OO3| 𝐒𝐈𝐋𝐕𝐄𝐑 𝐓𝐇𝐄 𝐇𝐄𝐃𝐆𝐄𝐇𝐎𝐆
Nota: La protagonista de este One-shot presenta deficiencia auditiva, por lo que cuando ella esté "hablando", las palabras estarán escritas en negritas. Sin más que decir, espero que disfruten este One- Shot.
❝ 🤟🏻 ❞
No era un secreto que Silver The Hedgehog era el chico más dulce del instituto. Siempre mostraba una agradable sonrisa en el rostro y estaba dispuesto a ofrecer ayuda a quién lo requiriera.
Aquel día, la mañana los recibió con una pequeña lluvia y un cielo completamente grisáceo. Silver tomó un paraguas y partió hacia la escuela. De vez en cuando pisaba los charcos de agua, salpicando sus zapatos a propósito, en el fondo aún tenía a ese niño pequeño que solo quería jugar en la lluvia y hacer pasteles de lodo en vez de ir a la escuela y aprender matemáticas avanzadas.
Suspiró y continuó su camino hasta legar al instituto. Se acercó a su casillero y guardó sus cosas en el, pero se llevó un gran susto al cerrar la puerta y ver a una eriza de brillantes ojos celestes que lo miraban atentos. Al percatarse de que la chica había retrocedido, se apresuró a disculparse.
—Ay, yo... lo siento mucho —se disculpó, levantando una pequeña libreta que la chica había soltado—. De verdad lo siento, pero me diste un gran susto.
El peli-plata rascó su nuca mientras entregaba la libreta a su dueña. La eriza la tomó con delicadeza y procedió a mirar nuevamente al plateado.
—Soy Silver por cierto —se presentó—, ¿cual es tu nombre? —la chica lo miró con atención, pero no dio respuesta a la pregunta del erizo—, ¿eres nueva aquí? no recuerdo haberte visto antes.
Nuevamente la chica permaneció callada, incomodando al peli-plata. O ella era realmente tímida o ya había estropeado todo con ese susto. Silver mostró una sonrisa nerviosa.
—Bueno, yo ya tengo que irme. Pero podemos hablar luego ¿te parece?
Esta vez la de ojos celestes bajó la mirada y procedió a mirar al suelo.
—¡T/n! —exclamó la directora, corriendo hacia ella, acompañada de un erizo azabache.
—¿T/n?, ¿así te llamas?
La eriza siguió viendo el suelo y solo volteo cuando el azabache la rodeó con sus brazos. Acto seguido, comenzó a hacer una serie de señas que fueron incomprensibles para el plateado. Pero sorpresivamente, la de ojos celestes parecía responder a estas sin esfuerzo alguno.
—¡Silver!, muchas gracias por encontrarla —agradeció la directora.
El peli-plata estaba mas confundido que nunca, pero aún así, atinó a sonreír y asentir a las palabras de la directora.
—¡Oh, pequeña T/n! estábamos sumamente preocupados por ti —dijo, al mismo tiempo que hacia una serie de señales rápidamente con las manos.
La chica respondió del mismo modo, al tiempo que volvía a mirar al plateado. La directora pareció entender y los presentó.
—El es Silver, será tu compañero de curso —articuló mientras retomaba el lenguaje de señas— Silver, ella es T/n, se une a tu clase a partir de mañana.
Silver sonrió y agitó su mano en señal de saludo. T/n respondió con una serie de señales, incomprensibles para él.
—Ella dice que es un gusto conocerte y que lamenta haberte asustado hace rato —tradujo el azabache.
—No, no, no, descuida. Fue mi error.
El azabache tradujo lo dicho por él y la chica sonrió, para Silver fue un honor ser el causante de aquella sonrisa.
—Bueno, tenemos que terminar con su registro. Mañana se podrán conocer mejor.
Silver asintió y dirigió su vista a la chica.
—Adiós, T/n.
El azabache tradujo a la chica. Ella respondió del mismo modo.
—Dijo; Adiós, Silver.
Al día siguiente Silver se sentía impaciente. Miraba hacia la puerta en todo momento, esperando la llegada de T/n.
La profesora entró en el salón de clases, y al plateado le pareció ver una curiosa cabeza asomarse. Sonrió inconsciente, al distinguir aquella mirada celeste.
—Atención aquí —llamó la maestra—. Hoy se nos une una nueva alumna. Su nombre es T/n... —Silver sonrió al escuchar el nombre y continúo con su vista fija en la puerta, esperando la entrada de la eriza—... Les pido respeto con ella, presenta deficiencia auditiva y es nuestro deber hacerla sentir integrada en el grupo. ¿De acuerdo?
El salón entero exclamó un «Si» que no la dejó muy convencida.
La profesora salió del aula y volvió con la niña nueva. Su pelaje azabache solo resaltaba más su temerosa mirada celeste. Sus ojos divagaron en el salón hasta encontrar los orbes dorados que la miraban con alegría. Silver agitó su mano con entusiasmo, haciendo a la chica responder del mismo modo, pero mucho más temerosa.
Por medio de señales, la maestra le indicó a T/n donde debía sentarse. Antes de que la chica avanzará, Silver se levantó de su lugar.
—Profesora, ¿puedo sentarme con ella? —sus compañeros lo miraron con extrañeza, a lo que se apresuró a agregar—. Quiero decir, yo ya la conozco un poco y ella a mí, así que pensé...
—Claro que sí Silver.
Ella volvió a indicarle a T/n un lugar, está vez a lado de Silver. El plateado la saludo con una sonrisa, haciéndola responder de la misma forma.
La azabache sacó sus libros y procedió a anotar lo que la profesora escribía en el pizarrón. Sorprendiendo al chico a su lado.
—¿Sabes leer? —preguntó, pero al segundo se sintió idiota.
Se golpeó la frente, llamando la atención de la oji-azul. Rápidamente, la chica tomó la libreta que el había recogido el día anterior. En donde escribió un único mensaje.
«No hagas eso, te harás daño»
Silver leyó y quedó aún más sorprendido.
—¿También sabes escribir? —preguntó en un tono más alto.
—Silver —regañó la maestra.
—Lo siento.
El chico se hizo bolita en su asiento y T/n sonrió levemente, volviendo a mirar al plateado. Silver trataba de hacerle entender lo que le preguntaba. Señaló el pizarrón y seguidamente sus ojos. T/n captó la idea y asintió. Silver volvió a señalar un lápiz y simuló escribir. La chica volvió a asentir.
—Fascinante —dijo para sí.
Pero entonces la chica volvió a tomar la libreta y escribir en ella.
«Si quieres preguntar algo, puedes escribir aquí»
Silver asintió y dejó que la azabache siguiera en lo suyo.
La clase siguió, pero el erizo no podía concentrarse completamente en la escuela. En repetidas ocasiones, miraba de reojo a la azabache que escribía con rapidez en su cuaderno y que cuando lo atrapaba mirándola, dibujaba un signo de interrogación en su libreta. Esto por supuesto, avergonzaba al erizo, pues en la hoja mostraba varios signos de interrogación.
Al llegar la hora de receso, todo el salón se vacío, pues sus compañeros salían a tomar su desayuno en la cafetería o aprovechaba para sus hobbies.
—¡Hey, Silver!, ¿Vienes a jugar? —preguntó un equidna rojizo con un balón de soccer entre las manos.
Silver volteó a su lado, en donde T/n acababa de sacar su desayuno y se disponía a comer, al tiempo que sacaba su teléfono y reproducía un vídeo. El chico lo pensó por un instante.
—Lo siento, hoy no.
El equina se encogió de hombros salió del salón, seguido por un par de erizos, un zorro y un halcón.
Silver sacó su desayuno y procedió a comenzar a comer. T/n volteó y al percatarse de que no se había ido como los demás, sonrió para sí. El erizo volteaba de vez en cuando hacía el teléfono de la chica. Al parecer se reproducía una obra teatral. Miró a la azabache y está parecía totalmente entretenida mientras comía el desayuno.
La curiosidad de Silver fue más grande y tocó el hombro de la azabache para preguntar. Sus brillantes ojos celestes le prestaron atención, así que el señaló el teléfono.
«Romeo y Julieta»
Escribió en la libreta que permanecía a la mitad de la mesa. Silver mostró asombro y regresó su vista al teléfono. Las obras de teatro nunca habían captado su atención, pero quería saber que era aquello que la mantenía tan entretenida.
T/n posicionó el teléfono de modo que ambos pudieran ver y continuaron con el almuerzo. Silver no se sorprendió demasiado al ver qué era una especie de interpretación muda y más corta, pero no por eso menos entretenida. Los actores realmente daban todo de sí para no necesitar palabras y realmente se sentía dentro de la historia.
La azabache sonrió al ver qué la atención total de Silver, estaba en el teléfono. El chico ignoraba todo a su alrededor y no pudo evitar derramar una lágrima al finalizar.
—¡Fue asombrosa! —exclamó emocionado.
No hubo necesidad de tratar de explicarle a la oji-azul, pues está entendió de inmediato y asintió igual de fascinada.
«¿Cuándo podemos ver otra?»
Escribió sin pensar. T/n tomó la libreta y procedió a escribir:
«En el momento en el que tú quieras.»
Los días siguientes, ambos se quedaban en el salón a la hora el almuerzo para observar obras nuevas. Lo que había empezado en curiosidad para el erizo, comenzó a ser parte de su vida.
Incluso había comenzado a tomar clases de lengua de señas, y aunque era nuevo, no lo hacía nada mal.
—¡Esa fue mucho mejor que la anterior! —exclamó al mismo tiempo que lo decía en lengua de señas con algo de torpeza.
—Esa se llama: un verano de amor —respondió la azabache, con calma para dejar entender al contrario.
La expresión de Silver fue de admiración y asombro. T/n sonrió ante esta, por primera vez alguien está a interesado en lo suyo y dispuesto a aprender una forma nueva de comunicación para hablar con ella.
Y eso la conmovía.
Ese día el cielo volvía a estar nublado y aquella obra de terror, iba de maravilla con el clima. Ambos erizos se escondían detrás de sus manos, pues el grotesco maquillaje, lucía sumamente realista.
El protagonista de la obra miró hacia la cámara y simuló asesinar a uno de los actores, haciendo gritar a ambos erizos. Silver se escondió tras el hombro de la azabache y ella se refugió en el pecho del contrario.
Pronto, la obra dejó de ser importante, Silver se sonrojó al sentir como T/n permanecía refugiada en el. Algo temeroso, envolvió sus brazos al rededor de ella, haciéndola tensarse por un momento, aunque después relajo su cuerpo para voltear a verlo.
Los ojos dorados conectaron con aquellos orbes celestes que parecieron desprender un brillo singular al verlo. Aún sin comprender bien lo que ocurría, Silver tomó el mentón de la chica, acercando su rostro al de ella. T/n no se preocupó en separarlo de ella, al contrario, cerró sus ojos esperando el momento.
Los labios de Silver no recordaban haber sentido nada igual. El chico no era un novato en esto, y le parecía que la azabache tampoco lo era. Pero, a pesar de que sus labios hubieran probado otros distintos, en ningún momento habían experimentado aquello que sentían ahora.
Aquello que se llamaba amor.
—Parecía que todavía éramos chicos inexpertos cuando elegimos ser uno solo, pero ahora que somos más grandes, sigo completamente seguro de que es ella con quién quiero pasar el resto de mi vida —dijo en voz alta, al mismo tiempo que sus manos traducían para su futura esposa—. T/n, te elijo a ti para poder seguir siendo jóvenes siempre, incluso al momento de acercarnos al velo de la muerte, yo prometo amarte en todo momento —los ojos de la azabache eran cristalinos, pues algunas lágrima traicioneras amenazaban con salir—. Si una vida no alcanza para amarte de este modo, te seguiré en todas, en cada una de las siguientes. Siempre seguro de que eres tú a quien mi corazón sigue amando.
El plateado dejó salir una lágrima, pero inmediatamente, T/n la limpió con delicadeza.
—Silver, no creo recordar que alguien me haya hecho sentir del modo en el que tú lo haces. De este modo en el que incluso los días malos parecen buenos si estoy a tu lado. No estoy segura de que sea yo lo suficiente para lo que una persona como tú merece, pero si tú trataste por mí y nunca te rendiste, yo lo haré también. Seré valiente si es lo que ambos necesitamos. Te amo tanto como Julieta amó a Romeo, pero estoy segura de que nuestra historia durará muchísimo más que la de ellos dos —Silver rió, recordando que aquella fue la obra que comenzó todo—. Antes de terminar quisiera decirte algo. ¿Puedes perdonarme por haberte asustado aquél día en los casilleros?
El padre de la chica rió antes de traducir a los invitados. La multitud también lo hizo, y dichas estás palabras, el cura dio inicio a su pregunta.
—Silver The Hedgehog, ¿Aceptas a T/n Aria como tú futura esposa?
—Acepto —respondió el erizo, solo para su chica.
—T/n Aria, ¿Aceptas a Silver The Hedgehog como tú futuro esposo?
El padre de la chica tradujo para ella.
—Acepto —contestó con una sonrisa.
—Entonces los declaro, marido y mujer.
Silver se acercó a ella con delicadeza, y tomó su mejilla como si de porcelana se tratase. Volvió a besar aquellos labios que aunque no emitieran palabra alguna, eran los responsables de las más dulces sonrisas.
N/A: El símbolo 🤟🏻 es la forma en la que se dice Te amo, según lo que investigué. Además, la mano de los separadores la traté de asemejar a los guantes que usa Silver, aunque siento que me quedó feo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro