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🌬𝐖𝐇𝐈𝐒𝐓𝐋𝐄🌬

song ; whistle
by ; dreamcatcher
ship ; wenseul
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Un agudo silbido rompe a través del estruendo ruido de las olas de un mar violento contra el perfil rocoso de la costa. La luna está llamando y el mar está respondiendo a ella, algo no tan peculiar, menos en noches de luna llena; sin embargo, ese silbido si es peculiar.

Es otro llamado, uno que asemeja al del satélite sobre el agua, necesitado y en busca de algo que le pertenece. Seungwan reconoce ese silbido, ella misma fue quien lo creó y afinó para su placer, quiso que ese llamado trajera consigo un abrazo pero esta noche no es la indicada. Dejó eso en claro cuando guindo la pequeña caracola reina del cuello de su marinero.

Otra vez, el extraño sonido repica en medio de la violencia de las olas pero ahora Seungwan no es la única quien lo escucha.

Cuerpos emergen del agua y se posan con gracia sobre las rocas, escamas que crean un arcoíris nocturno visten las colas de las criaturas que buscan el origen del silbido, y la sonrisa en conjunto que todas menos la rubia comparten hacen que un nudo se forme en el estomago de Seungwan.

Han pasado unas cuantas lunas desde la última vez que salieron de caza.

ㅡAlgún navío debe estar por zarpar. Son tan estupidos por querer navegar en mar bravo. ㅡYerim se acerca a las mayores con vicio, seguida por las demás. ㅡ¿Podemos adelantarnos?

Joohyun, quien es la mayor de todas, arquea su ceja ante la insaciable hambre de sus sirenas, pero, no hay ola que llegue a la costa sin Joohyun saberlo. Estos silbidos no vienen de un barco, vienen de un corazón necesitado.

ㅡSeungwan irá primero. ㅡla jerarca habla claro para todas sus sirenas, recibiendo a cambio un abucheo conjunto. ㅡVamos niñas, el canto de nuestra Wannie puede traer toda una embarcación a nosotras. Dejen que ella vaya primero, si vale la pena, esta noche tendremos festín.

La profunda mirada de la pelinegra no vacila de la nerviosa de la sirena menor. Ella también le está dando un mensaje: "Que está sea la última vez."

ㅡRegresaré con hombres o con noticias. ㅡpor primera vez Seungwan alza su voz hacia la mayor de cola roja quien cabecea como aprobación.

ㅡQue sean hombres, Seungwan. Hombres.

Sin perder el tiempo la rubia atraviesa las olas que golpean con fuerza su cuerpo, pero su voluntad de mantener lo único que le importa a salvo la hace victoriosa de la pelea. En cuestión de segundos ha llegado a la costa desde el medio del mar.

Allí está ella, a punto de volver a poner caracola en su boca cuando su amante sale del agua. Su camisa blanca, sus pantalones marrones y pies descalzos en la arena, Seulgi se posa como lo único que Seungwan puede ver aún por encima de su molestia. Y más cuando la cálida mirada de Seulgi logra llenar el pequeño cuerpo de Seungwan de una reconocida sensación, casi tan caliente como la arena que brilla debajo de ella por las escamas que cambian su lugar por carne y piel al igual que una hermosa cola color turquesa se convierte en dos definidas piernas.

Puede ser una cruel criatura, pero ante los ojos de cualquiera solo es una expresión de hermosura desmesurada mientras no muestre su verdadera forma.

ㅡ¡Wendy!

ㅡTe dije que no llamarás en noches de luna llena, ahora ellas están esperando que llegue con-

Las palabras de la rubia quedan suspendidas en el aire cuando el abrazo de la fría brisa alrededor de su desnudo cuerpo es intercambiado por brazos fuertes que asemejan su propio calor, y los labios que había estado deseando en silencio finalmente toman los suyos en un beso necesitado.

Seungwan conoció a Seulgi en una noche de cacería, un pequeño navío de había quedado a la deriva en medio del océano, así que todos los hombres de la flora fueron presa fáciles para las sirenas. Sin embargo, cuando fue turno de la rubia de conseguir su propia comida encontró a una mujer herida en un bote que se alejaba del barco.

Seulgi había sido echada de la embarcación ya que la culpaban de haber traído mala suerte por ser mujer, fue herida en el proceso también. Seungwan que nunca había tenido contacto con otros humanos que no fueran hombres se encontró maravillada de lo delicada y aún fuerte apariencia de su presa.

No pudo asesinarla, en cambio hizo que el mar llevara el bote con cuidado a la costa sin que las demás en medio de su masacre lo notaran.

A pesar de romper todas las reglas que como sirena guían su vida, Seungwan comenzó a visitar ocasionalmente la bahía a donde mandó a Seulgi con esperanza de verla otra vez, lo cual sucedió desde que la castaña buscaba en las olas una respuesta sobre la extraña criatura que salvó su vida.

ㅡLo sé, pero necesitaba estar contigo. Te necesito, Seungwannie. ㅡSeulgi susurra sobre los labios de la más bajita llenando de su aliento el espacio entre las dos.

El viento sabe mover sus olas y quien Seulgi apodo Wendy por no haber entendido su nombre la primera vez que hablaron, siguió yendo a la bahía solo para pasar la noche en compañía de la humana que todavía maravilla su mente. Ambas caminando en la arena la llenaron de su historia.

A partir de entonces Seulgi esperaba casi todas las noches a que el colorido atardecer se volviera oscuro para la llegada de Seungwan. Demasiado rápido, demasiado fácil, pero ambas en esos momentos entendieron lo que significaba sentir amor. Sus cuerpos cedieron a las necesidades de sus corazones, y antes de que la noche terminara Seungwan sacó de la arena una caracola y con un toque la adorno de oro para que rodeara el cuello de su nueva amante con gracia, con esa caracola Seulgi llamaría con un silbido a su corazón y Seungwan iría donde ella estuviera.

ㅡAmor mío, también te he necesitado pero me importa más protegerte. ㅡla rubia hace un viaje con sus uñas desde los hombros hasta la espalda baja de la más alta. ㅡProtegerte de mi.

ㅡLo sé, ¿de acuerdo?, solo pido una noche donde estemos juntas aún cuando la luna se haya ido. ㅡel desesperó en la voz de Seulgi rompe el corazón de Seungwan. Ella también desea lo mismo. ㅡCada vez que la noche está por terminar es como si desaparecieras de mi agarre aunque estás todavía allí. Solo quiero que te quedes por una vez.

Un pequeño sollozo escapa de los labios de la castaña es suficiente para que Seungwan rompa el abrazo y regrese al agua. Dejando a una desconsolada Seulgi en la arena mientras ella va al otro lado de la bahía. Joohyun y las demás están esperando por ellas y prefiere darle lo que quieren antes que tomen lo que ama.

La luna que estaba justo sobre ellas cuando Seungwan se fue ahora está puesta justo por encima del horizonte, ha perdido mucho tiempo pero lo ha pagado con creces.

ㅡUnnie, es un barco grande no puedo traerlos yo sola. ㅡla rubia llega a donde está su jerarca quien de hecho se ve sorprendida. ㅡNecesito que me ayuden.

ㅡ¡Vayan con Seungwan, no dejen que se acerque mucho a la orilla!

Y justo como dice Joohyun, casi todas las sirenas siguen a la de cola turquesa hasta dar con un transportador más grande de lo que acostumbran a atacar. Seungwan espera que sea suficiente para mantenerlas saciadas por unas cuantas lunas.

Un coro de voces melodiosas hacen acompañamiento al hermoso panorama que los marineros consiguen en las mujeres que brotan del mar como las flores más hermosas. Algunos corren a esconderse, otros se acercan más y más a las míticas criaturas que llaman por ellos; es mejor entregarse fácil que hacer de la muerte sufrimiento.

No cuesta mucho llevar el barco a las aguas que le pertenecen al grupo de Joohyun, la jerarca está complacida de Seungwan y la felícita por ello, sin embargo, algunos de los marineros que se escondieron salen con armas en mano. Disparan sin ver a donde apuntan y es justo lo que Seungwan les ordenó en medio de un encanto. Uno de ellos dispara a donde Joohyun y ella están, sin darle a ninguna de las dos pero el alboroto es suficiente para darle un margen de tiempo a Seungwan de huir.

ㅡ¿Seungwan? ¡Seungwan! ㅡa la par que se aleja, la rubia escucha a su mayor llamarla. ㅡ¡Alguna de ustedes que busque a Wannie, le han disparado!

En la orilla, Seulgi ve como el sol comienza a asomarse en el horizonte, su corazón doliendo un poco menos aunque no ha podido irse de la playa. Aquí fue donde comenzó su historia con Seungwan, no pensó que aquí terminaría. Tal vez dolería menos si su amante se hubiese despedido.

Sus dedos juegan con la caracola sobre su pecho y por un segundo está dispuesta a hacerla silbar otra vez cuando es detenida por alguien más.

ㅡNo es necesario, aquí estoy. ㅡSeungwan habla detrás de ella.

Viste un vestido ligero que robó de una choza cerca del embarcadero, y aunque detesté tener que andar en piernas, no se siente tan mal mientras más se acostumbra a ello.

ㅡPensé que no podíamos estar juntas una vez el sol saliera.

ㅡEstabas por silbar y prometí estar allí cuando lo hicieras, así que he venido.

Seungwan se sienta al lado de Seulgi y puede ver el daño que hizo anoche en la forma en que los ojos de la castaña intentan evadirla mirando a otro lugar. Tendrá tiempo para enmendar su error.

ㅡMi lugar no es este, no soy como tú, tengo necesidades distintas, Seul. ㅡotra vez, pasa su mano por la espalda de su amante encantada de sentir cómo esta se eriza debajo de su tacto. ㅡAlgún día tendré que regresar al mar que me creó pero puedo quedarme con el amor que cree por un rato más.

ㅡ¿En serio te quedarás?

ㅡYa te lo dije, has llamado a mi corazón, ahora tengo que quedarme. No lo quisiera de otra forma.

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