Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ᶠⁱᵛᵉ ⁽ᵖᵃʳᵗ ²⁾

— ˢᵉᵃˢᵒⁿ ¹ / ᴱᵖⁱˢᵒᵈᵉ ⁵

ᴮᵉˡˡᵃᵐʸ ᴮˡᵃᵏᵉ — ᴾᵃʳᵗ ²

Mientras Bellamy seguía avanzando con pasos firmes, llevando mi cuerpo sobre su hombro como si no pesara nada, pude escuchar algo en la distancia. Al principio era apenas un murmullo, pero luego se hizo más claro: alguien gritaba su nombre.

—¡Bellamy!

Él se detuvo en seco. Podía sentir cómo tensaba los músculos bajo mi peso, su cuerpo alerta.

—¡Bellamy! —gritó nuevamente una voz femenina. Reconocí de inmediato ese tono autoritario era Clarke.

—Genial, tu novia viene al rescate —espeté con sarcasmo, aún intentando retorcerme en sus brazos.

—Cállate, Alessia  y no es mi novia—respondió con fastidio, ajustándome mejor sobre su hombro.

Unos segundos después, Clarke apareció entre los árboles, su rostro una mezcla de furia y alivio.

—¡¿Qué demonios estás haciendo, Bellamy?! —espetó mientras se acercaba rápidamente a nosotros—. ¿Por qué estás cargándola así? ¿Y qué pasó con el radio?

Bellamy bajó la mirada hacia Clarke, pero no hizo ningún esfuerzo por soltarme.
—No pasó nada con el radio —respondió con indiferencia—. Y ella estaba tratando de recuperarlo.

—¿De qué estás hablando? —Clarke lo miró incrédula—. Necesitamos ese radio. Es nuestra única forma de comunicarnos con el Arca.

—Exactamente por eso lo destruí —respondió Bellamy con frialdad—. No quiero que nadie allá arriba sepa dónde estamos o qué estamos haciendo.

Clarke abrió los ojos de par en par, claramente incrédula ante lo que acababa de escuchar.
—¡¿Estás loco?! Bellamy, eso era nuestra conexión, nuestra esperanza de ayuda.

—¿Ayuda? —Bellamy soltó una risa amarga—. ¿Crees que ellos van a ayudar? Si el canciller sabe que estoy aquí, vendrán a buscarme para matarme.

—¡No lo mataste! —grité desde su hombro, mi voz cargada de rabia—. Fallaste el tiro, imbécil. Ni siquiera puedes hacer eso bien.

Bellamy me bajó bruscamente, dejándome de pie frente a Clarke. Su mirada estaba oscura, llena de una ira contenida que parecía a punto de explotar.
—¡Cállate, Alessia! Tú no tienes idea de lo que hice o por qué lo hice.

—¿Y tú qué sabes de mí? —respondí, acercándome a él con un desafío en mis ojos—. Siempre has sido el que toma decisiones estúpidas sin pensar en las consecuencias.

Clarke intervino, colocándose entre los dos antes de que la situación se saliera de control.
—¡Basta los dos! Esto no ayuda a nadie.

Bellamy apartó la mirada, su mandíbula apretada. Clarke suspiró, mirando primero a él y luego a mí.

—Necesitamos trabajar juntos si queremos sobrevivir aquí —dijo, con un tono más suave pero firme—. Bellamy, esto no es solo sobre ti. Es sobre todos nosotros.

El silencio cayó entre los tres, pesado y tenso. Bellamy finalmente dio un paso atrás, su mirada llena de emociones que no podía descifrar.

Raven apareció entre los árboles, seguida de Finn, su rostro una mezcla de enojo y desesperación. Llevaba un cuchillo en la mano y lo apuntó directamente hacia Bellamy.

—¡¿Dónde diablos está el radio?! —exclamó Raven, con los ojos ardiendo de furia.

Bellamy no se movió, pero su expresión se endureció.
—¿Qué radio? —respondió con indiferencia.

—No te hagas el idiota, Bellamy —intervino Finn, su tono más calmado, pero igual de tenso—. Alessia, ¿qué está pasando aquí?

Me enderecé, ajustándome la ropa con rapidez y fulminando a Bellamy con la mirada.
—Este imbécil lo tiró al río, eso es lo que está pasando.

Raven apretó más el cuchillo entre sus dedos y dio un paso adelante.
—Dime que no hiciste eso, Bellamy. Dime que no fuiste tan estúpido como para destruir nuestra única conexión con el Arca.

Bellamy se cruzó de brazos, manteniendo su postura desafiante.
—¿Y qué si lo hice? ¿Prefieres que sepan dónde estamos y vengan a matarnos?

—¡Esto no se trata de ti! —gritó Raven—. Es sobre todos nosotros, sobre sobrevivir, maldita sea.

Finn intentó calmarla, colocando una mano en su brazo.
—Raven, tranquila. Vamos al río y busquemos el radio. Quizás todavía esté funcionando.

Sin perder tiempo, los cuatro nos dirigimos a la orilla. Bellamy iba detrás de mí, claramente vigilando cada movimiento que hacía. Una vez allí, comenzamos a buscar desesperadamente entre las aguas poco profundas, pero el radio no aparecía por ningún lado, lo bueno es que había llegado ayuda.

—Nada —dije, levantándome después de minutos de rebuscar entre las piedras y el lodo.

—Esto no puede estar pasando —murmuró Raven, su voz quebrada por la frustración.

—Sin el radio, no tenemos forma de contactarlos —añadió Finn, mirando a Raven como si intentara encontrar una solución.

—Quien dijo que necesitos hablar con el Arca—Añade Raven

—Que tienes en mente—Digo mirando a Raven con una sonrisa

—Cohetes genial, esperaremos que los vean—Digo retirando algunos cables

—Siempre tan positiva, sólo sigue retirando eso—Dice Raven

Los cohetes estaban casi listos. La cápsula se había convertido en un centro de actividad febril, con Raven dando órdenes y los chicos corriendo de un lado a otro. Sentía la presión en el ambiente, la urgencia de cada movimiento, pero también algo de incomodidad. No estaba acostumbrada a estar rodeada de tanta gente.

Me aparté sin que nadie lo notara demasiado, buscando un respiro. En silencio, tomé el arco que Abby me había regalado, pasando mis dedos por la madera negra y las cuerdas tensas. Necesitaba despejarme, salir al bosque por un rato y sentir algo más que el peso de las miradas tensas de todos.

El bosque estaba tranquilo, aunque cada crujido de las hojas bajo mis pies hacía que mi corazón se acelerara un poco. Mi mano se aferraba al arco como si fuera una extensión de mí misma. Observé todo con curiosidad, como si los árboles, el aire fresco y los sonidos lejanos de algún río estuvieran contándome una historia secreta.

Y entonces lo vi.

Bellamy estaba allí, sentado en un tronco caído, con su rostro serio y la mirada perdida en el horizonte. Mi primer impulso fue retroceder, pero algo en mí decidió avanzar, aunque con cautela.

—¿Siguiéndome otra vez? —dijo, sin siquiera voltear a verme.

—¿Quién dice que te estoy siguiendo? —repliqué, levantando una ceja mientras me acercaba.

Finalmente, levantó la mirada hacia mí. Sus ojos, oscuros y llenos de algo que no podía descifrar, me estudiaron detenidamente.
—¿Qué haces aquí, Alessia?

—¿Qué haces tú aquí? —respondí, apoyando el arco en mi hombro.

Hubo un momento de silencio incómodo antes de que él suspirara y se pusiera de pie.
—Pensé que nunca volvería a verte. Pensé que... —Se detuvo, como si las palabras fueran demasiado pesadas para pronunciarlas—. Me dejaste.

Sus palabras fueron como un golpe inesperado.
—Yo no te dejé, Bellamy —murmuré, pero mi voz no sonaba tan firme como quería.

—¿Ah, no? —dijo, con una amargura que no había escuchado antes—. Te fuiste. Te alejaste cuando más te necesitaba.

—No fue tan simple como crees —repliqué, sintiendo cómo mi pecho se apretaba.

Él dio un paso hacia mí, sus ojos llenos de reproche.
—Entonces explícame. Porque desde aquí parece que simplemente te largaste.

Respiré hondo, dejando que los recuerdos fluyeran, aunque dolieran.
—Mis padres murieron, Bellamy. El canciller Jaha... él... —Tuve que detenerme para no quebrarme—. Él los flotó, y luego me buscaron a mí. No tenía opción. Si me quedaba, también me mataban.

Bellamy se quedó en silencio, su expresión cambiando ligeramente. Pero aún así, su resentimiento no desapareció del todo.
—¿Y eso qué? ¿Eso justifica que no dijeras nada? Que desaparecieras como si yo no importara.

—¿Por qué me evitaste cuando entraste en la guardia? —pregunté, levantando la voz un poco más de lo que pretendía. Mis emociones estaban a flor de piel.

Él apretó la mandíbula.
—No era tan fácil. Estaba tratando de protegerte.

—¿Protegerme? —me reí con incredulidad—. ¿De qué, Bellamy? Porque todo lo que sentí fue que me habías dejado sola.

Nos miramos en silencio, ambos respirando con fuerza, cargados de emociones que no sabíamos manejar. Finalmente, Bellamy se pasó una mano por el cabello, frustrado.

—Esto es una mierda —murmuró, pero su tono no era tan duro como antes—. Tú y yo... siempre fuimos un desastre.

—Tal vez —dije, bajando la mirada—. Pero al menos éramos un desastre juntos.

Por un segundo, pensé que iba a decir algo más, pero el sonido de un cohete en la distancia rompió el momento. Ambos giramos nuestras cabezas hacia el cielo, donde una luz atravesaba la oscuridad, dirigiéndose hacia el infinito.

—Supongo que es hora de volver —dije, guardándome todo lo que quería decir y no podía.

Bellamy no respondió, pero comenzó a caminar detrás de mí mientras nos dirigíamos de regreso.

El sonido del primer cohete encendiéndose llenó el aire. La luz naranja iluminó el área y sentí la vibración en mis pies. Bellamy, a mi lado, se giró ligeramente hacia mí, sus ojos enfocándose en algo.

—Todavía lo tienes —dijo, señalando con un movimiento de la cabeza hacia mi cuello.

Confusa, llevé una mano al colgante que descansaba en mi pecho. Era el mismo collar que me había dado cuando éramos niños, un pequeño pedazo de madera con una figura que había tallado torpemente, pero con esfuerzo.

—Claro que lo tengo —respondí, manteniendo mi mirada fija en los cohetes para no delatar la mezcla de emociones que su comentario me provocó—. Pensé que lo sabías.

—No estaba seguro —murmuró, y por un instante, su voz sonó más suave.

Lo miré de reojo. Estaba demasiado cerca, y el brillo de los cohetes reflejaba en sus ojos, haciéndolos parecer más intensos. Su expresión había cambiado; ya no era el rostro endurecido que había mostrado desde que nos reencontramos, sino algo más... humano.

—¿Por qué lo conservaste? —preguntó, como si realmente quisiera saber la respuesta.

Suspiré, jugueteando con el colgante entre mis dedos.

—Porque significaba algo para mí. Porque tú significabas algo para mí.

Bellamy pareció sorprendido por mi respuesta, pero no dijo nada más. Solo se quedó en silencio, observándome mientras el segundo cohete despegaba, iluminando el cielo con un destello brillante.

La tensión entre nosotros era notable, pero ninguno dio el paso para romperla. Nos quedamos allí, lado a lado, viendo cómo los cohetes se elevaban al cielo, llevando consigo nuestras esperanzas... y quizás algo más.

Holaa, ¿Como les pareció este capitulo cinco? Ya por fin Alessia tuvo su encuentro con Bellamy 👀

Cuéntenme qué les gustó o qué esperan en los comentarios. ¡No olviden votar, así me motivan a seguir escribiendo!

Hasta la próxima 🌸

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro