𝐕𝐈𝐈. 𝐀ndy 𝐏russ
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aleluya ; reik & manuel turizo
𝐀𝐍𝐃𝐘 𝐏𝐑𝐔𝐒𝐒
«Si un día buscas a alguien que te trate como mereces, seguiré aquí...»
Esta es la parte 2 del one shot de Juani, solo que desde la perspectiva de Andy
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NO HABÍA SIDO su intención destruir el corazón de Alice, ni mucho menos quería verla en la sofá de su casa con los ojos hechos un mar de lágrimas.
Solo quería que ella abriera los ojos, que supiera que Juani no la quería de la forma en la que ella lo hacía, que se enterara de las extrañas cosas que hacía su amigo.
Pero ahora solo la tenía ahí en su sillón, mostrándole su faceta más débil y destrozada. Así que lo único que pudo hacer fue acercarle un tranquilizante junto a un vaso de agua y se sentó a su lado.
¿Por qué ella no lo veía? ¿Por qué era él quien tenía que callarse todo?
Durante las grabaciones se comparten muchas experiencias y se convive con los actores durante muchas horas, así que Alice le había tomado mucho cariño a sus dos actores encargados, Juani y Andy.
Pero ella no estaba enterada de los sentimientos que Andy había desarrollado por ella.
Los había mantenido ocultos lo más que había podido, nadie podía enterarse de lo que sentía por su maquillista, pero sabía que cuando alguien te conoce lo suficiente es casi imposible ocultarle las cosas.
Rocco Posca se había dado cuenta de la forma en la que él la miraba.
Alice se veía hermosa, con el cabello revoloteando por la brisa, una sonrisa dulce e inocente que delataba su juventud, siendo ella misma como si nadie pudiera verla. Y era verdad, nadie le prestaba atención a aquella chica que jugaba con la espuma del mar. Al menos nadie más que Andy.
Él solo podía admirarla desde lejos, guardando un secreto del que nadie podía enterarse.
Andy siempre había sido bueno para escribir canciones, y no desaprovechó su enamoramiento para escribir sus sentimientos en una balada que, esperaba algún día poder cantarle.
—Boludo, ya dale, invitala a salir o qué sé yo, se va a desgastar si seguís mirándola así —dijo Rocco detrás de él, logrando asustarlo.
—No lo voy a hacer, además, Jota dijo que no quiere relaciones entre el personal —respondió Andy sin levantar la vista de su cuaderno.
—Che, dentro de unos dos meses, ponele, se acaban las grabaciones, podés invitarla a salir entonces —sugirió el chico mientras se sentaba junto a él.
—No creo, Rocco, ella va a regresar a México y yo a Argentina, no sé si sea buena idea —continuó levantando la vista solo para admirar a la chica que ahora se acomodaba el cabello que revoloteaba rebelde con el viento.
—Dale una razón para quedarse, no pretendés quedarte solo como un adorador secreto, ¿no? —inquirió Rocco mirando a su amigo que seguía anonadado con la belleza que irradiaba Alice.
Andy solo asintió en respuesta sin despegar su mirada de la chica. —Me das miedo
Andy le respondió con un golpe juguetón en el hombro en señal de que sí que lo había escuchado pero continuó con su labor.
Varias veces estuvo a punto de tomar valentía y decirle lo que sentía, pero no era capaz de hacer tal cosa. Solo podía admirarla con la esperanza de que ella un día se diera cuenta de lo enamorado que estaba él de ella.
Así que el día que notó los extraños comportamientos de Juani hacia Alice, no tardó en hacerlo notar mediante los mensajes de texto que le había mandado a Juani.
Y aunque el chico juraba estar enamorado de Alice, Andy sabía que no era así, Juani no la quería tanto como él lo hacía, Juani no entendía lo que él sentía por ella.
Finalmente había optado por desvelar las intenciones de Juani, pues su intención era evitarle a Alice un dolor innecesario, pero ahora solo la tenía recostada en su hombro con el corazón destrozado.
—Lo siento mucho, Ali —murmuró Andy acariciando el cabello de la chica.
—¿Por qué? Tú no fuiste el que me dio ilusiones a lo pendejo —respondió Alice, su mirada estaba perdida en la nada, aún no terminaba de procesar lo que había sucedido. Andy se quedó en silencio, intentando solo abrazar a la chica para mantenerla lo más tranquila posible.
Alice se sentía tan mal que solo pudo quedarse dormida en los brazos de Andy. No sabía qué más hacer, quería regresar a su país, quería quedarse porque no podía quedarle mal a Esteban, y sobre todo, quería desaparecer de la faz de la tierra.
Andy solo fue capaz de cuidarla durante el día, le preparó una comida simple y se dedicó a estar con ella, era incapaz de dejarla sola.
—No lo entiendo —murmuró Alice revolviendo el plato —¿Por qué chingados debía hacerse el que sí sentía algo por mí? ¿Es que acaso no soy lo suficiente?
Andy no pudo responder, es que ella no se daba cuenta de que en los ojos equivocados ella no iba a ser suficiente, pero para él, Alice Fernández era lo mejor que había en su vida.
—No creo que haya sido eso, Ali —respondió después de unos segundos sin atreverse siquiera a mirarla.
—¿Entonces? —preguntó la chica levantando la vista.
—No lo sé, a veces los números nublan la perspectiva de alguien —dijo Andy.
Si ella pudiera ver el cajón de su armario que contenía todas aquellas hojas guardadas que llevaban escritas las palabras que rogaba por decir algún día, si ella pudiera ver todo lo que significaba para él y que no eran solo unos cuantos dígitos en una pantalla.
Mientras Andy formulaba su siguiente respuesta, el teléfono de Alice comenzó a vibrar repetidamente. Era una llamada entrante de Juani.
Alice miró a Andy, como si pidiera un consejo o tal vez un permiso, a lo que el chico comenzó a negar con la cabeza. La joven soltó un suspiro y giró el teléfono con la pantalla contra la mesa.
El sonido cesó, pero volvió a iniciar un par de veces más ganándose la desesperación a Andy.
—Contestále —accedió finalmente al ver que Juani no paraba de llamar con insistencia y los mensajes de texto llenaban la bandeja de Alice.
—¿Bueno? —respondió la chica después de toda la persistencia del ojiazul, poniendo la llamada en altavoz.
—¡Alice! —gritó Juani aliviado —Creí que no contestarías
—¿Por qué debería hacerlo? —preguntó Alice mirando el teléfono y después a Andy, quien estaba atento a lo que sucedía.
—Porque quería pedirte disculpas —dijo el chico al otro lado de la línea —Lo que leíste no... No puedo explicártelo por teléfono, ¿Podemos vernos en un café o algo así?
—No, Juan, dímelo por teléfono, porque si de verdad tuvieras algo qué explicar podrías hacerlo por aquí, no veo la necesidad de juntarnos —explicó la chica, Andy estaba sorprendido por los dotes de actuación que Alice escondía, pues a pesar de que sus ojos se llenaban de lágrimas, su voz salía con toda la naturalidad del mundo.
—Dale, pues... —se escuchó a Juani del otro lado, que esperaba las usuales afirmativas de Alice hacia sus sugerencias —¿Estás sola?
Alice miró al chico que tenía frente a ella, sin saber exactamente qué decir. Andy asintió, como pidiéndole decir que estaba sola, pues quería ver hasta donde podían llegar las mentiras de Juani con tal de mantener una falsa ilusión.
Alice dijo que sí, obedeciendo la sugerencia de Andy.
—Escucha, esas minas y yo no tenemos nada que ver, hace más del mes que no las veo, no me acordaba de su existencia siquiera desde que vos llegaste —explicó Juani. Andy abrió la boca, completamente sorprendido de lo que su compañero de grabaciones había dicho. —Sos lo mejor que me ha pasado, no quiero que un par de pibas lleguen a arruinar lo que vos y yo hemos hecho... Boluda, sé que no lo he dicho ni lo he demostrado como lo mereces, pero dejame intentarlo, por favor, posta que esta vez no voy a arruinarlo...
—Juan, yo no sé si creerte —interrumpió Alice, bajando la mirada para evitar el contacto visual con Andy. Ella conocía a Juani, y sabía que posiblemente él no estaba mintiendo. Pero Andy los conocía mejor a ambos, notó la facilidad con la que ella se doblegó ante las palabras del chico, las cuales sabía no eran más que una vil mentira.
—Por favor dame una segunda oportunidad, Ali... —rogó el Juani —Mira, si no queres darme una respuesta ahora, podemos vernos en el café de siempre, vos decime cuando...
Alice le creía de alguna manera, creía que no mentía, algo en el fondo de su ser le decía que él no era capaz de mentirle dos veces. Miró a Andy pidiendo una opinión, pero este no tardó en negar con la cabeza repetidas veces, rogando porque ella no cayera en el jueguito del chico.
Ella bajó la mirada, no podía responderle si estaba viendo a Andy a los ojos.
—Nos vemos ahí a las nueve —le dijo finalmente, causando una mueca cargada de decepción por parte de Andy. Juani le agradeció reiteradas veces, parecía emocionado por su respuesta.
Colgó la llamada y solo entonces fue capaz de mirar a Andy a los ojos.
Él la veía completamente decepcionado, ¿es que ella no veía todo el daño que él le hacía? ¿Verdaderamente creía que Juani podía cambiar de la noche a la mañana? ¿Por qué lo había hecho? ¿Le daría una segunda oportunidad y creería de nuevo todas sus mentiras?... ¿Por qué no se daba cuenta de que él podía ofrecerle un trato mejor de lo que su compañero ofrecía?
—No me mires así, Andy —pidió en voz baja, ganándose entonces el completo silencio del chico.
Andy recogió la mesa y subió a su habitación. No estaba seguro de qué era lo que sentía, pero sí sabía que existía un dejo de miedo en su interior. Miedo a que ella volviera a caer, miedo de que ella perteneciera a otro que no sabía como tratarla...
Más tarde cercana a la hora pactada entre Juani y Alice, Andy bajó a verla.
—¿Vas a darle una oportunidad? —preguntó sentándose a su lado mientras ella se arreglaba un poco.
—No lo sé... Necesito escuchar algo más que unas cuantas palabras por teléfono para tomar una decisión —respondió Alice alzando los hombros con simpleza.
Andy no lograba entender cómo es que ella podía siquiera considerar la idea de perdonar a Juani después de todo. Pero es que él tampoco tenía el valor de decirle las cosas a la cara, de confesar todo lo que sabía y todo lo que sentía, ¿Cómo podía reclamarle si él mismo no era capaz de detenerla?
Así que, mientras la observaba, juntó el valor que había guardado durante los últimos dos años dentro de él, para ver si era suficiente y así lograba por fin decírselo. Tal vez los intentos fallidos con pizcas de valentía habían sido demasiados, porque logró encontrar en sí mismo la osadía que juraba no existía para tomar el mentón de Alice y obligarla a mirarlo.
—Sé que soy un cobarde de mierda —murmuró bajando la mirada para evitar que los ojos de la chica lo hicieran retroceder. Ella tenía una expresión un tanto confundida pero a la vez sorprendida por las acciones de su amigo. —Pero no puedo permitir que no lo veas de una vez, él no te hace bien y no me parece que sigas soñando con una idea de algo que él no es...
—Andy... —murmuró Alice desconcertada por las palabras de Andy, ¿No se suponía que ellos dos eran solo amigos?
—Escuchame, Alice, por favor, porque es algo que he intentado sacar desde hace mucho, y si seguís interrumpiéndome voy a perder mi propio hilo —cortó Andy, sin quitar su mano del rostro de la chica, ni mucho menos atreverse a mirarla. Ella solo asintió lentamente. —Ese idiota te ignora, no sé como es que no te has dado cuenta que parece interesado solo cuando necesita algo de vos, cuando quiere que lo acompañes a un stream, cuando solo se digna en llamarte cuando ve que no seguís su juego, él no te valora lo suficiente... Sos demasiado para él... No te merece —explicó pausadamente, como si quisiera que todas las palabras quedaran incrustadas en el razonamiento de Alice.
—¿Entonces quién me merece? —preguntó la chica, aprovechando la pausa de Andy.
Por fin el chico se dignó a mirarla, quería que ella supiera a través no solo de sus palabras, sino también de su mirada, que él estaba siendo lo más sincero que jamás en su vida lo había sido. No estaba diciendo otra cosa que no fuera la verdad, y quería, rogaba por que ella lo notara en sus ojos.
—No sé si alguien es lo suficientemente bueno para merecer de vos, pero sé que mientras este pelotudo solo te busca cuando él sale beneficiado, yo podría cruzar cualquier monte, valle, o bosque con la sola recompensa de poder mirarme en tus ojos, sé que mientras Juan no para de llamarte con la intención de que vuelvas después de hacer todo para dañarte, yo dejaría todo por poder tenerte solo una hora conmigo, por poder sentirte cerca solo un segundo y disfrutar de tu compañía mientras él solo te miente—confesó, sintiendo como el corazón se le aceleraba por la adrenalina que sentía de por fin exponer todos los sentimientos que un día había jurado mantener con llave en un cofre escondido.
Alice lo miró detenidamente sin estar muy segura de qué responderle. Ella no sentía nada por él, ¿cierto? Ella estaba enamorada de Juani, y aunque estaba herida, tampoco quería dejar mal a Andy, quien le había dado refugio en la mañana más fría de su vida.
Andy bajó su mano, en espera de una respuesta, pero al ver que no llegaba solo pudo bajar también la mirada. Tal vez había tomado una de las peores decisiones de su vida, o tal vez había escogido el peor momento para decírselo, pues aún la herida estaba abierta, y ella se arreglaba con el fin de cerrar esa parte de su día, ya fuera con un final bueno o malo. Alice aún sostenía su lápiz de ceja en la mano, procesando cada una de las palabras que Andy le había dicho.
—Andy, tal vez Juani solo cometió un error, no puedo juzgarlo si él no me cuenta toda la verdad —respondió Alice finalmente mientras bajaba la mirada.
—¿¡Pero escuchás lo que estás diciendo, Alice!? No creas en todo lo que ese pelotudo te dice, porque te aseguro que el setenta porciento son mentiras —riñó Andy levantándose del sofá donde ella se estaba arreglando —Alice, él se ha llevado todo el color de tus días y te los ha dejado todos grises, solo te ha mentido por su propio beneficio, ¿Por qué deberías acostumbrarte a eso? Yo sé que tal vez no soy el más romántico ni el más lindo, pero sé que podría tratarte mejor de lo que Juan lo ha hecho hasta hoy, puedo pintar tus días de un color bonito y hacerte ver que la vida no son solo mentiras, puedo coser esas heridas y esperar a que sanen, y jamás te sentirás sola ni ignorada y mucho menos insuficiente... Porque vos lo sos todo para mí... —explicó caminando de un lado a otro, mientras Alice lo escuchaba atentamente.
Andy estaba genuinamente exaltado por la situación, exasperado porque ella le creyera y escuchara lo que estaba diciendo. Pero Alice solo se dedicaba a mirarlo.
Pronto entendió que ella no merecía a ese chico que había sido tan dulce con ella, que se preocupaba, que sentía algo tan real hacia ella. Recogió sus cosas y terminó velozmente su ceja antes de levantarse del sillón bajo la atenta mirada de Andy.
—Eres la mejor persona que he conocido en mi vida, y no creo que merezcas a alguien que no termina de saber si está enamorada de ti o no —dijo suavemente acercándose a Andy, quien se encontraba un poco más calmado —Así que creo que lo mejor para los dos es que me vaya de aquí, así tú aclaras tu mente y yo la mía...
Andy la miró detenidamente, intentando descifrar lo que sus ojos querían decir en realidad. —Verás a Juani de cualquier manera, ¿no?
Sin saber exactamente qué responderle, Alice dejó un beso sobre la mejilla del chico y lo miró a los ojos antes de hablar. —No lo sé, tal vez debo escucharlo para convencerme de que no es lo que quiero ni lo que necesito en mi vida, pero es más sano y más justo para ti que no nos veamos en un par de días...
El chico se negaba a dejarla ir, aprisionó la cintura de Alice con sus brazos, rogando porque aquella distancia no se terminara jamás, pues sabía que en el momento en que ella se alejara, su corazón terminaría hecho trizas. Pero quizá debía resignarse y aceptar lo que Alice pedía.
—Si un día buscas a alguien que te trate como mereces, seguiré aquí, y si un día él no te llama y necesitás de alguien, podés llamarme a mí, que siempre te voy a esperar en este departamento, tal vez algún día podás ver todo lo que he llegado a sentir por vos —concluyó soltando su agarre.
Alice se alejó lentamente y caminó hacia la puerta, entonces Andy recordó las infinitas letras que algún día le había escrito con la esperanza de que ella supiera de su enamoramiento.
—¡Esperame aquí un segundo! —exclamó antes de que ella se alejara lo suficiente, corrió inmediatamente hacia su habitación y sacó la cajita que contenía todos aquellas declaraciones infinitas de amor, solo para regresar y ponerlas en las manos de la chica. —Este es mi último intento, vos sabés qué es lo que querés hacer con él...
Alice observó la cajita, le sonrió a Andy para salir de su casa con todas las maletas en la mano y un montón de cartas que eran testigos del amor que él sentía pero que ella no conocía. La curiosidad la carcomió por saber qué era lo que contenía aquella caja de madera que sostenía, así que una vez lo suficientemente lejos se sentó en la acera para comenzar a leer todo lo que esta contenía.
Y ahí estaba, con un corazón hecho papel y letras, en medio de la calle, sin tener la más mínima idea de qué hacer, o de qué diablos sentía. ¿Hacia dónde debía ir ahora que ya no estaba segura de nada?
Holisss 💕
Bueno, parte 2 en lo que escribo la historia.
¿Hacia donde debería ir Alice? ¿Se debería encontrar con Juani o regresarse con Andy? 👀
Una disculpita por actualizar hasta ahora, no he escrito más one shots por andar con la historia de Juani y Andy jajajaja
Y por ahí tengo una idea con Danilo, ¿les interesa?
Los escucho, pero no se olviden de votar y comentar que amo responderles.
Bueeenop, nos vemos después, ya que tenga otro shot escrito jajaja
FÁTIMA FUERA 🤍
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