La familia Michaelis ya se había instalado en el país asiático. No les tomo nada mudarse, literalmente en menos de una semana habían arreglado sus "papeles" y el Michaelis mayor había construido en una noche, la que sería su mansión de ahora en adelante.

____ se sometió a clases con su tío para poder actuar "normal", aunque él no fuera muy indicado para el puesto, pero era él que más había convivido con los nuevos humanos mutados. De igual forma, su padre le había dado la tarea de memorizar a cada uno de los héroes y villanos registrados, desde los más fuertes hasta los menos destacados; junto con todos los estudiantes y maestros de las escuelas de héroes dentro de del continente asiatico.

Después de dos meses de haber llegado a Japón, se encontraba lista para dirigirse a la que sería su universidad o como ella le decía "zona de carecería".

Hay que admitirlo, a ____ le encantaba llamar la atención ya sea en buena o de mala manera, le gustaba estar en boca de todos.

Todo aquel que la viera podía sentir su fuerte presencia y sin contar los sonrojos que sacaba cuando dirigía unas sonrisas lascivas a la gente que se le quedaba viendo embobada; Si debía de cumplir una estúpida misión, se divertiria en el proceso, porque de santa no tiene nada. 

En su recorrido para llegar a su aula, estudiaba con la mirada a los estudiantes tan peculiares que llegaban a su vista. Debía reconocerlo, la sociedad había evoluciado mucho, pero no dejaban se tener aquellos sentimientos tan primitivos (odio, egocentrismo, envida, celos, etc.) que le fascinaban.

Ella no comía almas como su padre, debido a su parte Shinigami, pero se podía alimentar del dolor de éstas. Y sabía que se iba a dar un festín al momento que sintió tan fuertes sentimientos detrás de aquella gigantesca puerta.

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Veía detalladamente a los chicos que estaban enfrente de ella, pero lo que más le gustaba era las miradas que recibía. Algunas eran de confusión, otras de superioridad, de egocentrismo y sus favoritas, de temor.

- Cómo ya habíamos hablado, ella es ____ Michaelis y formará parte de esta clase- explicaba un peli negro con ojeras prominentes- Debido a problemas con sus papeles tuvo que atrasar su ingreso- oh, con que esa fue la mentira que habían dicho; pensaba la peli negra.

Después de aquella "cálida" bienvenida su tutor le había pedido dirigirse a su lugar, el cual era detrás de un rubio que emanaba ira y egocentrismo.

- Fu~ fu~ fu~ que delicioso- pensaba alegre la peli negra cuando paso a lado del oji rubí y no sólo lo decía por su alma.

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Las clases que impartía esa escuela no eran tan diferentes de una escuela normal, bueno hasta el momento.

Había terminado su cuarta clase cuando se escucho el timbre que indicaba la hora del almuerzo. Un profesor que parecía un ladrillo gris dio finalizada la clase, y fue cuando todos empezaron a levantarse.

___ se levantó de su asiento para dirigirse a la cafetería, cuando un chico pelirrojo interrumpe su campo de visión.

- ¿Gustas qué te acompañe a la cafetería? - le preguntaba amable con una sonrisa puntiaguda, recordandole a otro pelirrojo griton y exagerado.

-Si no es mucha molestia, la verdad iba a seguir a los demás- le mentía, era obvio que sabía dónde quedaba, pero debía de acercarse para poder sacar algo.

Con esa curiosa respuesta se fueron a la cafetería. Durante su trayecto el chico pelirrojo se presentó, aunque para ella no había necesidad; estubieron platicando cuando un chico peli negro y un rubio se acercaban animadamente hacia ellos.

-Kirishima no pierdes tiempo eh- decía con burla subiendo y bajando las cejas, el rubio que tenía por nombre Denki Kaminari.

La chica olvidó lo que era el espacio personal y se apego al pelirrojo, sacándole un fuerte sonrojo-Ara~ ara~ no me digas que querías llegar a eso Kiri-kun - le decía con lascividad mientras con sus dedos simulaba caminar en su pecho.

Sus amigos no se esperaban esa reacción por parte de la peli negra y mucho menos el pelirrojo que no podía decir nada sin tartamudear.

-La verdad no me molestaría, pero es muy pronto para eso- se alejo de aquel chico que le hacía competencia a su cabello -Bye bye~- les guiño un ojo a las tres estatuas que estaban en medio del pasillo y se adentro al lugar donde iba a por fin comer.

Mientras tanto los chicos no pensaban que ella fuera tan abierta en sus comentarios, se imaginaban que seria muy seria y reservada por su mirada y porte.

-¡¿Espera acaba de decir que le intereso!?- salió de su trance, cuando apenas se dio cuenta de las palabras de la pelinegra.

Y sus amigos sólo pudieron darse un golpe en la frente por lo tarde de su respuesta.

-Vamonos capaz Bakugo ya nos está esperando y saben que a él no le gusta esperar- decía Sero mientras jalaba a un conmocionado pelirrojo.

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___ robaba miradas a donde fuera y no le molestaba la verdad, pero aquel rubio cenizo enfrente de ella la estaba matando con la mirada, y ____ solo quería comer tranquila.

-Si quieres saca un foto dura más- decía con burla mientras seguía comiendo.

-No me digas que hacer extra- expresaba con odio puro.

-Ah entonces si lo vas hacer, deja pienso una pose- fingía pensar, sacando unas risas a sus compañeros de mesa.

Se escucho un golpe en la mesa-¡NO QUIERO UNA FOTO TUYA EXTRA!- grito para levantarse y acercarse a ella.

___ no se iba a dejar intimidar, así que se levantó de igual forma.

-No es bueno enojarse Ba-ku-go-kun~- con cada sílaba que decía, le daba ligeros golpecitos a la nariz del contrario.

-Mira Bakugou se sonrojo- decía con burla Sero mientras los demás se reían.

-¡CÁLLATE CARA LARGA!- grito al peli negro aún con su sonrojo

-Sero-kun no me digas que estas celoso- decía tierna la chica mientras se sentaba de nuevo, apoyaba sus codos a la mesa y colocaba su rostro entre sus manos.  Ahora el sonrojado era otro.

Sabía que su estadía allí sería una experiencia peculiar y eso le encantaba.

Hola ^^, espero que les esté gustando la historia al momento.