𝘏𝘢𝘳𝘳𝘺 𝘗𝘰𝘵𝘵𝘦𝘳
datos:
•muggle fem!oc
•narrado en tercera persona
•año 1996
𝐓í𝐭𝐮𝐥𝐨: 𝐜𝐚𝐟é
Las cosas en el mundo mágico iban realmente mal y Harry Potter sabía que gran parte de eso era su culpa. Desde que había visto a su padrino morir, sintió como si de repente, todo se desvanecía, por que parecía que estaba maldito (o algo por el estilo). Pero ahora, solo quedaba soportar dos horribles semanas con sus espantosos tíos para después disfrutar con su mejor amigo Ron y la familia Weasley del resto del verano.
Y mientras tenía que soportar el verano con ellos, Harry en una de sus caminatas (las cuales tenía prohibido hacer) se había topado con una pequeña cafetería que prometía pasar un buen tiempo incluso cuando ibas solo.
Obviamente Harry no pensó dos veces en entrar a la cafetería y desde ese día Harry no había parado de visitar la cafetería, no solo por el delicioso café americano que solía tomar, sino por una de las baristas llamada April Winchester.
Aún recordaba como hace dos semanas atrás April le había saludado con una sonrisa realmente amplia y adorable mientras ladeaba un poco su cabeza preguntándole que iba a ordenar.
Claramente lo único que salió de su boca fue un café americano.
Desde ese día, Harry visitaba la cafetería en la cual duraba dos horas sentado en una de las mesas pegada a la ventana y le dedicaba pequeñas sonrisas a April, las cuales siempre respondía con emoción.
Esa tarde, Harry sabía que sería la última vez que vería a April, por lo que había salido realmente temprano de la casa de sus tíos, se había llevado algunos libros para fingir leer o hacer trabajos y emprendió su camino a la cafetería, la cual estaba un poco llena, más de lo normal.
—¡Hola de nuevo! —saludó April con una brillante sonrisa.
—Hola —respondió casi en suspiró.
—¿Café americano con una cucharada de azúcar? —preguntó apuntándole con su pluma.
Harry asintió con una pequeña sonrisa.
No duró más de cinco minutos en entregarle su café, Harry alzó un poco su cuello y encontró una mesa vacía así que no dudo en acercarse a la pequeña mesa redonda. Acomodó los libros y el periódico para después tomar su café, dar un soplido y beber un poco de la deliciosa bebida.
Leyó un poco y rayo su libro de quidditch con pequeños dibujos que le recordaban a sus mejores amigos, Ron y Hermione, a quienes ya esperaba poder ver por qué tenía tantas cosas que contarle. Por primera vez, el verano está resultando no tan lamentable y quizá si se deba a que conoció a April.
Ella se encontraba tras la barra, haciendo las bebidas que le ordenaban mientras saludaba con emoción a los clientes recurrentes. Apoyó su codo en la mesa para poder apreciar los gestos de felicidad y se sintió realmente cautivado por esos hoyuelos que adornaban su sonrisa.
—¿Puedo tomar la silla?
Se sobresaltó ante el repentino llamado de un chico que tenía aproximadamente su edad y asintió con su cabeza.
—Claro, adelante —respondió Harry que bebió de su café.
—¿Es linda, verdad? —Harry casi se ahoga haciendo reír al chico—. Descuida amigo, no diré nada —guiño un ojo y Harry se recargo en la silla para después soltar un suspiro.
Había pasado el resto de la tarde en la cafetería, por algún motivo estar en ese lugar le hacía sentirse ligeramente seguro y le ayudaba a mantenerse bastante entretenido, dejando de lado los pensamientos de la muerte de su padrino. Sin mencionar que el café era realmente delicioso, por lo que ya llevaba su tercera taza de café.
—¿Puedo retirarlo?
Harry levantó la cabeza del libro de transformaciones para ver a April, quien como siempre, tiene una pequeña sonrisa. Un tanto nervioso, asintió con su cabeza.
—Eh, sí, sí claro —dijo el chico extendiendo la taza color roja mate.
April la tomo con una sonrisa, sus manos se rozaron y ella sonrió aún más, haciendo que Harry tomara un ligero color carmesí. Harry observó a April darse la vuelta, quizá sería bueno si le decía algo más, pero no se le vino nada a la mente.
Y para su sorpresa, fue April quien se giró sobre sus talones y hablo algo tímida.
—¿Sabes?, te he visto aquí durante dos semanas y solo pides el mismo café de siempre —murmuró April.
—Es... muy bueno —ella soltó una risita y bajo su cabeza para mirar su vans negras.
—Yo... soy April Winchester —se presentó extendiendo su mano.
—Harry Potter —Ambos estrecharon su mano con una sonrisa—. Yo... me preguntaba, ¿qué harás después de trabajar?
—Eh, probablemente llegar a casa y ver la repetición de la última temporada de Full House —dijo haciendo reír al chico—. Oh espera, tu... ¿me estas invitando a salir? —preguntó algo tímida.
—Solo si te arriesgas a perderte la última temporada de Full House.
—Salgo en treinta minutos —dijo sonriendo, mordió su labio nerviosa, Harry asintió con una sonrisa.
Harry había esperado la media hora completamente nerviosos, pero en cuanto vio a April colocandose su mochila y despidiéndose de sus compañeros del trabajo, los nervios desaparecieron por unos de emoción.
Había esperado dos semanas en compartir más que unas simples palabras y ahora podría tener toda una conversación con ella.
—¿Estás listo, Harry Potter? —preguntó tomándose de las tiras de su mochila con cierto nerviosismo.
—Lo estoy, ¿nos vamos April Winchester?
April soltó una risita y asintió con su cabeza algo emocionada.
Estuvieron caminando por la calle Magnolia Crescent mientras hablaban un poco de ellos para conocerse mejor. A Harry le era imposible no acordarse de su amiga Luna Lovegood cada que April decía algo ya que ella también tiene un toque ligeramente soñador, salvo que no habla de cosas tan... diferentes como Luna.
Descubrió que recién cumplió los 17 años y la cafetería es de su tío, por eso es que trabaja ahí, ya que espera poder pagarse la universidad en Londres.
Harry por un momento se había olvidado de que era un mago e incluso le mintió un poco diciéndole que esperaba poder ser abogado, ¿pero que sabía él de leyes si sólo las rompía?
—Adoro las series —dijo April caminando por la línea de la acera con sus brazos extendidos mientras Harry va a su lado, mirándola con una pequeña sonrisa—. Mi hermano dice que estoy traumada... quizá solo un poco —dijo achinando sus ojos—. ¿Ves alguna serie? Yo en lo personal adoro Full House —comentó con cierta emoción.
—No veo mucho la televisión, a decir verdad —admitió Harry llevando las manos a los bolsillos de su pantalón.
Se dirigieron a los columpios del parque y tomaron asiento. April no tardó en comenzar a balancearse mientras Harry solo pegaba la punta de su tenis a la tierra.
—¿No te gusta? —preguntó curiosa—. Yo siento que es un desperdicio de tiempo, es mi desperdicio de tiempo favorito —agregó algo divertida.
—Es un desperdicio de tiempo divertido —comentó con una pequeña sonrisa—, pero... no, no veo mucha tele, es mi primo quien la acapara y sus programas son realmente estúpidos —murmuró.
—¿Vives con tus tíos? —pregunto curiosa. Él asintió con una mueca—. Algo me dice que son odiosos —comentó algo divertida.
—Lo son —admitió suspirando—, pero es mi primo el dolor de cabeza, Duddley es un gran niño mimado —dijo entre dientes.
April para de golpe viendo a Harry con los ojos abiertos.
—No juegues, ¿eres primo de eso? —preguntó sorprendida.
—¿Lo conoces?
—Conozco a su pandilla —fingió vomitar y Harry soltó una risa—. Mi vecino forma para de la pandilla de Dudley. Son unos tremendos idiotas —canturreo.
—Uy
—Me apiado de ti, Harry —murmuró April tomando su mano.
Eso basto para que ambos quedaran en silencio, mirándose fijamente. April sin duda alguna se sentía realmente cautivada por los ojos de Harry, nunca había visto un color como los de él, y claro que le gusta el cabello tan rebelde del chico. Harry mientras tanto, pudo observar las pecas en las mejillas de April y como su cabello castaño cobrizo se movía ligeramente por la brisa del verano.
Sin mencionar el hecho de que las manos de la chica son pequeñas pero realmente cálidas, ella realmente se apiada de que Harry tenga que vivir con él y se puede ver por la forma tan cariñosa con la que lo está mirando.
El reloj de muñeca de April sonó y la chica dio un ligero brinco para apagarlo rápidamente.
—Dios mío, mi padre me va a matar —susurró parándose.
—Te acompaño a tu casa.
—Oh, no te preocupes, son solo dos calles hacia abajo —respondió algo apenada.
Pero las calles son realmente oscuras y con todo lo que está sucediendo Harry no iba a permitir que ella se fuera sola.
—Ya es de noche April, vamos, yo te acompaño —aseguró con una pequeña sonrisa.
—De acuerdo —musitó algo tímida.
En efecto, dos calles hacia abajo se encontraba la casa de April, la cual rompía el patrón del resto de las casas ya que esta pintada de un llamativo aqua y tiene muchas luces prendidas a comparación de las demás; ni hablar del jardín tupido de flores que adorna la entrada.
—Me divertí hoy, Harry —confesó sonriendo un poco—, eres realmente agradable, no entiendo por que tardamos tanto en hablar.
Harry soltó una risa tímida y llevó su mano atrás de su nuca.
—Lo sé, es solo que me daba un poco de pena hablarte —confesó apretando sus labios.
—Bueno, espero se pierda la pena cuando vayas mañana por otro café —dijo picoteando el brazo del chico.
—Sí, sobre eso... mañana me iré a pasar el resto del verano con un amigo, por que... estudió en un internado —explicó frunciendo un poco el ceño.
La sonrisa de April se borro lentamente.
—Oh... entonces... ¿no te veré más? —preguntó algo decepcionada.
—Quizá el otro verano —murmuró apenado.
—Oh rayos —musitó bajando su cabeza—. Bueno, soy fiel creyente de que conocemos por las personas por algo, así que... te estaré esperando para volverte a ver.
Estiro su mano para estrecharla con la de Harry y el lo acepto con una sonrisa.
—Regresaré, lo prometo —aseguró sonriendo un poco.
—Bueno... hasta pronto, Harry Potter.
—Hasta pronto, April Winchester —musitó Harry retrocediendo un poco viendo como April metia las llaves a la perilla de la puerta.
Suspiró para alzar su cabeza nuevamente, April se apoyó en la puerta viendo a Harry, pero antes de entrar corrió en su dirección para darle un sonoro beso en la mejilla y adentrarse de nuevo a su casa.
Harry soltó una risita y giro sobre sus talones para caminar de regreso a la casa de sus tíos.
Iba a cumplir la promesa de April y se volverían a encontrar.
Nota de autora:
LA AMORTENTIA DE HARRY HUELE A CAFÉ CHAUUUUU
Lots of love, Cici x
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