
ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ 𝟶𝟷𝟶
𝟭𝟭:𝟮𝟴 𝗽.𝗺.
Al descender por completo, inicie una recopilación de datos mientras me escabullia por el jardín.
Anteriormente había visto que dejaban sus autos aparcados a fuera, de eso me había dado cuenta cuando por casualidad pasaba por la ventana.
Lo más tedioso sería tomar las llaves de alguno de los dos autos de ahí, pero no más que eso. También debía ubicarme, ya que así lograría saber con mayor facilidad la ruta por la cuál ir. Solo sabía que estaba muy a las afueras de la ciudad; a 145 km quizá, en una hacienda muy hermosa con surcos extensos de uva que, por algún razón me dejaban una sensación de deja vu amarga.
Me maree por algunos momento, pero tenía que seguir, lo más seguro era que ya Ignacio había dado la orden de buscarme y traerme de regreso a todo ser que pudiera disparar.
No podía arriesgarme.
Debía demostrarme que esos días de hambruna y noches frías a intemperie no habían sido en vano.
Por eso fue que logre regresar a casa.
Esa motivación fue suficiente para no darme por vencida, aún cuando por cada paso dado eran diez punzadas más que pinchaban mi cráneo.
•^•
ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ;
◠
El día en que Seoomin nació, no senti alegría. No pude sentír emoción.
Cuando el doctor salió tras las amplias puertas y exclamó emocionado que ella había nacido sana, no lo se pero algo en mi se sintió liberado..
En paz.
Recuerdo bien que mi madre estaba emocionada, e insistía en que todos fuéramos a verla.
Mi corazón no se aceleró cuando la tuve en mis brazos.
Ni cuando el doctor nos dio la noticia algunas horas después de que sería internada porque había enfermado.
No me sentí feliz por eso, ni tuve algún tipo de pensamiento desagradable pasando por mi mente...
Pero tampoco sentí tristeza.
No me sentí triste con la posibilidad de perderla.
El doctor dijo en ese entonces que sus pulmones eran muy débiles y que dudaban que viviera más allá de la madrugada.
Pero sobrevivió.
Porque aquel pequeño ser luchaba.
Luchaba para vivir.
Aún lo recuerdo, el hecho de que en estos últimos cuatro años no mostre algún tipo de interés en ella, aún cuando Seomin me busca y persigue constantemente.
No nacia en mi aquel sentimiento especial del que tanto escuche... A veces lo pienso, y es algo realmente lamentable...
No lo tenía claro.
Pero es que en realidad yo lo soy.
Todo lo que esta en mi corazón.
En mis pensamientos...
Y en mis más profundos deseos.
Todo de mi es lamentable.
¿Por que últimamente me encuentro a mi mismo observando cada paso que da? Cuidandola desde las sombras, y actuando indiferente cada que me descubre asiendo tales actos.
Algo a cambiado, lo se.
Pero aún me siento incómodo cuando me llama.
◡
𝟮𝟬 𝗱𝗲 𝗝𝘂𝗹𝗶𝗼_ 𝟲:𝟰𝟬 𝗽.𝗺.
Hace media hora que llegue a casa, la que mi padre alquila para vacacionar en este país; una gran finca que se encuentra a tan solo hora y media de donde viven los Nogueda, socios de mi padre, y a hora y cuarenta minutos más de la ciudad.
Los aires por aquí corren con fuerza y el sol cae hermosamente cada vez, sin excepción.
Por alguna razón, eso es lo que más me ha agradado de la ciudad.
Si tuviera la oportunidad, no dudaría en venir a vivir aquí. El ambiente sería bueno para que la niña pueda crecer con libertad y lejos de la apurada vida coreana.
Seomin.
Esa niña... Me pregunto cómo es que tiene tanta energía.
Todo este tiempo solo he permanecido observardola saltar y nadar mientras recargo mi espalda en el sofa, y puedo asegurar que estoy más cansado que cuando llegue de la cafetería.
Hoy a sido un día ajetreado, e incluso más que ayer que fue el día de la reunión con el nuevo inversionista y socio.
Mauricio Ivanov Sergevey...
Ugh..
Ese hombre...
Mi mente se siente revuelta.
Y es por éso que e venido aquí con la idea e intención de descansar lo que resta de la tarde.
Pero.. Esto no está funcionando.
No puedo ignorar a esa niña.
Está sola.
Sin supervisión.
Me estresa pensar que puede dar un mal paso y ahogarse.
Seomin corretea despreocupa por el jardín y dando saltos és cómo regresa de nuevo al agua.
Aunque ya lleva un tiempo haciendolo, me estresa.
Supongo que le encanta.
...Será una gran nadadora cuando sea mayor.
Agh.
Justo ahora me siento raro. ¿Por que Seomin no nota mi presencia? Esto me esta afectando más de lo que me imaginé y sin titubear puedo apostar a Nyke a que....
No.
Como podría...
Creo que me estoy volviendo loco.
──Hijo, llegaste temprano.
──¿Mm...? Si.
──¿Cuanto tiempo llevas aquí?
──No mucho. ¿Y Jisso?
──Ha tenido una recaída, ahora duerme en su cuarto. ──Menciona afligida, y yo solo me limitó a hacer un asentimiento leve con mi cabeza.
──Seomin está jugando en la piscina.
Seomin.
──....Ya veo.
──¡Seomin!, ¡papá ha llegado!
Mi cuerpo se pone rígido y volteo a ver al patio. Mis ojos que reflejan sorpresa y los suyos que brillan cual galaxia llena de estrellas se fijan ilusionados en las míos.
Oh dios, me vió.
Mi corazón latio con fuerza y mi boca se secó.
──¡Papi! ──Seoomin comienza a nadar hacia la orilla y yo desvío la mirada hacia el frente.
──Madre. Ya les he dicho que no la insiten a que me llame así.
──¿Que tiene? Es tú hija.
──Madre...
──Silencio, Jungkook.──Regaña antes de irse.
Estoy cansado...
Pero antes que nada..
Quisiera dejar algo por escrito.
Porque algo es seguro de todo ésto, y es el hecho de que no odio que me llame "papá", el problema es que me es muy difícil responderle cuando se dirige a mi de esa forma.
──¡Papá! ¡Papá!
Y es que mi madre no me escuchá cuando le digo que no estaba listo para ser padre.
──¡Seomin, no corras!.
Porque me han obligado a ésto.
Y no es mi culpa que sea así.
──¡Papá, papá! Me has traído una flor esta vez.
Siento náuseas de tan solo recordar lo que ellos hicieron.
Lo que nos hicieron a Jisso y a mí.
──¡Seomin! ──Mi madre se acerca con una toalla en sus manos. ──Ven aquí. Seca tu cuerpo o enfermeras.
Solo se que no estoy preparado para cumplir con este gran papel lleno de responsabilidad.
No aún.
Y no sólo.
.
ʚ ɴᴏ ᴏʟᴠɪᴅᴇɴ ᴠᴏᴛᴀʀ, ᴘᴏʀ ᴇsᴛᴇ ʏ ᴇʟ ᴘʀóxɪᴍᴏ ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ. ɞ
ɢʀᴀᴄɪᴀs ッ
ᴱᵈᶦᵗᵃᵈᵒ ᵉˡ ²¹ ᵈᵉ ᵐᵃʳᶻᵒ ᵈᵉˡ ²⁰²⁴
𝟿:𝟹𝟽 𝚙.𝚖.
_V_
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