Jake.
Ophelia miró a Edward con tristeza, Bella no tenía idea de cuánto lo lastimaban sus palabras. Todo lo que Bella había querido en los últimos días era a Jacob. Este embarazo estaba abriendo una brecha entre los recién casados, una que Ophelia deseaba que no estuviera allí dado el poco tiempo que le quedaba a Bella.
Como si el universo quisiera demostrárselo, una nueva oleada de náuseas la azotó. Edward ya estaba listo, sosteniendo un bote de basura bajo su boca mientras ella hacía arcadas sin resultado. Jacob le frotaba la espalda, pero nada salía. Ni siquiera podía retener líquidos. Carlisle la había conectado a una vía intravenosa para mantenerla hidratada, pero ni siquiera eso estaba funcionando.
-Necesitamos encontrar una manera de que ingrese algo de alimento en su sistema.- Dijo Esme con el ceño fruncido.
Alice suspiró y sacudió la cabeza. -Si pudiera ver al feto-
-El bebé.- Corrigió Rosalie al instante.
Se ganó una mirada filosa de Alice, que no estaba de humor. -Tal vez podría averiguar qué quiere.
Ophelia suspiró y se frotó la garganta, sabiendo muy bien lo que ella quería, pero el cuerpo de Bella no estaba hecho para procesar sangre.
De repente, Edward se tensó, mirando a Jacob y a Ophelia. -Creo que podrías tener razón... y estar equivocada. Jacob acaba de tener una idea.
Jacob se burló y puso los ojos en blanco juguetonamente. -No era una idea. Era un comentario sarcástico.
-¿En qué estabas pensando?- cuestionó Bella.
Jacob resopló, ignorando la mirada de todos los vampiros mientras hablaba. -Probablemente solo esté buscando a alguien a quien hincarle los dientes.
Bella se sentó un poco mejor. -Tiene sed.- Se dio cuenta.
-Conozco la sensación.- Murmuró Emmett, retorciéndose las manos.
-Si tiene sed, no querrá sangre animal.- Afirmó Edward.
-Tengo algo de O negativo reservada para Bella.- Reveló Carlisle, dirigiéndose a la cocina.
Jasper levantó la mirada bruscamente, la idea de sangre humana le hacía agua la boca. Alice rápidamente tomó su mano y lo guió hacia afuera. -Camina conmigo.- Rosalie se encontró con los ojos casi negros de Emmett, asintiendo y haciéndole señas para que también saliera de la habitación, sabiendo lo sediento que estaba su pareja.
Tan pronto como Carlisle abrió la bolsa de sangre y comenzó a verterla en una taza, Ophelia tomó la mano de Bree. Ninguna distancia (al menos la que los lobos permitirían) sería suficiente para mantener su sed bajo control. El contacto era la única manera.
-Espera, espera, espera.- Dijo Jacob alarmado. -¿Vas a hacer que beba eso?
-Es la forma más rápida de probar la teoría.- Dijo Carlisle, sabiendo que se estaban quedando sin opciones.
Edward miró a Bella con atención. -Solo si te sientes cómoda con eso.
Ella asintió con entusiasmo. -Probaré cualquier cosa.
Edward asintió y luego miró el vaso transparente lleno de sangre color escarlata. -Solo espera.- Dijo antes de tomarlo de Carlisle y salir corriendo.
-Creo que voy a vomitar.- Murmuró Jacob mientras se alejaba de Bella.
Cuando Edward regresó, había transferido la sangre a un vaso de poliestireno con una pajita, pensando que esconderla haría que Bella se sintiera más cómoda. Ella lo tomó con manos temblorosas y lentamente tomó su primer sorbo, el líquido espeso subiendo por la pajita. Todos contuvieron la respiración, esperando a ver si ella lo vomitaba como todo lo demás que consumía.
-Sabe... bien.- Dijo después de un momento antes de tomar otro trago, tarareando felizmente porque finalmente tenía algo en el estómago.
Carlisle se movió a su lado, comenzando a revisar sus signos vitales. Y cuando Ophelia vio la impresionante sonrisa en el rostro de su compañero, por primera vez en tres semanas, tuvo la esperanza de que tal vez Bella superaría esto.
-Tu pulso ya se está volviendo más fuerte.- Le dijo.
-Está funcionando.- Dijo Esme con una sonrisa de alivio, apoyándose en Allen.
Después de comprobar sus signos vitales durante unos momentos más, Carlisle se acercó a Ophelia. Le besó suavemente la frente, sus labios demorándose en ella. -¿Por qué no salen Bree y tú con Seth y Leah? Será más fácil para las dos.
-Lo siento.- Dijo Bella, mirando a las dos recién nacidas con simpatía, sabiendo que tenía lo que más querían.
Ophelia negó con la cabeza, no quería que se sintiera culpable. -No te preocupes por nosotras. Sigue bebiendo por dos.
Jacob se atragantó un poco. -Horrible juego de palabras.
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