𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋
El principio del fin.
Tragedia, tras tragedia. Fue lo que sucedió aquel día, donde el amanecer de la humanidad recibió pérdidas irremplazables para el mundo de la legión. No solo habían encontrado la verdad en ese podrido sótano, no solo habían entendido que el mundo, era más grande lo que creían, habían perdido más, de lo que aquel día ganaron. Ese día, lo recordaba y recordaría, como el día de la tragedia. No solo perdí yo, muchos perdieron. Unas vidas que no volverían, pero entre esas vidas, había una que marcaría mi andar por la eternidad hasta su regreso en la otra vida que desconocíamos. La primavera pasó, llegó justo cuando el invierno frío se acabó. Ella se había ido con las flores, las mismas que renacieron este año, pero ninguna me la había devuelto. Lo recuerdo, haberme obligado a bajar hasta aquel sótano, para descubrir una amarga verdad en un patrón de otra más intensa. Un grito, una bengala roja que flotaba encima de la puerta exterior del muro María hace exactamente un año. Me quede parado, acababa de dejar el cuerpo de aquel hombre en una casa para que descansara en paz, pero me tocó encontrarme con la realidad de que Mikasa Ackerman en llanto y desconsuelo, lanzó esa bengala para anunciar que la hija prodigio de ese comandante, había sido devorada por titanes. Aún lo recuerdo. La intensidad y presión de mi corazón rompiéndose en mil fragmentos. Corrí desesperado, apretando el mango de mis hojas.
Ignoré su llanto, ignoré la transformación de Eren para acabar a esos titanes, yo corte e hice desecho sus estómagos, pero no había nada. Ya ella no estaba ahí, se había ido para siempre. Lo único que encontré, había sido su dedo meñique. Supimos ese día, que nuestras acciones eran decisiones de las cuales no podíamos arrepentirnos. Si quizás, no la hubiera dejado ir, o hubiera entendido su sentimiento, ella estaría aquí con todos nosotros y no hubiera creado el daño colateral que sometió a estos chicos hacia un sufrimiento detallado e intenso para su edad. Mi verdosa capa se removía con el viento. La misma que dejaste tirada cuando te lanzaste al vacío, sin pensar en nadie, pero no podía juzgarte. ¿Acaso pensamos en ti? ¿Acaso vimos cómo estabas sufriendo arrodillada encima de ese tejado? No, ni siquiera yo, pero aunque no me creas, me culpo por eso cada día que despierto y se, que ya no estarás ahí. Ni siquiera, en la azotea donde suelo ir a buscarte en las noches frías, con el anhelo de encontrarte esperándome. Quizás, algún día muy lejano nos volvamos encontrar para hablar sobre ciertas cosas que no pudimos. No soy el único que quiere hablar. Aquel joven de ojos azulados que dejaste descompuesto y desolado, pregunta por ti cada día.
—¡Ah, sabe horrible! ¡Está salada!—exclamaba Jean, cubriéndose los ojos mientras que Connie y Sasha reían atrás suyo, siendo remojados por Jana; ellos intentaban seguir, pero también te recordaban, era inevitable, más para Jana.
—¿¡De verdad todo esto es agua salada!?—alejado de todos, solo veía como Hange yacía parada en la orilla de aquella magnifica cosa natural que creíamos irreal, ella remojaba sus pies en la agua salada del extenso mar.—¿Hay algo aquí?—se preguntó ella, inclinándose para recogerlo.
—¡Oye, Hange! No lo vayas a tocar, podría ser peligroso.—le pedí ante su imprudencia, pero ella tan solo me ignoró.
—Déjala. Ya sabes cómo es.—esbozo aquella mujer de cabello cobrizo aún lado de mi, fría y sin expresión, miró más allá del mar, con un anhelo de volver a la vida que tenía, porque desde que te fuiste, ella tampoco fue la misma.—Si tan solo, ella estuviera aquí.—artículo fría.
—¿No es hermoso?—mi piel se erizo cuando visualicé aquel joven que dejaste herido y desolado, sonreír para girar en medio de su gran sueño.—¿Lo ves? Te lo dije Eren.—se dirigía a él, a ese joven humillado en el dolor por su pasado, por lo que sucedió y no pudo detener, Eren era perseguido por tu sombra, me ha dicho que sueña contigo constantemente y que te ve, más allá del mar donde eres libre.—Un lago tan grande de agua salada que los comerciantes no podrían desatarlo ni en una vida entera.—detallaba, con sus ojos brillando, como no lo había visto desde que se despertó no solo con un poder dentro suyo como maldición, si no, con el amargo sabor de que tendría que vivir con tu ausencia, lo que le quedaba de vida, pobre Armin.— Todo lo que conté, era cierto. ¿Lo ves? Era cierto. Desearía que Ainara pudiera verlo.—pedia, con sus ojos humedecidos, no podía evitarlo, él te recordaba en cada ventisca del viento que removía su cabello, era su musa más genuina.
—Si, es inmenso.—le respondió Eren, de una manera vaga y sin expresión en su tono, metido en el mar, frente a la chica que había dado todo por él, la misma que también te había perdido y aclamaba haber podido cambiar lo que hizo contra ti.
—¡Eren, has visto más allá de los mur...
—Esta el mar.—seriamente le escuché, escuché como interrumpió al genuino niño que te amo.—Y más allá del mar, está la libertad. Eso es lo que siempre he creído, pero no es así.—musitaba.—Más allá del mar está el enemigo, todo es tal y como lo vi en los recuerdos de mi padre.—señaló más allá, donde todos miramos y escuchamos, al joven que buscaba la libertad más que nadie, como tú también deseabas hacerlo.—Ahí.—afirmó, señalando estrechamente.—Si matamos a todos los enemigos que están allí, ¿podremos ser libres al fin?—se preguntó, afligido, mientras que se giró para observarnos a todos en medio de su tristeza y desolación.
Mi pecho se apretó, inclinándome en el arenoso suelo. Yo había traído a cada uno de estos niños que Erwin me confió hasta aquí. Los traje más allá del muro, cumpliendo con mi deber como capitán, pero no pude traerte aquí, como desee hacerlo cuando supe que más allá del muro, había un mundo que no conocíamos y ansiábamos conocer. Vivo con impotencia, como cada uno de ellos. Con dolor y rabia, como ellos. En sus miradas, reflejó sus deseos, el único que compartíamos. Deseábamos que estuvieras aquí, así que levante la vista, mirando al mar donde Armin sostenía una extraña cosa, la cual dejó caer al suelo con su cabeza baja. A él no le importaba, era como era y se aceptaba a sí mismo, por lo tanto, Armin procedió en llorar, cayendo arrodillado en el agua que tanto anhelo ver, pero de nada le valía si no estabas aquí. Eren se quedó parado, en medio del mar mientras que conmocionada, Mikasa se arrodilló aún lado de Armin para acariciar su espalda. Se que dentro de todo, ella no quiso ser como fue contigo. Estábamos pasando por un momento duro, porque inclusive, yo fui duro conmigo misma. Sabía que en el fondo, quería que Armin viviera, porque a pesar de todo, sigo viendo a quien seguí sin vacilar durante años.
Toque la arena entre mis manos, mientras que una gota húmeda que salió de mis ojos cayó encima de ella. Me levante del suelo, dejando de sentir la arena. Los ojos claros de la mujer con cabello cobrizo miraban al suelo, aturdida y perdida en sus sentimientos, porque como yo, también había perdido algo valioso. Una niña, un hombre que la trajo hasta nosotros para que la cuidáramos y al final, Erwin, no pudimos cumplir tu promesa. Murió de la manera más cruel posible y me culpare cada día por eso. Sacudí mis manos, con la verdosa capa que representaba la vida de esa niña que se fue a volar ese día hace un año. Estabas en mi mente, cada día, cada noche y en cada suspiro de mi parte, te encontraba. Armin cubría su rostro, pero pude escuchar su abogado llanto. Lo lamentaba mucho por él, de verdad lo hacía. Quería calmar su dolor, porque él era solo un niño, pero no podía. Y es que, no sé. No sé que vamos hacer sin ti, pero de algo estoy seguro. Seguiremos viviendo, porque si morimos, no podremos recordarte, y nosotros, no queremos olvidarte. Estoy seguro que aquel niño, que tiene la misma mirada que tu padre, no quiere olvidarte por nada del mundo. Sin duda, yo no quiero olvidar a la mocosa que ablando mi corazón y me enseño, lo que era querer. Hasta siempre, para mi niña Ainara de ojos color océano, tú querido capitán, Levi Ackerman.
—o—
—Ainara, despierta.—musitaban más allá del mar, donde estaba la libertad, el infierno y la guerra de la que muchos se escondían.—Ainara, despierta.—le pedían, a esa niña que poco a poco fue abriendo sus ojos, para así, encontrarse con la vida nuevamente.—Ainara.—aquel joven de cabello claro, con el mismo tono de ojos le llamo.—Soy Reiner, estás aquí conmigo. Dime, ¿estás bien?—le preguntó, aquel quien algún día fue su amigo, pero mientras que ella se levantaba en medio de una gran confusión, Reiner abrió sus ojos grandemente ante la respuesta de esa a quien conoció más que nadie.
—Perdón, ¿quién eres y donde me encuentro?—fue lo que preguntó aquella chica de azulados ojos, mirando detenidamente a Reiner quien aturdido, quedó sentado en la silla frente a ella.
—No puede ser.—murmuró él, cubriendo su boca, viéndola sentada, aturdida y mirando todo el lugar.—El golpe que te diste en la cabeza, debió bloquear tus recuerdos. No puede ser Ainara, perdiste la memoria.—exclamó, restregando su rostro en medio de una frustración.
CONTINUARÁ;
BETWEEN OCEAN
Chapter Two.
—o—
¡𝐆𝐫𝐚𝐜𝐢𝐚𝐬!
Nuevamente, hoy estamos aquí para culminar con otra de mis historias. A principio, le vi imposible porque una parte de mi no encajaba en cómo quería desarrollar al personaje de Ainara en esta historia, pero al final pude motivarme y encontrar su papel perfecto en esta trama. Estoy sumamente agradecida por aquellos que se han tomado el tiempo de leer dicha novela, hasta el punto de esperar cada actualización. Incluso, a esos que llegaron hasta ahora, también estoy agradecida.
Armin sin duda es un personaje para muchos, fácil de desarrollar por lo que se muestra en la obra original, pero realmente no lo es. Me ha encantado mucho descubrir a este personaje, a pesar de que es uno de mis favoritos, no lo había tomado en consideración para analizarlo y entenderlo. Armin es una persona muy inteligente y pasiva, a diferencia de algunos personajes, por eso recree el personaje de Ainara como un personaje tedioso en manera de sentir y entender el mundo. Me encanto sin duda unir a esta pareja.
Aunque, también estoy agradecida, estoy muy conmocionada, pues ya es otra obra que culminó sobre AOT. Es un mundo fantástico, definitivamente uno de mis favoritos. Les agradezco por la paciencia, por los errores, pero pese a eso, ¡por haber recorrido hasta aquí conmigo! Aunque, esto no se acaba aquí, porque la historia de Ainara y Armin a penas es que comenzará en una trágica historia conducida en la parte dos de esta historia. De verdad, no se lo pueden perder. ¡Todo lo que pasará estará de locos! Les envío un beso y abrazo. A esos quienes están y estarán, gracias por todo.
—𝐜𝐨𝐧 𝐚𝐦𝐨𝐫, Ámbar.
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