◆ 1902 ◆
1902, una mañana sobre un barco en medio del azulado Mediterráneo. El calor era cada vez más notable a todo momento, nada comparado con los días más fresco aún en verano de Liverpool, allá en la lejana Inglaterra.
Sahara salió de su acomodada habitación con un atuendo de expedicionaria, perfecto y cómodo para los días pesados del lugar a donde la arena era interminable, donde un río atravesaba la colonia inglesa, famoso por sus tres Pirámides de Giza. Es nada más y nada menos que Egipto.
La muchacha empezó a caminar por un lado de la cubierta de ese gran trasporte marino. Según sus datos el ladrón del anillo de Ayhinnes, una pieza antigua de la que fue de una princesa egipcia estaba en ese país con el objeto perteneciente actualmente a la ORIPRECUM (Organización Internacional de Protección y Resguardo de la Cultura Maravillosa) o más conocida como La Fundación.
- Sahri!
Absorta en sus pensamientos la chica no logró ver venir a su compañera y eso le hizo asutarse y apoyarse de la baranda metalica que tenía a su lado para no caerse.
- Fairy. ¿Que haces aquí?
Sin pensarlo dos veces Sahara tomó a su amiga; una hada, si una verdadera hada de diez centímetros de alto; y la escondió en su bolso. Apresurada se metió a uno de los baños para posteriormente sacar a Fairy de su bolsito.
- ¿Por qué saliste de la habitación? Te dije que no lo hicieras.
- Me estaba aburriendo de estar allí encerrada. Perdón.
- Sabes perfectamente el protocolo. O te pueden ver los maffets.
- Si, si. Lo sé -dijo rodeando los ojos.
- Ahora que estás aquí vendrás conmigo.
El ánimo de Fairy cambió a uno más alegre. Sahara la volvió a ocultar en su bolsa y salió del baño. La joven pensaba en lo irritante que era su hada compañera, estrañaba a Eturi, su antigua amiga, ella podría ayudarla a poner en su lugar la rebelde Fairy que le asignó su superior. Después de todo a ella le impoetaba hacer su trabajo, es lo que había deseado desde que era un simple niña que vivía en medio de campo con su abuela. Después del paseo por la cubierta del enorme trasatlántico Sahara volvió a su habitación. En este había un toque de simpleza, más allá de que su posición fuera alta a ella nunca le gustó tener lujos, se crió con una mujer que le enseñó a desprenderse de las cosas materiales, la felicidad no estaba en objetos que pudiéramos tocar, sinó en aquello que podemos sentir. Fairy salió del bolso.
- ¿Y, el hombre que buscamos está aquí?
- No, está en Egipto. Informadores debían que le faltaba para llegar a Alejandría. -la mujer sacó de un portafolio un retrato a lápiz del ladrón- Tenemos un día de desventaja, pero capaz que no salió de la ciudad aún.
- Es bastante tonto si creyó que podía robarle a La Fundación.
- De hecho se conoce que es un ex funcionario, no habría mejor robo que el de alguien que sabe cómo funciona el sistema interno de un edificio.
Fairy salió volando hacia la única ventana de aquella habitación.
- Pronto nos bajaremos.
Un par de horas trascurrieron, todavía faltaba para el anochecer.
Sahara no fue a un hotel para hospedarse, ese no era un viaje paseo, tenía un trabajo que hacer.
- ¿No iremos a comer algo? -preguntó Fairy sorprendida mientras estaba escondida entre los cabellos de Sahara.
- No. Antes debo visitar a un amigo. Es dueño de un montón de aves, el podrá decirme si lo habrá visto.
- ¿Y un hombre con aves de que nos va a ayudar?
- Ya verás -le respondió con una sonrisa.
Luego de varias calles y relucientes casas de arenisca de un amarillo pálido llegaron a una tieda de comestibles, no parecía nada destacable.
- Genial, y ese es el lugar.
- Siempre con positividad, me encanta.-dijo con sarcasmo Sahara. La mujer sin pensarlo entró en el lugar- Buenas tardes -habló en el dialecto que popularmente que en el país se utilizaba ya que el inglés era para la alta sociedad egipcia.
Un alto hombre pareció por una entrada detrás de un mostrador de madera bien trabajado a la altura ajustada y comoda para clientes y vendedor. Al atisbar de quien se trataba el rostro se le iluminó de asombro y sin pensarlo se acercó para abrazar a Sahara.
- Ashlen, tanto tiempo.
- Han pasado años, Sahara. -expresó el elfo oscuro que para ocultar su auténtica aparecía usaba un hechizo qie lo hacia verse como un humano corriente de tez morena y vinas facciones, perfectas y equilibradas. Aparentaba alrededor de treinta y cinco años, cinco más que Sahara, pero eso engañaba ya que la sabiduría y experiencia de sus ciento tres años era peculiar- Ya pensé que nunca más te vería.
- Desde el desastre de Liverpool no mos vemos. Ansiaba tanto volver a encontrarnos, pero el trabajo me cargó a la espalda varias responsabilidades.
- Imagino que si, ser investigadora de campo de La Fundación no es tema sencillo.
- La verdad que no -los dos rieron por unos momentos.
- Hola! -dijo energética Fairy saliendo volando de los cabellos de la mujer. Ashlen se sorprendió y la vió con algo de nostalgia como si le recordara a alguien.
- Oh, hola. ¿Y tu quien eres? -preguntó una vez espabilado.
- Mi nombre es Fairy y soy la compañera de Sahara -dijo ella en inglés.
- Ya veo. Un gusto, hada Fairy. Mi nombre es Ashlen y yo fui compañero de Sahara hace nueve años.
- ¿Hace tanto?
Ashlen asintió y prosiguió rápidamente a cambiar de tema.
- Leí tu carta, Sahri. Con que robararon el anillo de Ayhinnes y el ladrón está aquí, en Egipto.
- Así es. La razón es desconocida. Necesito ubicarlo y por eso recurro a ti -añadió.
- Eh estado atento a lo que mis halcones me dicen y según parece que tienen el rastro de un gran sospechoso extranjero venido de un barco con origen inicial en Liverpool.
- Ese debe ser.
- Espera, ¿a caso dijiste hablar con halcones? -preguntó Fairy estupefacta.
- Está sorprendida el hada de diez centímetros -comentó sonriendo la joven.
(Pendiente de continuar)
By: Dar_oxy02
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