song ; the 30th
by ; billie eilish
ship ; wenrene
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TW: suicidio, accidente de tránsito.

Por motivo de gráficos se recomienda la lectura con fondo blanco.

Es posible que no sea el lugar más romántico para celebrar su vigésimo aniversario de relación y décimo cuarto aniversario de boda, pero el ático tiene cierta belleza que Joohyun ha aprendido a apreciar los últimos meses. Entre pilas de cajas que llegan al techo y guardan la historia de su vida, la pelinegra se encuentra en espera de su esposa quien le dijo que pronto subiría.

Joohyun ha preparado una pequeña sorpresa pero que contiene todas las más hermosas intenciones. Son fotos, la mayoría de ellas de momentos ya olvidados de que alguna vez sucedieron, pero son parte del longevo relato de amor que ha escrito junto a Seungwan. Dicen que una fotografía dice más que mil palabras, y hay tantas fotos que faltarían palabras en el diccionario para poder decir todo el amor que este santo matrimonio todavía tiene.

ㅡDios Santo, creo que es hora de hacer una limpieza aquí. ㅡde la nada, la otra señora Shon aparece en el ático, pasando sus manos por todas las superficies que puede para sacar un poco el polvo que se ha acumulado con los años. ㅡTe voy a ser sincera, Hyunnie. Esto no es muy romántico que digamos para nuestro vigésimo aniversario.

ㅡCierra la boca y siéntate.

No hace falta más para que Seungwan haga caso y se siente en el suelo en completo silencio. Un pensamiento fugaz cruza por su mente con la voz de Yerim diciéndole: "gobernada". Y a Seungwan eso no le gusta del todo, mayormente porque le daría la razón a Seulgi, Soooyoung, Yerim y a las incontables veces que han puesto ese adjetivo al final de su nombre cada vez que rompe con su voluntad para darle paso a los deseos de su mayor.

Sin embargo, Seungwan no le molesta ser una "gobernada" mientras su Hyunnie sea feliz con ello. Lo que sea que salga de la boca de Joohyun es un hecho para Seungwan. Su palabra es todo lo que la castaña necesita, es todo lo que la mantiene aquí después de tanto. Después de todo.

ㅡMira lo que encontré. ㅡJoohyun le enseña una cantidad de fotos polaroid y las estampillas de las cartas que solían mandar cuando eran jóvenes y pasaban las vacaciones en polos opuestos del país.

Esos tiempos de rebosante juventud donde lo único que les importaba era estar tan cerca de la otra como fuese humanamente posible, sus manos curiosas comenzando a memorizar los caminos de los cuales ahora son las únicas andantes; eternas tardes de verano donde se sentían bailar en las líneas de fuego que pintaban los ocasos en el cielo. Solo ellas, juntas, como siempre fue destinado a ser.

Su primer abrazo, la primera vez que se tomaron de manos, la manera en que Joohyun siempre se ha perdido en la belleza de Seungwan y como todavía lo hace. Veinte años de noviazgo, catorce de matrimonio, dos hijos más tarde y un año de soledad. Absolutamente nada ha hecho que Joohyun deje de ver a Seungwan como la única maravilla que el mundo tiene para ofrecerle.

Algunas veces puede ser abrumador, incluso para ambas el intenso amor que comparten, como existe alguien que pueda entenderla sin la necesidad de hablar o como Joohyun solo debe sentarse al lado de su esposa para ayudarla a calmar sus nervios o como nada más basta con tomar la mano de Wendy para que la mayor sienta que el mundo es mejor. Cómo la pelinegra quisiera que el mundo pudiese ser mejor en realidad, pero tiene suficiente con su rayito de sol para al menos fingir que lo es.

Joohyun sabe que desde el momento en que Seungwan cruzó su camino, ella se convirtió en su razón de vivir.

Para la mayor, su esposa sigue luciendo igual. Justo como lo hacía antes del accidente. Es difícil de creer que aún después de lo traumático que fue, Wendy no pueda recordar algo de aquel día. Algunas veces puede imaginar el camino en la ambulancia hasta el hospital cuando ve algún accidente de tráfico en las noticias, lo único que recuerda es la voz de Joohyun diciéndole que se veía hermosa, pero todo lo que sucedió después de que las enfermeras tuvieron que correr a Joohyun de la habitación sigue siendo un espacio vacío en la memoria de la menor. Uno que Joohyun no se ha molestado en llenar por el bien mutuo, a ella le gustaría no poder recordar ese día también.

ㅡMira, cuando pensamos que decolorar nuestro cabello y teñirlo de los colores más obvios iba a ser la mejor idea del mundo. ㅡla observación de Seungwan hace que Joohyun no pueda contener la risa.

Tenían veintitrés y veinte años en ese momento, ni siquiera la idea de comenzar a salir estaba dentro de sus más abstractos deseos. Sin embargo, fue durante ese otoño que esa pequeña amistad que habían tenido durante el primer año de universidad se convirtiera en una compañía constante que pronto comenzó a tomar forma del más puro amor.

Seulgi, Sooyoung e incluso Yerim apostaron su primer sueldo de que serían la dama de honor principal en la boda de Hyun y Seungwan. Está de más decir que Soo y Yerim no estuvieron del todo felices cuando la pareja escogió a la osa para el honor. Sin embargo, al día de hoy ninguna de las dos menores han pagado la apuesta.

Seungwan no puede despegar sus ojitos brillantes de las fotos, con cada una que saca siente como si su corazón pudiese latir fuertemente, de nuevo reconoce que no existe mejor mitad perfecta para su persona completa que Joohyun.

No han existido manos que encajen tan bien como lo hacen las de ellas, miradas que guarden más sentimientos, abrazos que se sientan tanto como un hogar. Si esa mítica descripción de felicidad plena en brazos del amado que los poetas se han esforzado tanto en descubrir fuera verdadera y palpable, Joohyun y Seungwan serían la única evidencia existente.

Tal vez esa sea la razón de que sus almas no hayan podido ser separadas, ni siquiera por la distancia de sus cuerpos.

ㅡNo sabía que habían tantas fotos de nosotras. ¿Dónde estuvieron todo este tiempo? ㅡla castaña pregunta, sacando más y más fotos de la caja a un lado de su esposa.

ㅡLas encontré hace como un año, estaba buscando unas cosas de los niños y tope con esta caja llena de fotos. Tuyas. De nosotras.

Una pequeña punzada se instala entre el pecho y abdomen de Joohyun, una sensación extraña que ahora es su sentir más habitual. Es dulce, casi tan parecida a las mariposas que revolotean en su estómago cuando piensa en su familia, solo que esta es un poco más profunda. Más certera.

Con cada foto que Seungwan emocionada saca de la caja, a Joohyun se le escapan los recuerdos de los momentos previos a ellas. Allí va la graduación de la universidad, en aquella está su propuesta de matrimonio a Seungwan en Disneyland, debajo del montón está la bodas con toda la familia, hechas a un lado especial está el nacimiento de Renjun y Minjeong. Cada específico segundo de la vida de la pelinegra se libera del vicioso agarre que tiene en ellos, esperanzada de volverlos a tener. O mejor dicho, de dejarlos ir por su propia paz.

ㅡNuestra historia ha sido maravillosa, ¿no es así? ㅡWendy pregunta más para sí misma que para con Joohyun, pero la mayor no puede evitar asentir.

ㅡLa mejor de todas.

ㅡ¿Cómo crees que hubiese sido si nosotros siguiéramos aquí?

Las pequeñas pero aún fuertes manos de Seungwan sostienen el rostro de su esposa con un tacto tan ligero que es casi imposible de determinar si realmente la está tocando, pero Joohyun sabe que lo hace. Hasta en la oscuridad de su propia existencia podría reconocer la forma en que su cuerpo reacciona a esas manos.

Tan solo si hubiesen tenido un poco más de tiempo. Una segunda oportunidad.

Hace un año, el treinta de septiembre, Joohyun salió al trabajo después de que Seungwan saliera a llevar a los niños a la escuela, había un poco de tráfico pero se lo adjudicó a la construcción cerca del distribuidor. Algo inusual pero nada por lo que preocuparse, tal vez si le hubiese prestado atención a las ambulancias que pasaron como si estuviesen en una carrera contra el tiempo, Joohyun no hubiese tenido que culparse por ello en el hospital esa misma noche.

Seungwan y los niños fueron parte de una larga lista de víctimas por un siniestro automovilístico que también tomó la vida de muchos más. Eso es lo que Seungwan no puede recordar y Joohyun busca olvidar; la llamada que recibió del hospital, como le dijo a Seungwan que aún seguía siendo la mujer más hermosa cuando no se sentía así, como Seungwan le dijo que tenía miedo y Joohyun le dijo que también.

ㅡSi ustedes siguieran aquí, tal vez yo no quisiera irme. ㅡes la primera vez desde hace un año que Joohyun es completamente honesta con Seungwan. Ha estado mintiendo cada vez que puede para no hacer sentir mal a su esposa.

Sin embargo, eso no detiene a Joohyun de pensar que fuese pasado si el accidente hubiese ocurrido algún otro día. Si el camión hubiese impactado contra alguna otra cosa. Si ese día no le hubiese tocado a Seungwan llevar a los niños a la escuela, si hubiese sido el turno de Joohyun. Ahora Joohyun no sabe realmente dónde está su familia, y si las cosas fuesen diferente tal vez ella no sería la única sobreviviente.

Porque ella está viva. Está viva. Está viva mientras ellos no.

ㅡHyunnie... ㅡSeungwan susurra, dejando todo a un lado para poder sentarse frente a frente con su esposa. ㅡSé que es difícil pero no...

ㅡNo lo sabes, Wendy-ah. ㅡpoco a poco la falsa fortaleza que Joohyun siempre ha portado se comienza a escarapelar. ㅡNo sabes lo que es despertar en una cama vacía cuando solía estar llena de amor, no sabes lo que es caminar por ese jodido pasillo en completo silencio porque los niños que lo solían llenar de risa se fueron, no sabes lo que es ver fotos de nosotros juntos y darme cuenta que lo he perdido todo. He perdido hasta la cabeza al realmente creer que estás aquí.

Cada día que pasa el duelo de Joohyun no cede como todos le dijeron en el funeral de su esposa e hijos, todo lo contrario, se ha transformado en una sombra que la sigue a donde quiera que va y le susurra utopías sobre lo que pudo haber sido con su familia y lo que nunca será. Es una sombra que duerme a su lado, se sienta en su mesa y camina con ella, tomando el lugar de Seungwan hasta llegar a lucir y sonar como ella.

El duelo de Joohyun ahora no es más que una ilusión de su esposa, una enfermiza idealización que raya en la alucinación. ¿Pero cuanto más se le puede pedir a un corazón que ha perdido su razón para latir?, lo único que le queda es aferrarse a este duelo, aunque la esté consumiendo también.

La mano de Joohyun intenta alcanzar la mejilla de Seungwan para barrer la lágrima que rueda por ella, pero su palma solo toca aire. Ella no está ahí. ㅡYo no quiero estar aquí si no es con ustedes.

A pesar de ser un producto del trastornado luto de Joohyun, Seungwan puede sentir el mismo miedo que sintió en aquella cama de hospital, cuando le dijo a Hyun que estaba asustada y cinco minutos después su cuerpo cedió a las graves lesiones que lo decoraban. Es esa sensación de que todo acabará pronto y que no hay nada que pueda hacer al respecto.

Al menos nunca llegó a saber que Minjeong y Rejun murieron en el impacto.

ㅡNo no no no. ㅡla castaña repite como si de un cántico se tratase, intentando contener a Joohyun tanto como su idealización puede. ㅡTienes razón al decir que no sé lo que sientes, pero también sé que todo lo que yo quisiera tú lo harías por mi, ¿cierto?

ㅡCierto.

ㅡEntonces no te darás por vencida, porque eso sería lo último que yo quisiera. Debes vivir, Hyun. Por mi, por los niños. No hagas esto, amor. Por favor.

Más y más lágrimas brotan de ambas mujeres, aunque eso es lo único en común dentro de sus reacciones. Seungwan está alterada mientras que Joohyun mantiene calma, una quiere hacer que el mundo entero caiga por lo que le hicieron a su amada mientras que la otra ya se encuentra en las ruinas.

ㅡ¿Como vivir si he estado muerta desde el momento en que ustedes lo hicieron?

Esa sombra con la figura y voz de Seungwan toma su verdadera forma una vez más. Es oscura, fría, vacía de emociones y hambrienta de ellas, escudriñando en los rincones de la existencia de Joohyun por más cuando ha limpiado todo sentir de ella. Dejándola igual que esa sombra: sombría, fría y vacía de emociones y llena de nada.

Tanto la sombra como Joohyun están expectantes del peso que se posa sobre el regazo de la mujer aún con vida. Se ajusta a la mano de la pelinegra y suena metálico cuando choca con los dos anillos de oro en su dedo anular izquierdo. El cañón va a la sien, el dedo al gatillo y la carta de despedida cae al suelo.

Se escucha un estruendo en medio del silencio.

Todos los medios de comunicación cubren el caso, los títulos más sensacionales y los reportajes mejor redactados. El mundo entero está sobre la familia que murió el mismo día con un año de diferencia y dos causas diferentes, aunque tengan la misma raíz.

Los amigos lloran, la familia sufre, los extraños simpatizan y los culpables han de sentir el arrepentimiento en las puntas de sus dedos. O al menos deberían. "Ellas eran muy jóvenes", "Que lastima lo que ocurrió", "Incluso los niños estuvieron allí", "¿Cuentos más así no habrán existido y existirán en el mundo", son comentarios que se escuchan cuando el tema es discutido.

Sin embargo, eso ya no importa.

En algún lugar Joohyun y Seungwan juegan con Rejun y Minjeong, disfrutando de sus hijos y de lo que no pudo ser. Ahora ninguna de las dos recuerda esa llamada del hospital, ni de lo hermosa que aún lucía a pesar de la situación. Ya no hay nada de que estar nerviosas.

Joohyun ha vuelto a su hogar con Seungwan.