[Leon Kennedy RE4
Advertencias: palabras subidas de tono, casi nsfw]

Aunque no aparentaba, Leon le encanta vestirse con prendas que nunca se pondría para saber que opinas.

Eras una fanática del gótico y todo lo que rodea a vampiros. Leon no iba a desperdiciar este momento, es más, se había...teñido su pelo rubio ceniza a blanco solo para ti.

Leías tu libro favorito, con entusiasmo, sabías que Leon no le tocaba más misiones hasta el nuevo aviso, así que, estabas feliz, tu novio y tu podíais pasar más tiempo juntos, pero, algo te llamo tu atención, los pasos de Leon se detuvieron hasta la puerta, obligandote a mirar.

Ahí estaba él, con una camisa blanca gótica con el pecho medio descubierto, aquellas mangas largas la había recogido un poco, mostrando sus manos venosas lista para cualquier acto. Su pelo ahora blanco ceniza desordenado, pero, se veía un claro peinado de libro abierto.

Leon sabía que estabas babeando, su cara marcada pegaba con todo, todo le quedaba bien. Dejaste el libro a un lado, y te acercaste a tu novio.

—¿Por qué todo te queda tan bien...? Siempre me haces lo mismo...—Murmuraste con un falso tono triste —Me haces tener ilusiones que me follaras con eso puesto

—Oh, ¿Y por qué no haría eso? —Sus manos no tuvieron tapujos en acariciar tu espalda, llevabas aquel vestido para dormir que le volvía loco, era tan corto y provocativo, llevabas siempre una "chaqueta" que era parte del vestido, era rosa transparente y muy fina, siempre se caía de tu cuerpo,dejando tus hombros al descubierto, causando que Leon quisiera marcarte millones de veces

—Porque te conozco... ¿te acuerdas de los demás trajes?

—No, recuérdamelo, nena. —Disfrutaba ponerte nerviosa, sus manos acariciaron tu espalda para ir a tu culo y darle una serie de nalgadas, soltando tu unos gemidos en respuesta

—L-leon, entre que has venido con trajes que te quedan muy bien... ¿Te acuerdas cuando viniste con solo un pantalón y tus armas? Nada de tu camiseta azul, solo tu pecho descubierto

—¿No puedo mimar a mi novia ahora? —Su mano derecha tenía ya otras intenciones, intentaba acariciar tu intimidad desde atrás, provocándote escalofríos y suspiros —No sabes las ganas que tengo de follarte... He estado esperando toda la anterior misión llegar a casa para ver como me suplicarás para que te folle contra el lavabo... —Iba muy enserio, susurrando aquellas guarradas en tu oído—¿No te acuerdas de como te hice llorar la última vez?

Y era verdad, cada vez que volvía de su trabajo, si o si tenías que llorar esa noche de tan duro que te daba, te trataba como si fueras una puta barata, y eso te encantaba.

—Leon...— Susurraste su nombre, estabas ya mojada, aun que, sería mejor parar, no querías que te dejará rota la cadera sabiendo que mañana tenías trabajo. —Me vuelves loca, por dios, no sigas... Mañana tengo trabajo y no quiero morir en el intento... — Tu respuesta hizo que Leon riera.

—Okey, pequeña... Mañana será entonces...