Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

THE VICTIM

El color carmesí de la sangre cubría mis manos y unas gotas habían salpicado mis anteojos. Observe con cierta exaltación sin entender que era lo que sucedía. El aire me faltaba. La mujer que gritaba sin parar había pasado las cintas amarillas y salpicaba la sangre mientras veía al hombre sin vida en el piso. Esa misma mujer jalo mis manos haciendo que cayera a su lado y la sangre me manchara aún más. Un inminente temblor tomó por sorpresa mi cuerpo mientras observaba cómo las fosas oculares del chico se encontraban vacías.

- Señorita Ash - el preocupado policía de anteojos y cabello oscuro rizado, de buen porte y musculoso, corrió hacia mí para ayudarme a incorporarme. El noto los temblores y apretó con fuerza mi mano. Tomó unas cuantas toallitas y las pasó por mis manos.

- Llevensela - pedí con la voz perdida intentando que no se notará el quiebre. Limpie la sangre de mis manos y continúe observando la escena.
Se trataba de un trabajo sumamente limpio. El corte en la yugular estaba perfectamente en línea recta. La suave marca de la A en el ojo izquierdo que siempre se encontraba estaba puesta de manera pulcra. Hasta la sangre antes de que aquella chica lo arruinara, guardaba un símbolo peculiar. Cómo si se tratase de constelaciones. La sangre estaba presentado de un modo que asemejaba regiones del universo. Todo estaba perfectamente diseñado.

Tomé un suspiro. Nunca un asesino nos había costado tantas muertes...este llevaba 10 en su haber y ni una sola pista concluyente existía. Todo nos llevaba a ningún lugar. No existía conexión alguna entre las víctimas y lo dispar del perfil de víctimas nos hacía imposible el entender qué o quién estaba matando.
La frustración recorrió mi ser. Nadie me iba a ganar.

Al llegar al cubículo de la oficina que se nos había preparado para el oficial Gabriel y yo. Deje caer el montón de fotos del nuevo caso mientras observaba la pizarra de corcho en el cuál colgaban las fotos de los rostros y cuerpos de las víctimas anteriores. Sus nombres permanecian intactos y el hilo rojo que servía para unir ideas se unía ante un signo de interrogación.
Solté un suspiro.

- ¿Ya te rendiste? - Sage. El rubio oficial se había postrado en el marco de la puerta. Mantenía sus brazos y pies cruzados mientras una mueca burlona atravesaba sus labios. Sus brazos musculosos le hacían ver imponente. Sus ojos verdes y pequeños se mantenían junto con sus cejas en un rostro bronceado que daba miedo, no porque no fuese guapo sino porque era imponente y sobrio.

- No - musité por lo bajo mientras ordenaba las fotos. Desidia cual seria la ideal para colgar.

- ¿Tu nuevo amante te hace feliz? - Sage dijo con desprecio. Mientras a pasos agigantados se colocaba a mi lado. observó por el rabillo de su ojo las fotos para terminar respingando. Sage no era un oficial en crímenes violentos porque la sangre le causaba desagrado, por ello siempre se mantenía en las oficinas haciendo montones de papeleo.

Aún estando a unos cuantos metros de mí sentía su calor brotar hacia mi. Así era Sage.

El y yo habíamos mantenido una relación que para mi gusto era divertida. Sin embargo el perdió el hilo de lo sexual y busco algo más serio...pero yo no quería nada serio, solo sexo. No era material de relaciones ni lo sería.

- Yo veo que tú esposa trofeo no te hace tan feliz - adquiri a modo de burla. Volteé hacia él mientras mis dedos se entrelazaron con su corbata azul torciendo un poco. - todos aquí saben que tu flamante secretaria te mantiene muy seco - mantuve una mueca juguetona mientras mordía mi labio.

El no tardó en llevar sus grandes y fuertes manos a mi cuello apretando con fuerza.

- ¡Callate, maldita perra! - decía mientras apretaba con fuerza. el aire hacía falta cada vez más. pero no me quejaba. Me gustaba el papel de víctima. El papel de víctima es el que me mantenía en contacto con mis victimas. Es lo que me hacía entenderlas y ayudarlas. Es lo que me hacía encontrar al maldito bastardo que había acabado con cada vida.

Soltó mi cuello, dejándome caer al piso. mis piernas se habían debilitado por la falta de aire. lo vi caminar con rapidez hacia la puerta. cerrarla y poner el seguro. a su paso fue cerrando las cortinas y entonces lo sabía. Con la suficiente fuerza para que mi cuerpo que había dejado de responder mientras intentaba obtener el oxígeno arrebatado. puso mi cabeza y pecho sobre la mesa, sobre las fotos de la nueva víctima. subió con rapidez mi falda. apretó mis nalgas con sus fuertes manos y entonces escuche el zipper y de ese modo entró bruscamente dentro de mí. No grité pero dentro de mí, mi cuerpo me traicionaba estando preparado para él.

Cerré los ojos y espere a que terminara de usarme…como estaba acostumbrado. Siempre.
Aún puedo recordar aquel día. La discusión de mis padres, sus gritos incesantes, los habían hecho perder la calma y mi madre, quien conducía no pudo observar el señalamiento de piso congelado. derraparon, chocaron contra un tráiler y perdieron la vida al instante. Afortunadamente para mi, el golpe solo fue menor. Recuerdo despertar y estar en los brazos de Sage, me llevaba corriendo y apurado a la ambulancia…me visito todos los días, solo tenía 12 años y estaba sola en el mundo. El se convirtió en mi todo. Una semana después me dieron de alta, él decidió llevarme a su casa…y esa misma noche, entre caricias y besos, abuso de mi y no ha podido parar.

- ¿Qué fue lo que recordaste? - Preguntó la psicóloga mientras me observaba con cierta calma pero a la vez premura. Mantenía sus largas piernas cruzadas y expuestas mientras su delicado cuerpo estaba entallado por un vestido azul cielo que le cubría por encima de la rodilla. sus tacones rojos se movían de vez en cuando. sus ojos cafés enmarcados por sus anteojos azules me observaban.

- Aquella primera vez que abusó de mí - solté casi entre dientes, ahogándome con el asco y el recuerdo. Apretaba mis dedos de la mano izquierda con los dedos de la mano derecha. Buscaba causarme dolor para no llorar ni quebrarme.

- ¿Quieres contarlo? - La psicóloga suavizó el tono. Dejó de lado los pisapapeles de madera y mantuvo sus manos entrelazadas frente a ella. Me prestaba toda la atención.

- Sage abusó de mí esa misma noche que me recogió en el hospital…pidió un permiso especial en el trabajo. Cinco días estuve en su cama - dije con asco hacia mi y hacia él. Sabía que mi cuerpo había comenzado a temblar por una rabia inigualable. - Cada que él quería - cerré los ojos y la imagen de lo que acababa de hacerme me atacó. Guarde silencio.

- ¿Tiene que ver con los asesinatos? - La psicóloga me cuestionó mientras veía el folder que me aguardaba en mis piernas.

- No lo sé…pero cada persona con la que he estado, se encuentra en esta lista - Saque una hoja con algunos nombres que me había dado el forense - Todos están aquí - me quedé sin aliento.

- ¿Qué harás? - preguntó mientras tomaba la hoja y observaba los nombres.

- Debo demostrarlo - dije por debajo. Él me provocaba tanto miedo.
Yo era su objeto. Un objeto no podría lastimar al amo.

La psicóloga no dijo más y me observó con dolor. Una vez más cerré los ojos.

Sentí las yemas de sus dedos acariciar con suavidad mi espalda. Eran cálidos y suaves. Llevó sus labios a mi cuello y el aroma a alcohol salió de sus labios. Voltee mi cuerpo para que mi espalda y trasero quedaran pegado a su cuerpo. Continué bailando, movía mi cadera como siempre he sabido. Pronto sentí lo duro que se había puesto. Sonreí para voltear hacia él.
Me guiñó el ojo y entonces supe que era momento. Lo guié hasta el baño de mujeres. Entramos mientras unas chicas se retocaban el maquillaje.

Nos observaron con disgusto mientras nos introducimos en uno de los baños. Con rapidez bajo su pantalón, el vestido que llevaba puesto lo hacía todo muy fácil y de ese modo me senté en él. El calor que introdujo dentro de mi me hizo gritar. El placer, esta sensación era simplemente increíble y entonces cerré los ojos.
El tortuoso ruido del teléfono sonando me hizo despertar. Aún usaba el vestido con el que había salido. Tome una bocanada de aire. Abrí un ojo y tomé el móvil para contestar.

- Señorita Ash - decía el oficial Laurent del otro lado - El asesino volvió a atacar - dijo mientras de su lado se escuchaban gritos. Abrí los ojos y me intenté incorporar.

- ¿Dónde? - pregunte exaltada mientras buscaba algo de ropa.

- En el bar Mouth - dijo - Es el chico con el que estuvo - Laurent lo sabía porque le solicité su ayuda.

- ¿Seguro? - mordí mi labio mientras dejaba el teléfono en alta voz y me ponía un pantalón. Quería preguntar una vez más.

¿En serio Sagel estaba haciendo esto? Sabía que me amaba, pero…¿En qué punto este amor le hizo así de enfermo? Reí para mis adentros, la pregunta debía ser ¿En que mundo tan enfermo puedo creer que lo que siente Sage es amor?
De vuelta en la comisaría, las fotos de aquel chico descansaban en el escritorio. Suspire mientras pensaba en que lo había condenado. Lo condenó solo para confirmar la teoría de que se trataba de Sage.

Esta vez Sage había cometido un error. Había dejado unos cuantos cabellos en el cuerpo…No lo ocultaría, no podía ocultar la evidencia.

- El comandante ya sabe que Sage es el sujeto…dice que aún tenemos más pruebas - Él rubio pelinegro, Laurent, entró trayendo unos papeles.
Les eche un vistazo. Eran las pruebas de ADN, el cabello indudablemente era de Gabriel. Mi corazón se estremeció. Yo era su víctima pero yo le amaba. Mordí mi labio mientras pensaba en que solo faltaría una pieza más y ya. Cerré los ojos una vez más.

- Señorita Ash - gemía el oficial Laurent mientras entraba y salía de mi. Gemia a la par de él mientras lograba mojarme internamente. No era la primera vez que teníamos sexo. El oficial Laurent y yo manteníamos una relación no oficial. Nadie lo sabía pero con él, con él podía sentir realmente amor. Él me trataba con gentileza y estaba conmigo en mis noches más terribles. Claro que él no sabía de mi relación con Gabriel y prefería que se mantuviera así.
Él terminó viniéndose y ambos quedamos exhaustos, tirados en el piso de la oficina. Y entonces, cerré los ojos.

Cuando volví en sí, la sangre de Lauren cubría parte de mi cuerpo, mis manos, mi cara, mi cabello. Grité con fuerza mientras mis manos y cuerpo entero temblaba sin cesar, no podían parar. Grité una vez más mientras las lágrimas se desbordaban y caían a mares por mis mejillas.
Perdoname Laurent. Observaba su cuerpo inerte, sin vida, justo a mi lado. Mis manos estaban llenas de sangre.

No tardaron en llegar algunos compañeros de la oficina. Quedaron impactados con la escena. Un oficial no dudó en levantarme y sacarme de ahí. No estaba siendo yo.

- ¿Qué pasó? - cuestionaban los policías alterados de ver que el asesino había llegado a la comisaría.

- Solo, solo fui por una bebida para ambos pero la máquina no funcionaba - decía entre sollozos - ¡DEBÍ ESTAR AQUÍ! - Me culpe con rabia. Golpee mi cabeza con mis manos - Fui a la cafetería y al volver - Una oficial detuvo mis manos - es mi culpa - gritaba.

Observé cómo la enfermera del lugar se acercaba con una jeringa en mano. No dudo en clavar la jeringa en mi brazo y entonces el aletargamiento llegó y volví a cerrar los ojos.
En serio Laurent. Lo siento, nunca, nunca quise hacerte daño.

En mis sueños lo observé sonreirme una vez más. Solo un poco más y Sage estará condenado.
Abrí los ojos para observar a Sage que esperaba sentado en el sillón del hospital. Tenía una mueca de enfado evidente. Sus piernas se mantenían cruzadas al igual que sus brazos.

- Sage - susurre.

El se puso inmediatamente de pie. Sonrió a  medias.

- ¿Así que si era tu amante? - Su notoria burla ahogaba su enojo. Lástima - dijo burlándose. - Se murió sin saber que siempre fuiste mía. - Llevo sus manos hasta tocar mis pechos. Lo detuve.
- Esta vez quiero estar arriba - pedí.

Él sonrió feliz. Me ayudó a incorporarme y me acomodé en la cama del hospital. Bajo su pantalón y espero.

Sonreí mientras me subía a él. Comencé a subir y bajar y él comenzó a gemir.
- ¿Sabes? - dije por fin. Sabía que él odiaba que yo hablara.

Él solo se limitó a gruñir.

- Fué difícil pero lo logre.

- ¿De qué hablas? - dijo casi sin interés. Sus manos tocaban mis caderas para guiarme.

- De mi venganza…No fue fácil matar a tantos. Hacer los cortes perfectos en el cuello, realmente es dificil, debes tener una buena tecnica - seguia subiendo y bajando, parecia excitarle lo que le decia - Dejar una A en el ojo y no sabes lo facil que es herir el ojo, ir dejando tus rastros, tu ADN - Lleve mi mano a revolotear su cabello Tu semen, tus cabellos - El paró de sujetarme y me observó con estupefacción y burla a la vez. - Me acabo de inyectar una droga sedante, en minutos vendrá la policía, tu ADN está dentro mío y cuando despierte seré tu única víctima viva - reí - me dolió matar a tantos pero es así como la víctima se convierte en el victimario. Es así como llega tu fin. -Dije con felicidad. Le sonreí ladinamente - ¿No creías que podría… o si?

Él gruñó y de inmediato llevó sus manos a mi cuello para apretar con suficiente fuerza.

Tal y como dije la policía llegó casi al instante.
- ¡Maldita! - gritaba mientras me desvanecía.

Es así como mi historia de terror terminó.
Saboreaba la libertad, la venganza y la obtuve.
Es así como solo uno puede librarse del Victimario y es siendo como él alguna vez lo fue.
Esta víctima se canso de ser víctima.
Y aunque duela, la única forma de dejar de ser la víctima, es matar al victimario, pero vamos, no tuve corazón para matarlo pero si de dañarlo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro