𝟭𝟬 - { 𝗺𝗮𝗿𝘁𝗶𝗻 ø𝗱𝗲𝗴𝗮𝗮𝗿𝗱 }
•••
•❅──────✧✦✧──────❅•
"𝗤𝘂𝗲́ 𝗵𝘂𝗯𝗶𝗲𝗿𝗮 𝘀𝗶𝗱𝗼"
•❅──────✧✦✧──────❅•
•••
•••
•❅──────✧✦✧──────❅•
𝐻𝑜𝑦 𝑡𝑎𝑙 𝑣𝑒𝑧
𝑇𝑢 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑎𝑠 𝑒𝑛𝑡𝑒𝑛𝑑𝑒𝑟
𝑁𝑢𝑛𝑐𝑎 𝑒𝑠𝑐𝑜𝑔𝑖𝑚𝑜𝑠 𝑒𝑙 𝑓𝑖𝑛𝑎𝑙
𝐹𝑢𝑒 𝑒𝑙 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑑𝑖𝑗𝑜 𝑞𝑢𝑖𝑧𝑎́𝑠
𝑌 𝑛𝑜 𝑒𝑠 𝑐𝑖𝑒𝑟𝑡𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑦𝑜 𝑡𝑒 𝑑𝑒𝑗𝑒́ 𝑑𝑒 𝑎𝑚𝑎𝑟
•❅──────✧✦✧──────❅•
•••
📍 LONDRES, UK.
2023
— ¡Regina! — Mi jefe grita sacándome de mis pensamientos. — Llevo cinco minutos hablándote y no respondes.
— Oh, lo siento mucho. — Me disculpo. — Perdón, este paso algo está mañana y... perdón.
— Que no vuelva a ocurrir. — Niega rotundamente. — Te comentaba que las fotografías para el reportaje de la revista están muy buenas, me gustaron. — asentí. — No me equivoqué en enviar a mi mejor fotógrafa para este trabajo.
— Hago lo mejor que puedo. — Sonrío levemente.
— Sigue así Regina, ahora puedes ir a tu oficina y terminar las cosas que tengas pendientes, cualquier otra cosa que necesite, te llamó.
— Gracias.
Salgo de la oficina de mi jefe, sí, trabajo como fotógrafa de una revista enfocada al turismo del país, eso significaba que constantemente me envían a distintas partes del país a fotografiar lugares o cosas que son desconocidas para la sociedad y fomentar su turismo, no me puedo quejar, me encanta la fotografía y viajar, así que, es la combinación perfecta.
En mi oficina termino algunos pendientes, la gran mayoría consisten en editar otras fotografías, tanto para la revista, como para las redes sociales.
Finalmente, cerca de la tarde/noche vuelvo a casa, como es costumbre, el tránsito de la capital británica es horrible, pero ya estoy acostumbrada.
Al entrar a mi departamento todo está en silencio y en automático los recuerdos de ese día vuelven a mi mente de manera brusca, provocando que algunas lágrimas caigan sobre mis mejillas.
— No, basta Regina, tienes que olvidarlo. — Me dije a mí misma y me limpié las lágrimas rápidamente.
Me duché, al terminar, voy a la cocina para preparar mi cena y hacer algunas cosas pendientes, como el editar fotografías para mis redes sociales, puesto que, aparte de mi trabajo en la revista, también capturo fotografías fuera de esta, tanto en eventos como sesiones individuales que me piden. Mientras hago eso miro alguna serie, realmente adoro estos momentos, siento demasiada paz y todo lo malo que me ha ocurrido desaparece.
Cerca de la media noche me voy a mi habitación para dormir, cierro la puerta y miro mi cama vacía, de repente siento un suspiro, eso es inevitable.
Desde que él se fue todo ha sido más difícil y, sobre todo, me siento sola, pero las cosas pasan por algo y eso sirvió para darnos cuenta de que lo nuestro ya no daba para más.
¿Quién es él? Martin Odegaard.
Él fue por un tiempo el amor de mi vida o eso creía, nos conocimos por amigos en común, en una fiesta, comenzamos a hablar hasta que nos hicimos novios y sí, fueron los mejores años de mi vida.
Conocí a Martin desde que comenzaba su carrera futbolística, trataba de apoyarlo siempre, iba a todos sus partidos y ahora todo eso no importa.
Las cosas comenzaron a complicarse cuando los dos teníamos demasiadas responsabilidades, ya no estábamos mucho tiempo juntos, ya que, él a veces viajaba con su equipo para sus partidos y yo tenía cosas de la universidad. Al principio, siempre encontrábamos un espacio para pasar un momento de novios, pero eso poco a poco se fue terminando y peor aún, ninguno de los dos se dio cuenta.
Martin comenzó a ascender de manera rápida en su carrera, hasta que se convirtió en un jugador clave para su equipo, lo que significaba que jugaba más minutos; por mi parte, mi carrera a veces me pedía ir a distintas partes del país, incluso hubo un semestre que lo curse fuera de la ciudad donde vivíamos en ese tiempo, Madrid. Aun así, nuestra relación siguió, pero ese suceso fue sin duda algo que marcó un antes y después.
Así pasó, hasta que todo explotó, ya había terminado la universidad y ya contaba con un trabajo, sin embargo, poco a poco estaba perdiendo algo que creí que iba a ser para siempre.
Los dos viajábamos constantemente, llegando al punto de que era algo raro que los dos estuviéramos en la ciudad por unos días y cuando lo estábamos casi siempre terminábamos peleando.
— Nunca estás en casa, siempre tienes que viajar o tienes algún otro pretexto. — Se queja él.
— Sabes perfectamente que es mi trabajo, Martin. Tú haces lo mismo y trato de entenderte, no es justo que tú no lo hagas.
— De verdad Regina trato de hacerlo, pero no puedo, ya me cansé de no poder tener un momento a solas con mi novia.
— Digo lo mismo, cuando a veces estoy en la ciudad y no tengo trabajo en la oficina, tú no estás. — Martin bufa.
— Pasado mañana me voy a Noruega para jugar los amistosos con la selección, ¿quieres que te recuerde la última vez que fuiste a un partido a Noruega?...
— ¡Eso ya tiene meses, Martin! Y no fue porque no quisiera ir, sabes perfectamente que tuve que irme a Liverpool por trabajo.
— Y casualmente tuviste un día para divertirte con tus amigos, ¿no? — Rodo los ojos, harta de esta discusión.
— ¿Es en serio? — Alzó una ceja y me cruzo de brazos. — ¡Tú también...!
— Sabes, mejor me voy — Martin me interrumpe y toma sus cosas para salir de casa.
— ¿A dónde te vas? — Lo tomó del brazo evitando que se fuera.
— Lo mejor es que vuelva a la concentración, no quiero discutir y Regina... — Martin me mira. — Te juro que me estoy cansando de todo esto... — Tras esas palabras él sale de mi casa, dejándome sola.
Y esa fue nuestra última discusión, después de eso no volvimos a hablar.
Martin se fue a Noruega, le enviaba algunos mensajes, pero él jamás los respondía hasta que dejó de abrir mi chat. Miraba sus partidos, aunque fueran algo tarde, hasta me emocioné por sus goles, pero él simplemente dejó de hacerme caso.
No fue hasta que un día él me envió una estúpida nota de voz, fue un día después que ganó un partido clave para la clasificación a la próxima Eurocopa. En esa nota de voz explicó que ya no tenía caso seguir con esto y que cada uno tomara caminos diferentes.
Sí, Martin me terminó por una nota de voz.
No voy a mentir, eso me puso mal, pasó lo que jamás creí que iba a pasar, mi relación de años, con quién creía el amor de mi vida, terminó.
Intenté enviarle mensajes, pero no había respuesta alguna, él me evitaba.
Me sentí o siento mal, tan solo tiene como un mes y medio que sucedió aquello y la herida sigue allí.
Sé que fue culpa de los dos, cada uno se sumergió demasiado en sus cosas que sin querer descuidamos nuestra relación.
No es solo mi culpa, sino de los dos, pero si tan solo hubiéramos hablado o qué sé yo. Tal vez si los dos hubiéramos puesto de nuestra parte para salvar esto, ahorita estaríamos juntos.
Son muchas cosas que hubieran sucedido si hubiéramos insistido en salvar esto.
Ya a la mañana siguiente me alisté para ir a mi trabajo, pero antes voy a mi cafetería favorita en busca de mi café matutino.
Conduzco por las calles de la ciudad, dejo mi auto estacionado a las afueras de la cafetería y, al entrar, siento un escalofrío invadir mi cuerpo.
Rápidamente, nuestras miradas se conectan, sí, él está aquí, pero no está solo, sino acompañado de una chica.
No tiene ni dos meses que terminamos, ¿Es en serio?
Pasé a su lado y le dediqué una mirada seria, pero en el fondo siento ganas de llorar y gritarle tantas cosas.
— Que hubiera sido... si no te hubieras despedido... — Susurré levemente para que ella no escuchará.
— Ahorita te alcanzo — Martin mira a la chica y ella asiente para irse a una de las mesas disponibles del lugar. — ¿Qué es lo que quieres Regina? — Con eso me quedó claro que no tiene caso seguir con esto.
— Okey. — Dije para irme, pero él me detuvo.
— El hubiera no existe, Regina, lo que pasó entre nosotros ya pasó y sabes perfectamente por qué sucedió.
— Lo sé, al igual que sé, que eres un cobarde que termina sus relaciones por una estúpida y patética nota de voz. — Él me mira. — Ah, y gracias por ignorar mis mensajes, creo que ahí se notaba quien si quiere solucionar esto y quién no, en este caso, ese fuiste tú.
— Ya no tiene caso. — Dice. — Quedó claro que es más importante tu trabajo que yo, ¿no?
— No, no lo es, aunque no lo creas, trataba de encontrar un espacio libre, pero a veces no podía y tú hacías lo mismo, ¿qué hacía yo? Sí, entenderte, ¿o ya se te olvidó que faltaste a mi graduación porque estaba de viaje con tu equipo? Y cuando yo hacía eso siempre me reclamabas. — Martin no dice nada. — Pero tranquilo, ya pasó. Estas semanas me he preguntado que hubiera sido, sí hubiéramos dejado todos los problemas aun lado y hubiéramos insistido con esto... — Nos señalé a ambos. — Aunque, por algo pasan las cosas y creo que esto nos sirvió para darnos cuenta de que no debemos estar juntos. Y como tú dices "el hubiera no existe"...
Continué mi camino hasta la caja para ordenar mi café, en cuanto me lo dan, pago y salgo de ahí, Martin se quedó allí con esa chica, no sé que es de él, pero no me importa.
Me subo a mi auto y terminó llorando.
— Que hubiera sido... — Murmuró entre lágrimas porque si, esto me duele demasiado.
•
•❅──────✧✦✧──────❅•
𝑄𝑢𝑒́ ℎ𝑢𝑏𝑖𝑒𝑟𝑎 𝑠𝑖𝑑𝑜
𝑆𝑖 𝑡𝑢 𝑛𝑢𝑛𝑐𝑎 𝑡𝑒 ℎ𝑢𝑏𝑖𝑒𝑟𝑎𝑠 𝑖𝑑𝑜
𝑄𝑢𝑒́ ℎ𝑢𝑏𝑖𝑒𝑟𝑎 𝑠𝑖𝑑𝑜
𝑆𝑖 𝑒𝑙 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜 𝑓𝑢𝑒𝑟𝑎 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜 𝑎𝑚𝑖𝑔𝑜
𝑆𝑖 ℎ𝑢𝑏𝑖𝑒́𝑟𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑗𝑎𝑑𝑜 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑎 𝑢𝑛 𝑙𝑎𝑑𝑜
𝑆𝑖 ℎ𝑢𝑏𝑖𝑒́𝑟𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑖𝑛𝑠𝑖𝑠𝑡𝑖𝑑𝑜
𝑄𝑢𝑒́ ℎ𝑢𝑏𝑖𝑒𝑟𝑎 𝑠𝑖𝑑𝑜
𝑆𝑖 𝑛𝑜 𝑡𝑒 ℎ𝑢𝑏𝑖𝑒𝑟𝑎𝑠 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑒𝑑𝑖𝑑𝑜
•❅──────✧✦✧──────❅•
•
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro