Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

I


[Leon de RE 4
Advertencia: sfw, movimiento de dedos, compañeros de trabajo y celos]

///Editado///

No había pasado mucho tiempo desde que comenzaste a trabajar junto a Leon Kennedy. Aunque habías sido entrenada durante toda tu vida, aún eras novata en las misiones. Recientemente te enviaron a España junto a Leon, aquel atractivo policía que hacía latir tu corazón con cada palabra corta que pronunciaba. Habían encontrado a Luis Serra, un hombre coqueto y bromista. Lo encontraron debajo de una casa, luchando contra los infectados conocidos como los ganados, mientras intentaba sellar una entrada. Además, habían rescatado a la hija del presidente, una rubia despampanante llamada Ashley.

"Señorita..." Escuchaste una voz a tu lado, y posaste tus ojos en aquel hombre que había adelantado su paso para hablar contigo, dejando a Leon atrás. "Quería saber si te encuentras soltera." Su sonrisa de galán hizo que no pudieras evitar sacar una sonrisa en modo de respuesta.

"Oh, pues..." Antes de que pudieras seguir, Leon intervino. "Si estuviera soltera, eso a ti no te importaría."

"¿Oh? ¿Lo estás?" preguntó Luis, y tú asentiste. "Qué buena suerte tengo entonces..."

"No le hagas caso, Luis", interrumpió Leon con una voz molesta y grave, más intensa de lo habitual.

"Leon, no hables por mí, por favor", le miraste a los ojos, encontrando su ceño fruncido. "En cualquier caso... Leon tiene razón."

"Señorita... No dañes a este pobre corazón enamorado", añadió Luis con dramatismo.

"No es el momento de discusiones tontas", intervino Ashley, poniendo fin a la conversación.

Pasaron el resto del día en esa dinámica, pero notaste la mirada penetrante y molesta de Leon. No fue hasta que llegaron a una cabaña abandonada, donde finalmente pudieron descansar por unos minutos. Te sentaste en una de las sillas viejas mientras Leon recargaba una de sus pistolas, observando cómo sus dedos largos se movían con destreza mientras realizaba la tarea. Tu atención no estaba en la pistola, sino en él. Sus ojos estaban fijos en ti, comiéndote con la mirada.

"¿Qué miras tanto, niña?" notaste cómo su voz adquiría un tono más seductor. Él sabía muy bien el poder que ejercía cuando movía sus dedos de una forma u otra.

"Tan solo me preguntaba algo", respondiste, capturando por completo su atención. Leon levantó una ceja, esperando a que continuaras. "¿Te molesta que Luis me coquetee?" Sus ojos se agrandaron ligeramente, pero pronto volvieron a su expresión habitual.

"No, ¿por qué me molestaría? Eres mi compañera", respondió.

"No sé... Llevas todo el día mirándome y murmurando cosas molesto", te acercaste lentamente a él, notando cómo tus caderas se movían con cada paso que dabas.

Leon no quería admitirlo, pero desde que te asignaron a esta misión, había estado observándote. Habías captado por completo su atención, quizás debido a tu valentía y determinación en la lucha, a pesar de ser novata. Eras capaz de apuñalar a esos "seres" en el cuello sin titubear.

"¿Quieres saber la verdad?" dejó la pistola en la mesa mientras se ponía a tu altura, levantándose. Sin embargo, hizo algo que no esperabas: te acorraló contra la mesa. Vuestras respiraciones se mezclaban, sintiendo el cálido aliento de Leon chocar contra tus labios. "No me gusta que nadie te coquetee. Eso es algo que puedo hacer yo."

"¿Tú? ¿Coquetear?" tus ojos no pudieron evitar echar un vistazo rápido de arriba abajo a Leon.

"¿Qué? ¿Crees que no sé coquetear?" una sonrisa se formó en los labios de Leon, la primera que habías visto desde que llegaron a este lugar.

"Sí, pero tu apariencia siempre me hace dudar de si sabes o no, señor Kennedy", respondiste burlonamente.

"Pues, para tu información, sé coquetear mejor que cualquier otro", afirmó con determinación.

"¿Mejor que Luis?"

"Mejor que él", respondió Leon antes de finalmente besarte. Sus labios eran suaves, y quién diría que alguien tan serio y rudo como él podría tener labios tan delicados...

Los besos eran lentos al principio, pero el ritmo fue aumentando gradualmente, hasta que tuvieron que separarse por necesidad de aire.

"Oh, pues... Es cierto que besas bien. Pensé que el agente guapetón no sabía besar", reíste.

"Ja, ja, qué graciosa eres. De todas formas, tienes todas las razones para quedarte conmigo", te tomó suavemente de la cintura.

"Es verdad... Supongo que me quedo contigo", respondiste mientras él te agarraba.

"Buena decisión, nena", murmuró Leon, dejando claro que esto era solo el comienzo de algo que prometía ser ardiente y lleno de pasión.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro