Jeon Jungkook

Sabía que besar a Hazel ocasionaría confusiones en mi corazón, recordar sus besos, como estos encajaban también con los míos, la tensión que guardabamos lo desquitamos con el beso fogoso que hizo mi sistema delirar e imaginar cosas pecaminosas.

Ahora al verla sentada y riendo con su amiga, hacia que los latidos de mi corazón se acelerarán, la dopamina de mi cerebro y las miles de partículas de emoción, hacían que estuviera ansioso porque llegara la tarde y pudiera verla, tenerla cerca, donde sólo estuviéramos solo los dos.

Por eso había decidido invitarla a cenar, poder pedirle disculpas por haberme ido y dejarla sola en la biblioteca, cuando fui yo quien siguió la corriente de aquel beso.

Estaba completamente perdido por aquella mafiosa que solo recordar las mierdas que hablaba de ella, me cayeran como balde de agua fría y tragara mis palabras.

Juzgar a un libro solo por su portada era algo incoherente, sin ningún tipo de razonamiento, eso me había pasado a mí y me hacía ver cómo un estúpido.

El timbre del fin de clase sonó y todos los alumnos salieron como alma que lleva el viento hacía la salida, solo por esta ocasión lo dejé pasar, el no dejarles trabajo y que pudieran descansar de mí era un regalo del cielo para ellos.

Mi mirada busca a la dueña de mis pensamientos y de mi corazón, hasta que topo su mirada, viéndome con una sonrisa mientras escucha lo que su mejor amiga le dice.

Hazel le susurra algo al oído y Jihyo asiente para salir antes que ella; dejándome a solas con ella.

Todos los alumnos habían salido, así que no tenía preocupación alguna por si nos llegaran a ver, además que la amiga de la castaña había cerrado la puerta al momento de salir.

Las persianas del Salón estaban cerradas y el ambiente se había tornado un poco tenso, o tal vez yo era el tenso.

—¿Cómo está profesor Jeon? Después de aquel bochornoso momento en la biblioteca no lo volví a ver hasta ahora, que nos tocó clase con usted. —menciona Hazel, acabando con el silencio, mientras se acerca a mí, recostándose sobre el escritorio. —¿Está enojado por lo del beso? —susurra, acercándose a mi rostro, viéndome coqueta.

Yo trago saliva y siento como la corbata se vuelve un poco axfinsiante para mi. Aún podía sentir su mirada sobre mí y no me desagrada para nada, al contrario, amaba tener solo su atención para mí.

—No, no estoy enojado. —respondo ante el silencio que se estaba alargando, ella asiente y vuelve a su posición recta.

—Entiendo, solo quería saber por qué me invitó a cenar.

Me levantó de mi asiento y me acerco a ella, sin quitarle la vista de encima, sus ojos verdes me hipnotizan y el recuerdo de aquella vez que la imaginé siendo follada por mí llorando de placer, llegan a mi mente como destellos de luz y en un momento un poco inoportuno.

Carraspeo un poco para después responder.

—Quiero conocerte, platicar más sobre lo que pasó aquella tarde en la biblioteca.

Hazel asiente y sube al escritorio para sentarse. No negaba que el ambiente se estaba formando como una película porno estudiantil, además que su vestimenta no ayudaba a mi sistema en absoluto.

Su falda cafe junto al top negro que mostraba parte de su ombligo y apretaba sus grandes pechos, hicieron relamer mis labios, por otra parte, las botas cafés largas hacían un gran conjunto para ella.

Era tan hermosa que no tenía que esforzarse en serlo.

—Una disculpa por eso, me dejé llevar por el momento.

Me acerco, acortando la distancia entre nosotros, sintiendo su respiración, veo sus llabios haciendo ella hace lo mismo.

—¿Estás segura? —asiente.—Yo veo que no es así.

Mi cuerpo pide más, que la tome ahí mismo en el escritorio, así que haciendo caso a mis impulso, con mi mano agarro su mejilla y la la beso, mostrando la intensidad que enmana mi cuerpo por tenerla para mi, mi otra mano baja hacia sus piernas y recorro una de ellas, adentrandola hasta la cobertura de su falda.

Separo mis labios y la miro, intentando mostrarle que me permita recorrerla como lo he imaginado y ansiado todo este tiempo.

—Hazlo—susurra para volver a besarme, enredando sus piernas sobre mi cadera, pegándome a su cuerpo.

Suelta gemidos sonoros al sentir mis besos en su cuello y como la aprieto contra mí.

Lamentablemente no podía seguir más por unos golpes en la puerta, lo que hace que Hazel se separe al instante y acomode su vestimenta, mi mirada se dirige a su trasero y vaya que tenía buen volumen.

Me recargo sobre el asiento de mi auto, estaba cansado de las majaderías de Taehyung, escucharlo decir cada tontera a través del teléfono me irritaba, más cuando me recordaba una y otra vez que debía poner fin al teatrito de ser un infiltrado en la Universidad y tratar de atrapar a Hazel.

Incluso si pensaba detenidamente este caso, sabía que ya no quería seguir con esto, no desde aquella vez que me besó y no podía sacarla de mi mente al imaginarla en diversas posiciones cuando la follara.

Namjoon tenía razón, claro que la tenía, tenerla cerca y ver aquellos orbes verdes, hacían rendirme ante ella.

Aún más al verla venir hacia mi con una grata sonrisa en el rostro, nunca entendí la dualidad de las mujeres, tal vez porque jamás preste atención a ellas, pero Hazel era otra cosa aparte, es diferente, tan atractiva y sensual.

Una mexicana que me tiene en la palma de su mano, muerdo mi labio inferior y escucho como se para frente a mi auto cuando me ve bajar de este.

Le indico que suba no sin antes abrirle la puerta del copiloto y ver que suba, su perfume hipnotiza mis sentidos.

Alejo mis pensamientos absurdos y cierro la puerta cuando ella me da las gracias por abrirle la puerta y yo solo asiento para dirigirme al otro lado del auto y subirme.

—¿A dónde iremos? —pregunta antes que encienda el carro.

—A mi casa. —ella asiente y se acomoda en el asiento.

No sé porque no dejo de mirarla, su perfil es tan perfecto como ella, sus labios son tan llamativos que me encantaría probarlos de nuevo, pero me contengo.

—Una foto dura más. —voltea a verme divertida.

—Lo siento, no quería incomodarte.

—No te preocupes, sé que te gusto, es inevitable no verme.

Eso me encantaba de ella, su manera directa de decir las cosas y ser segura de si misma.

El viaje hacia mi casa era tranquilo, en un silencio cómodo y a veces con pláticas divertidas.

No mentía al decirle que quería conocerla, sé que esto era parte de mi trabajo pero quería alejar esa idea de mi cabeza y solo pensar en mis emociones y sentimientos.

Verla sonrojarse era algo que me hacía sentir orgulloso, era tan linda.

Al llegar a mi hogar, bajo inmediatamente para poder abrirle la puerta y tomarla de la mano, con miedo a que se aleje de mi.

Algo estúpido y sin sentido, pero no importaba.

—Tu casa es hermosa.—menciona una vez entramos a esta y dejar nuestras pertenencias en el mesón de la entrada.

—Gracias, muchos dicen que es un poco aburrida por el diseño. —respondo al recordar las críticas de Seokjin aquella vez que vino con Namjoon.

—Mmm, yo lo veo versátil, algo que refleja tu personalidad.

—Ponte cómoda, puedes sentarte en donde quieras. —Ella rió y yo pegué mi frente por lo mal que había sonado eso. —No en ese sentido... Mejor preparare la cena.

Hazel asintió.

Yo solté el nudo de mi corbata y quité mi saco, subí las mangas de mi camisa y fui a la cocina a lavarme las manos y preparar lo que cenariamos.

—¿Quieres algo de beber?

—Agua, por favor.

—¿No bebes? —negó.—Interesante.

—Es algo normal, no es nada fuera de lo común.

Reí ante su sarcasmo y tomé un vaso para servirle agua y dárselo.

Mientras yo preparaba la cena, decidí preparar un poco de Kimchi y ramen. Decidí asar un poco de carne para ella, hasta que sentí su presencia frente a mi.

—Huele delicioso.

—Espero te guste.

Ella no respondió, sino que se acercó justo a lado mío para ver lo que cocinaba.

—¿Quieres probar? —asintió.

Tomé un pedazo de carne cocida y se lo di en la boca, mastico y levantó los pulgares indicando que le gustó.

Sonreí complacido terminando de preparar la comida, ella me ayudó a acomodar todo para cenar a gusto.

Cenabamos tranquilos, la comodidad inundaba en el lugar y verla disfrutar de mi comida mejoraba todo.

—Así que, ¿qué te parecen mis dotes culinarios en la cocina? —pregunté al verla terminar de comer.

—La verdad me sorprendiste un poco, deberías invitarme a cenar frecuentemente.

—Tomaré eso como un sí.

—Entonces, ¿me ccontarás porque decidiste dejarme ese día así?

Tragé saliva y asentí.

—Te escucho.

—Estaba confundido, necesitaba pensar las cosas. —ella escuchaba atenta sin quitarme la mirada de encima. —No puedo sacarte de mi mente, desde el día que te conocí, no lo tomes a mal, pero eres tan atractiva y es imposible ignorar tu belleza. Hay miles de mujeres en el país pero tú eres tan brillante, no se como explicarlo. El beso que nos dimos hizo darme cuenta que me atraes mucho, me gustas demasiado y eso te lo dije, pero tenía miedo seguir más allá de mis impulsos.

Ella tan sólo quedó en silencio y eso me atormentaba. Se levantó del lugar y entonces comprendí todo.

—Lo siento, no debí...

Interrumpe cuando se acerca a mí y toma mis mejillas para besarme, abro mis ojos con sorpresa pero los cierto para dejarme llevar por sus labios.

Tomó su cintura y hago que se siente en mi regazo, su pierna pasa por el otro extremo de mi cadera, acomodandose sobre mi.

Suspira al sentir los besos subir de intensidad, sus dedos recorren mi abdomen y su otra mano revuelve mi cabello.

El calor de nuestros cuerpos sube, entonces sé que quiero más de unos simples roces, mi mano recorre sus muslos y los aprieta, ella se remueve y busca más contacto, siento mi polla endurecer.

Hazel empieza a mover sus caderas al  sentir mi erección crecer, mis manos suben más allá tocando sus nalgas, las aprieto cuando ella aumenta los movimientos sacándonos gemidos, su suave piel me vuelve loco, veo como su ropa interior va humedeciéndose por la excitación.

Sus mejillas se vuelven rojas por la temperatura, así que vuelvo a besarla y me levanto de mi lugar para llevarla a mi habitación.

Maratón 3/3

Lamento demorarme con el capítulo, no me sentía muy bien.

Espero disfruten el capítulo 😋.

Nos leemos pronto. ✨💗