Vainilla Icecream.
Realizado por: Lisbethivonnem
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Todos los días al salir de la escuela, Sam iba a su heladería favorita "DellaSera". Al entrar podías ver una vitrina con todos los sabores a degustar, de lado izquierdo había unos ventanales dónde podías ver a la gente pasar, sus mesas eran redondas y pequeñas todo estaba pintado de color beige y había lámparas que simulaban copas de nieve que la iluminaban.
Pero Sam no iba sólo por su helado favorito, sino también por el joven que la atendía... Park Ji Min.
Pero lo que Sam no sabía es que Jimin sentía lo mismo; pues ella era una mujer hermosa, su cabello era castaño con reflejos rubios y ondulado, su piel era blanca, y sus ojos eran grandes y de color azul como el mar que adornaban un cuerpo bien formado.
Un día al ir por su helado, Sam se formó para hacer su pedido y así buscar con su mirada a aquel que le había robado su corazón. Al notar Jimin su presencia tomo el lugar de quién la iba a atender, pues había decidido acercarse a ella a como diera lugar, ya que quería probar esos labios sabor vainilla.
Con todo el nerviosismo que le ocasionaba al tenerlo cerca pidió su helado.
Al entregárselo Jimin rozó con sus dedos el dorso de su mano, haciendo que Sam se sonrojara y se pusiera nerviosa, a él le causó una sonrisa pues todo de ella le encantaba.
Al irse a su mesa Sam notó que en la servilleta había algo escrito, con algo de curiosidad la abrió, pues estaba doblaba, pudo ver un número de teléfono y una leyenda que decía "Me encantas", al levantar la mirada se puso nerviosa pues había hecho contacto con Jimin, porque él la observaba, este le hizo una seña con la mano para que le marcará.
Sam llegó a su casa y rápidamente subió a su habitación, toda nerviosa saco la servilleta y pensándolo mucho decidió marcarle.
Jimin estaba feliz por todo lo que había sucedido esa tarde y esperaba con ansias la llamada de esa chica. Al timbrar su teléfono no lo dejó repicar por mucho tiempo pues tenía la seguridad de que fuera ella porque solo a ella le había dado su número.
Jimin: ¡¡Bueno!! —contestó nervioso y al no escuchar respuesta siguió hablando para que ella tuviera confianza, pues se había dado cuenta que era muy tímida y dijo—. ¿Eres tú, princesa?. Me ha dado mucho gusto que pudieras hablarme para así poder conocernos más —Sam al escuchar estas palabras se sentío mejor y decidió hablar.
Sam: ¡¡Hola!!, soy Sam. Perdona el que me quedara callada, es que de verdad me pongo muy nerviosa, no suelo hacer esto pero... también me gustaría conocerte más —y de ahí sigueron hablando todos los días después de ir por su helado favorito hasta que decidieron verse ya que Jimin tendría descanso en la heladería.
El día se había acercado y tanto Sam cómo Jimin estaban muy emocionados porque sería la primera vez que se verían sin el el mostrador de por medio. Sam se encontraba muy nerviosa y no sabía que ropa ponerse, tanto así que su hermana la ayudó, toda su ropa estaba regada en su cama, después de cierto tiempo encontró por fin el atuendo correcto.
Ella se puso unos jeans ajustados negros y una playera negra y como el clima era frío lo convino con una chamarra de mezclilla y unos converse azules, su maquillaje fue muy sencillo y pinto sus labios color nude, se puso su perfume favorito y con la aprobación de su hermana salió muy contenta a su encuentro, mientras tanto Jimin la estaba esperando ya en el lugar acordado ellos habían quedado de verse en la plaza en dónde estaba la heladería.
Jimin la esperaba cerca de la fuente y al verla se le iluminaron sus ojos pues la vio tan hermosa que no podía dejar de mirarla, Sam a lo lejos pudo apreciar lo guapo que se veía vestido con un pantalón de mezclilla rasgado de las rodillas y una camisa a cuadros color amarillo un poco grande y tanta fue su emoción que casi corrió a su encuentro.
Al estar juntos Jimin aprovecho para darle un beso en la mejilla y tímidamente Sam le correspondió. Le tomó la mano y comenzaron a caminar las palabras fluyeron de manera perfecta pues parecía que se conocían de toda la vida.
Jimin quería que está cita fuera inolvidable y que tuviera un recuerdo de ello, por eso se fueron a los juegos que se encontraban en la plaza, al estar ahí Sam vio un oso de peluche tan grande qué le encantó, al darse cuenta Jimin jugo al tiro al blanco y no perdiendo ningún tiro, pudo darle lo que ella tanto deseaba. En agradecimiento le dió un beso en la mejilla y el se movió un poco para poder recibirlo en la comisura de sus labios, Sam se puso muy nerviosa y se sonrojó, Jimin solo sonreía pues sabía que él era el causante de su sonrojo y le gustaba ponerla así pues le encanta su forma ser.
Jimin la tomó de la mano y fueron a la heladería pues todo tenía que terminar en dónde todo había empezado, Sam recordó como todos los día iba con la excusa de comer su helado favorito y lo nerviosa que se ponía al verlo, él por su parte pensaba que ella era la mujer más hermosa que había conocido en toda su vida y sentía honrado de tenerla a su lado, al estar ahí, Sam fue a las mesas que estaban en la heladería, mientras tanto Jimin pedía el helado favorito de Sam y se fue a sentarse junto a ella.
Jimin se sentía muy nervioso pues le declararía su amor, pues no quería esperar más tiempo, con muchos nervios le tomó sus manos y le dijo:
—Todo este tiempo que hemos estado juntos, me ha demostrado que no solo eres hermosa físicamente, sino también tu corazón es hermoso como tu lo eres y, quisiera pedirte que fueras mi novia, no quiero pasar más tiempo sin tí, porque me complementas, por qué me siento vacío si no estás a mi lado —al verla Jimin pudo notar qué Sam tenía lágrimas corriendo en sus mejillas y con voz casi audible le dijo:
—Sí, quiero ser tu novia.
Él al escuchar eso se levantó y la tomó de las manos para poder levantarla y poder así besar por primera vez esos labios sabor vainilla.
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