song ; homegirl
by ; king princess
ship ; wenseul
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(Nota: versión bosquejo del OS seulrene "Nuestro Jodido Trato", disponible en mi biblioteca)

¿Quién no la vería como si llevara todo un maldito paraíso sobre sus hombros?

La extraordinaria belleza de ella, las líneas limpias que dibuja su cuerpo al caminar, esa mirada fingida de inocencia capaz de engañar a todos. Que me engaña hasta cuando juego a conocerla.

Sus labios bailando sobre la piel de mi cuello me hacen sentir como si estuviera viajando por las profundidades de un mundo subrealista, una mentira que sé que dolerá cuando termine. No puedo soportarlo más mientras tomo su cintura entre mis pequeñas manos, presionándola aún más cerca de mí. Necesito sentirla tanto como pueda antes de tener que despertarme.

El rascar de sus uñas me quema el abdomen. Sabe lo que me está haciendo y parece disfrutarlo.

-No juegues más conmigo, Kang.

Salimos de los baños arreglando el pequeño lío que nos hemos causado entre las dos. Me aseguro de ocultar cualquier marca que Seulgi me haya dejado y ella cubre la piel ahora rojiza de sus hombros con su cárdigan.

Me han despertado del sueño que ella es y ahora no somos más que compañeros de clase. Somos Shon Seungwan y Kang Seulgi nuevamente, Wannie y Seullie son nombres prohibidos ahora que hay oidos ajenos sobre nosotras.

Todos los que la miran quisieran tener una oportunidad con ella. Todos quieren a Kang Seulgi; chicos, chicas, todos y nadas a la vez harían más que mirarla si ella se lo permitía. Pero ya tiene a su chico afortunado, Lee Taeyong.

Él es un espectáculo que hasta los ojos más cansados ​​se detendrían a apreciar, el equivalente que encaja a la perfección con Seulgi. Mientras tanto, yo me quedo a un lado esperando que ella me reclame como suya otra vez después de las clases.

La pareja perfecta, moderna y amante del arte, capaz de hacer que las prendas más horrendas a los ojos de los demás les quede genial. Una relación que llegará lejos si mantengo la boca y el corazón cerrados, tal como ella lo pidió.

Debo callarme y así podré tenerla. Aunque ahora la veo entrar en la cafetería con él a su lado como si hace quince minutos no me hubiera tocado más allá de los límites con esa misma mano que se entrelaza con la de él.

-Shon. -su saludo frío es lo más cálido que puedo obtener de Seulgi antes de que me llame de nuevo.

-Kang. -respondo de la misma manera.

Ella sonríe como si no me estuviera maldiciendo en voz baja. Ella odia que la trate de esa manera, que actúe de la misma manera que ella actúa conmigo. Se supone que debo ser la Wannie siempre dispuesta y amable con ella. Y en realidad quiero serlo, ser diferente de los que la miran, pero Seulgi me ve como si yo fuera él.

Un juguete más que eventualmente se perderá en el fondo de su colección.

-Irás a la fiesta de Wheein esta noche, ¿verdad? -Sooyoung interrumpe el flujo de mis arrepentimientos con la cara de la morena sentada en la mesa frente a nosotros. -Me dijo que Joohyun va a estar, y sabes lo que eso significa. -mi amiga mueve las cejas de manera sugerente.

Bae Joohyun y yo hemos tenido más de un encuentro, pero lo sucedieron antes de que Seulgi a se enojara conmigo después de enterarse de una pequeña salida que tuve con Hyun. Nuestra interacción ahora se limita a saludos llenos de vergüenza y algunos "qué pasaría si" sobre lo que pudimos haber sido.

Mi teléfono suena y me sorprende que haya podido escucharnos desde donde está.

KS:

{vas a la fiesta, pasaré por ti.
{y te mantendrás alejada de bae.

-¿Wen?

-Sí, allí estaré.

[...]

Mientras todos miran a Seulgi para estar satisfechos con su belleza, yo lo hago como si tuviera miedo de olvidarla.

Una necesidad de memorizar cada detalle de su existencia me envuelve cada vez que entra en mi campo de visión, y no termina hasta que lo ha hecho conmigo.

Por ejemplo, ahora no puedo evitar ver la forma en que conduce. Una de sus grandes manos se adhirió al volante y la otra a mi muslo, dibujando círculos que en cada trazo se adentran más en mi cuerpo, ojos ajenos a mí, mandíbula apretada para no gritar a los conductores que se cruzan en su camino.

-¿Taeyong ya está en la fiesta? -excelente de mi parte nombrarlo, pero vale la pena porque puedo verla relajar la mandíbula y me mira por primera vez desde que salimos de mi casa.

-Hoy se tuvo que quedar en el estudio, no ha terminado su proyecto de fotografía. -Seulgi vuelve a mirar el camino y noto que toma otro diferente para llegar a la casa de Handong. -Y lo convencí de que no viniera, quiero divertirme un poco esta noche.

Y ahí está la razón de mi presencia en su auto y su mano cada vez más cerca de mi ropa interior.

Seulgi detiene el auto en seco y se abalanza sobre mis labios. El peligro es lo único que puedo saborear en ella, el peligro que romperá mi corazón en un millón de pedazos pero se siente tan bien que dejo que lo haga.

-Te llevaré a casa cada vez que me lo pidas -habla lenta y roncamente, su mano que estaba entre mis piernas sube a mi rostro para tomarla con delicadeza. -Wannie.

La forma en que mi nombre sale de su lengua me lleva a besarla de nuevo para dejar que cada letra caiga en mi boca, todo lo que tenga que decir es para mi.

-Pero ya conoces el trato, ¿verdad?

-Amigas en la fiesta y luego te doy mi cuerpo en casa. -Ya no duele decirlo como las primeras veces.

Ella me sonríe de nuevo antes de tomar mis mejillas y lamer mi labio inferior. Su forma preferida de besarme.

-Ahora bájate del auto. La casa de Wheein está una cuadra más abajo, no pueden vernos juntarnos con los labios hinchados.