
𝐄-𝟐𝟐┆𝕴'𝖒 𝖙𝖎𝖗𝖊𝖉, 𝖎'𝖒 𝖘𝖔𝖗𝖗𝖞.
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Estaba en un sueño. Lo supe en cuanto abrí los ojos y lo vi frente a mí. Percy.
El sonido de las olas rompía suavemente en la orilla, la brisa marina revolvía sus rizos dorados, y la luz de la luna lo bañaba con un resplandor casi irreal. Estábamos en la playa, nuestra playa, el lugar donde pasamos todo un verano. La brisa era tibia, salada y reconfortante.
Y lo odiaba. Lo odiaba porque solo podía ser un castigo. ¿Era por el beso con Deo? ¿Mi mente estaba haciéndome pagar por ello?
Percy se acercó lentamente, sus ojos recorrieron cada detalle de mi rostro con una ternura que no merecía. Sus manos buscaron las mías con cautela, como si no quisiera asustarme. Luego, inclinó la cabeza, acercándose para besarme.
Pero lo detuve.
Mi cuerpo se tensó instintivamente. Sentí un escalofrío recorrerme. Besar a alguien todavía me resultaba extraño. Tal vez la adrenalina del momento me había impulsado a besar a Deo, tal vez el caos en mi cabeza había sido tanto que ni siquiera tuve tiempo de procesarlo. Pero ahora... ahora todo estaba en calma. Y eso significaba que tenía que enfrentar mis pensamientos.
Percy frunció el ceño, su pulgar rozó mi mejilla en un intento de leer lo que pasaba por mi mente.
-¿Qué pasó, mi Ady? -preguntó con suavidad.
-No es nada, Pers.
Su expresión se endureció levemente.
-Sí, es algo -dijo, con la seguridad de quien me conocía mejor que nadie-. Siempre me dices "ojos bonitos", nunca "Pers".
Intenté sonreír.
-¿No te gusta que te lo diga?
-Me acostumbré a tu otro apodo, supongo.
El silencio se extendió entre nosotros.
Mi mirada se perdió en el horizonte, en las olas que iban y venían como si nada importara. Como si mi mundo no estuviera cayéndose a pedazos. Como si yo no estuviera cayéndome con él. Percy notó mi expresión y, sin dudarlo, tomó mi mentón con delicadeza, obligándome a mirarlo.
Bastaron unos segundos. Unos segundos viendo esos ojos, tan azules, tan llenos de algo que no merecía, para que todo dentro de mí se derrumbara. Me desplomé en sus brazos, hundiendo el rostro en su pecho, llorando con la misma desesperación con la que una estrella se consume antes de apagarse. Su aroma al océano me envolvió, y sus brazos me sostuvieron con la firmeza de quien no planeaba soltarme.
-Mi papá... él... vi cómo casi me mata -logré decir entre sollozos-. Es un maldito zombi que busca matarme. No puedo hacerlo, Percy. No puedo matarlo.
Percy besó la cima de mi cabeza.
-Shhh, tranquila. Todo estará bien.
Negué con fuerza contra su camiseta, empapándola con mis lágrimas.
-Estoy disfrutando... estoy empezando a disfrutar el sufrimiento de los demás. Se siente tan bien, Percy. Y no debería. No debería sentirse bien.
Sus manos se deslizaron por mi espalda, trazando círculos lentos y reconfortantes.
-Ady, solo estás confundida -murmuró con voz aterciopelada-. Tranquila, todo va a pasar pronto.
-¿Cómo lo sabes? -Levanté la cabeza y lo miré con desesperación-. Cada vez que trato de que mi vida tenga un poco de sentido, todo termina mal. Soy un monstruo.
Percy negó suavemente.
-No lo eres -dijo-, y su tono era tan firme que quise creerle-. Tú eres Adhara Abernathy, la estrella más brillante que he visto y la chica que se robó mi corazón. Aunque... -sonrió con una mezcla de dulzura y picardía-. Hubiera preferido que no lo rompieras.
-Tú rompiste el mío -susurré.
La sonrisa de Percy se desvaneció por un instante.
-Bueno, soy un hijo prohibido e hijo de uno de los tres grandes. Supongo que estaba destinado a romper corazones... -hizo una pausa, y sus dedos rozaron un mechón de mi cabello -. Aunque el corazón que nunca quisiera romper sería el tuyo.
Mi garganta se cerró.
-¿Y si ya lo hiciste?
Percy suspiró, y entonces, su mano tomó la mía, entrelazando nuestros dedos con lentitud, con devoción.
-Reuniría pieza por pieza y lo armaría con mis propias manos -susurró, su aliento chocando contra mis labios-. Juro por cada estrella en el universo que no lo volvería a hacer. Preferiría estar muerto antes que vivir en un mundo donde no componga tu corazón.
Sus ojos se suavizaron.
-Preferiría que me volvieras a amar... -continuó, con una honestidad que me hizo estremecer-, pero me importa más tu felicidad. Incluso si no es conmigo.
-Y yo la tuya.
Percy sonrió con melancolía.
-Bueno, mi felicidad sería mayor si estuvieras a mi lado, pero supongo que los dulces azules también me hacen muy feliz.
Una risa temblorosa escapó de mis labios. Él aprovechó el momento para acariciar mi mejilla con el dorso de los dedos, secando mis lágrimas con la delicadeza con la que se sostiene algo frágil.
-Gracias -murmuré.
-No hay de qué -respondió con una sonrisa torcida-. Además, por más linda que seas llorando, tu sonrisa es mucho mejor.
-¿Soy bonita llorando?
-Podrías estar completamente cubierta de lodo y seguirías siendo la más linda de todas.
-¿Cómo Blancanieves?
Percy ladeó la cabeza.
-Algo así. Me vería muy bien como tu príncipe.
Sonreí, y sentí un calor familiar en el pecho.
-No podría negar esa afirmación, ojos bonitos.
Él sonrió de lado, orgulloso.
-Lo sé. Aunque ni una de las princesas es tan linda como tú.
Entreabrí los labios para responder, pero fruncí el ceño con sospecha.
-¿Mi abuela te amenazó?
Percy asintió solemnemente.
-Sí, pero igualmente creo que eres hermosa.
Solté una carcajada genuina, y él me miró con adoración, como si en ese instante yo fuera lo único que existía en el mundo.
El resto del tiempo lo pasamos en la arena, jugando, riendo, recordando lo fácil que solía ser todo cuando estábamos juntos.
Hasta que un dolor punzante atravesó mi cabeza. Mi visión se fragmentó. El sonido del océano se desvaneció. Y, antes de que pudiera aferrarme al sueño, la oscuridad me arrancó de él.
✧*・゚*
Me desperté en el campamento. Todo transcurría con la normalidad de siempre, campistas en la enfermería entrando y saliendo mientras yo estaba recostada en una camilla y mis amigos me esperaban pacientemente al lado, reaccionando al instante de verme despertar.
- Despertaste - suspiró Chase mirándome.
Los tres tenían vendas en algunas partes del cuerpo, el hijo de Afrodita usaba unos lentes de sol. Él odiaba que los demás vieran sus ojos hinchados cuando lloraba, así que se ponía lentes de sol. ¿Por qué habría estado llorando?
- ¿Se enteraron de lo que pasó?
- Solo Lee Fletcher, fue el primer hijo de Apolo que vimos, apenas entramos y convencimos de atender nuestras heridas en secreto.
- La bebe. ¿Dónde está?
- Bueno... - Chase miró hacia otro lado
- ¿Qué pasó?
- No es exactamente una "bebe". Tiene 2 años, Adhara.
- ¿Por qué parecía una bebe? Yo la cargue, era una bebe.
- Magia. Hechizo de ilusión avanzado. Te hace ver y sentir la ilusión como si fuera real, pero una vez que entra a una barrera mágica, se rompe el hechizo. Cuando llegó el cambio.
- ¿Qué dijo Azami?
- No dejamos que te viera, tuvimos que cambiar tu ropa llena de sangre y tu aspecto, dijimos que te desmayaste y la llamaríamos, apenas te despertarás.
- De hecho, ya está viniendo. -dijo Deo, viéndola por la ventana.
- ¿Dónde está Asteria?
- Duerme en la camilla a tu lado.
Había un pequeño bulto en la cama del costado. Mairin la cargo con cuidado, sin despertarla. Poniéndola entre mis piernas.
La niña era una copia idéntica a mi padre, tenía su cabello rubio, pero con los rizos de Haylee, sus ojos eran del mismo color que el mío, del que heredamos de papá. Se levantó ligeramente, sus ojos parpadearon soñolientos mientras se frotaba el rostro con sus manitas.
- ¿Mamá? -Me tensé al oír eso.
- No, Asteria. Soy tu hermana.
- ¿Mi hermana?
- Sí - le respondí con una sonrisa mientras le hacía mimos en el cabello y se quedaba dormida nuevamente.
En otro universo, podría parecer perfectamente mi hija con Percy... o Deo, ya que ahora me había teñido el cabello.
Apenas entró Azami, los chicos se fueron dejándonos solos. Mi hermanita llegó una sonrisa en los labios y mis flores favoritas entre sus manos, pero cambió su expresión al ver una niña en mis piernas.
- ¿Ady?
- Ven, pulga. - Le indiqué que se sentara a mi lado con una sonrisa.
- ¿Quién es?
- Mira. En el camino me encontré con papá.
- ¿Te lastimó? ¿Qué pasó? Dijiste que no te encontraría.
- No me hizo nada. Pero... descubrí que tenemos una hermanita, es ella. - señalé a Asteria. - Tiene 2 años, se llama Asteria.
- ¿Es de mamá?
- No exactamente. No sé quién es su madre, pero desde ahora la cuidaremos nosotras.
- ¿Asteria, no?
- Sí.
- Es rubia.
- Papá era rubio.
- Tiene sentido. Bueno, tengo una nueva amiga de juegos -sonrió ella.
Las dos nos quedamos viendo a nuestra pequeña hermana.
✧*・゚*
Pasaron semanas desde que regresamos al campamento, Asteria se había adaptado perfectamente. Era un espíritu del agua, siempre estaba en el lago, le encantaba nadar y estar en los establos con los caballos. Al igual que mirar las estrellas conmigo en la noche. Mostrarle los libros con estrellas, eran sus cuentos favoritos junto con los que le contaba Deo y Chase.
Se quedaba en nuestra cabaña, dormía a mi lado para mantenerla segura. Y le encantaba jugar con Patroclo, el gatito la amaba y protegía con su vida.
Adriano me había ignorado hasta que me cito en los establos a solas.
- Llegaste, Adhara. -Suspiró con molestia.
¿Desde cuándo era una molestia?
- Lo siento, estaba cuidando a Asteria.
- ¿Tu media hermana que apareció de la nada?
- Te lo expliqué, es mi hermana. No "media hermana", suena mal. Además, sabes lo de la misión.
- No me interesa lo que hiciste, Adhara. No fue nada importante, al parecer.
Antes de que pudiera responder, se acercó hacia mí y me besó. Ante la sorpresa, lo apartó rápidamente.
- Lo siento. No puedo hacer esto.
- ¿Qué? ¿A qué te refieres? Tú siempre me besas.
- No siempre empiezo. La mayoría de veces lo haces tú. Y no puedo, no me siento cómoda después de lo que te dije.
- ¿Qué era? No recuerdo. - Él trató de recordar, pero descartó esa idea rápidamente - No importa. Tú tienes que besarme, Adhara. Soy tu novio.
- ¿Y?
- Si no, ¿para qué te tendría de novia? Para lo único que eres buena es en besar y en ser algo bonita. No tanto como las hijas de Afrodita, pero al final de cuentas eres su nieta. Tienes algo de bonita.
- Lo siento. Ya bésame.
Acepté su beso, correspondiéndole sin interés, aunque él no pareció notarlo porque seguía como si nada.
✧*・゚*
Después de esa sensación de besos fui con Deo. Teníamos que hablar. Lo encontré en el campo de fresas, haciendo algunos dibujos de la fruta que crecía ahí.
- Deo, tenemos que hablar.
- Ady. - Me miró con una sonrisa que calmó cualquier miedo que pude haber tenido. - No es necesario que digas nada sobre lo que pasó, entiendo por qué lo hiciste, no me tienes que dar explicaciones.
- Pero, yo...
- No podemos seguir con eso. No soportaría la culpa de manchar tu nombre solo por un tonto deseo de mi corazón. Tú tienes un novio y lo que hicimos fue solo algo del momento. Por más que haya la posibilidad de tener sentimientos por el otro, no me interpondría entre alguna relación que tengas.
- Deo... yo lo siento.
- No tienes nada de que disculparte, princesa. Eres la estrella más brillante que conozco, no dejes que nadie apague tu brillo, jamás.
- ¿Y eso a qué vino?
- Sentí que lo necesitabas.
- Siempre sabes qué decir.
- Trato de lucir como si supiera qué decir - me sonrió gentilmente, sus ojos eran hermosos y... no.
- Deo, las cosas se pondrán feas, me estoy convirtiendo en un monstruo. Tú lo viste.
- No lo harás. No dejaré que lo hagas, no dejaré que te pierdas en la oscuridad.
- No te vayas.
- No me iré. No hasta que tú lo quieras.
✧*・゚*
Me quedé un rato mirando el atardecer frente al lago. El diario estaba entre mis manos. La verdad. Su pasado, mi pasado, todo estaba entre esas páginas. Tome un respiro antes de abrir la primera página.
"Querida Adhara, si estás leyendo esto significa que los dioses descubrieron mi plan y fui castigado. Si quieres una vida llena de felicidad, tranquilidad y paz, suelta este libro tan pronto como lo tengas en tus manos, pero si ya sabes que eres la reencarnación de Andrómeda y tu vida empezó a convertirse en un desastre... será mejor que sigas leyendo, aunque te advierto de algo. El camino que sigue está lleno de sufrimiento, pérdidas y sacrificios; una vez que pases esta página, no habrá marcha atrás. La decisión es completamente tuya. Espero que estés leyendo esto cuando tengas 16 años. Si lo lees de antes, significa que mi trabajo como padre he sido un completo desastre. No se suponía que todo acabará así, aunque sería muy raro en parte que tengas 16, porque mientras escribo entre estas páginas solo soy un semidiós de 17 años que se metió en un gran problema. No te enamores de chicos problemáticos, mi querida hija. Lo digo porque soy uno de ellos. O tal vez si lo hagas y seas mi karma. Bueno, mientras no sea un hijo de los tres grandes, todo está bien.
Tal vez no me conozcas, si he desaparecido o sido castigado. Mi nombre es William, William Abernathy. Prefiero omitir mi apellido, pues nuestra familia de esa parte está maldita, son egoístas y solo buscan poder. No los busques, no te atrevas a hacerlo a menos que quieras la libertad de tu propia vida y no ser el títere de alguien más. Escape con 13 años de casa y llegué al campamento mestizo para buscar una vida mejor. Ahí conocí a mis dos mejores amigas, Haylee, una pelirroja que es hija de Apolo. Todo el mundo piensa que es un espíritu de la naturaleza y lo es, increíble, es una increíble acompañante de pelea. Luego estaba mi hermosa Ariadne, la chica más increíble que existió en el mundo, aparte de ti, probablemente porque eres mi hija. Sin reconocer y el motivo inicial de todo este viaje. La motivación detrás de cada descubrimiento que hice con tu madre. Por cierto, tu madre es Hecate. Es linda, pero más lindo soy yo. Genes Abernathy.
Adoro las estrellas, el café, los dulces (los que me da Quiron), ser amado por todos, el atardecer en el lago (tienes que verlo, es magnífico), el mar, los libros de acción y salir en fotos. Me encanta ser fotografiado, pues una cara tan hermosa como la de tu padre merece permanecer en el tiempo. También me gusta entrenar, soy bueno con cualquier arma que me proponga dominar. Aunque la espada fue un talento natural. Mi mamá me dio una espada, aparece cuando todo mi collar de cuarzo. Luce como lo que usan los guitarristas para tocar su instrumento, pero no sé tocar la guitarra. Irónico, en parte.
Amo a los perros, así que si te gustan los gatos, definitivamente eres mi karma. Solo estas tú por el momento y sé que serás niña. A mí solo me gustaría tener una hija. Quisiera evitar problemas por el poder. Pero si tuviera dos, las llamaría Asteria. Los nombres de tu generación de la familia son estrellas, algo que parece obligado por parte de mi padre, aunque no lo haya visto en mucho tiempo. Los traumas se quedan. Por cierto, estás en una familia llena de traumados. El trauma viene con el apellido.
Por lo que veo, seguiste hasta aquí, tú decidiste llenar la vida de riesgos. Muy parte mio debo decir. Estuve 1 año literalmente en medio del mar de los monstruos, y vi a todo tipo de criaturas en busca de mi exnovia que, para sorpresa de nadie, excepto yo. Ya estaba muerta. En fin, esa es historia para otra ocasión. Solo quiero que sepas que, antes de que voltees esta página, sepas lo mucho que te amo y me alegro saber que sería tu padre."
Dude por un momento antes de avanzar la siguiente hoja. Supongo que sí me parecía un poco a mi padre. No. Yo soy como mi padre.
Miré el atardecer, todo tan perfecto, tan tranquilo. Dirigí mi mirada nuevamente hacia las páginas y avancé hacia la siguiente hoja. La aventura solo estaba empezando y cumpliría con mi destino, padre. Yo lo haría.
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Holi, ¿Cómo están?
Espero que les haya gustado <33
Última parte del maratón.
Por cierto, tengo un canal de difusión donde estaré subiendo spoilers del Adhercy y algunas cosas más. ÚNANSE, amo a las 12 personitas que ya se unieron <3333
No se olviden de votar y comentar que me ayudaría mucho <333
No hay forma en la que pueda terminar de agradecerles por seguir este acto extra y esta historia. Espero que les haya gustado y nos encontramos de nuevo cuando se estrene la segunda temporada de Percy Jackson. Gracias por su apoyo, por votar y comentar en los capítulos.
Gracias por los 197k de vistas y 14.7k de votos <333
Por mientras, les agradecería mucho que leyeran mis otros fics (la mayoria son de Percy Jackson):
GODS: Fic con Percy, enemies to lovers, donde la protagonista es la hija prohibida de Hestia.
Paper Rings: Una fanatica de los libros despierta en el mundo de Percy como una extra y esta dispuesta a acompañar a sus personajes favoritos en sus travecias, pero su llegada cambiaría todo el rumbo de la historia.
In the stars: El Adhercy en otro universo donde Percy cambia de realidad ya que en la suya perdió a su Adhara. En este nuevo universo, Adhara es mortal.
Lovefool: Fic con Walker, donde la protagonista le da galletas del amor a su crush pero resulta que el hechizo termina mal y se ambos se veen obligados a convivir para descubrir la forma de romper el hechizo. Magia de cocina y un grupo de brujas.
Fairytale: Ondina, la más letal de las nereidas, fue creada por Anfítrite para ser un arma imparable al servicio del océano. Su lealtad era absoluta... hasta que Poseidón le encomendó proteger a sus hijos semidioses: Percy y Casiopea Jackson. Casiopea la desarmó con su dulzura peligrosa, rompiendo sus muros con una amistad inquebrantable. Percy, en cambio, fue una tormenta caótica que la desafió a cada paso. Lo despreciaba... o al menos, eso se decía. Porque mientras luchaban juntos, el miedo se apoderó de Ondina. No a Percy, sino a lo que estaba sintiendo. El amor era un ancla. Y ella se estaba hundiendo.
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