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── Capítulo Uno.


01 | La otra cara de la moneda.

Londres, para muchos la ciudad de las mil caras o ciudad del dinero, considerando que allí se encuentra La City mejor conocido como el distrito financiero más importante del mundo, donde diariamente se compran y se venden productos financieros por valor de dos billones de dólares.

Dinero con el cual Mia y toda la gente de su vecindario solo podían soñar, pues eran parte de aquellas afueras de Londres que los turistas no conocían y los londinenses evitaban a toda costa, ¿por qué? Pues si te atrevías a entrar tus pertenencias corrían mucho peligro.

Mía jamás había llegado al punto del robo, no porque no lo hubiera pensado, había analizado la posibilidad un par de veces, pero su moral nunca se lo permitió, ya que si bien muchas veces habían estado muy cortos de dinero su madre siempre le dijo que a su casa solo llegaría dinero limpio y por el cual ambas trabajarían.

Lorraine Morris sin duda en muchos momentos se arrepentía de la vida que podía permitirse y de lo que debía pasar junto a su hija pero nunca, ni cuando estuvieran sin comida permitiría que la luz de sus ojos y su única razón de ser pusiera su vida en peligro, considerando que los que ganaban más salían al centro y allí no sabían si volverían.

—¡Gol de Mia Hamm!— gritó Iker junto a Levin aplaudiendo fuertemente mientras cargaba a la menor por sus hombros riendo.

—Gracias por asistir, paguen su pérdida— estiró su mano el ruso hacia los cuatro chicos que bufaban porque habían apostado que la peliazul jamás lograría hacer ese gol de tanta distancia.

—¿Cuánto ganamos hoy?— sonrió acercándose a sus dos mejores amigos, quienes rieron mostrándole las cien libras.

—Está bien, pero si vamos al centro ganamos más, debemos ir mañana— bajo a la chica de sus hombros el español— debo decir que cada día me sorprendes más, futura capitana del equipo de Inglaterra.

—¡La chica es una estrella!— removió su cabello el ruso— cuando seas profesional voy a ganar mucho más dinero apostando por ti.

—¿Cómo está la pequeña?— preguntó cambiando de tema la inglesa, hablando de la Salazar menor.

—Está bien, esforzándose todo lo que puede con la escuela— le quitó la pelota de las manos a Levin— ya sabes, Oxford o nada con esa cabeza dura.

—¡Sigo sin entender la obsesión con las universidades!— bufo el tatuado volviendo a quitarle la pelota al español— Yo no fui a una y estoy perfecto.

—Créeme que por personas como tú, yo iré a la universidad— se burló la chica colocándose en el medio de estos para tomar la pelota en mano— aparte Livy se merece salir de este sitio, al menos alguien tiene que tener un buen futuro.

—Debes de creer en ti— se apoyó en sus hombros— dentro de pocos años estarán los estadios llenos mientras todos gritan ¡Mia Morris!

—Levin y yo estaremos en las gradas consiguiendo chicas— le choco el puño, el español.

La peliazul golpeó los hombros de ambos mientras estos se quejaban por la fuerza de la chica.

Aunque Levin no se equivocaba ese era su sueño, salir de allí y jugar para Londres en el mundial femenino, pero la parte más importante no era cumplir sus sueños era conseguir el dinero para ayudar a la gente de donde creció, ayudar a Livy con el dinero de la universidad, darle a la señora Torres dinero para traer a su hija a Inglaterra o terminar de pagar las deudas del pobre señor Sullivan.

Ella quería ser la excepción a la regla de que el que crece allí, se jode allí y quería mostrarle a todos los otros chicos que un día se podía salir de allí.


[...]


—¡Estamos aquí!— gritó en español Iker cuando entraron a su casa— iremos arriba.

—¿Dónde está tu mamá?— preguntó confundida Morris al no ver a la señora Salazar allí, pues sabía que Olivia estaba con sus amigos a aquellas horas.

—Debe de estar consiguiendo dinero por ahí, no quiero saber como— negó con la cabeza encendiendo un cigarrillo junto a Levin.— o probablemente se este drogando.

— Lamento decirlo españolito, pero tu madre es una mierda— palmeo su hombro el ruso.

—¡No necesita que se lo repitas!— lo golpeo una vez más— Iker, sabes que cuando quieras Olivia puede ir a dormir a casa y tú también— acaricio la espalda del tatuado quien beso su frente asintiendo.

—Mucho amor y tragedia, ¿todavía nada de scouts?—cambio de tema Levin refiriéndose a los busca talentos deportivos que habían asistido a un juego hace poco de la chica.

—Nada— bufo— sólo estaban allí por que el juego era contra la escuelita St. Paul, seguro ni me vieron por ver las billeteras de sus papitos.— se lanzo sobre el piso del techo, honestamente uno de los pocos lugares hermosos de Cove Hall era el techo de los Salazar con una increíble vista del sol y de el centro todo gracias a un millonario que había compadro muchos terrenos evitando que construyeran en estos.

—Si tuvieras un mejor equipo hubieras ganado sin duda, pero aquí todas apestan— encendió un cigarrillo Salazar— estuve revisando los videos de varios juegos y te sorprendería lo mal que está jugando St. Mary desde que perdieron a Johana Haller.

—Esa chica fue lo mejor que le pasó a esa escuela en años y Estados Unidos se la llevó, no me sorprende, todos quieren jugar para los campeones. Escuche que va a sacar doble nacionalidad— rodó los ojos.

La Academia Saint Mary de Londres, también conocida como St. Mary o el internado favorito de los niños ricos de Europa, ¿eres locamente rico? ¡St. Mary era para ti! Conocidos por tener exalumnos que hoy en día manejaban el mundo de las finanzas, literatura y de la actuación, cualquiera soñaba con ir a aquella escuela, ya que te abria las puertas a la universidad que quisieras y sí que había competencias para entrar.

Una, ese era el número de becas que daba anualmente St. Mary y solo los más brillantes lograban entrar buscando una oportunidad en esta loca vida.

—Si consiguieras una beca en St. Mary definitivamente serías profesional— admitio Levin— por Dios serías lo que quisieras ser.

La rubia no pudo evitar reír levantándose para acercarse al borde del techo— en mis más locos sueños me aceptarían, es mi último año y quedan tres días para el cierre — les recordó tomando el cigarrillo de la boca del ruso lanzándolo al piso y apagándolo con su zapato— los cigarrillos matan.

—Si no nos matan unos cigarrillos, nos mata la pobreza— beso su mejilla Levin— nos vemos mañana, tengo que ir a hacer un trabajo.

—¡Levin!— trato de detenerlo el español, pero como siempre era demasiado tarde.

—¿irá a robar?— preguntó al verlo irse de allí, El ruso era el más jodido de los tres, probablemente por que era el más solo de estos y a quien la vida le había pegado más duro aún así era un chico muy inteligente, tenía una calculadora en vez de cerebro— no sé ni para qué pregunto— bufo al verlo desde el techo saludar a sus otros amigos, aquellos si eran mala influencia.

—Sabes como es el, estará bien— la tranquilizó— así que estuve pensando el truco que podrías hacer la próxima vez...



[...]




—¡Traje comida!— gritó su madre dejando todo sobre la isla, logrando que Mia literalmente saltara desde el sofá hacia la cocina.

—¿Trajiste comida?— abrió los ojos esta al ver las fundas de su restaurante favorito—¡Trajiste Fratelli ! ¿Es mi cumpleaños y lo olvidé?— sonrió divertida.

—No cariño— besó su mejilla la mayor— tenemos algo que celebrar así que entre todas las secretarias aportamos para comprar de tu sitio favorito.

—¿Algo que celebrar?— susurró confundida, estaba muy concentrada en lo bien que se veía aquella pasta.

—Siéntate y lo hablamos— señaló la pequeña mesa de dos.

—¿Ganamos la lotería?— río la chica ayudando a su madre a colocar todo en platos y así sentarse devorando de inmediato aquel pedazo de bruschetta que parecía gritar "cómeme"

—Quisiera— respondió de igual manera la inglesa— llegó una carta esta mañana justo cuando te fuiste con los chicos.

—¿carta?— dejó de comer para limpiar sus manos— ¿algún pariente lejano y solo murió dejándonos mucho dinero?

—No Mía— tomó su mano Lorraine, quien no podía estar más orgullosa de lo que tenía que decir a su hija— ¡Royal te ofreció una beca completa!

Sin palabras, así había terminado la teñida luego de aquella noticia.

—¿Royal?— murmuró algo decepcionada.

Seguía siendo una escuela privada lo que la hacía decente pero no había peor equipo que el de estos y si bien definitivamente la posicionaba mejor con las futuras universidades, no sobresaldría para nada en su currículum como escuela.

—¡Es una excelente noticia cariño!— besó su frente su madre emocionada— ¿por que no estás feliz?

La menor sonrió de lado— no es nada mamá, Royal es solo...

—No es St. Mary o St. Paul— cambió de rostro la mayor al entender todo— crees que tu talento será desperdiciado en Royal.

—¿Eres secretaria o psicóloga?— bromeó tratando de aliviar el ambiente la chica— es solo que para ir a Royal puedo quedarme aquí en Cover, ¡Nuestro equipo es mejor y la semana pasada Laura detuvo una pelota con las manos!

—Sabes que te apoyo en todo— apretó la mano de su hija— y que cada vez que puedo soy la primera gritando tu nombre en las gradas, si alguien quiere que estés jugando mundiales soy yo.

—¿pero?

—Es una oportunidad que no puedes perder, tal vez no te afecte mucho en aquel sentido pero bien podría acercarte a una buena beca en una universidad decente.

—Pero no son Stanford o North Carolina— le recordó.

—Existen muchas universidades buenas aquí en Inglaterra, no se porque insistes en ir a Estados Unidos si al final quieres jugar profesional en Europa— levanto un poco la voz su madre.

—¡El punto es que parezca que quiero jugar para Estados Unidos!— respondió de la misma manera— así me querrán más aquí.

En parte su madre entendía, era su sueño y con la vida que llevaban se lo merecía.

Mia era la roca de Lorraine, nunca fue la más tranquila o la más santa, pero siempre fue... ella misma, con una personalidad que era simplemente única e haría todo lo posible porque su hija tuviera lo mejor.

—Hagamos un trato— ofreció la mayor.

—Te escuchó.

—Quedan tres días para que cierren las ofertas a jugadores— recordó— si al quedar un día no llega nada mejor aceptas Royal, si llega algo aunque sea mejor que royal por un milímetro aceptas ese.

Aquel trato era mejor que nada, la verdad— aceptó— le dio la mano a su madre.

Ambas continuaron la cena entre risas e historias de lo que les había pasado durante el día, hasta que dio la hora en la que Mia no aguantó y fue a dormir.

En aquel momento Lorraine aprovechó para hacer la llamada que nunca se vio haciendo en su vida.

—Necesito un favor...









𝖺𝖼𝗅𝖺𝗋𝖺𝖼𝗂𝗈𝗇.

1. 𝖢𝗈𝗏𝖾 𝖧𝖺𝗅𝗅 𝖾𝗌 𝗎𝗇𝖺 𝗓𝗈𝗇𝖺 𝗂𝗇𝗏𝖾𝗇𝗍𝖺𝖽𝖺.
2. 𝖫𝖺𝗌 𝖾𝗌𝖼𝗎𝖾𝗅𝖺𝗌 𝗌𝗈𝗇 𝗂𝗇𝗏𝖾𝗇𝗍𝖺𝖽𝖺𝗌, 𝗌𝗂 𝖻𝗂𝖾𝗇 𝖾𝗑𝗂𝗌𝗍𝖾𝗇 𝖼𝗈𝗇 𝖺𝗊𝗎𝖾𝗅 𝗇𝗈𝗆𝖻𝗋𝖾.

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