Realizado por taefan229

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Esta tarde es una de tantas en las que lo único que hago es recordarte, pienso que pude haber hecho más para hacer tus días felices, para que tuvieras más recuerdos buenos.

Pero la vida es así, injusta he inclemente y siempre va a jugar con lo que más amamos.

Lana ama a nuestros hijos tanto como tú lo hacías, ella vive para ellos y los niños la aceptan con igual amor. Ella jamás a buscado alejarlos de tu recuerdo y a mi tampoco, mi vida yo creo que fuiste tu quién envió esta mujer a nuestras vidas y te estoy muy agradecido por ello.

Pero la discusión de ahora fue algo que no me esperaba, creo que el embarazo la tiene más sensible de lo normal, pero es que jamás pensé que opinar sobre el color de la pintura de la habitación fuera tan importante como para llegar al enfado.

Luego recordé que a ti también te enfadaba que no distinguiera entre tus bolsos rojo, escarlata, borgoña y no se que otro color 一rió un poco con nostalgia 一 es que ante mis ojos eran rojos y ya, pero para ustedes las cosas siempre son con más detalle.

Dios, la amo tanto como a ti, vivo entre dos mujeres y ahora tres niños, dime ¿que color de pintura le puedes poner a la habitación de una bebé, que no sea rosa?, es complicado por que para mi solo es un color pero luego ella viene con sus detalles.

Y en dos segundos me aturde cuando me pregunta sí un fucsia o rosa viejo y dime ¿que le respondo? nunca supe de esas cosas y ahora ella se enfadó, pero se le pasará lo sé, solo me duele verla llorar por una estupidez mía, porque debo tratar de conocer.

Querida mía, venir a desahogarme contigo siempre es la mejor terapia, se que no estás ahí abajo, pero aquí es como tu altar al que puedo venir y ver tu bella sonrisa en esa foto, colocar flores de esas que tanto te gustaban y sentir que hago algo especial para ti.

Quizá quisieras darme un buen golpe por mi torpeza y quizá lo merezco pero ahora solo siento tu compañía, solo aquí puedo sentirme cerca de ti, te amé, jamás dudes eso porque aunque ahora amo a otra mujer tú siempre estas aquí conmigo 一 dijo señalando su pecho一. Debo volver a casa, le llevare un arreglo de flores con chocolates y un bello peluche en el centro, quiero que me perdone por ser tan torpe. Ahora debo irme mi amada Irina, pero volveré con los niños, te amo... 一 dijo poniéndose en pie.

De ese modo el señor Kim Seokjin, volvía a su casa, después de visitar a su esposa fallecida, era su escape siempre que tenía una discusión con su actual pareja a la que como ya lo había dicho, amaba con el alma y la cuál esperaba un hijo suyo, su tercer hijo, al llegar a su hogar, bajo de coche y entró a la casa, abrió la puerta y le llenó el corazón ver a sus pequeños jugando en la sala.

Los niños corrieron a abrazar a su padre y este les dio algunas golosinas que traía para ellos, levantó la mirada y en las escaleras estaba su esposa observando la escena.

一Amor mío... 一se acercó hasta donde ella estaba y ofreció su ofrenda de paz 一Por favor perdóname, se que no debo dejar todo solo en tus manos pero a veces no se que hacer para ayudarte, por favor guíame... 一 pidió.

一Amor, no debes hacer nada al contrario soy yo quién debe disculparse, te amo y yo a veces pierdo la cabeza por cualquier cosa cuando realmente no debe ser así, tu vas y vienes del trabajo y yo no debería agobiarte con cosas que no conoces... 一tomó su regalo y bajo para quedar a su nivel en los escalones para darle un dulce beso.

一Es que quiero aprender a distinguir como lo haces tú... no quiero volver a pasar por esta situación de confusión por algunos colores 一 esta vez estaban sonriendo ambos, porque se amaban.

Y así los señores Kim reparaba los problemas de familia, un hombre bueno y noble que enviudó siendo joven después que a su esposa se la arrebatará una mortal enfermedad que no le permitió disfrutar a sus dos pequeños niños, aquellos tres caballeros sufrieron la pérdida de la única dama del hogar.

Unidos lo superaron y así llegó la sucesora a sus hogares, Kim La Na, la nueva señora que los cuidaba y que llevaría a una nueva integrante a su hogar, una bebé que aún esperaba por llegar. Pero que también había llevado paz y alegría a casa pues amaba a los pequeños hijos del señor Kim.

Seokjin era un hombre dulce que no perdía su atractivo en ningún momento y cuando la actual señora lo vio sintió mucha admiración por él, tenía a sus dos pequeños y los cuidaba bien, eso solo lo volvía más atractivo para ella.

Ahora compartían un hogar y una familia, en ese dulce hogar la hora de cenar había llegado, por la ventana se podía ver a los dos padres escuchando las locuras de sus pequeños niños y reír por las mismas, ellos mientras se tomaban la mano y sonreían felices como pareja.

Pero mientras todos compartían aquel momento de familia, Jin pensaba en su fallecida esposa y le agradecía porque sentía que esa buena mujer a su lado era un regalo de ella y debía amarla y cuidarla con todo el amor que tuviera en su ser al igual que a sus hijos.

La extrañaba pero también comprendía que él estaba vivo y debía continuar sin ella, tenía una bella vida por delante la cuál estaba diatfrutando con cada amanecer, daba gracias a diario por poder ver a sus hijos crecer y por no estar solo, por amar y sentirse amado, por ser feliz