Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

☆ Arcano Esmeralda ☆

Keisvan, I Mis ojos danzaban de un lado a otro al ritmo en que las hojas del gran fresno, arriba mío lo hacían. Llevaba un extenso rato sin dedicarle un poco de tiempo a todo aquello que me rodea, me pasaba las horas en el escritorio, llenando de letras las hojas amarillentas del cuaderno de mi padre. Estaba tan enamorado de ella, que solo quería plasmar todos los detalles de su rostro, de su cuerpo, de su voz, era para mí un hada, algo casi imposible.

Por ello, quería plasmar absolutamente todo lo que la componía en innumerable cantidad de versos. Me imaginaba de su mano llegando a la vejez, rememorando nuestros recuerdos de la juventud mientras disfrutábamos un chocolate caliente al lado de la chimenea.

Viendo fotografías viejas sentados en el sofá en épocas navideñas, veía todo un futuro prometedor a su lado. Me dio tanta ilusión el llevar ya cinco años disfrutando de su compañía; por esa misma razón nunca me detuve a pensar en la posibilidad de perderla alguna vez.

Nunca creí que me destrozaría así de un momento a otro; creí que ella disfrutaba leer mis poemas, tanto como yo amaba escribirlos en su nombre. Creí que mi amor en la tinta sería suficiente, pero me equivoque, perdí cinco malditos años de mi vida en puros libros.

No fui capaz de ver más allá de lo que yo necesitaba, cada que salíamos a algún lugar, me ponía a dibujarla. Sacaba una libreta para trazar su hermoso rostro, charlábamos un poco y yo, como un idiota seguía pensando que nos amábamos mucho. Al llegar de las citas solo me ahogaba en el tiempo, mientras escuchaba el piano de fondo y mis torpes dedos tecleaban mis pensamientos con tanta pasión. Yo no tenía una relación con mi amada, tenía una relación con mis textos.

Hace unas horas en este mismo estudio, a las 05:00 pm para ser más precisos. En
nuestra hora verde del diario, me dolió tanto ver el rímel manchando sus suaves mejillas, mientras sus apacibles labios soltaban improperios a diestra y siniestra, que ni siquiera sentí sus uñas contra mi cara. Ni me inmuté cuando mis cuadros quedaron hechos trizas. No podía sentir algún dolor mas fuerte, que el verla en un limbo de emociones, dolor, tristeza, molestia, decepción con mi presentimiento de que llevaban aun, un poco de amor, y todo por culpa mía.

El que me haya mandado al diablo para luego desaparecer, después de tanto, me condujo de las ruinas de palmiras en donde degustaba de mezclar sentimientos y palabras a la luz del hermoso día. A un terreno en donde llueve como si el mismo cielo me gritase que he sido un idiota total, me hace ver como el viento golpea con fiereza cada árbol. Como mueve la lluvia a su antojo. El que me hayan mandado al
diablo, me abrió los ojos.

Ahora no tengo cabeza para responder la llamada de mi editor, no tengo pies para caminar a la ducha, no tengo manos para cerrar los ventanales y evitar que el viento deje un desastre en mi estantería, no tengo ojos para ver la entrevista que me hicieron y está siendo transmitida en tv. No tengo cuerpo en este momento para continuar con mis actividades. Solo puedo mirar al espejo que está a mi costado y ver no más que un imbécil. Veo como se desfigura mi rostro al caerse cada verso que he plasmado, veo como lánguidos mis brazos caen a mis piernas pues no pueden retomar el pincel que retrataba su belleza, mis piernas se han quedado atascadas en el suelo, he quedado varado en mi propia mente y en mi maldita soledad.

No puedo quedarme solo de brazos cruzados ahora que se ha marchado, no puedo dejar que se escape así de fácil; debo tenerla conmigo y remendar mis errores, sé que puedo lograrlo, sé que puedo seguir adelante, pero sólo si es con ella.

Cuando por fin comencé a sentir que mis músculos recobraban la conciencia, me levanté y encaminándome a la puerta, tomé mi abrigo, mi cartera y mis llaves. Suenan las campanas indicando que ya son las 00:00 horas y el frío que hace aquí afuera me cala los huesos, la poca luz de las avenidas y el petricor en ellas dan algo de pena al paisaje, lo hacen ver igual de miserable que yo, pero nada de eso me detendrá de buscar las pesquisas de su paradero. Sin importar que al salir de mi hogar y sin acompañante implique convertirme en la bestia de la noche, el patíbulo que me sostiene a mí mismo, me veré dispuesto a enfrentar tantos obstáculos, dispuesto a enfrentar un espacio lleno de destrezas inigualables, sé que lo haré, porque llevo cargando una maldición desde que se me ocurrió venir a vivir a este barrio; puedo ver más allá de las apariencias, tengo el poder de ver lo retorcido de mi mundo, mis ojos son tejedores de la llave a las puertas de la mente, del alma. Caminar por estas calles en soledad, sin mi amada, me convierte en esbirro de los susurros de cada pared, atando con fiereza mis pies y mis manos a este maldito lugar en donde vine a vivir.

Llegando a la tercer avenida, puedo visualizar a un grupo de gente en grandes trapos, ríen a carcajadas mientras la música de fondo no deja de marearlos y estando a solo medio metro de donde voy pasando, escucho sus voces a meses de distancia, lo único que percibo es el jodido olor a tabaco que desprenden sus amarillentos dientes, ni siquiera tienen un rostro fijo, son unas sombras borrosas ante mis ojos, monstruos asquerosos, productos inútiles viviendo en desdicha, seguramente es porque ser unos beodos no es tan grave como el haberla perdido a ella. Y es que no sabían, yo vivo en un barrio de pura gente artista. En aquella tienda de objetos antiguos que está ubicada exactamente en la esquina de la calle piedad, en donde todos ven a el fabuloso señor James, el cuarentón sonriente y amable de toda esta calle, puedo ver sin problemas como está sentada su hija de 14 años tan rota física como mentalmente maquinando en su mente el asesinato perfecto, mientras todas las arpías ricas halagan al verriondo crapuloso de su padre por el simple hecho de tener un rostro apetecible queriendo desmadejar su deslucido cuerpo en una noche con él, sin saber que no las necesita pues como dije, es experto en recitar hasta el cansancio “Desvestido” de Debravo, otorgando cada noche lúbricas caricias a su progenitora; ha de ser un infierno para la niña vivir en un entorno así y seguir adelante con su vida, pero igual no es problema mío, no debe estar sufriendo como yo al haberla dejado cruzar la puerta. El no haberme detenido a pensar más sobre ello me dice que voy bien, que he superado el primer nivel. Más adelante frente a la biblioteca, en donde la calle es más transitada, me choca el hombro el cura del pueblo, me pide disculpas y me da una bendición con su deslumbrante sonrisa, pero no puedo corresponder de la misma manera, pues no merece mas que irse al infierno. Nuestro respetado cura es un pintor experto, sabe cómo plasmar verdaderas obras de arte mediante la habilidad oral, soterrando así todas sus aventuras que vive al máximo en cada anochecer, en las cuales disfruta realizar todo tipo de actividades que vayan en contra de su libro sagrado. No dije nada, quedé mudo, otra victoria. Mucha gente sale a pasear a estas altas horas de la noche, vaya que essatisfactorio de alguna manera, pues dejan al descubierto su verdadero ser, me dan la libertad de poderme unir a alguno de los tantos clubs en los que son miembros honorables.

Vivir en un barrio rico como este, le da a cada persona la libertad de ser feliz sin reclamo alguno, porque aquí nadie es pecador, nadie es malo, aquí nadie es tan basura como yo;lo que me hace diferente de este montón de mediocres, es que yo vivo en mi mundo, que yo soy un antisocial, que me importa un carajo todo lo que pase, que no hago caso másque de mis propios asuntos, eso es lo que escucho cada que me he dado la oportunidad de salir a levantar el polvo de estas calles.

Dicen que la mirada que poseo junto a mis palabras son un filero, por ello no se atreven a conversar extensamente conmigo, pero tampoco me dejan al margen total por los poderes que poseo. Me da nauseas caminar entre tantas siluetas que emanan peste extrema. Me irrita no poder escapar de la amabilidad de todos en este execrable lugar. No tengo más alternativa que seguir en la sumisión de la benevolencia porque soy un maldito cagalindes. Si me atreviese a enfrentar todo lo que mis poderes me permiten ver, sería capaz de convertirme en el protagonista del cuento de Poe, utilizando como el gato negro a cada miembro de este barrio. Al por cada paso que doy por todas estas calles me escancian de desdicha con el propósito de deformarme el rostro para continuar con la mente, pero como todo buen guerrero seguiré atravesando las malezas. El bisbiseo del viento me decía que no continuara, que me encontraría con más artistas si doblaba la calle, pero por más que quería, mis pies no podían detenerse; así, doblé la calle, y en efecto, pude sentir al zurumbático efebo de la universidad más popular caminando tan soso como era su costumbre, se dirigía a su negocio, una funeraria que heredó de su abuelo hace tres años cuando al pobre le dio un paro cardiaco, todos dicen que es un muchacho bastante trabajador además de amable. Como no me atrevo nunca a mirarlo o tratarlo no puedo dar una opinión tan precisa que siquiera se le parezca a alguna de todo el vecindario, sin embargo me produce un miedo colosal en ocasiones, ese chico es un escultor profesional a espaldas de su pueblo, se ha convertido en el señor Benedict que fue creado por Ray Bradbury. Y como olvidarse de Lucia, esa petimetra petisa de piel blanca y cabello largo, tan lisonjera con sus profesores porque lo suyo no son los números, lo suyo es la actuación, ha llevado su talento a pueblos de bajos recursos en ese mismo papel de ángel trabajando de niñera para luego devorar literalmente a sus niños, con ese paladar tan exigente ahora se encuentra en el salón de eventos de la colonia, cantando unas cuantas notas en nuestro viernes de talentos. El poder escuchar su angelical voz sin detenerme a gritar me dan ya una armadura mostrando así mi capacidad para superar más niveles.

Este caminar ya me tiene agotado, han sido aproximadamente unos veinte minutos arrastrando mis pies por estos lujosos empedrados y ya siento que me asfixio, llevo veinte minutos con dolor de cabeza, he visto a más de treinta personas regocijándose entre ellos a la luz de la luna y los costoso farolillos y faroles traídos desde Francia, iluminando sus producidos rostros. El haber pasado a su lado sabiendo lo que son en realidad ya me tiene exhausto pero feliz porque ya estoy próximo a mi destino, unos cuantos hogares pestilentes más, solo unas cuadras, unos pasos y podré hacer mi reencuentro. Llegando a la avenida Jazmines están en una pequeña reunión con los títeres más políticos, dos grandes iconos de entre estas calles; la compositora más famosa, nuestra alcalde, una señora muy tonificada de pies a cabeza, siempre muestra sus atributos elegantemente en trajes que podrían pagar la colegiatura de todo un año a los niños pobres de dos pueblos adelante, siempre tan vidaperdurable en cuanto alguien toca los temas de la seguridad, la cultura y la honradez, ha compuesto verdaderas obras maestras cuando se trata de la candidatura, no hay quien la iguale y por ello siempre termina ganando; Se ve acompañada del zascandil doncel que está al frente suyo, su hijastro; es muy apuesto según he escuchado por todas las calles y por eso mismo ha generado rumores entre los habitantes y vecinos, podría tratarse de un homosexual han dicho, que si de verdad es posible que a sus diecinueve primaveras aun no se le haya visto con ninguna chica ni del barrio ni de las escuelas prestigiosas con las que se codea su madrastra, ¡Que desperdicio de muchacho! muchas ricachonas le han ofrendado sus cuidadas curvas con la esperanza de que le guste alguien mayor, otras lo han invitado a comer para ver si queda con sus hijas; tan solo si supieran que la alcalde disfruta de ver ese tan perfecto rostro sudando en la cama, entre sonrojos y gemidos para su satisfacción, no lo querrían de yerno tan desesperadamente.

Tal vez el haber pasado más de cuatro años entre las sabanas de su madrastra le quitaron las ganas de convivir en este ámbito con las personas que lo envuelven en tantas palabras; se ha transformado en un bailarín nato que da presentaciones en la noche, y como tal vez lo decían las bocas sucias de sus vecinos, es un sodomita de gustos más peculiares, él disfruta bailar en un ardiente vaivén de caderas con los chicos que ya han fenecido en la ciudad, al ser hijastro de la alcalde tiene acceso a los registros de los habitantes, así sabe con certeza quienes eran los más apuestos, bailar frente al epitafio que los familiares de sus amantes nocturnos dedicaron lo hace sentir en otro planeta, pues esas letras son su público, de esa manera no sólo profana las tumbas, sino también el orgullo del pueblo que vive en falacias de pureza.

He llegado al final de la calle, me siento tan jodido, porque a la única que me mantenía seguro, lejos de jugar al príncipe azul buscando a su princesa la he dejado marcharse; Si bien todos estos personajes que ya dejé atrás han servido para que gane bastante plata porque han sido los protagonistas de muchos de mis libros de “terror”, no me gusta ni un poco estar a unos pasos, sin embargo, les agradezco, bueno yo no, el diablo verde, seudónimo bajo el que publico esos libros, les agradece por su pútrida existencia.

Por otro lado, ya puedo brincar de felicidad; desde aquí visualizo la casa de mi amada, he llegado a por ella, probablemente esta fue una prueba para que le demostrara mi amor al haber navegado entre esas calles. Sabe que no puedo abandonar este maldito barrio porque si lo hago, iré de boca suelta contando todo lo que sé, me han dejado vivir mi vida normal, como un tonto poeta y escritor sin mezclarme en todos sus asuntos tétricos como querían desde un principio a cambio de que me quede a vivir aquí para ser vigilado y no delatar a nadie, mis textos siempre pasan primero por la comisaria para ser aprobados; Por todo esto mi hada preciosa tuvo que residir en este mismo lugar.

Mi hada es la única que sabe que sin ella soy capaz de volverme loco. Esta casa la compré yo, bueno tal vez tampoco sea yo, sino Keiser. I, el otro seudónimo bajo el que me dedico a venerar a mi amada, únicamente con el pago de todos los poemas que han sido escritos con ella como inspiración, solo para ella, es decir, mi soberana y la existencia de esta casa como parte de mi estudio me han hecho sentir que aún mi alma es pura y libre de tanta basura, solo así soy un simple hombre de 25 años que cumplió su sueño de ser un famoso escritor. Camino al gran cuarto que es su recámara, allí estará descansando, cálida entre sus ventanales color verde, o tal vez en su tina de aguas color esmeralda profunda. Al abrir la habitación la tomo de su cintura y empino su boca a la copa que ya espera allí, solo la endulzo y su delicioso sabor va directo sobre mis labios, mi amada hada verde, mi amada absenta, contigo dentro de mí, podré vivir aquí como un idiota que no sabe nada, seré tu pobre y obediente arlequín, aquel que seguirá las ordenes de su majestad, aquella reina que me permites ver cada que tu aroma inunda la habitación y mi estado de estupor se hace presente, cuando mi mente está demasiado enfrascada en el romance que dejo de existir, podré ser capaz de ignorar todo lo que pasa aquí en Andriskevia, seré libre de todo lo que sé que sucede aquí cuando la luna es cómplice, aquí en las calles a medianoche.

By:Keisvan

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro